Y México sigue dando cátedra de cómo manifestar su descontento ante el napoleónico chaparro.
Impulsores de la demada contra Calderón se ponen a disposición de la PGR
MÉXICO, D.F. (apro).- Unas 200 personas acudieron a las instalaciones  de la Procuraduría General de la República (PGR) para ponerse a  disposición de las autoridades, en respuesta a la amenaza del presidente  Felipe Calderón de proceder penalmente en contra de los 23 mil  ciudadanos que promovieron una denuncia en su contra en la Corte Penal  Internacional (CPI) de La Haya.
Durante la concentración,  juristas, académicos y activistas coincidieron, a través de un  pronunciamiento público, que el amago de Calderón de proceder legalmente  contra los impulsores de la demanda en la CPI, viola la Constitución y  los convenios internacionales en materia de derechos humanos firmados  por México.
El documento público, firmado por el exdirector del  Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, Diego Valadez; el  exminitro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Genaro Góngora;  el obispo de Saltillo, Raúl Vera; el investigador y asesor de la ONU,  Edgardo Buscaglia; y el historiador Lorenzo Meyer, entre otros, fue  leído ante el grupo de aproximadamente 200 personas que se presentaron a  las puertas del Procuraduría General de la República (PGR) para que la  dependencia procediera contra ellos.
La concentración fue  convocada luego de que el domingo por la noche la Presidencia de la  República emitió un comunicado en el que consideró la denuncia como una  sarta de “imputaciones falsas y calumniosas”, “infundadas e  improcedentes”; y dejó en claro que el Ejecutivo “explora todas las  alternativas para proceder legalmente” en contra los promotores de la  demanda.
Este comunicado fue agregado a la demanda por el abogado Netzaí Saldoval, redactor de la misma.
Los  manifestantes leyeron un pronunciamiento en el que dejaron en claro su  “preocupación” por las expresiones de la Presidencia de actuar contra  los 23 mil mexicanos que solicitan que el fiscal de la CPI “investigue  la posible comisión de crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad  tanto por funcionarios públicos como por narcotraficantes en México”.
Los  firmantes sostienen que con sus señalamientos, el gobierno de Calderón  viola la Constitución mexicana y el Pacto Internacional de los Derechos  Civiles, además de que podrían “afectar gravemente el estado de derecho,  la libertad de expresión y la convivencia democrática en el país”.
Destacaron  que la procedencia o no de la demanda es responsabilidad exclusiva de  la CPI, y agregaron que “hoy resulta sumamente preocupante que se  pretenda intimidar a los ciudadanos denunciantes al emprender acciones  en su contra”.
A los 40 minutos de que inició la protesta, el  subprocurador Jurídico y de Asuntos Internacionales de la PGR, Alejandro  Ramos Flores, se acercó al contingente acompañado de unos ocho  guardaespaldas para “invitar” a los manifestantes a “formar una  comisión” para que declararan lo que quisieran, porque  como se estaban  conduciendo en ese momento no era “la forma correcta”.
Amílcar  Sandoval Ballesteros, quien en ese momento hablaba por el micrófono,  preguntó al funcionario si Calderón ya había interpuesto alguna querella  en contra de los firmantes de la demanda que, de existir, estaban  dispuestos a comparecer. “Somos ciudadanos con nombre y apellido, en  pleno ejercicio de nuestros derechos, no estamos al servicio de nadie ni  tenemos intereses ocultos”, aclaró.
El funcionario negó la  existencia de alguna denuncia interpuesta por Calderón contra ellos, por  lo que Sandoval conminó a Ramos a permitir la realización de la  protesta pacífica.
John Ackerman, del Instituto de Investigaciones  Jurídicas de la UNAM, defendió el derecho de los mexicanos a cuestionar  la estrategia de combate al narcotráfico seguida por Felipe Calderón,  así como de acudir a instancias internacionales, como la CPI, a la que  México le ha reconocido competencia.
“Javier Sicilia le apostó a  la buena voluntad, se reunió dos veces con Calderón, le dio regalos, y  comprobó que Felipe Calderón no tiene buena voluntad; la UNAM hizo un  análisis pormenorizado de la situación de violencia que vive el país,  hizo una propuesta muy detallada encaminada a transformar la estrategia,  hasta el rector José Narro se entrevistó con Felipe Calderón, y lo que  se vio es que la inteligencia no le convence, la inteligencia no es lo  suyo, por ello recurrimos a la CPI, defendemos nuestro derecho a  disentir, y de exigir rendición de cuentas de manera pacífica”, dijo  Ackerman.
Edgar Cortez, del Instituto Mexicano de Derechos Humanos  y Democracia (IMDHD) informó que después del comunicado de Presidencia,  miles de personas más se adhirieron a la denuncia contra Calderón, y  consideró que “lo que no es viable jurídicamente” es una posible demanda  por daño moral, que es lo que podría hacer Calderón contra los  denunciantes, “porque iría contra la libertad de expresión”.
Rocío  Culebro, también del IMDHD, agregó que los 470 casos documentados en la  demanda “no son más que asuntos ya conocidos y difundidos por  organizaciones como Human Rights Watch (HRW), Amnistía Internacional  (AI), de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), entre otras,  la reacción de Calderón fue desproporcionada, porque no es la primera  vez que ejercemos nuestro derecho a acudir a instancias internacionales  en busca de justicia, y la prueba es que hay cinco sentencias de la  Corte Interamericana de Derechos Humanos, que por cierto no tienen  respuesta”.
José Rosario Marroquín, director del Centro de  Derechos Humanos Agustín Pro Juárez (Centro Prodh) consideró “grave, que  el gobierno esté pensando en actuar legalmente contra quienes recurren a  instancias legales internacionales para denunciar la impunidad. “Nos  dejaría en completa indefensión, porque si recurrimos a  organismos como  la Comisión Interamericana o a la CPI es precisamente porque aquí no  hay justicia”, agregó.
La Comisión de Derechos Humanos del  Distrito Federal (CDHDF) se sumó a la preocupación de juristas y  académicos por la reacción de la Presidencia, por lo que  recordó que  desde 2005 México forma parte del Estatuto de Roma, instrumento que  “autoriza a toda persona y organismos civiles a presentar información al  fiscal cuando se considere que en el país se han cometido crímenes de  competencia de la CPI”.