Experimento LOHAFEX: ¿Fertilizando el océano?

#1
Quiero empezar aclarando que sé muy poco sobre éste experimento, espero que algún compañero mejor informado pueda echar más luz sobre el tema y las consecuencias del experimento. Personalmente se me hace alarmante la información que les comparto -en varias notas- a continuación, tal parece que los grandes contaminadores buscan atajos y artimañas para paliar de alguna manera los efectos nefastos de sus compañías en el medio ambiente, en vez de reducir sus emisiones de CO2, ¿será el remedio peor que la enfermedad?:

Investigador Participa en Experimento de Fertilización en la Antártica

* Los científicos, de distintas partes del mundo, estudiarán durante 2.5 meses los efectos del crecimiento masivo de microalgas sobre el intercambio de CO2 entre el océano y la atmósfera.

Un equipo de científicos de diferentes países, incluido Chile, y liderados por los Drs. W. Naqvi (NIO, Goa, India) y V. Smetacek (AWI, Bremerhaven, Alemania) realizará un experimento de fertilización con hierro llamado LOHAFEX (LOHA significa hierro en Hindi), usando el rompe-hielo alemán B/C "Polarstern". Esto se desarrollará entre enero y marzo de 2009 en aguas antárticas.

El equipo antes indicado está compuesto por 32 investigadores de India, 11 de Alemania y 10 de otros países como Italia, España, Chile, Francia, Inglaterra y Estados Unidos. Ellos abordarán el "Polarstern" en Ciudad del Cabo, Sud-Africa, el 7 de enero de 2009, para continuar al área de estudio en al sector SO del Atlántico cerca de 50ºS, 37ºW.

De acuerdo a lo señalado por el Dr. Humberto González, académico del Instituto de Biología Marina, Facultad de Ciencias de la Universidad Austral de Chile, LOHAFEX estimulará el rápido crecimiento del fitoplancton en un área de 300 km2, fertilizándola con 20 toneladas de sulfato de hierro disuelto. "Estudiaremos durante 2.5 meses los efectos del crecimiento masivo de microalgas sobre el intercambio de CO2 entre el océano y la atmósfera, así como sobre la estructura y relaciones tróficas de ambientes pelágicos y bentónicos".

Explicó que los resultados del experimento serán de gran interés para ecólogos y geoquímicos marinos, ya que el fitoplancton no solo provee el alimento que mantiene la vida en océano, sino que también juega un rol clave en la regulación de las concentraciones del gas invernadero CO2 en la atmósfera. "En efecto, hay razones para creer que la fertilización de la Antártica con cantidades traza de hierro podrá ayudar a transferir el CO2 que actualmente se ha acumulado, a una alta tasa en la atmósfera, al océano profundo por algunos siglos", indicó.

Contrastar la hipótesis antes mencionada es uno de los objetivos de LOHAFEX. Otro propósito es estudiar el efecto de la fertilización sobre el zooplancton, en particular el krill, elemento clave en la trama trófica Antártica. "La biomasa de krill ha declinado más de 80% durante las últimas décadas, y su respuesta al incremento de productividad determinada por la fertilización, nos indicará si ésta sostenida declinación es debido a la evidente disminución de la productividad de la zona. Por tanto, la fertilización con hierro de lugares habitados por krill, podría ayudar a incrementar su biomasa hacia valores antes reportados y facilitar también la recuperación de las diezmadas poblaciones de ballenas", indica.

Experimentos

Anteriormente se ha mostrado que la fertilización, de un parche de la superficie del océano Antártico, resulta en un rápido crecimiento del fitoplancton, el cual mediante la fotosíntesis convierte cantidades sustanciales de CO2 disuelto en el agua, en biomasa de fitoplancton. La disminución de CO2 en la capa superficial, causada por la conversión a biomasa fitoplanctónica, es compensada por la entrada desde la atmósfera hasta alcanzar nuevamente el equilibrio.

