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Bovino de la familia
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Roberto González Amador
La Jornada. - México.
26 de enero de 2012
El programa anunciado por el gobierno federal para crear un sistema de créditos bancarios para estudiantes de educación superior “es un complemento” a los esfuerzos que ya se hacen para llevar a más jóvenes a las universidades. “No va a sustituir las obligaciones del Estado”, sostuvo Héctor Rangel Domene, director general de Nacional Financiera (Nafin), el banco de desarrollo que aportará los garantías financieras para echar a andar este nuevo esquema.
“Ha habido críticas, incluidas varias en La Jornada, de que cómo es posible que el gobierno federal participe. Lo que no se dan cuenta es que este programa es un complemento y que los recursos fiscales comprometidos son sólo 280 millones de pesos contra los miles y miles y miles de millones de pesos que están en la educación pública universitaria”, aseguró el director general de Nafin en entrevista con este diario.
“En la medida en que haya más opciones para que los jóvenes vayan a la universidad será mejor para México. En la UNAM hay cientos de miles de rechazados, entonces los muchachos tienen que buscar una alternativa de educación privada. Las becas no son suficientes y este es un complemento que no va a sustituir nada de lo otro”, afirmó, al referirse al Programa Nacional de Financiamiento a la Educación Superior, anunciado el 9 de enero pasado por el presidente Felipe Calderón para proveer de créditos a estudiantes de licenciatura y posgrado en universidades privadas del país.
Actualmente 2.7 millones de jóvenes del país cursan estudios universitarios, mencionó. De ellos, 70 por ciento, 1.9 millones, lo hacen en instituciones públicas y el resto en privadas. “La educación pública, por definición, es gratuita y el Estado gasta miles de millones de pesos en este tema. Se han abierto en el último año 100 universidades públicas, además de que el gobierno tiene un programa de becas para estudiantes de menores ingresos y hay un fondo de más de mil millones de pesos para universidades estatales. En la parte privada, las propias universidades dan becas. Pero faltaba un componente de financiamiento” para el pago de colegiaturas de los estudiantes, sostiene Rangel, al argumentar sobre la pertinencia de un programa que, a partir de su anuncio, ha generado críticas en sectores académicos y en el ámbito universitario.
“Este nuevo programa –argumenta– tiene virtudes. Una de ellas es que hace al estudiante más responsable porque sabe que al final de sus estudios debe pagar el crédito” con el que pagó su matrícula en una universidad privada.
El programa ofrece un financiamiento hasta de 215 mil pesos para que el estudiante cubra la inscripción o colegiaturas en una universidad privada. Durante los cinco años en que está cursando la carrera sólo cubre intereses; al concluir, tiene un periodo de seis meses de gracia y luego otros diez años para cubrir el capital. La tasa de interés es de 10 por ciento anual. Se trata de un costo de financiamiento, aseguró Rangel, más bajo incluso que el que paga un usuario de préstamo hipotecario, con la diferencia de que en el caso del crédito para pagar una universidad privada no hay una garantía en prenda como en la hipoteca.
Foto
Explicó: el tope de 215 mil pesos de crédito a un estudiante universitario fue fijado en función de los ingresos que obtenga cuando se gradúe, para que el pago mensual no sea de más de 30 por ciento del ingreso futuro “porque si no se sobreendeuda y luego no puede pagar”. Es la misma regla que se aplica para los usuarios de financiamiento hipotecario.
El programa de crédito universitario se viene planeando desde hace un año y medio con siete universidades y el Banco Santander, informó. Explicó que la idea surgió de que los directivos de varias universidades privadas expresaron que tenían muchas solicitudes de ingreso y un número de becas disponibles que no alcanzaba a satisfacer las solicitadas. “De ahí nace el tema y luego estuvimos viendo las experiencias en otros países, tanto en Estados Unidos, Brasil, Chile y Canadá, donde existen este tipo de programas, para ver la experiencia y evitar algunos problemas que se han tenido en algunos lugares”.
Argumentó que muchos estudiantes que desean ingresar a la educación superior son rechazados por las instituciones públicas “y entonces tienen que buscar una alternativa de educación privada. Las becas no son suficientes y es ahí donde entra este programa de créditos, como un complemento para estos muchachos que no pueden ingresar a una universidad pública porque los espacios son limitados o prefieren una universidad privada”.
