El peligro de las bebidas energizantes.
La falta de investigación y regulación asociadas con las bebidas energizantes, junto con informes de la toxicidad y el alto consumo de éstas, puede resultar en consecuencias potencialmente peligrosas para la salud en los niños, adolescentes y adultos jóvenes, según una revisión de la literatura científica publicada en la revista Pediatrics en su número correspondiente a marzo 2011, realizado por Sara M. Seifert y sus colegas del Departamento de Pediatría y del Programa de Medicina Integral Pediátrica de la Escuela de Medicina Leonard M. Miller de la Universidad de Miami en Florida.
Las bebidas energizantes son bebidas que contienen cafeína, taurina, vitaminas, suplementos herbales y azúcar o edulcorantes y son mercadeados para aumentar la energía, perder peso, resistencia, rendimiento atlético y concentración y son consumidas regularmente por 30% a 50% de los niños, adolescentes y adultos jóvenes. Están disponibles en >140 países y son las de mayor crecimiento en el mercado de bebidas en los Estados Unidos, esperándose para el 2011 que lleguen a vender $ 9 billones.
Aunque las personas sanas pueden tolerar la cafeína en cantidades moderadas, el alto consumo de cafeína, tal como el que suministran las bebidas energizantes, ha sido asociado con serias consecuencias, tales como convulsiones, manía, accidentes cerebro-vasculares y muerte súbita. Existen numerosos reportes en los medios populares, así como en las publicaciones médicas que asocian tales eventos adversos con el consumo de dichas bebidas.
Los niños, especialmente aquellos con enfermedad cardiovascular, renal o hepática, con convulsiones, diabetes, hipertiroidismo o con trastornos del comportamiento o los que toman ciertos medicamentos pueden estar en mayor riesgo de presentar eventos adversos por su consumo.
Debido a que dichas bebidas son clasificadas como suplementos nutricionales, sobrepasan el límite de 71 mg de cafeína por cada 12 onzas de líquido que la Administración de Drogas y Alimentos (FDA) de EE.UU. ha establecido para las bebidas gaseosas y refrescos, así como también las pruebas de seguridad y etiquetado que se requiere de los productos farmacéuticos.
Como consecuencia, las bebidas energizantes pueden contener entre 75 y 400 mg de cafeína por envase, con cantidades adicionales de cafeína no incluida en la lista total, a menudo procedente de aditivos tales como guaraná, nuez de cola, yerba mate y cacao.
La Guaraná es una planta que contiene cafeína, teobromina y teofilina, sustancias que pueden aumentar la frecuencia y la fuerza de los latidos del corazón. Cada gramo de Guaraná puede contener entre 40 a 80 mg de cafeína con una potencialmente mayor vida media debido a interacciones con otros componentes de la planta, por lo que el usuario estará más tiempo expuesto a sus efectos (la vida media de una droga es el tiempo que tarda en metabolizarse a la mitad de la cantidad ingerida).
En los Estados Unidos la ingesta promedio de cafeína por los adolescentes es de 60 a 70 mg/día y puede llegar hasta 800 mg/día. La mayor parte de dicha cafeína proviene de los refrescos; sin embargo, las bebidas energizantes se hacen cada vez más populares. Un estudio encontró que consumían bebidas energizantes regularmente el 28% de jóvenes entre 12 y 14 años, el 31% entre 12 y 17 años y el 34% entre 18 y 24 años, mientras que en otros estudios entre estudiantes universitarios encontraron que el 39-51% consumía más de 1 bebida energizante mensual, la mayoría varias veces por semana.
Señalan los autores en la revisión que de los 5.448 casos de sobredosis de cafeína EE.UU. reportados en 2007, 46% ocurrieron en menores de 19 años.
En un estudio incluido en la revisión, realizado en Nueva Zelanda, se encontró que en promedio, todos los niños, adolescentes y adultos jóvenes podrían superar un nivel umbral de efectos tóxicos de 3 mg / kg / día de cafeína, después de consumir una sola unidad de bebida energizante, además de la exposición dietética basal.
Publicidad, comportamiento riesgoso y potencial de sobredosis
Los autores sugieren que los jóvenes, estimulados por la publicidad de las bebidas energizantes y una tendencia a los comportamientos de riesgo podría aumentar el potencial para la sobredosis de cafeína en los jóvenes.
La cafeína, la más comúnmente utilizada droga psicoactiva a nivel mundial, pudiera ser la única droga de su tipo legalmente disponible para los niños. En personas adultas, una ingestión de cafeína ≤ 400 mg/día es considerada segura; la toxicidad clínica comienza con 1g y de 5 a 10g/día puede ser letal. Los autores recomiendan un consumo máximo de cafeína de 2,5 mg / kg / día para los niños y 100 mg / día para los adolescentes, aunque los niveles seguros de consumo de los otros ingredientes de las bebidas energizantes no se han establecido. Tampoco se sabe si los efectos en los adultos pueden ser generalizados a los niños.