La biomasa fitoplanctónica consumida y respirada por el zooplancton y los microorganismos en la superficie del océano, es devuelta a la atmósfera en períodos de semanas a meses, pero el carbono almacenado en partículas orgánicas en forma de agregados de fito-detritus y pellet fecales de zooplancton que sedimenta hasta el océano profundo, es secuestrado de su intercambio con la atmósfera por centurias.

Respecto a lo anterior, el destino del carbono fitoplanctónico generado no ha podido ser adecuadamente estudiado en experimentos anteriores. Si la Antártica completa (~50 millones km2) pudiera ser fertilizada y una fracción de la biomasa fitoplanctónica, equivalente a 20 grC m-2, se hundiera hasta 1000 m de profundidad, alrededor de 1 billón de toneladas de carbono (1 Gt) por año podría ser secuestrada por varios siglos. LOHAFEX es el primero de una nueva generación de experimentos de fertilización con hierro dirigido a aminorar los efectos dañinos del cambio climático global.

Investigador UACh

El Dr. González estará a cargo de la exportación de materia orgánica particulada (eficiencia de la bomba biológica), debido al flujo de material fecal y biomasas de macrozooplancton (con énfasis en krill). Este trabajo será llevado a cabo mediante análisis de las partículas colectadas en trampas de sedimento de deriva libre y flotabilidad neutra, para estimar el impacto del zooplancton en el flujo de carbono y el posible destino -exportación versus reciclamiento- del crecimiento masivo de fitoplancton. Además, se colectarán partículas (microzooplancton y pellet fecales) desde la columna de agua mediante una Multi-net (55 µm de tamaño de trama) desde cinco estratos de la columna de agua: 0-50; 50-150; 150-300; 300-500 and 500-1,000 m de profundidad.

Código:
[URL]http://www.ciencias.uach.cl/noticia.php?codigo=6493[/URL]
Geoingenieros alemanes muestran voluntad de hierro para desafiar moratoria global de la ONU

Grupo ETC 8 de enero de 2009

Una controvertida expedición de geoingeniería partirá desde Sudáfrica hoy desafiando la moratoria sobre estas actividades, firmada por 191 naciones en la ONU. En respuesta, grupos de la sociedad civil global llaman a los gobiernos y a Naciones Unidas a tomar acciones.

El RV Polarstern, un buque alemán de investigación, propiedad del Instituto Alfred Weneger para la Investigación Marina de Postdam, Alemania, partió de Ciudad del Cabo el 7 de enero de 2009 para iniciar un experimento en gran escala de geoingeniería, llamado “Lohafex”. La expedición Lohafex, aprobada por los gobiernos de India y Alemania, según Victor Smetacek, uno de los científicos a cargo de la expedición, propone verter partículas de sulfato de hierro sobre 300 kilómetros cuadrados en el océano abierto en el Mar de Scotia, cerca de Antártica. El equipo busca provocar un florecimiento masivo de plancton que pueda percibirse desde el espacio exterior. La expectativa es que al “fertilizar” el océano con hierro ocurra una enorme captura de carbono, lo cual demuestre que esta técnica es un remedio veloz para el cambio climático. Experimentos anteriores con fertilización oceánica han demostrado que este no es el caso.

En 2008, tanto el Convenio sobre Diversidad Biológica (CDB) como el convenio de Londres de la Organización Marítima Internacional —tratado que regula el vertido de sustancias o desechos al mar— establecieron una moratoria global sobre las actividades de fertilización oceánica debido a los riesgos ecológicos para los océanos y el clima. Grupos de la sociedad civil llaman ahora a los gobiernos de India y Alemania a respetar la moratoria internacional sobre fertilización oceánica y a cancelar la expedición Lohafex, la tercera expedición para vertido de hierro en la Antártica encabezada por el Instituto Alfred Wegener de Alemania desde el año 2000.

“Si el vertido y hierro de Lohafex se realiza, será un abierto desafío al Convenio sobre Diversidad Biológica de Naciones Unidas,” advierte Jim Thomas del Grupo ETC, organización internacional que jugó un papel clave en lograr la moratoria. “Es particularmente chocante que Alemania, quien preside actualmente el Convenio, sea el país que rompe con el acuerdo. El florecimiento artificial de plancton podrá verse desde el espacio, pero parece que no lo ven desde Berlín.”

