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- #1
Que onda corral, ps les dejo este 'cuento' de mi carnal, estaba en el Rincon Literario pero lo rescato para este porque la neta a mi me gusto y esta muy ad hoc para este 14 de Febrero y tambien para esta seccion de COSAS SOBRENATURALES Y DE TERROR 
xD!
Por cierto no es mio, es de mi carnal.
ahi les va.

xD!
Por cierto no es mio, es de mi carnal.
ahi les va.
Comenten y felicidades.********************************************
Para que mires el mundo con mis ojos.
Para Aída es absolutamente imposible recordar la noche anterior, con cada intento se sobrevienen visiones monstruosas, voces sin sentido, luces caleidoscópicas y el olor de Sofía. El siempre suave y jovial olor de Sofía.
Es ya muy tarde cuando Aída logra salir de su edén lisérgico, aun con las pupilas dilatadas y los labios todavía secos se ve al espejo y observa a una hermosa mujer de piel blanquecina en una vacía habitación iluminada apenas por el sol vespertino. Ella es Aída, desnuda e imperfecta pero aun así brutalmente hermosa.
Ella se sabe acompañada, también sabe que no volverá a estar sola. Siente miedo.
Aída dejo su casa cuando apenas tenia 15 años, obsesionada con conseguir su sueño, con alcanzar su meta: Sofía. Y es que aun después de casi ya 8 años de tortura emocional Aída la sigue amando, en sus pesadillas la sombra de ella siempre esta presente, en sus orgasmos la imperiosa necesidad de sentirse amada. Esa sensación que solo puede encontrar en Sofía.
Con cierto aire de ausencia Aída se encamina hacia el baño, necesita inhalar un poco mas de Cocaína, sentir el rush, la adrenalina invadir su cuerpo pero es aun mas grande para ella la necesidad de quitar el hedor (y el dolor) que inunda su trémula piel.
Da un rápido vistazo a la habitación que se sabe, compartirá por siempre con su mas grande amor. Justo allí se encuentra Sofía, acostada sobre la cama, semidesnuda con su perfecta piel morena salpicada de un intenso color carmín desde el cuello hasta el vientre, su pelo sedoso negro ensortijado y esparcido sobre la ahora casi negra almohada. Degollada.
Aída regresa a su lado en la cama después de inhalar un par de líneas, la abraza y besa mientras acaricia sus senos y murmulla a su oído cuanto le ama. Ambas con los ojos vacuos.
Si, en efecto, ella se sabe acompañada, tiene la certeza de que jamás volverá a estar sola, sabe que ahora ella le pertenece y esta segura de que jamás se atreverá a abandonarla. No de nuevo.
Ahora Aída ha convertido a Sofía en la antitesis del egoísmo.
EL FIN