Hola a todos los lectores de este foro.
Creo que nunca he aportado nada a este subforo, me gusta mucho leerlo y me divierto criticando y peleando con los aquí presentes; actualmente soy un sujeto de 29 años, no puedo decir que sea creyente, de hecho, soy ateo, pero no niego que me gusta mucho los temas sobrenaturales (no los creo, sólo los disfruto) y en verdad me encantaría que fueran reales.

Ahora la pregunta: Si mixtli no cree, ¿Qué carajos hace creando un tema de terror y casas embrujadas? Muy sencillo. Mi casa ha tenido algunos sucesos muy muy interesantes, que no importa si yo creo o no, o si el lector lo cree o no, existen testigos y testimonios (casi todos familiares y amigos, y uno que otro vecino) de estos fenómenos.

Voy a poner algunas reglas para la lectura de este tema:
1.- Las cosas que me sucedieron a mí no digo que sean reales, de hecho dudo mucho que me haya sucedido, pero juro que es lo que ví o percibi, si lo adjudicamos o no a una sugestión es tema aparte.
2.- A medida de lo posible, intentaré subir fotografías
3.- Pido mucho respeto a las personas que mencione, si bien, mi opinión puede ser debatible u objetable
4.- Sean bienvenidos de comentar casos similares propios (los intentaré pegar al post original) o indagar más sobre lo que les voy a contar.
Intentaré que el primer aporte sea lo más largo posible para que abarque la mayor parte de experiencias, que aunque no son tantas, si son variadas y algunas muy interesantes.

Pues bueno, empecemos haciendo una reseña histórica de mi pueblo, casa y ubicación.
INTRODUCCIÓN
Vivo en un pueblo del estado de México que se llama Zumpango, que significa "Muro de calaveras", su mayor atractivo es una laguna (donde dicen que vive una sirena) y nada más. Mi abuelo llegó a este pueblo cuando él tenía no más de 6 años, compró este terreno y construyó en él. La casa queda estrategicamente cerca del panteón, a sólo 1 cuadra. Cuando mi abuelo terminó de construir la casa principal trajo a un grupo de espiritistas para que hecharan espíritus (Sin ser redundante), mas nunca mandó a bendecir la casa. Algún tiempo después le dió alojamiento a uno de sus tíos, el cual era practicante de magia y curandero (cabe mencionar que en este pueblo hay muchos curanderos, hueseros y chamanes) y trajo con él varios libros, ya en otro post comenté que mi abuelo leyó y practicó varios de estos rituales (pactos, invocaciones, etc.) sin mayores resultados, salvo algunas historias que él mismo me contó, y que posteriormente platicaré.

Posteriormente, una de mis tías tuvo su negocio en la casa, una cocina que con el paso del tiempo se convirtió en un burdel, con prostitutas y todo (Este yo ya lo conocí, aunque fué clausurado cuando yo tenía como 5 o 6 años), y varias de las chicas que aquí trabajaron llegaron a quedar embarazadas, mismo que de manera clandestina terminaron y deshecharon los productos (Léase fetos) en la fosa séptica del patio de la casa.

Además, y para terminar, todas y cada una de las mascotas que tuve, y vivieron en algún momento en la casa, fueron enterradas en el jardín. Así que, creo yo, esos han sido motivos suficientes para que algunas energías queden liberadas en la casa.

Historias que yo no presencié.
Como ya comenté, muchas de las experiencias fueron comentadas por mi familia, y algunas de ellas las voy a platicar aquí, sólo las más significativas.

1.- Del rostro en la ventana.
Me cuenta mi abuelo que en una ocasión, en el que realmente se destrampó el lugar, se fué a acostar maldiciendo y deseando más que la muerte para una que otra fichera del negocio de mi tía. Me platica que ya por la madrugada, como a las 3 o 4 de la tarde, en su ventana (que da directamente al jardín) escuchó cómo alguien tocaba su ventana, una, dos, tres veces... toc toc toc. Y cuando volteaba a buscar, no veía a nadie, volvía a cerrar los ojos pensando en que era un sueño, y de nuevo, toc toc toc... el mismo sonido; así se repitió unas 5 veces hasta que se despertó completamente, se enderezó por su ventana y no vió nada de nada, pero en ese momento escuchó como varias mujeres gritaban (en específico mi mamá y mi tía que dormían en el mismo cuarto, quiero pensar que ya había acabado la fiesta y que conste que mi mamá nunca participaba) y entraban corriendo, en ropa de cama aún, a la habitación de mi abuelo diciendo que les estaban tocando la ventana que se la habían abierto y que habían jalado sus cobijas con mucha fuerza.

Se acostaron junto a mi abuelo, y poco a poco, la calma iba regresando, hasta que, casi a punto de caer dormidas, volvieron a tocar la ventana. Cuál fué la sorpresa cuando voltearon los 3 y recargado en el marco de la misma, con una sonrisa maliciosa y espeluznante había un hombre con un sombrero, mirándolas con ojos de odio y sexo. Los tres gritaron como locos y comenzaron a rezar y rezar, hasta que el amanecer llegó y la figura desapareció. Nunca se volvió a repetir.