Fisiológicamente la cafeína causa vasoconstricción coronaria y cerebral, relajación del músculo liso, estimulación de la musculatura esquelética, efectos inotrópicos (aumenta la fuerza contráctil del corazón) y reduce la sensibilidad a la insulina. Entre sus efectos cardiovasculares se incluyen una disminución de la frecuencia cardíaca por estimulación vagal e incremento de la presión sanguínea, pudiendo incluso ocasionar crisis hipertensivas.
Aunque los centros de EE.UU. para intoxicaciones sólo recientemente han comenzado el seguimiento de la toxicidad de las bebidas energizantes, Alemania, Australia y Nueva Zelanda han reportado numerosos resultados adversos asociados con su consumo. Estos incluyen daño hepático, insuficiencia renal, trastornos respiratorios, agitación, confusión, convulsiones, trastornos psicóticos, náuseas, vómitos, dolor abdominal, rabdomiolisis, taquicardia, arritmias cardíacas, hipertensión, infarto de miocardio, insuficiencia cardíaca y muerte.
Con respecto a las combinaciones, la cafeína y la taurina combinadas pueden inicialmente disminuir la frecuencia cardíaca y luego de 1 hora retornar a lo normal, manteniéndose alta la presión arterial. Otros estudios han sugerido que la exposición a taurina a largo plazo hipoglicemia, aunque con un bajo riesgo de cardiopatía isquémica.
Con respecto a la Guaraná, tiene propiedades de antiagregación plaquetaria, aunque se desconoce si tiene algún efecto en las bebidas energizantes. El Gingseng por su parte, un ingrediente común de muchas de estas bebidas, puede disminuir los niveles de glucosa sanguínea, aunque no es clara su acción en las bebidas energizantes.
A pesar de estos informes, ha habido una falta de investigación sobre los efectos fisiológicos de los distintos ingredientes de las bebidas energizantes. Las interacciones medicamentosas y los efectos dependientes de la dosis siguen siendo ampliamente desconocidos, aunque el presente estudio reporta que los ingredientes 5-hidroxi triptófano, vinpocetina, yohimbina y gingseng tienen el potencial de interacción con otros medicamentos que podrían resultar en efectos adversos.
En el trabajo también se describen las poblaciones con mayor riesgo de efectos adversos para la salud con el consumo de bebidas energizantes, las cuales incluyen a niños, adolescentes y adultos jóvenes con enfermedades cardiacas, trastorno de déficit de atención e hiperactividad, trastornos de la alimentación y la diabetes, así como aquellos que toman otros medicamentos o consumen alcohol.
Las calorías adicionales en un paciente obeso, pueden incrementar la presión sanguínea, los niveles de glucosa, el índice de masa corporal, la deficiencia de calcio, depresión y baja autoestima. Además, el azúcar y la cafeína pueden actuar sinergísticamente incrementando la hiperglicemia, lo cual es de particular importancia en niños y adolescentes diabéticos.
Los investigadores también señalan que la cafeína en las bebidas energizantes pueden interferir con la mineralización ósea durante la adolescencia, un período crítico del desarrollo del esqueleto, ya que es cuando ocurre el máximo depósito de calcio en los huesos, bien por un efecto propio de la droga o por el reemplazo de la ingesta de leche por estas bebidas.
Los autores concluyen que en el corto plazo, los proveedores de atención de salud pediátrica deben estar pendientes del consumo de bebidas energizantes por los niños, adolescentes y adultos jóvenes y de las consecuencias potencialmente peligrosas de uso inadecuado.
Los autores añaden que se requiere más investigación para determinar las dosis máximas seguras, establecer los efectos del uso a largo plazo y comprender mejor los efectos adversos para la salud de las bebidas energizantes. Además, los proveedores de atención médica pediátrica deben inquirir acerca de su consumo, especialmente en poblaciones de alto riesgo y educar a las familias sobre los posibles resultados adversos. Además, hasta que la seguridad de las bebidas energizantes esté garantizada, una regulación adecuada de las ventas y el consumo debe ser puesto en marcha para proteger a los menores.
Esta revisión pone de manifiesto que el consumo de bebidas energizantes va más allá de los peligros del consumo de cafeína en exceso, especialmente para los niños, niñas y adolescentes, debido a los aditivos suplementarios que estas bebidas contienen y los peligros desconocidos de los medicamentos en combinación con la cafeína y otros. El hecho de que no hay una dosis segura conocida de cualquiera de los aditivos, o de la cafeína, representa un riesgo.
Referencias:
Sara M. Seifert et al. Health Effects of Energy Drinks on Children, Adolescents, and Young Adults.
www.pediatrics.org/cgi/doi/10.1542/peds.2009-3592