En mayo de 2008, el ministro alemán del ambiente, Sigmar Gabriel negoció el texto final de la moratoria, en su calidad de presidente de las negociaciones globales. Las partes del Convenio —incluyendo Sudáfrica, India y Alemania— acordaron que no se realizarían actividades de fertilización oceánica hasta que hubiera “fundamentos científicos adecuados sobre los cales justificar esas actividades, incluyendo una evaluación de los riesgos asociados”, y “un control global, trasparente y efectivo así como un mecanismo regulatorio para esas actividades.” Hasta la fecha, no existe tal mecanismo. El ministro del ambiente de Alemania ha elogiado la moratoria de facto, agregando: “Es muy extraño pensar que la tecnología puede resolverlo todo. Es riesgoso y demuestra lo que los humanos estamos dispuestos a hacer. Me congratulo de que logramos una moratoria de facto.”

Aunque la moratoria del CBD sí menciona que pudieran realizarse “experimentos en pequeña escala, dentro de las aguas costeras”, Lohafex se propone en altamar. Más aún, las partes del Convenio de Londres y del Protocolo que lo enmienda en 1996, organismos internacionales que trabajan para evitar el vertido de sustancias y desechos en los océanos, fortalecieron recientemente la moratoria al adoptar una resolución que prohíbe todas las actividades de fertilización oceánica, en la escala que sean, hasta que se establezcan una serie de reglas específicas. La primera reunión para el establecimiento de esas reglas ocurrirá en febrero de 2009. Grupos de la sociedad civil contactan en estos momentos a los gobiernos nacionales, así como al Secretariado del Convenio sobre Diversidad Biológica, demandando que respeten la moratoria y eviten que la expedición Lohafex siga adelante.

“Pensamos que nuestro gobierno no debe facilitar el trabajo de esos controvertidos geoingenieros para romper la moratoria global”, explica Mariam Mayet, abogada ambientalista del South African Center for Biosafety. “Hemos demandado formalmente a nuestro ministro del ambiente que obligue al barco a regresar a puerto y que deje allí su cargamento de hierro.”

Esta es la tercera expedición de fertilización oceánica a la que grupos de la sociedad civil se han opuesto en los últimos dos años. En 2007 a dos compañías privadas, Ocean Nourishment Corporation de Australia, y Planktos Inc. de Estados Unidos se les impidió que realizaran sus actividades de fertilización oceánica en el Mar Sulu (Filipinas) y cerca de las Islas Galápagos (Ecuador). En la breve historia de esta moratoria global establecida en 2008, Lohafex sería la primera operación de este tipo que abiertamente desafía los acuerdos tomados por la comunidad internacional. La fertilización oceánica es solo una de una serie de propuestas extremas para remediar problemas de calentamiento, a las que nos referimos como geoingeniería, y que intentan ser una respuesta al cambio climático.

Código:
[URL]http://www.ecoportal.net/content/view/full/83683[/URL]
Más sobre la expedición de LOHAFEX

Siguen los planes de fertilización oceánica a pesar de que el Ministerio del Ambiente de Alemania pidió que el barco se detuviera

En medio de una creciente oleada de protestas de los cuatro continentes, el Ministro Federal del Ambiente de Alemania, Sigmar Gabriel, ha pedido repetidas veces al buque alemán de investigación, el RV Polarstern, que detenga su controvertido experimento de fertilización del océano.(1) Sin embargo, los geoingenieros a bordo parecen ignorar los llamados el ministro. Ya en alta mar, van a todo vapor hacia el sitio en que intentan realizar el vertido de hierro.

