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Bovino Milenario
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La carretera que va de Leon, Gto a San Juan De Los Lagos, Jalisco es testigo de varias peregrinaciones al año de cientos de fieles que van a visitar a la virgen a pie o a pagar una manda..todo parece normal, gente que reza y que lanza alabanzas hacia la milagrosa virgen, pero hay algo mas en esta peregrinacion.
La gente marcha tranquilamente en la noche, por ser un clima mas comodo si el sofocante calor del dia. Es mejor asi.
Todo marcha normal, la gente camina en sus cosas unos rezando, otros cansados, pero llama la atencion un grupo de gente que va muy callada; hombres, mujeres y niños, no platican con nadie y solo se limitan a caminar entre la multitud. Dispersos y callados.
Cuando los peregrinos van en grupo, siempre va uno que guia la caravana y en ocasiones llevan la cuenta de la gente que va para asegurarse de que nadie se quede atras. A las 2 de la mañana se cuentan 113 personas, un numero considerable. A las 3 30 se vuelve a contar y ya hay 145 petegrinos en la marcha, de seguro gente de otros grupos se habia unido a la caravana, no dio importancia, asi serian mas los fieles que verian a la virgen. En un descanso de la caravana se vuelve a contar a las personas,son las 5 de la mañana...113 personas, se asegura que el numero es acertado pues apenas una hora y media antes se habian contado 145 personas.
Peregrinos silenciosose dicen unos, dispersos dicen otros, jamas miran para arriba aseguran otros mas.
La respuesta a esa cuestion es esta:
En esa carretera muchos cientos de peregrinos han muerto, ya sea por descuidos de los mismos o por automovilistas a toda velocidad que pierden el control de sus vehiculos y que arrollan hasta grupos de 10 peregrinos, niños incluidos, niños traviesos que por lo aburrido del viaje cruzan la carretera sin precaucion y que el final es tragico.
Animas en pena que encontraron su muerte de manera tragica, o quiza almas que jamas pagaron una manda y estan condenados a vagar entre ellos hasta que el mismisimo Señor considere su perdon.
Almas en pena, van mas muertos que vivos a San Juan De Los Lagos, almas que la desgracia no deja que encuentren la luz, almas que vagan entre los vivos y que vagaran hasta que paguen su manda o hasta que el Señor se apiade de ellos.
Entre los arbustos, piedras y árboles se esconden, y cuando ven pasar a los sanjuaneros se les trepan, es por ello que miles de feligreses ven sombras o empiezan a sentirse cansados, como si en sus mochilas cargaran kilos de piedras o arena.
Lo anterior, son anécdotas de cientos de peregrinos que año con año no dejan de visitar a la Virgen de San Juan de los Lagos, algunos por cumplir una manda, muchos por gusto y otros por curiosidad, marchan en medio de la oscuridad, el frío y el cansancio por los caminos que conducen al recinto.
Al momento en el que los feligreses arriban al templo, depositan su bolso frente al altar y al abrirlo se dan cuenta que llevaban consigo huesos de cuerpo humano y es cuando se dan cuenta del porque el recorrido se les hizo pesado; sin embargo, gracias a ellos el ánima que andaba en pena logra descansar.
Martha Patricia Martínez, de 44 años de edad, quien durante 14 años continuos no ha dejado de ir a pie a San Juan de los Lagos, recordó que en una ocasión, una mujer de la tercera edad se le acercó y le dijo que le detuviera su morral y después ya no la volvió a ver.
Por no dejar la mochila, se la llevó y durante el camino comenzó a sentir pesadez en el cuerpo, fue entonces que al llegar al santuario abrió la bolsa y vio que eran los huesos de esa mujer que le había pedido ayuda.
Así como esta historia, hay infinidad de anécdotas que los peregrinos cuentan al regresar de ese largo recorrido, pues dicen que algunas personas mueren en el camino y son las que andan rondando en las montañas, se esconden entre los arbustos, para después pedir ayuda y cumplir con su manda.