En el primer año se calcula que podrán ser colocados por los bancos hasta 23 mil créditos para estudios universitarios. Esta cantidad, explicó, equivale a 10 por ciento de la matrícula actual de las 22 universidades privadas que se han apuntado para participar.
“Es un esfuerzo y si funciona bien, el propio presidente se comprometió a meterle más recursos. Ha habido críticas, incluidos algunos artículos publicados en La Jornada, de que cómo es posible que el gobierno federal participe. Lo que no se dan cuenta es que, uno, esto es un complemento; dos, que los recursos fiscales comprometidos son 280 millones de pesos contra los miles y miles y miles de millones que están en la educación publica universitaria. Es un tamaño pequeño, es un proceso casi experimental de buscar un complemento, de dar una opción al muchacho que quiere estudiar en la universidad privada”. Agregó: “unos podrán pagar, otros no podrán pagar; otros accederán a una beca, otros a una beca y a un financiamiento, lo que aquí estamos es ampliando las opciones para que más muchachos estudien, que es lo importante”.
–¿Cómo se integra financieramente este programa?
–Parece la multiplicación de los panes, pero no es así. Se forma un fondo de contragarantía con los recursos fiscales y los recursos de las universidades. Son 280 millones de pesos. Ese fondo de contragarantía es el que está respaldando en parte el aval de Nafinsa a los bancos. Se multiplica casi por 10 porque los bancos se pueden apalancar diez veces. Cada peso de contragarantía permite dar 10 pesos de financiamiento. La participación de Nafin hace posible bajar la tasa porque nosotros le damos la garantía a las universidades hasta de 80 por ciento del riesgo. Este es un programa a un plazo largísimo.
Fuente
Comentario: ¿Y éste es el director general de Nacional Financiera (Nafin)? ¡Con razón esa entidad es un pozo sin fondo! Ya entiendo porqué tanto dinero simplemente se esfuma al pasar por Nafin. Si ESA es la aritmética de su director general... Para empezar, menciona Rangel Domene que "los recursos fiscales comprometidos son sólo 280 millones". Seguramente cuando FeCal anunció este programa ni siquiera se había recuperado de la guarapeta del día anterior. Y luego, parecería que el reportero llegó a su oficina de improviso y decidió recibirlo de inmediato, sin tener siquiera tiempo de preparar la entrevista. Sólo así puede entenderse que no haya tenido conocimiento de lo que se lee TEXTUALMENTE en el discurso pronunciado por FeCal el pasado 9 de enero del 2012 en el ITESM-Campus Monterrey. Ahí se puede leer lo siguiente (por si el sr. Rangel Domene no se enteró):
"No partimos de cero, por cierto. Primero le echamos una probada, hicimos una ronda de prueba, digamos, una fase piloto en la cual se entregaron mil 200 créditos, que implicaron un monto superior a los 130 millones de pesos.
Hoy, estamos potenciando el esquema, y quiero anunciarles que este año el Programa prevé financiar, este año, los estudios profesionales y de posgrado de casi 23 mil jóvenes, con una inversión de dos mil 500 millones de pesos."
Y, repito, por si pasó desapercibido: "Hoy, estamos potenciando el esquema, y quiero anunciarles que este año el Programa prevé financiar, este año, los estudios profesionales y de posgrado de casi 23 mil jóvenes, con una inversión de dos mil 500 millones de pesos."
¿De dónde saca, pues, Rangel Domene la ridícula suma de 280 millones de pesos (digo, ridícula comparada con los 2,500 millones anunciados por FeCal)? ¿Se trata ahora de tratar de intentar minimizar las críticas mencionando cifras bien inferiores? Porque, no se calló Rangel Domene el decirle al reportero (de La Jornada) que "Ha habido críticas, incluidas varias en La Jornada, de que cómo es posible que el gobierno federal participe". El señor Rangel Domene cree que tratándo de disque arreglarle las críticas a FeCal mencionando sumas bien inferiores es como se van a acallar las agrias críticas a esta infamia de Mr. Felliot Calness. El sr. Rangel Domene no parece darse cuenta de que con ello no sólo no acallará las críticas, sino que demuestra un servilismo rayano en lo vulgar, además de una desfachatez extrema al asumir que los mexicanos somos unos absolutos ignorantes, incapaces de realizar siquiera operaciones aritméticas básicas.