La semana pasada, el Grupo ETC y organizaciones aliadas en Alemania, India y Sudáfrica informaron sobre una expedición Indo-Alemana de investigación, denominada LOHAFEX, que estaba por violar la moratoria global sobre fertilización del océano establecida a través del Convenio de Diversidad Biológica (CDB). (2) Los investigadores de LOHAFEX planean esparcir seis toneladas de sulfato de hierro (en informaciones anteriores, habían dicho que serían 20 toneladas) (3) en un área de 300 kilómetros cuadrados del océano, con el fin de estimular el crecimiento del fitoplancton. Esta “fertilización del océano”, es solo un ejemplo de las tecnologías propuestas para alterar intencionalmente el clima, que se han denominado, en conjunto, “geoingeniería”. Al dirigirse mar adentro, los investigadores de LOHAFEX están rompiendo abiertamente los términos de la moratoria del CDB. (4)

Según informa hoy la prensa en Alemania, el ministro del ambiente, Sigmar Gabriel se unió a las demandas de quienes están exigiendo que el experimento LOHAFEX se detenga. El periódico Märkische Allgemeine publicó extractos de una carta enviada por el ministro Gabriel a su colega, la ministra de investigación Annette Schavan. En la carta, Gabriel pide a Schavan asegurarse de que el proyecto “se detenga inmediatamente”. (5) La operación “afecta la credibilidad de Alemania y su papel pionero en la protección de la diversidad biológica”. (6) Sigmar Gabriel personalmente negoció la moratoria sobre fertilización del océano durante la reunión del CDB el año pasado en Bonn. Gabriel es actualmente Presidente del Buró que vigila el Convenio de Diversidad Biológica.

Si bien el mensaje por parte del ministerio del ambiente de Alemania es fuerte y claro, los investigadores no parecen estar escuchándolo. En vez de cambiar su curso, están dando información contradictora o equivocada a la prensa y al público. Cuando los contactó el Grupo ETC la semana pasada, el Dr. Victor Smetacek, uno de los jefes científicos de la expedición LOHAFEX, escribió desde a bordo del RV Polarstern que su expedición tenía el “permiso explícito de los gobiernos de India y Alemania, incluido el del Ministerio Alemán del Ambiente, anfitrión del Convenio de Diversidad Biológica en mayo pasado.” (7) Las declaraciones recientes del ministro Gabriel contradicen esto. Al presionarlo para que ampliara los detalles del “permiso explícito”, el Dr. Smetacek simplemente dejó de responder.

Los investigadores de LOHAFEX también publicaron una declaración, en un sitio electrónico, en la que reconocen que la moratoria del CBD restringe los experimentos en pequeña escala a las aguas costeras. Sin embargo aseguran que el requerimiento del CDB de que “tales experimentos se limiten a las aguas costeras era tal vez una aberración, que ya ha sido corregida.”(8) Al parecer, también dijeron a los otros miembros de la prensa que recibieron permiso especial de Naciones Unidas. (9) Desde que se estableció la moratoria en mayo de 2008, no ha habido procesos o reuniones dentro del contexto de las negociaciones del CBD que hubieran permitido que tal “aberración” fuera “corregida”. El Grupo ETC contactó al Secretariado del CDB para consultar este asunto. La próxima oportunidad en que la comunidad internacional discutirá la fertilización oceánica es durante dos reuniones paralelas, una de los Grupos Científicos del Convenio de Londres (11 al 13 de febrero de 2009) y en la reunión del Buró del Convenio de Diversidad Biológica (13 de febrero). Los investigadores de LOHAFEX al parecer están sincronizando su vertido de hierro de modo que no los afecten las discusiones de cualquiera de los foros.

“Los geoingenieros de LOHAFEX parecen desafiar no solo un acuerdo de Naciones Unidas, sino también a su propio ministro del ambiente”, argumenta Jim Thomas del Grupo ETC. “Este caso demuestra claramente que necesitamos normas obligatorias para evitar que los geoingenieros jueguen con el planeta.”

