Has sido acusado de asesinato en primer grado, mataste a un tendero y a una cliente a sangre fría y eres declarado culpable y condenado a muerte 'gracias' a las nuevas leyes. Sí, es cierto, no fuiste tú, pero estabas en el lugar equivocado en el momento equivocado, en el instante de tu ejecución...