Pixar y las lecciones de Cars 2
Por Diego Lerer
El responsable del blog Micropsia analiza la nueva producción de los creadores de WALL-E y los logros y limitaciones de la "franquicia" del Rayo McQueen y Mate.
A diferencia de lo que opina buena parte de la crítica de los Estados Unidos, creo que
CARS 2 es una buena película, de las mejorcitas que hay entre los “tanques” hollywoodenses que están hoy en cartelera. Seré sincero: no puedo compararla con otros títulos de animación recientes porque no vi ni
KUNG FU PANDA 2, ni
MI VILLANO FAVORITO, ni
CÓMO ENTRENAR A TU DRAGON, ni
RANGO (solo vi
RIO… y me quedo con
CARS 2). Es que Pixar ha logrado, de
TOY STORY a esta parte, convertirme en un fan del sello.
Confieso que estoy un poco cansado del cine de animación y que sólo me movilizo por las películas de Pixar, o por las que tengo que ver para escribir. En general –por ese mismo desinterés– prefiero pasar de tener que escribir sobre el género y se lo dejo a colegas a los que les entusiasme más. Tal vez hayan sido los años y años de ver animación con mis hijos los que me agotaron, no lo sé, pero lo cierto es que Pixar es (dentro de la animación hollywoodense “para toda la familia”, no cuento aquí a Miyazaki ni films tipo
EL ILUSIONISTA) lo único que voy a ver con ganas y no por trabajo.
Es ahí donde quería llegar para hablar de
CARS 2. Si bien la película me gustó bastante, me entretuvo, me pareció técnicamente perfecta y me resultó por momentos muy divertida, fue la primera vez que sentí que una pelicula de Pixar era más parte de una “franquicia” que una creación con peso propio. Hasta ahora, el estudio se manejó con muchos títulos originales, pero aún en el caso de
TOY STORY, sus dos secuelas siempre se sintieron como películas que no intentaban explotar comercialmente una “marca” sino como grandes films con notables historias para contar. Al punto que han armado una de las mejores sagas de la historia del cine mundial, una de las pocas (tal vez la única) que mejora con cada nuevo capítulo.
Con
CARS 2 eso no pasa. Me da la impresión de que aquí primaron otras cosas: los deseos de Lasseter (se dice que es su saga mas personal de todas las de Pixar), la necesidad de vender autitos y merchandising, y la explotación de un mercado internacional que se quedó un poco afuera de la primera película, extremadamente localista. Tómense la tarea (yo lo hice) de entrar a
www.boxofficemojo.com y ver las cifras de taquilla en los Estados Unidos y en el resto del mundo de las películas de Pixar hasta ahora: la única que recaudó más en los Estados Unidos que afuera fue…
CARS. Y esta
CARS 2, en lugar de transcurrir en Radiator Springs (en el medio de la nada, en los Estados Unidos más profundos), pasa en “los grandes mercados” de Japón, Italia, Francia y Gran Bretaña. Saquen sus propias conclusiones…
Insisto: esto no quiere decir que
CARS 2 esté hecha solo con el bolsillo y que el producto sea impresentable. La capacidad técnica, creativa y narrativa del equipo de Pixar es tal que muchos podrán pasar por alto estos detalles “marketineros” y disfrutar de la experiencia kinética que propone el film, casi una comedia de acción. Pero me dio todo el tiempo la impresión de ser una película nacida más del equipo contable de la compañía que del creativo. No sé los numeros de Pixar, pero imagino que desde que está fusionada con Disney algo debe haber cambiado en su matriz económica. Tal vez
CARS 2 se pensó ante la posibilidad de que hubiera que “levantar el muerto” de
LA PRINCESA Y EL SAPO o de
ENREDADOS (una funcionó, la otra no, pero el tiempo que demanda la animación hace que haya que “abrir el paraguas” y arrancar con años de anticipación), y antes de saber que
TOY STORY 3 iba a ser el éxito mas grande de la historia de la compañía. No lo se. Lo cierto es que se tiene esa impresión.
Y no sólo por la “internacionalización” de la historia. A la película le falta algo que tienen casi siempre las películas de Pixar: un cierto núcleo emocional potente, hasta filosófico si se quiere, que envuelve a sus productos y que le da una densidad y profundidad inusual en la animación comercial. Sólo piensen en
RATATOUILLE,
UP,
WALL-E y
TOY STORY 3 y sabrán de lo que les hablo. Eso no está en
CARS 2. Se intenta lograrlo (con una zona de conflicto entre Mate y Rayo que intenta recordar a la relación entre Woody y Buzz de
TOY STORY), pero no hay demasiados logros. Alguien decía que esa dimensión no se conseguía al ser el de
CARS un mundo autosuficiente, sin contacto alguno con los humanos. Y me parece que si bien es cierto que la relación entre “humanos” y animales/objetos son parte de esa alquimia que funciona en las otras películas, la animación siempre ha conseguido densidad y profundidad sin apelar a contar con personas en sus historias.
Es interesante, igual, de pensarlo de esa manera en torno a las películas de Pixar específicamente, pero yo sigo creyendo que el problema pasa por otro lado, el que cite antes: acá la idea no nace como necesidad narrativa, sino comercial. Sólo
TOY STORY 2 desmiente esta teoría, ya que da la impresión de haberse hecho, en su momento, por motivos comerciales, pero haber logrado trascender esa barrera. Haber tardado tanto en hacerla deja en claro que no lo iban a hacer por hacer, sin tener algo importante que contar.
Ahora se habla de la precuela de
MONSTERS y la cuarta
TOY STORY y me da miedo. Pienso que Pixar puede haber caído en la trampa del “negocio”, del merchandising y de los distintos beneficios ligados a la animación (imagino que
WALL-E,
UP y
RATATOUILLE, más allá de haber sido exitosas como peliculas, en cines y ventas de DVDs, no producen muchas ganancias en “cajitas felices” o muñequitos), y transformarse en una productora más, capaz de hacer películas competentes y eficientes, pero sin la magia que tenía en la epoca pre-corporativa. O, digamos, menos corporativa. Espero equivocarme. O, al menos, que los cálculos comerciales de la empresa no impidan que las películas sigan siendo mágicas y maravillosas como suelen ser casi todas las de Pixar.
CARS 2 es una prueba de fuego en ese sentido: los críticos la maltrataron pero los números están dando muy bien. Y seguramente el merchandising explota ¿Podrá Disney conformarse con unos cientos de millones de dólares menos pero seguir dándonos más personajes como el viejito de
UP, el crítico de
RATATOUILLE o el robotito de
WALL-E? ¿O este es el fin de la época de oro y tendremos que conformarnos con una serie de películas competentes y bien hechas, pero desprovistas de ese plus? ¿Podrá repetirse la magia de
TOY STORY y satisfacer a contadores y a cinéfilos por igual? ¿O eso ya se acabó?
En tanto este recorrido en tiempo presente se define, seguiré yendo a ver las películas de Pixar con mas interés que el 90% de las otras (paso de todos los
SHREKS,
ERAS DE HIELO y compañía), pero ya con el temor instalado, con la guardia un poco alta. Con el dinero de
CARS 2, Pixar debería volver a mirar
RATATOUILLE y quedarse con la lección que ellos mismos imparten en esa pelicula. Están a tiempo…
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