Código:
[URL]http://jbcs.blogspot.com/2009/01/ms-sobre-la-expedicin-de-lohafex.html[/URL]
Lo último sobre LOHAFEX: arrojando por la borda la precaución (y el hierro)

El Grupo ETC se unió al coro de voces, incluyendo la del Ministerio Alemán del Ambiente, para expresar su profundo rechazo a la decisión de la Ministra de Investigación de Alemania de reautorizar la controvertida expedición LOHAFEX de fertilización del océano. Los investigadores a bordo del buque alemán RV Polarstern han arrojado ahora seis toneladas de sulfato de hierro sobre 300 kilómetros cuadrados del océano abierto en el Mar de Scotia (al este de Argentina) para estimular artificialmente el florecimiento del plancton. Será uno de los experimentos de fertilización oceánica más grandes hasta la fecha.

La expedición LOHAFEX había sido temporalmente suspendida por la Ministra de Investigación de Alemania, Annette Schavan, a pedido del Ministro del Ambiente, después de la oposición de grupos de la sociedad civil y expertos que afirman que la expedición viola la moratoria sobre fertilización oceánica que se acordó el año pasado durante el Convenio de Diversidad Biológica.(CBD) El 26 de enero el equipo de Schavan expidió documentos al vapor que justifican el experimento, e hizo pública su reautorización. En respuesta, el Ministro del Ambiente de Alemania reiteró su oposición a la expedición LOHAFEX, haciendo una fuerte declaración en la que critica el fracaso en garantizar el monitoreo independiente haciendo eco de preocupaciones expresadas en la comunidad científica, incluyendo las del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC por sus siglas en inglés) en torno a la fertilización del océano, que posibilitaron la moratoria de facto establecida el año pasado en la reunión del CBD.

“Nos ofende que la Ministra Schavan haya dado luz verde al vertimiento de hierro a pesar de las preocupaciones expresadas por el Ministro del Ambiente y por una amplia coalición de organizaciones de la sociedad civil así como de científicos,” afirmó Silvia Ribeiro del Grupo ETC, desde el Foro Social Mundial en Belém, Brasil. “Esta decisión muestra un desprecio sorprendente por la decisión de la Conferencia de las Partes del Convenio de Diversidad Biológica, en la cual el gobierno alemán jugó un papel clave, y erosiona seriamente la credibilidad de Alemania en las negociaciones futuras. También manda la señal equivocada a los geoingenieros que buscan rediseñar el planeta con fines de lucro.”

El acuerdo del CDB especificó que cualquier experimento científico tendría que hacerse en “pequeña escala” y “dentro de las aguas costeras”. Si bien no es claro si los 300 kilómetros cuadrados (aproximadamente el tamaño de Tobago) representan “pequeña escala” el lugar del experimento es claramente en alta mar y lejos de la costa. Los investigadores de LOHAFEX han argumentado que esta ubicación en alta mar es igual que en aguas costeras, porque algunas especies de plancton encontradas allí también existen cerca de la costa. “Aplicar esta definición creativa significa que muchos de los océanos del planeta podrían reclasificarse teóricamente como ‘costas’, despojando al término de todo significado”, enfatiza Jim Thomas del Grupo ETC. “Sorprendentemente, la Ministra Schavan aceptó este argumento inusual”. Thomas agrega que “si el gobierno alemán tiene problemas con los términos del acuerdo logrado en el CDB, debe plantearlos a través de los canales apropiados para renegociación.” Desgraciadamente, la decisión de seguir adelante con LOHAFEX parece querer esquivar las discusiones internacionales sobre la materia, en las agendas en la reunión de los Grupos Científicos del Convenio de Londres (del 11 al 13 de febrero) y de la próxima reunión del Buró del CBD (13 de febrero), es decir, en menos de dos semanas.

LOHAFEX no es un caso aislado. Varios ambientalistas se alarmaron la semana pasada al saber que otro esquema de fertilización del océano está desarrollándose. Ahora se trata de urea, fertilizante rico en nitrógeno, que intentan arrojar en marzo en el Mar de Tasmania (entre Australia y Nueva Zelanda). Bajo los auspicios del Grupo de Tecnología Oceánica de la Universidad de Sydney, dirigido por Ian S. F. Jones, los financiadores del proyecto esperan luz verde del gobierno de Australia para arrojar urea en aguas internacionales. Bajo la protección de un “instituto de investigación”, el profesor Jones también es el hombre al frente de Ocean Nourishment Corporation, y es bien conocido por su interés en las ganancias potenciales de tales proyectos. Al parecer la precaución que dio forma a las discusiones en el CBD hace menos de un año la están tirando por la borda y la sociedad civil necesitará trabajar duro para mantener la moratoria y asegurar que se fortalezca.