Si en el primero de los dos párrafos antes transcritos se lee que "se entregaron mil 200 créditos, que implicaron un monto superior a los 130 millones de pesos", no se necesita ser un genio en matemáticas para de ello deducir que cada crédito se elevó a un aproximado de casi 110 mil pesos. Eso es lo que la "ronda de prueba" mencionada por FeCal señaló. Luego entonces, si ahora nos remitimos a que, como lo indica el mismo Rangel Domene en la entrevista, "En el primer año se calcula que podrán ser colocados por los bancos hasta 23 mil créditos para estudios universitarios", podemos obtener el resultado de para ese número de créditos simplemente multiplicando 110 mil pesos por crédito, por 23 mil créditos, para saber cuanto dinero se necesitará para financiar ese programa. Eso nos da... ¡sí, ya lo adivinaron! (y sin necesidad de ser genios de la matemática): 2,500 millones de pesos. Al señor Héctor Rangel Domene, director general de Nacional Financiera, habrá que regalarle una calculadora
... Además de una máscara de El Guasón, ya que parece ser adora hacer el ridículo sin ninguna vergüenza. Esto porque, sin el menor recato indicó que "Lo que no se dan cuenta es que este programa es un complemento y que los recursos fiscales comprometidos son sólo 280 millones de pesos contra los miles y miles y miles de millones de pesos que están en la educación pública universitaria" (sic). Lo que sí ya no tuvo madre fue la frase que "adorna" el título de esta nota:
“Este nuevo programa –argumenta– tiene virtudes. Una de ellas es que hace al estudiante más responsable porque sabe que al final de sus estudios debe pagar el crédito”.
Quedan autorizados a explayarse lo más ampliamente posible al respecto
Por cierto, por más mordidas que le ofrezco a mi computadora (le ofrezco unos electroncitos de más ... pa' su carga
) no me resulta la aritmética de FeCal: si se ofrecerán créditos hasta por un monto de 215 mil pesos... ¿cómo les alcanzará con los 2,500 millones para financiar hasta 23 mil créditos? (con eso sólo da, como lo acabamos de ver, para becas de hasta unos 110 mil pesos). ¿Prestidigitación presidencial? 
La Jornada. - México.
26 de enero de 2012
El programa anunciado por el gobierno federal para crear un sistema de créditos bancarios para estudiantes de educación superior “es un complemento” a los esfuerzos que ya se hacen para llevar a más jóvenes a las universidades. “No va a sustituir las obligaciones del Estado”, sostuvo Héctor Rangel Domene, director general de Nacional Financiera (Nafin), el banco de desarrollo que aportará los garantías financieras para echar a andar este nuevo esquema.
“Ha habido críticas, incluidas varias en La Jornada, de que cómo es posible que el gobierno federal participe. Lo que no se dan cuenta es que este programa es un complemento y que los recursos fiscales comprometidos son sólo 280 millones de pesos contra los miles y miles y miles de millones de pesos que están en la educación pública universitaria”, aseguró el director general de Nafin en entrevista con este diario.
“En la medida en que haya más opciones para que los jóvenes vayan a la universidad será mejor para México. En la UNAM hay cientos de miles de rechazados, entonces los muchachos tienen que buscar una alternativa de educación privada. Las becas no son suficientes y este es un complemento que no va a sustituir nada de lo otro”, afirmó, al referirse al Programa Nacional de Financiamiento a la Educación Superior, anunciado el 9 de enero pasado por el presidente Felipe Calderón para proveer de créditos a estudiantes de licenciatura y posgrado en universidades privadas del país.
