Ytunieve
Bovino maduro
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http://eleconomista.com.mx/columnas.../09/presupuestos-mexico-europa-estados-unidos
Constantemente volteamos a ver a Europa o a Estados Unidos como modelos económicos a seguir. Y no nos falta razón. Se trata de países más desarrollados que el nuestro, sin nuestros lamentables niveles de pobreza. Se trata de democracias más avanzadas y transparentes. Se trata, en suma, de economías más sustentables y con instituciones más sólidas que las nuestras.
Paradójicamente, resulta muy claro que la crítica situación de la economía mundial está generando mayores problemas a las tesorerías estadounidense y europeas, que lo que -hasta hoy- le afecta a las finanzas públicas mexicanas. Contamos con reservas en dólares suficientes para apuntalar al peso en su tipo de cambio frente al dólar, con ingresos petroleros todavía importantes, flujos de inversión extranjera respetables, con un sector exportador creciente y con inversiones en infraestructura nada despreciables.
Diversos países de Europa están pasando factura de políticas de expansión del gasto motivadas por diferentes razones, ya fuera por los costos de integración de los países de Europa Oriental -tras la caída del muro- o por apuntalar al euro en regiones con desigual nivel de desarrollo, generando con ello presiones inflacionarias y alzas a sus tasas de interés. En el caso de Estados Unidos, sus finanzas también están asumiendo el costo de la presencia militar en Afganistán e Irak, en un enorme crecimiento de su deuda soberana y en el rescate de instituciones que abarataron irresponsablemente millonarios créditos hipotecarios. El problema, en síntesis, es que esos países gastaron más de lo que ingresaban efectivamente y eso -lo sabemos- se produce con base en enormes endeudamientos.
Ante ese escenario, parecería que nuestra posición es envidiable. Y puede que lo sea, pero puede ser, también, que no lo sea por mucho tiempo.
Al igual que México, en los últimos cinco años las economías europeas y la estadounidense están intentando incrementar sus recursos públicos por la vía tributaria. Pero a diferencia de nuestro país, los gobiernos europeos y el estadounidense están recortando gastos de manera importante con el fin de reducir su déficit fiscal.
El Reino Unido, por ejemplo, introdujo el año pasado incrementos impositivos en el IVA y en el impuesto a las ganancias de capital, al tiempo en que recortó gastos de los ministerios del gabinete en 25%, recortó subsidios, aumentó la edad de jubilación y redujo asignaciones a la Reina.
El objetivo de los ingleses es llevar el déficit actual de 10.1 a 1.1% del PIB en cinco ejercicios. España ha anunciado una reforma fiscal que incremente el impuesto a las sociedades y a las personas de altos ingresos (siguiendo la propuesta de Francia), justo cuando antier el Senado español aprobó límites al endeudamiento público en la propia Constitución española.
En situación semejante se encuentran los planes de ajuste de Italia. Ni se diga de los planes anunciados por Grecia, Portugal o Irlanda.
Sin embargo, en nuestro país, no se ha efectuado ningún ajuste real al gasto público. Por el contrario, las solicitudes de asignación presupuestal se incrementan anualmente en términos reales. La solicitud el IFE de un presupuesto para el 2012 por 16,000 millones de pesos provocó que el propio presidente Calderón pronunciara que se habían volado la barda.
El colmo viene cuando los diputados anuncian que habrán de aprobarse un presupuesto para su Cámara con un incremento de 25%, por casi 1,300 millones de pesos más que el año pasado. De prosperar esta propuesta -que ellos mismos aprueban-, la Cámara de Diputados nos costará a los contribuyentes poco más de 6,500 millones de pesos en el 2012.(Casi nada) Esto significa que cada uno de nuestros 500 diputados tiene un costo anual de 13 millones de pesos.(.En serio nadie se opone, pero como)
Los ejercicios parlamentarios en Europa han sido, sin duda, impopulares. Leemos en los diarios de copiosas manifestaciones en contra de los planes de ajuste y reducción de gasto. Sin embargo, sus representantes populares -de facciones opositoras- se han puesto de acuerdo para reducir sus déficit fiscales, como la única vía para recuperar el crecimiento. Lo mismo atestiguamos hace unas semanas entre republicanos y demócratas en Estados Unidos.
Aun cuando las economías del primer mundo atraviesan problemas que la nuestra no enfrenta con esa magnitud, vale la pena que al revisar el Presupuesto entregado ayer por el presidente Calderón, los diputados volteen a ver qué están haciendo sus correligionarios en aquellas latitudes. Todavía estamos a tiempo.