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[URL]http://www.etcgroup.org/es/materiales/publicaciones.html?pub_id=720[/URL]
Aterrorizados por la geoingeniería

El sucio secreto de las propuestas de geoingeniería es que un solo superpoder, un puñado de mañosos o incluso una pequeña coalición de interesados, puede reorganizar el planeta sin la aprobación de nadie. La geoingeniería significa que los países del Norte, serán quienes puedan protegerse a sí mismos, con su dedo en el termostato. Los países del Sur, no tendrán control sobre el termostato y tendrán que defenderse por sí mismos.

Más de 80 organizaciones de la sociedad civil de 20 países enviaron un fuerte mensaje a científicos reunidos en Copenhague, con una declaración conjunta que fue redactada durante el Foro Social Mundial en Belém, Brasil: “El mundo mejor que buscamos no es con geoingeniería.” La declaración se publica al tiempo que un pequeño grupo de científicos de alto perfil se reúnen a discutir ciencias climáticas en Copenhague,[1] con la idea de presionar a los gobiernos a que apoyen y financien experimentos de geoingeniería en el planeta. El Grupo ETC, organización internacional de la sociedad civil con sede en Canadá, publica la declaración, que se enfoca en la fertilización oceánica, una de las más controvertidas tecnologías de geoingeniería. Los grupos que la apoyan afirman que “la fertilización oceánica y otros esquemas de geoingeniería, injustos y de alto riesgo, son una respuesta equivocada al reto que presenta el cambio climático global.”

“En el Foro Social Mundial”, explica Silvia Ribeiro del Grupo ETC en México, “todo mundo estaba preocupado por dos experimentos de fertilización oceánica que estaban a punto de violar la moratoria de facto del Convenio sobre Diversidad Biológica de la ONU. Uno era el vertido de hierro en el Mar de Scotia, experimento de India y Alemania (denominado LOHAFEX) y el otro es una propuesta para arrojar urea en el Mar de Tasmania (encabezado por Ian S.F. Jones, quien participa en el Panel de Geoingeniería en Copenhague este miércoles por la mañana).
La iniciativa LOHAFEX fue cuestionada por el Ministro Alemán del Ambiente pero siguió adelante. El barco RV Polarstern, desde donde se realizó el experimento, encallará en Punta Arena, Chile, el 17 de marzo. La declaración contra la geoingeniería estará recibiendo firmas hasta esa fecha.”

“La reunión en Copenhague representa una gran oportunidad para que los geoingenieros se muevan de la periferia de la investigación científica hacia el centro del debate y por lo tanto presionan a los gobiernos para que financien sus experimentos,” añade Diana Bronson de la oficina en Montreal del Grupo ETC. “Los científicos tratan de sonar razonables -continúa Bronson- diciendo que los gobiernos de cualquier manera deben reducir sus emisiones de gases de invernadero y que la geoingeniería debe considerarse como ‘Plan B’. Sin embargo, en Copenhague insistirán en que el clima se encuentra en un extremo y que los gobiernos serían negligentes si no exploran otras soluciones tecnológicas.”

El Grupo ETC, quien encabezó la campaña para una moratoria sobre fertilización oceánica en el Convenio de Diversidad Biológica en mayo pasado, pugna porque la limitada moratoria sobre geoingeniería se expanda para incluir cualquier experimento en la estratosfera, en el océano, así como experimentos en gran escala con “biochar” (carbón vegetal). Hasta hace un par de años, los científicos eran prácticamente unánimes en que tales experimentos son demasiado peligrosos para siquiera considerarlos. Ahora, ante el panorama de glaciares derretidos en Groenlandia y el Ártico, algunos argumentan que los gobiernos no pueden responder lo suficientemente rápido como para prevenir el desastre.

