Sencillo:
Cuando digitalizas un CD (o un LP) tienes dos opciones (bueno 3): hacerlo en archivo sin comprimir, o uno comprimido sin perdida de calidad o uno con perdida, el primero te mantiene la calidad del CD original y el segundo no, pero eso hace que el primero pese mucho.
Para digitalizarlo en archivo comprimido con perdida, el formato más famoso es el MP3. El bitrate es la medida de transmisión de datos (en este caso de sonido): a mayor bitrate más información y a menor bitrate menor información. En una canción eso significa que ciertos rangos de sonidos se van perdiendo cuando bajas el bitrate, por lo que la canción se va escuchando cada vez peor. Por eso los de mayor calidad son los de bitrates más altos (320 en MP3) pero eso hace que al tener más información el archivo sea más pesado. El bitrate de 128 se convirtió en el estandar porque estas como a la mitad: calidad relativamente bien y sin tener mucho peso.
Obviamente te daras cuenta de las diferencias de bitrate solamente si tienes un buen oido o un equipo de audio bueno.
Los fanáticos de la música desprecian los MP3 por eso de que son de compresión con perdida y prefieren archivos comprimidos sin perdida, como los FLAC, aunque pesan mucho más. También puedes encontrar CD en FLAC por ahí.
Un ejemplo: una canción de 5 minutos en MP3 a 128 kbps pesa 5 MB, en FLAC pesa 50 MB.
Ahora, obviamente uno solo puede pasar de un archivo de mayor calidad a uno de peor calidad, pero no al revez: si tienes un MP3 a 320 kbps puedes pasarlo a MP3 a 128, pero jamás al revez. Igual, puedes pasar de FLAC a MP3, pero no al revez.