***************
Aun estamos a tiempo?,
Constantemente volteamos a ver a Europa o a Estados Unidos como modelos económicos a seguir. Y no nos falta razón. Se trata de países más desarrollados que el nuestro, sin nuestros lamentables niveles de pobreza. Se trata de democracias más avanzadas y transparentes. Se trata, en suma, de economías más sustentables y con instituciones más sólidas que las nuestras.
Paradójicamente, resulta muy claro que la crítica situación de la economía mundial está generando mayores problemas a las tesorerías estadounidense y europeas, que lo que -hasta hoy- le afecta a las finanzas públicas mexicanas. Contamos con reservas en dólares suficientes para apuntalar al peso en su tipo de cambio frente al dólar, con ingresos petroleros todavía importantes, flujos de inversión extranjera respetables, con un sector exportador creciente y con inversiones en infraestructura nada despreciables.
Diversos países de Europa están pasando factura de políticas de expansión del gasto motivadas por diferentes razones, ya fuera por los costos de integración de los países de Europa Oriental -tras la caída del muro- o por apuntalar al euro en regiones con desigual nivel de desarrollo, generando con ello presiones inflacionarias y alzas a sus tasas de interés. En el caso de Estados Unidos, sus finanzas también están asumiendo el costo de la presencia militar en Afganistán e Irak, en un enorme crecimiento de su deuda soberana y en el rescate de instituciones que abarataron irresponsablemente millonarios créditos hipotecarios. El problema, en síntesis, es que esos países gastaron más de lo que ingresaban efectivamente y eso -lo sabemos- se produce con base en enormes endeudamientos.
Ante ese escenario, parecería que nuestra posición es envidiable. Y puede que lo sea, pero puede ser, también, que no lo sea por mucho tiempo.
Al igual que México, en los últimos cinco años las economías europeas y la estadounidense están intentando incrementar sus recursos públicos por la vía tributaria. Pero a diferencia de nuestro país, los gobiernos europeos y el estadounidense están recortando gastos de manera importante con el fin de reducir su déficit fiscal.
El Reino Unido, por ejemplo, introdujo el año pasado incrementos impositivos en el IVA y en el impuesto a las ganancias de capital, al tiempo en que recortó gastos de los ministerios del gabinete en 25%, recortó subsidios, aumentó la edad de jubilación y redujo asignaciones a la Reina.
El objetivo de los ingleses es llevar el déficit actual de 10.1 a 1.1% del PIB en cinco ejercicios. España ha anunciado una reforma fiscal que incremente el impuesto a las sociedades y a las personas de altos ingresos (siguiendo la propuesta de Francia), justo cuando antier el Senado español aprobó límites al endeudamiento público en la propia Constitución española.
En situación semejante se encuentran los planes de ajuste de Italia. Ni se diga de los planes anunciados por Grecia, Portugal o Irlanda.
Sin embargo, en nuestro país, no se ha efectuado ningún ajuste real al gasto público. Por el contrario, las solicitudes de asignación presupuestal se incrementan anualmente en términos reales. La solicitud el IFE de un presupuesto para el 2012 por 16,000 millones de pesos provocó que el propio presidente Calderón pronunciara que se habían volado la barda.
El colmo viene cuando los diputados anuncian que habrán de aprobarse un presupuesto para su Cámara con un incremento de 25%, por casi 1,300 millones de pesos más que el año pasado. De prosperar esta propuesta -que ellos mismos aprueban-, la Cámara de Diputados nos costará a los contribuyentes poco más de 6,500 millones de pesos en el 2012.(Casi nada) Esto significa que cada uno de nuestros 500 diputados tiene un costo anual de 13 millones de pesos.(.En serio nadie se opone, pero como)
Los ejercicios parlamentarios en Europa han sido, sin duda, impopulares. Leemos en los diarios de copiosas manifestaciones en contra de los planes de ajuste y reducción de gasto. Sin embargo, sus representantes populares -de facciones opositoras- se han puesto de acuerdo para reducir sus déficit fiscales, como la única vía para recuperar el crecimiento. Lo mismo atestiguamos hace unas semanas entre republicanos y demócratas en Estados Unidos.
Aun cuando las economías del primer mundo atraviesan problemas que la nuestra no enfrenta con esa magnitud, vale la pena que al revisar el Presupuesto entregado ayer por el presidente Calderón, los diputados volteen a ver qué están haciendo sus correligionarios en aquellas latitudes. Todavía estamos a tiempo.
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Aun estamos a tiempo?,