Actualmente 2.7 millones de jóvenes del país cursan estudios universitarios, mencionó. De ellos, 70 por ciento, 1.9 millones, lo hacen en instituciones públicas y el resto en privadas. “La educación pública, por definición, es gratuita y el Estado gasta miles de millones de pesos en este tema. Se han abierto en el último año 100 universidades públicas, además de que el gobierno tiene un programa de becas para estudiantes de menores ingresos y hay un fondo de más de mil millones de pesos para universidades estatales. En la parte privada, las propias universidades dan becas. Pero faltaba un componente de financiamiento” para el pago de colegiaturas de los estudiantes, sostiene Rangel, al argumentar sobre la pertinencia de un programa que, a partir de su anuncio, ha generado críticas en sectores académicos y en el ámbito universitario.
“Este nuevo programa –argumenta– tiene virtudes. Una de ellas es que hace al estudiante más responsable porque sabe que al final de sus estudios debe pagar el crédito” con el que pagó su matrícula en una universidad privada.
El programa ofrece un financiamiento hasta de 215 mil pesos para que el estudiante cubra la inscripción o colegiaturas en una universidad privada. Durante los cinco años en que está cursando la carrera sólo cubre intereses; al concluir, tiene un periodo de seis meses de gracia y luego otros diez años para cubrir el capital. La tasa de interés es de 10 por ciento anual. Se trata de un costo de financiamiento, aseguró Rangel, más bajo incluso que el que paga un usuario de préstamo hipotecario, con la diferencia de que en el caso del crédito para pagar una universidad privada no hay una garantía en prenda como en la hipoteca.
Foto
Explicó: el tope de 215 mil pesos de crédito a un estudiante universitario fue fijado en función de los ingresos que obtenga cuando se gradúe, para que el pago mensual no sea de más de 30 por ciento del ingreso futuro “porque si no se sobreendeuda y luego no puede pagar”. Es la misma regla que se aplica para los usuarios de financiamiento hipotecario.
El programa de crédito universitario se viene planeando desde hace un año y medio con siete universidades y el Banco Santander, informó. Explicó que la idea surgió de que los directivos de varias universidades privadas expresaron que tenían muchas solicitudes de ingreso y un número de becas disponibles que no alcanzaba a satisfacer las solicitadas. “De ahí nace el tema y luego estuvimos viendo las experiencias en otros países, tanto en Estados Unidos, Brasil, Chile y Canadá, donde existen este tipo de programas, para ver la experiencia y evitar algunos problemas que se han tenido en algunos lugares”.
Argumentó que muchos estudiantes que desean ingresar a la educación superior son rechazados por las instituciones públicas “y entonces tienen que buscar una alternativa de educación privada. Las becas no son suficientes y es ahí donde entra este programa de créditos, como un complemento para estos muchachos que no pueden ingresar a una universidad pública porque los espacios son limitados o prefieren una universidad privada”.
En el primer año se calcula que podrán ser colocados por los bancos hasta 23 mil créditos para estudios universitarios. Esta cantidad, explicó, equivale a 10 por ciento de la matrícula actual de las 22 universidades privadas que se han apuntado para participar.
“Es un esfuerzo y si funciona bien, el propio presidente se comprometió a meterle más recursos. Ha habido críticas, incluidos algunos artículos publicados en La Jornada, de que cómo es posible que el gobierno federal participe. Lo que no se dan cuenta es que, uno, esto es un complemento; dos, que los recursos fiscales comprometidos son 280 millones de pesos contra los miles y miles y miles de millones que están en la educación publica universitaria. Es un tamaño pequeño, es un proceso casi experimental de buscar un complemento, de dar una opción al muchacho que quiere estudiar en la universidad privada”. Agregó: “unos podrán pagar, otros no podrán pagar; otros accederán a una beca, otros a una beca y a un financiamiento, lo que aquí estamos es ampliando las opciones para que más muchachos estudien, que es lo importante”.
–¿Cómo se integra financieramente este programa?
–Parece la multiplicación de los panes, pero no es así. Se forma un fondo de contragarantía con los recursos fiscales y los recursos de las universidades. Son 280 millones de pesos. Ese fondo de contragarantía es el que está respaldando en parte el aval de Nafinsa a los bancos. Se multiplica casi por 10 porque los bancos se pueden apalancar diez veces. Cada peso de contragarantía permite dar 10 pesos de financiamiento. La participación de Nafin hace posible bajar la tasa porque nosotros le damos la garantía a las universidades hasta de 80 por ciento del riesgo. Este es un programa a un plazo largísimo.
