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- #1
Espero y puedan auxiliarme un poco en esta complicada situación, que se presenta de forma trepidante e inadvertida. Hace unos meses salí de una relación poco usual, formaba parte de un triangulo amoroso, relación de la cual poco me puedo quejar ya que fue muy intensa, y a pesar de tener sus altibajos, en general fue una de las experiencias que mas me han definido a lo largo de mi vida. He de confesar que mi edad es relativamente corta (22 años), por lo que la cantidad no viene a formar una cualidad en mi vida sentimental, mas sin embargo no me considero poco experimentado.
La situación que quisiera describir es la siguiente; desde que termine esa relación he decidido darme un tiempo a solas para adentrarme y conocer con mas detalle mi ser, largas jornadas de lectura y reflexión que apenas se ven interrumpidas por las exigencias que todo estudiante puede tener han dado como resultado una vida bastante errante a la hora de relacionarme, pocas veces me he dado escapadas a algún sitio recreativo, dígase café, bar, parque,…. etc. Por lo que mi tacto hacia las personas y los compromisos sociales se han visto de alguna forma alterados, no reacciono de la misma manera, me cuesta ser condescendiente hacia los demás y más aun llegar a empatizar. Todo esto no es nada nuevo en mi, esa forma de ser solo se ha visto un tanto acentuada, algo que es bastante comprensible debido a mi solitaria rutina. Mi círculo social esta acostumbrado de alguna forma a reconocer esas pulsiones por lo que no les resulta demasiado extraña mi manera de tratarles. El viernes me disponía a salir de la biblioteca, al darme cuenta que era inusualmente temprano, ya que mi horario de clases es bastante nefasto y pocas veces se presenta la oportunidad de pasar una tarde libre. Rondaba por las familiares calles, cuando de pronto me encuentro con un anuncio al exterior de un café que hacia tiempo no visitaba, me llamo la atención que esa tarde tocara un grupo bohemio de viejos conocidos, el pragmatismo de la situación era irresistible, así que subí por un buen capuchino o algún alipuz y de paso saludar a mis amigos.
El ambiente del café era agradable, faltaba menos de una hora para la presentación y la ola de coincidencias no cedía, justo frente a mi mesa se encontraba una amiga muy cercana que en los últimos meses no había visitado como a tantas otras personas, al poco tiempo la lista de temas se fue extendiendo la charla fue muy nutrida, alternando entre canciones e intervenciones, hasta que volvió muy densa. Pasamos del existencialismo de Camus a algo poco usual, mi reciente rompimiento, ella se sorprendió al saber que hacia considerable tiempo había terminado, por lo que advertidamente fue disminuyendo su imperativa charla hasta hacerla parecer digna de cualquier diván.me percate de lo vulnerable que podía volverme en tal situación, pero me deje llevar por las palabras que mi boca se empeñaba en producir dejando de lado mi criterio moral. La charla se convirtió en una confesión, mis mas íntimos pensamientos fueron tomando forma en frases poco apolíneas, cabe recalcar que mencionaba pensamientos existenciales, mas no sexuales, mis pulsiones sexuales apenas se dejaban ver en ese mar de logo centrismo.
Mis amigos paraban de tocar y me percate que casi era medianoche, el poder pastoral que ella podía ejercer sobre mi era abismal después de esa platica, salimos del café y tome el habitual camino a casa, ella me acompañaba mientras la distancia se acortaba, en ese momento recordé que su casa no quedaba muy lejos de ahí, por lo que la invite a mi casa para mostrarle algunos apuntes sobre una materia que hacia un rato me confesaba no poder dominar. La explicación fue corta y justo cuando se disponía a salir mi pulsión sexual fue tal que le bese de la forma en que un viejo amante suele hacerlo. Su reacción fue de indiferencia, pareciera que cualquier cosa que sucediese después podría ser permisible, pero su fría mirada y el carente calor de sus manos acrecentaban mis ganas de hacerle el amor.
