Marca todos los pisos al bajar del ascensor.

Graba trozos de “Sweating to the Oldies” sobre las escenas clave de películas de alquiler.

Cómete el relleno de las Oreo, y deja las galletas otra vez en la bandeja.

Ve a un recital de poesía y pregunta en cada poema por qué no rima.

Pon la misma canción cincuenta veces en el equipo de música.

Invita a un montón de personas a las fiestas de otras personas. O bien, cuelga carteles sobre una fiesta inexistente, de manera que parezcan reales, con suficiente antelación para que la gente lo vea. De vez en cuando te das una vuelta a ver cuántos se la creyeron.

En el concepto de todos tus cheques, escribe “por masaje sensual”.

Di números aleatorios mientras alguien esta contando.

Engrapa documentos en el medio de la página.

Deja propinas en moneda boliviana (bueno, a menos que seas boliviano).

Escribe el sorprendente final de una novela en su primera página.

“Olvida” el final de un chiste largo, pero asegura al oyente que “era buenísimo”.

Agárrate de vez en cuando al mobiliario, informando a los curiosos de que no te quieres caer “si llega el gran terremoto”.

Tararea deliberadamente canciones pegadizas para tus colegas, como “Feliz Navidad”, “Sugar” o “Macarena”.

Inventa jerga informática sin sentido en conversaciones y averigua cómo se las apaña la gente para evitar aparentar ser un ignorante.

En una conversación, mira por la ventana y di “Espera, vuelve a empezar. No estaba prestando atención”.

Cuando estés cerca de alguien de “clase alta” pregúntale “Perdone, ¿tengo un moco colgando? Creía que me lo había quitado.”

Intercambia el mobiliario del jardín de un vecino con el de otro.

Saca fotos de la gente que va por la calle y sal corriendo.

Mueve el marcalibros de alguien tres páginas adelante cuando no estén mirando.

Una noche que no sea Halloween, consigue unos cuantos amigos y disfrazaros como Jason de Viernes 13. Entonces colóquense de pie en una autopista separados un kilómetro cada uno.

Cuando te pare la policía y venga caminando hacia tu coche, avanza lentamente y hazle caminar un trozo más. Sobre todo si llueve.

Pasa la podadora de césped a la alfombra de alguien.

Mete y saca compulsivamente la punta de tus bolígrafos o portaminas durante un examen en la escuela.

Mientras vas en un ascensor chilla: “¡¡¡¡AAAAAGGGGGHHHHH!!!! ¡¡¡VAMOS A MORIR!!!” sin razón aparente.

Has que se reúnan todos tus vecinos sin tener ningún motivo. Si no saben que tú los reuniste, mejor.

Ponte azúcar en el pelo, siéntate cerca de un desconocido, y ráscate la cabeza sin parar.

Camina con una espada y un escudo de plástico, y dile a los desconocidos: “Debo vengar la muerte de mi padre.”

Pega monedas al suelo.

Has tus exámenes y ejercicios de física y matemáticas usando sistemas de numeración diferentes a la notación decimal: hexadecimal, binario, números romanos, etc. Mezcla varias notaciones distintas en un mismo ejercicio. Si el profesor protesta o se niega a corregirte, acúsalo de no saber matemáticas y de no estar capacitado para ejercer la docencia.

Ponte gafas de sol siendo noche, no sonrías y quédate mirando fijamente y con cara amenazante a alguien hasta que huya.

Cuando vayas por la autopista, has que la gente baje la ventanilla y diles que llevan el depósito de gasolina abierto o una llanta ponchada o cualquier falla mecánica.

Si diseñas un formulario de registro, haz que los futuros usuarios repitan la contraseña 10 veces (o más).

Camina siempre con la mano metida dentro del pantalón. Cuando hables con la gente, sácatela (la mano), huélela y sonríe. Luego, vuelve a meterla en el pantalón.

Lleva siempre una tira de papel higiénico colgado de la parte de atrás de tu pantalón.