eoz
<marquee style="border-width:0px; border-style:non
- Desde
- 7 Nov 2005
- Mensajes
- 16.198
- Tema Autor
- #1
5 Trampas verbales que sabotean las discusiones.
Ahora que estamos en plena efervescencia política en México nos vamos a topar aquí y allá con discursos, discusiones, debates, charlas etc.todas o la mayoría centradas en asuntos políticos o en asuntos que en aparencia nada tienen que ver con lo político pero como venimos diciendo de hace unos días para acá todo tiene una Dimensión Política, inluyendo entonces las charlas y debates. Si lo sabemos aprovechar este tiempo de verbo en México puede resultar magnifico para ejercer la palabra y con esta tener las posibilidades de , en el terreno de lo social, procurar encuentros y construir consensos así como también, en el terreno de lo personal, ampliar los limites de nuestro propio pensamiento. Luego de un sexenio de guerra y muerte es bueno, siempre será mejor, abrirle espacios a las palabras antes que a las balas. Sin embargo en medio de lo positivo que pueda resultar de este ejercicio de tiempo y verbo mexicano seguramente nos vamos a encontrar con lo que se denominan trampas verbales, es decir construcciones semánticas aparentemente inapelables, concluyentes y conclusivas con las que se pretende atajar un argumento contrario al de quien recurre a la trampa verbal porque éste se ha visto rebasado en el planteamiento, bien de hechos irrefutables, bien de un mejor argumento o bien de un discurso con mejor consistencia interna ante lo cual quien recurre a la trampa verbal deja claro sus límites y carencias en cuanto a capacidad de diálogo. Como decíamos antes la trampa verbal apela a un supuesto saber pre establecido y pre consensuado que no necesita más ni mejores explicaciones que su enunciación misma pero lo que en la realidad se busca con ella es sabotear la discusión y con esto cerrar la posibilidad de diálogo, dar por terminada la discusión de algún tema. Acá hoy vamos a presentar algunas con las que más seguido nos topamos y que son unas que les pueden resultar conocidas seguramente también a ustedes. Trataremos de desmantelarlas, desarticularlas y evidenciar el verdadero sentido de la trampa verbal en cuestión. Vamos pues con las más socorridas. Obviaremos en la explicación que todas buscan concluir de manera más o menos tajante la charla o discusión en la que se enuncia.
1.- “Es mi opinión, respétala”. Cuando alguien enuncia esta frase usa tramposamente la palabra respeto pero lo que en realidad busca es que se acepte sin más su punto de vista, tal cuál, sin contrastarlo ni mucho menos matizarlo con otras ideas o posibles interpretaciones.
2.-“Ésa es tu percepción de las cosas, yo tengo una distinta” En el mismo sentido que la anterior pero por una ruta aparentemente distinta acá hay un ligero matiz en aceptar que el interlocutor pueda tener una visión distinta de un mismo hecho pero la trampa viene cuando se pone en disyuntiva absolutista el asunto tratado no importando la realidad o los argumentos, lo que importa es dejar claro que pase lo pase, sea la realidad como sea quien menciona dicha frase no se va a mover un ápice y por lo mismo se vuelve a cancelar posibilidad alguna de diálogo.
Las dos trampas verbales presentadas antes comparten la característica de que son reduccionistas, es decir, por muy amplio que sea el asunto tratado quieren, quienes la usan, que el asunto sea juzgado, evaluado y contrastado desde algo tan personal como lo puede ser una “opinión” o una “percepción”.
3.- “el tiempo –nos- dará la razón” En esta trampa se apela al pensamiento mágico donde no importa la construcción de las cosas ni de las condiciones si no que se espera que sea “ algo” el que venga a poner orden y por lo mismo imparta una supuesta justicia que casualmente estará “acorde” con quien emite el enunciado. Para corroborar la estructura del pensamiento mágico ahí donde dice “tiempo” remplace dicha palabra por el nombre del dios de su predilección y verá cómo encaja todo perfecta y claro… mágicamente.