El momento llego y parecería que solo accedió por compasión, su inexpresivo rostros y ese “hasta luego” tan seco, y falto de emoción me dejaron atónito, pase toda la noche en vela reflexionando la situación, me conozco, le conozco, nos nos dejaríamos llevar por cualquier cosa, la sexualidad para mi es algo especial que solo comparto cuando estoy seguro, para ella es algo que ni siquiera se atrevía a mencionar en ninguna de sus platicas, su vida amorosa es todo un misterio, pero el verla siempre caminar con ese pudoroso aire de colegiala y empedernida amante de las letras hacia pensarlo poco a cualquiera. Esta es mi situación, a pesar de abrir mi vida al poliamor en algún momento y haber tenido estables relaciones monógamas previas jamás había tenido una situación así. Mas allá de la casual naturaleza de la relación, lo que no logro comprender es que a pesar del dominio que ella tuvo en nuestra conversación, del correcto uso de las palabras que poco a poco transformaron la platica en un confesionario, hubiese mostrado esa indiferencia al hacer el amor.
Daré unos cuantos detalles que le añaden misticismo, he de confesar que jamás he planificado formar una familia convencional, dígase “hijos”, a pesar de haber hecho el amor con lucidez no utilicé preservativo, algo muy extraño en mi, ya que en cualquier otra situación al verme sin ellos hubiese corrido a conseguirlos, a ella no le importo, como si toda su persona me la hubiese entregado, como si su psique hubiera abandonado su cuerpo, mientras este se entregaba a la embriaguez de mis instintos. Las cosas están así, han pasado dos días desde ese momento, no me interesa ya que ella pudiese esperar un hijo mio , solo sé que mi deseo de poseerla es cada vez mas fuerte, pero….. El recordar su rostro en aquel momento me corta toda motivación de buscarla. No le he llamado, cambie mi numero recientemente y lo perdí, no usamos redes sociales, pero se donde estudia, donde vive, que hace en sus ratos libres, podría ahora mismo correr a buscarla y platicarle del idealizado castillo de naipes que pienso compartir con ella,… Cual seria su reacción?.
De ahí mi deseo de desahogarme escribiendo en este foro, y de paso recibir algunas respuestas que podrían ser como disparos de hielo.
La situación que quisiera describir es la siguiente; desde que termine esa relación he decidido darme un tiempo a solas para adentrarme y conocer con mas detalle mi ser, largas jornadas de lectura y reflexión que apenas se ven interrumpidas por las exigencias que todo estudiante puede tener han dado como resultado una vida bastante errante a la hora de relacionarme, pocas veces me he dado escapadas a algún sitio recreativo, dígase café, bar, parque,…. etc. Por lo que mi tacto hacia las personas y los compromisos sociales se han visto de alguna forma alterados, no reacciono de la misma manera, me cuesta ser condescendiente hacia los demás y más aun llegar a empatizar. Todo esto no es nada nuevo en mi, esa forma de ser solo se ha visto un tanto acentuada, algo que es bastante comprensible debido a mi solitaria rutina. Mi círculo social esta acostumbrado de alguna forma a reconocer esas pulsiones por lo que no les resulta demasiado extraña mi manera de tratarles. El viernes me disponía a salir de la biblioteca, al darme cuenta que era inusualmente temprano, ya que mi horario de clases es bastante nefasto y pocas veces se presenta la oportunidad de pasar una tarde libre. Rondaba por las familiares calles, cuando de pronto me encuentro con un anuncio al exterior de un café que hacia tiempo no visitaba, me llamo la atención que esa tarde tocara un grupo bohemio de viejos conocidos, el pragmatismo de la situación era irresistible, así que subí por un buen capuchino o algún alipuz y de paso saludar a mis amigos.
