alex1503
Bovino maduro
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Un día, Eva se levantó con las hormonas un tanto revueltas y le exigió a Adán que la dejara satisfecha. Adán, que estaba un poco cansado, le dijo que en ese momento no tenía ganas. Y, como sabía que era el único hombre, no corría riesgo de que Eva le pusiera los cuernos.
Eva, furiosa, empezó a caminar sin rumbo alguno, hasta que se encontró con un dinosaurio y le pidió a éste que se acostara con ella. El dinosaurio se negó a hacerlo, alegando que a él tan sólo le gustaban las dinosaurias. Eva, más furiosa aún, se tiró encima del dinosaurio y le arrancó los testículos con los dientes. Después siguió su camino.
Más adelante se encontró con un mono mandril y le exigió lo mismo, pero el mono se negó y Eva, en un ataque de locura, se abalanzó sobre el mandril y le arrancó los pelos del trasero a tirones.
Decepcionada y resignada, se sentó en la orilla de un arroyo con las piernas abiertas para bajar su calentura. Fue entonces cuando notó que un pececito aparecía ante ella. Eva, al verlo, lo tomó por la parte de atrás y lo introdujo entre sus piernas, a modo de consolador.
Hay dos cosas que ahora sabemos gracias a esta historia:
1) La razón por la que se extinguieron los dinosaurios.
2) El motivo por el que los mandriles tienen el trasero colorado.
Pero lo que, desgraciadamente, jamás podremos llegar a saber es qué olor tenía originalmente el pescado
Eva, furiosa, empezó a caminar sin rumbo alguno, hasta que se encontró con un dinosaurio y le pidió a éste que se acostara con ella. El dinosaurio se negó a hacerlo, alegando que a él tan sólo le gustaban las dinosaurias. Eva, más furiosa aún, se tiró encima del dinosaurio y le arrancó los testículos con los dientes. Después siguió su camino.
Más adelante se encontró con un mono mandril y le exigió lo mismo, pero el mono se negó y Eva, en un ataque de locura, se abalanzó sobre el mandril y le arrancó los pelos del trasero a tirones.
Decepcionada y resignada, se sentó en la orilla de un arroyo con las piernas abiertas para bajar su calentura. Fue entonces cuando notó que un pececito aparecía ante ella. Eva, al verlo, lo tomó por la parte de atrás y lo introdujo entre sus piernas, a modo de consolador.
Hay dos cosas que ahora sabemos gracias a esta historia:
1) La razón por la que se extinguieron los dinosaurios.
2) El motivo por el que los mandriles tienen el trasero colorado.
Pero lo que, desgraciadamente, jamás podremos llegar a saber es qué olor tenía originalmente el pescado