4.- “eso dices tú porque eres un –inserte acá su adjetivación favorita-“ Clásica trampa verbal de las denominadas ad hominem, dirigida a quien la emite y que con esta trampa verbal se busca con eludir los argumentos y planteamientos discutidos redirigiendo la discusión a las personas en lugar de mantenerse el debate sobre las ideas. Esta trampa emana y busca a la vez el cosificar al interlocutor mediante la adjetivación y la etiquetación de la persona. Al darle el nivel de cosa, lo que diga, según quien emite la trampa verbal, no tiene valor y por lo mismo no vale la pena seguirlo discutiendo. Es de las más terribles pues de quien la emite se infiere un cierto grado de peligrosidad al no ver a otra persona como ser humano y empezar a verlo como “algo”… como una cosa que es susceptible de ser desechada literalmente. Ojo con esta trampa.
5.-“si no vas a aceptar la realidad no tiene caso seguir discutiendo”. En el lugar que ocupa la palabra “realidad” ponga “mi versión” y verá lo que pasa con el sentido de la frase…
Éstas son solo cinco de las innumerables trampas verbales que existen. Usted caro lector seguramente puede haberse topado con otras muchas de las cuales sería bueno hacer un recuento para seguirlas desmantelando y saberlas desarticular a tiempo sobre todo ahora que estamos en tiempos de spots, carteles y campañas políticas donde si le escarbamos no terminamos de hacer inventario de las trampas verbales que se usan cuando nuestros ilustres políticos nos llenan con nuevas variantes. Sigamos atentos.
Dimensión Política // Blog del empleo.

1.- “Es mi opinión, respétala”. Cuando alguien enuncia esta frase usa tramposamente la palabra respeto pero lo que en realidad busca es que se acepte sin más su punto de vista, tal cuál, sin contrastarlo ni mucho menos matizarlo con otras ideas o posibles interpretaciones.
2.-“Ésa es tu percepción de las cosas, yo tengo una distinta” En el mismo sentido que la anterior pero por una ruta aparentemente distinta acá hay un ligero matiz en aceptar que el interlocutor pueda tener una visión distinta de un mismo hecho pero la trampa viene cuando se pone en disyuntiva absolutista el asunto tratado no importando la realidad o los argumentos, lo que importa es dejar claro que pase lo pase, sea la realidad como sea quien menciona dicha frase no se va a mover un ápice y por lo mismo se vuelve a cancelar posibilidad alguna de diálogo.
Las dos trampas verbales presentadas antes comparten la característica de que son reduccionistas, es decir, por muy amplio que sea el asunto tratado quieren, quienes la usan, que el asunto sea juzgado, evaluado y contrastado desde algo tan personal como lo puede ser una “opinión” o una “percepción”.
3.- “el tiempo –nos- dará la razón” En esta trampa se apela al pensamiento mágico donde no importa la construcción de las cosas ni de las condiciones si no que se espera que sea “ algo” el que venga a poner orden y por lo mismo imparta una supuesta justicia que casualmente estará “acorde” con quien emite el enunciado. Para corroborar la estructura del pensamiento mágico ahí donde dice “tiempo” remplace dicha palabra por el nombre del dios de su predilección y verá cómo encaja todo perfecta y claro… mágicamente.
4.- “eso dices tú porque eres un –inserte acá su adjetivación favorita-“ Clásica trampa verbal de las denominadas ad hominem, dirigida a quien la emite y que con esta trampa verbal se busca con eludir los argumentos y planteamientos discutidos redirigiendo la discusión a las personas en lugar de mantenerse el debate sobre las ideas. Esta trampa emana y busca a la vez el cosificar al interlocutor mediante la adjetivación y la etiquetación de la persona. Al darle el nivel de cosa, lo que diga, según quien emite la trampa verbal, no tiene valor y por lo mismo no vale la pena seguirlo discutiendo. Es de las más terribles pues de quien la emite se infiere un cierto grado de peligrosidad al no ver a otra persona como ser humano y empezar a verlo como “algo”… como una cosa que es susceptible de ser desechada literalmente. Ojo con esta trampa.
5.-“si no vas a aceptar la realidad no tiene caso seguir discutiendo”. En el lugar que ocupa la palabra “realidad” ponga “mi versión” y verá lo que pasa con el sentido de la frase…
Éstas son solo cinco de las innumerables trampas verbales que existen. Usted caro lector seguramente puede haberse topado con otras muchas de las cuales sería bueno hacer un recuento para seguirlas desmantelando y saberlas desarticular a tiempo sobre todo ahora que estamos en tiempos de spots, carteles y campañas políticas donde si le escarbamos no terminamos de hacer inventario de las trampas verbales que se usan cuando nuestros ilustres políticos nos llenan con nuevas variantes. Sigamos atentos.
Dimensión Política // Blog del empleo.