El ambiente del café era agradable, faltaba menos de una hora para la presentación y la ola de coincidencias no cedía, justo frente a mi mesa se encontraba una amiga muy cercana que en los últimos meses no había visitado como a tantas otras personas, al poco tiempo la lista de temas se fue extendiendo la charla fue muy nutrida, alternando entre canciones e intervenciones, hasta que volvió muy densa. Pasamos del existencialismo de Camus a algo poco usual, mi reciente rompimiento, ella se sorprendió al saber que hacia considerable tiempo había terminado, por lo que advertidamente fue disminuyendo su imperativa charla hasta hacerla parecer digna de cualquier diván.me percate de lo vulnerable que podía volverme en tal situación, pero me deje llevar por las palabras que mi boca se empeñaba en producir dejando de lado mi criterio moral. La charla se convirtió en una confesión, mis mas íntimos pensamientos fueron tomando forma en frases poco apolíneas, cabe recalcar que mencionaba pensamientos existenciales, mas no sexuales, mis pulsiones sexuales apenas se dejaban ver en ese mar de logo centrismo.
Mis amigos paraban de tocar y me percate que casi era medianoche, el poder pastoral que ella podía ejercer sobre mi era abismal después de esa platica, salimos del café y tome el habitual camino a casa, ella me acompañaba mientras la distancia se acortaba, en ese momento recordé que su casa no quedaba muy lejos de ahí, por lo que la invite a mi casa para mostrarle algunos apuntes sobre una materia que hacia un rato me confesaba no poder dominar. La explicación fue corta y justo cuando se disponía a salir mi pulsión sexual fue tal que le bese de la forma en que un viejo amante suele hacerlo. Su reacción fue de indiferencia, pareciera que cualquier cosa que sucediese después podría ser permisible, pero su fría mirada y el carente calor de sus manos acrecentaban mis ganas de hacerle el amor.
El momento llego y parecería que solo accedió por compasión, su inexpresivo rostros y ese “hasta luego” tan seco, y falto de emoción me dejaron atónito, pase toda la noche en vela reflexionando la situación, me conozco, le conozco, nos nos dejaríamos llevar por cualquier cosa, la sexualidad para mi es algo especial que solo comparto cuando estoy seguro, para ella es algo que ni siquiera se atrevía a mencionar en ninguna de sus platicas, su vida amorosa es todo un misterio, pero el verla siempre caminar con ese pudoroso aire de colegiala y empedernida amante de las letras hacia pensarlo poco a cualquiera. Esta es mi situación, a pesar de abrir mi vida al poliamor en algún momento y haber tenido estables relaciones monógamas previas jamás había tenido una situación así. Mas allá de la casual naturaleza de la relación, lo que no logro comprender es que a pesar del dominio que ella tuvo en nuestra conversación, del correcto uso de las palabras que poco a poco transformaron la platica en un confesionario, hubiese mostrado esa indiferencia al hacer el amor.
Daré unos cuantos detalles que le añaden misticismo, he de confesar que jamás he planificado formar una familia convencional, dígase “hijos”, a pesar de haber hecho el amor con lucidez no utilicé preservativo, algo muy extraño en mi, ya que en cualquier otra situación al verme sin ellos hubiese corrido a conseguirlos, a ella no le importo, como si toda su persona me la hubiese entregado, como si su psique hubiera abandonado su cuerpo, mientras este se entregaba a la embriaguez de mis instintos. Las cosas están así, han pasado dos días desde ese momento, no me interesa ya que ella pudiese esperar un hijo mio , solo sé que mi deseo de poseerla es cada vez mas fuerte, pero….. El recordar su rostro en aquel momento me corta toda motivación de buscarla. No le he llamado, cambie mi numero recientemente y lo perdí, no usamos redes sociales, pero se donde estudia, donde vive, que hace en sus ratos libres, podría ahora mismo correr a buscarla y platicarle del idealizado castillo de naipes que pienso compartir con ella,… Cual seria su reacción?.
De ahí mi deseo de desahogarme escribiendo en este foro, y de paso recibir algunas respuestas que podrían ser como disparos de hielo.