“Estamos de acuerdo en que la crisis del clima ha alcanzado un momento extraordinariamente peligroso”, afirma María José Guazzelli del Centro Ecológico, uno de los grupos que firmaron la declaración en Belém, “pero hemos visto que los gobiernos carecen de la voluntad política para reducir las emisiones, detener la deforestación o promover los cambios necesarios en los modelos de producción y consumo que afectarían los intereses de las corporaciones. ¿Podemos esperar realmente que los gobiernos que por tres décadas no han tenido ni la perspectiva ni las agallas para enfrentar el calentamiento global, colaboren ahora en la reestructuración masiva del planeta?”

“Los geoingenieros en la reunión de Copenhague quieren darnos terapia de choque”, asegura Diana Bronson. “Todo se está derritiendo, nadie hace nada, así que los científicos deben venir a rescatarnos, dicen. Podríamos responderles que acabamos de tener un experimento científico muy interesante: otros científicos presentaron evidencia a los gobiernos del mundo para ver si eran capaces de mantener sus promesas de Kyoto de reducir los gases de invernadero. El experimento demostró que muchos gobiernos reniegan de sus acuerdos internacionales, nunca cumplen sus metas nacionales y abusan de la información científica para engañar a sus ciudadanos. Ahora, esos geoingenieros proponen otro experimento: ver si los mismos gobiernos pueden manejar de manera segura el clima de nuestro planeta. Ya sabemos la respuesta.”

Según Pat Mooney, director ejecutivo del Grupo ETC, el aspecto más aterrorizante de la geoingeniería es que -a diferencia de los acuerdos globales para reducir las emisiones, que requieren de cooperación internacional, los geoingenieros pueden actuar solos. “El sucio secreto de las propuestas de geoingeniería es que un solo superpoder, un puñado de mañosos o incluso una pequeña coalición de interesados, puede reorganizar el planeta sin la aprobación de nadie. La geoingeniería significa que los países del Norte -que ocasionaron el calentamiento global- serán quienes puedan protegerse a sí mismos, con su dedo en el termostato. Los países del Sur -que ya sufren los peores efectos del calentamiento global- no tendrán control sobre el termostato y tendrán que defenderse por sí mismos.

La geoigeniería como “solución rápida” es una ilusión, insiste el grupo ETC. Las propuestas de geoigeniería más importantes que se discuten ahora desviarán el tiempo y el dinero de las soluciones reales, que serían más efectivas y menos peligrosas. No hay un atajo para la reducción de emisiones, la protección de nuestros bosques y tierras y para hacer cambios necesarios en nuestros estilos de vida. Hay una urgente necesidad de conservar y utilizar -de una forma social, económica y ambientalmente sustentable- la diversidad biológica del mundo, de modo que podamos adaptarnos a las cambiantes condiciones climáticas. En vez de enfocar nuestra atención en especulaciones científicas, los gobiernos deben promover una diversidad de estrategias diseñadas para los ecosistemas y culturas locales. “Ya tenemos una crisis de pobreza e injusticia”, concluye Silvia Ribeiro, “Hay que resolver esto, en lugar de apoyar acciones que exacerbarán el abismo entre los ricos y los marginados, causando más daño a la salud del planeta.”www.ecoportal.net

El Grupo ETC organizó una competencia para “geoingenieros autodidactas”. Buscamos propuestas que enfaticen en forma irónica, la naturaleza perversa de la geoingeniería y provoquen discusiones acerca de los intentos para manipular los suelos, los océanos y la atmósfera con el fin de combatir los efectos del cambio climático. Vea las propuestas que hemos recibido en www.pieintheskycontest.org Grupo ETC - www.etcgroup.org - 11 de marzo de 2009

[1] Cambio climático: Climate Change: Global Risks, Challenges & Decisions at http://climatecongress.ku.dk/

Código:
[URL]http://www.ecoportal.net/content/view/full/84756[/URL]
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