Fuente
Comentario: ¿Y éste es el director general de Nacional Financiera (Nafin)? ¡Con razón esa entidad es un pozo sin fondo! Ya entiendo porqué tanto dinero simplemente se esfuma al pasar por Nafin. Si ESA es la aritmética de su director general... Para empezar, menciona Rangel Domene que "los recursos fiscales comprometidos son sólo 280 millones". Seguramente cuando FeCal anunció este programa ni siquiera se había recuperado de la guarapeta del día anterior. Y luego, parecería que el reportero llegó a su oficina de improviso y decidió recibirlo de inmediato, sin tener siquiera tiempo de preparar la entrevista. Sólo así puede entenderse que no haya tenido conocimiento de lo que se lee TEXTUALMENTE en el discurso pronunciado por FeCal el pasado 9 de enero del 2012 en el ITESM-Campus Monterrey. Ahí se puede leer lo siguiente (por si el sr. Rangel Domene no se enteró):
"No partimos de cero, por cierto. Primero le echamos una probada, hicimos una ronda de prueba, digamos, una fase piloto en la cual se entregaron mil 200 créditos, que implicaron un monto superior a los 130 millones de pesos.
Hoy, estamos potenciando el esquema, y quiero anunciarles que este año el Programa prevé financiar, este año, los estudios profesionales y de posgrado de casi 23 mil jóvenes, con una inversión de dos mil 500 millones de pesos."
Y, repito, por si pasó desapercibido: "Hoy, estamos potenciando el esquema, y quiero anunciarles que este año el Programa prevé financiar, este año, los estudios profesionales y de posgrado de casi 23 mil jóvenes, con una inversión de dos mil 500 millones de pesos."
¿De dónde saca, pues, Rangel Domene la ridícula suma de 280 millones de pesos (digo, ridícula comparada con los 2,500 millones anunciados por FeCal)? ¿Se trata ahora de tratar de intentar minimizar las críticas mencionando cifras bien inferiores? Porque, no se calló Rangel Domene el decirle al reportero (de La Jornada) que "Ha habido críticas, incluidas varias en La Jornada, de que cómo es posible que el gobierno federal participe". El señor Rangel Domene cree que tratándo de disque arreglarle las críticas a FeCal mencionando sumas bien inferiores es como se van a acallar las agrias críticas a esta infamia de Mr. Felliot Calness. El sr. Rangel Domene no parece darse cuenta de que con ello no sólo no acallará las críticas, sino que demuestra un servilismo rayano en lo vulgar, además de una desfachatez extrema al asumir que los mexicanos somos unos absolutos ignorantes, incapaces de realizar siquiera operaciones aritméticas básicas.
Si en el primero de los dos párrafos antes transcritos se lee que "se entregaron mil 200 créditos, que implicaron un monto superior a los 130 millones de pesos", no se necesita ser un genio en matemáticas para de ello deducir que cada crédito se elevó a un aproximado de casi 110 mil pesos. Eso es lo que la "ronda de prueba" mencionada por FeCal señaló. Luego entonces, si ahora nos remitimos a que, como lo indica el mismo Rangel Domene en la entrevista, "En el primer año se calcula que podrán ser colocados por los bancos hasta 23 mil créditos para estudios universitarios", podemos obtener el resultado de para ese número de créditos simplemente multiplicando 110 mil pesos por crédito, por 23 mil créditos, para saber cuanto dinero se necesitará para financiar ese programa. Eso nos da... ¡sí, ya lo adivinaron! (y sin necesidad de ser genios de la matemática): 2,500 millones de pesos. Al señor Héctor Rangel Domene, director general de Nacional Financiera, habrá que regalarle una calculadora

“Este nuevo programa –argumenta– tiene virtudes. Una de ellas es que hace al estudiante más responsable porque sabe que al final de sus estudios debe pagar el crédito”.
Quedan autorizados a explayarse lo más ampliamente posible al respecto

Por cierto, por más mordidas que le ofrezco a mi computadora (le ofrezco unos electroncitos de más ... pa' su carga