A esas personas, después de que se les ayudó al dejar sus pertenencias en el altar, se les tiene que rezar para que su alma descanse en paz y continúe su vida después de la muerte, comentó uno de los fieles a la Virgen.
La gente marcha tranquilamente en la noche, por ser un clima mas comodo si el sofocante calor del dia. Es mejor asi.
Todo marcha normal, la gente camina en sus cosas unos rezando, otros cansados, pero llama la atencion un grupo de gente que va muy callada; hombres, mujeres y niños, no platican con nadie y solo se limitan a caminar entre la multitud. Dispersos y callados.
Cuando los peregrinos van en grupo, siempre va uno que guia la caravana y en ocasiones llevan la cuenta de la gente que va para asegurarse de que nadie se quede atras. A las 2 de la mañana se cuentan 113 personas, un numero considerable. A las 3 30 se vuelve a contar y ya hay 145 petegrinos en la marcha, de seguro gente de otros grupos se habia unido a la caravana, no dio importancia, asi serian mas los fieles que verian a la virgen. En un descanso de la caravana se vuelve a contar a las personas,son las 5 de la mañana...113 personas, se asegura que el numero es acertado pues apenas una hora y media antes se habian contado 145 personas.
Peregrinos silenciosose dicen unos, dispersos dicen otros, jamas miran para arriba aseguran otros mas.
La respuesta a esa cuestion es esta:
En esa carretera muchos cientos de peregrinos han muerto, ya sea por descuidos de los mismos o por automovilistas a toda velocidad que pierden el control de sus vehiculos y que arrollan hasta grupos de 10 peregrinos, niños incluidos, niños traviesos que por lo aburrido del viaje cruzan la carretera sin precaucion y que el final es tragico.
Animas en pena que encontraron su muerte de manera tragica, o quiza almas que jamas pagaron una manda y estan condenados a vagar entre ellos hasta que el mismisimo Señor considere su perdon.
Almas en pena, van mas muertos que vivos a San Juan De Los Lagos, almas que la desgracia no deja que encuentren la luz, almas que vagan entre los vivos y que vagaran hasta que paguen su manda o hasta que el Señor se apiade de ellos.
Entre los arbustos, piedras y árboles se esconden, y cuando ven pasar a los sanjuaneros se les trepan, es por ello que miles de feligreses ven sombras o empiezan a sentirse cansados, como si en sus mochilas cargaran kilos de piedras o arena.
Lo anterior, son anécdotas de cientos de peregrinos que año con año no dejan de visitar a la Virgen de San Juan de los Lagos, algunos por cumplir una manda, muchos por gusto y otros por curiosidad, marchan en medio de la oscuridad, el frío y el cansancio por los caminos que conducen al recinto.
Al momento en el que los feligreses arriban al templo, depositan su bolso frente al altar y al abrirlo se dan cuenta que llevaban consigo huesos de cuerpo humano y es cuando se dan cuenta del porque el recorrido se les hizo pesado; sin embargo, gracias a ellos el ánima que andaba en pena logra descansar.
Martha Patricia Martínez, de 44 años de edad, quien durante 14 años continuos no ha dejado de ir a pie a San Juan de los Lagos, recordó que en una ocasión, una mujer de la tercera edad se le acercó y le dijo que le detuviera su morral y después ya no la volvió a ver.
Por no dejar la mochila, se la llevó y durante el camino comenzó a sentir pesadez en el cuerpo, fue entonces que al llegar al santuario abrió la bolsa y vio que eran los huesos de esa mujer que le había pedido ayuda.
Así como esta historia, hay infinidad de anécdotas que los peregrinos cuentan al regresar de ese largo recorrido, pues dicen que algunas personas mueren en el camino y son las que andan rondando en las montañas, se esconden entre los arbustos, para después pedir ayuda y cumplir con su manda.
A esas personas, después de que se les ayudó al dejar sus pertenencias en el altar, se les tiene que rezar para que su alma descanse en paz y continúe su vida después de la muerte, comentó uno de los fieles a la Virgen.