dannyatm
Bovino Milenario
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La medida aún debe ser aprobada en el Parlamento germano
NTX
Berlín, Alemania (30 mayo 2011).- Alemania busca apagar su última central nuclear en 2022 y convertirse en la primera potencia económica mundial en renunciar a esa tecnología, en un cambio de la política del Gobierno de Angela Merkel tras la crisis en Fukushima.
La Unión Cristianodemócrata (CDU) de Merkel, socialcristianos bávaros (CSU) y liberales (FDP) anunciaron esta madrugada, tras una reunión que empezó en la tarde de ayer, que las ocho centrales más antiguas no volverán a ser conectadas a la red.
Después de 13 horas de reunión, el Ministro del Ambiente Norbert Röttgen (Cdu) anunció los puntos principales de la decisión: las tres centrales nucleares más nuevas del país podrán funcionar sólo hasta 2022.
Otras seis, de un total de 17, cerrarán en 2021, mientras las ocho más antiguas, apagadas temporalmente para ser evaluadas tras la catástrofe de Fukushima, cesarán por completo.
"La decisión es definitiva", advirtió Röttgen al anunciar el nuevo programa, al que consideró consistente y consecuente.
El programa prevé que en 2018 se verifique si el apagón de la mayor cantidad de centrales es factible o si haría falta un año más, además una quedaría como reserva, en caso de un invierno particularmente frío o problemas con las otras fuentes de energía.
Uno de los temas más delicados en las negociaciones de la víspera fue el impuesto para los residuos nucleares, que el Gobierno impuso el año pasado a las empresas productoras cuando anunció la prórroga de la energía atómica.
Según las últimas decisiones, el impuesto no se tocará hasta 2016, y sin embargo recaudará menos de lo previsto, debido al cierre de las ocho centrales más antiguas, por lo que las entradas bajarán de los 2 mil 600 millones de euros a mil 300 millones.
La nueva medida, que ahora deberá ser votada en el Parlamento, se interpreta como la admisión de error por parte de Merkel y sus socios liberales, quienes defendieron desde su campaña electoral la prórroga de la energía nuclear.
La generación de energía atómica cubre 23 por ciento de los requerimientos alemanes, como tecnología puente hasta un mayor desarrollo de las renovables.
Tras ser elegidos, aprobaron en septiembre una muy controvertida prórroga de la energía atómica, cuyo abandono había ya sido establecido por el anterior Canciller federal, Gerhard Schröder.
La postura de Merkel comenzó a cambiar tras la catástrofe de Fukushima, cuando la presión popular contra la energía nuclear resurgió en Alemania con fuerza, llevando a miles de personas a la calle.
Inmediatamente después de la tragedia, Merkel anunció que se comprobaría de nuevo la seguridad de las 17 centrales atómicas alemanas, lo que no fue suficiente para calmar la presión de la calle.
A la búsqueda del mayor consenso posible en el Congreso, la decisión de los partidos del Gobierno fue comunicada inmediatamente a los líderes de la Oposición socialdemócrata (SPD) y verde, que fueron citados a la Cancillería en una iniciativa poco común de Merkel.
Sigmar Gabriel, jefe del partido socialdemócrata SPD, se dijo abierto a la posibilidad de apoyar el programa aunque manifestó dudas acerca de su factibilidad.
Asimismo, criticó la posibilidad de mantener una central de reserva, pues se trata de propuestas que tienen muy poco que ver con la realidad, dijo.
Jurgen Trittin, jefe de la fracción parlamentaria de los Verdes, consideró que aún quedan abiertas puertas de escape para este plan, aseguró tras pedir condiciones para el apoyo de la medida.
NTX
Berlín, Alemania (30 mayo 2011).- Alemania busca apagar su última central nuclear en 2022 y convertirse en la primera potencia económica mundial en renunciar a esa tecnología, en un cambio de la política del Gobierno de Angela Merkel tras la crisis en Fukushima.
La Unión Cristianodemócrata (CDU) de Merkel, socialcristianos bávaros (CSU) y liberales (FDP) anunciaron esta madrugada, tras una reunión que empezó en la tarde de ayer, que las ocho centrales más antiguas no volverán a ser conectadas a la red.
Después de 13 horas de reunión, el Ministro del Ambiente Norbert Röttgen (Cdu) anunció los puntos principales de la decisión: las tres centrales nucleares más nuevas del país podrán funcionar sólo hasta 2022.
Otras seis, de un total de 17, cerrarán en 2021, mientras las ocho más antiguas, apagadas temporalmente para ser evaluadas tras la catástrofe de Fukushima, cesarán por completo.
"La decisión es definitiva", advirtió Röttgen al anunciar el nuevo programa, al que consideró consistente y consecuente.
El programa prevé que en 2018 se verifique si el apagón de la mayor cantidad de centrales es factible o si haría falta un año más, además una quedaría como reserva, en caso de un invierno particularmente frío o problemas con las otras fuentes de energía.
Uno de los temas más delicados en las negociaciones de la víspera fue el impuesto para los residuos nucleares, que el Gobierno impuso el año pasado a las empresas productoras cuando anunció la prórroga de la energía atómica.
Según las últimas decisiones, el impuesto no se tocará hasta 2016, y sin embargo recaudará menos de lo previsto, debido al cierre de las ocho centrales más antiguas, por lo que las entradas bajarán de los 2 mil 600 millones de euros a mil 300 millones.
La nueva medida, que ahora deberá ser votada en el Parlamento, se interpreta como la admisión de error por parte de Merkel y sus socios liberales, quienes defendieron desde su campaña electoral la prórroga de la energía nuclear.
La generación de energía atómica cubre 23 por ciento de los requerimientos alemanes, como tecnología puente hasta un mayor desarrollo de las renovables.
Tras ser elegidos, aprobaron en septiembre una muy controvertida prórroga de la energía atómica, cuyo abandono había ya sido establecido por el anterior Canciller federal, Gerhard Schröder.
La postura de Merkel comenzó a cambiar tras la catástrofe de Fukushima, cuando la presión popular contra la energía nuclear resurgió en Alemania con fuerza, llevando a miles de personas a la calle.
Inmediatamente después de la tragedia, Merkel anunció que se comprobaría de nuevo la seguridad de las 17 centrales atómicas alemanas, lo que no fue suficiente para calmar la presión de la calle.
A la búsqueda del mayor consenso posible en el Congreso, la decisión de los partidos del Gobierno fue comunicada inmediatamente a los líderes de la Oposición socialdemócrata (SPD) y verde, que fueron citados a la Cancillería en una iniciativa poco común de Merkel.
Sigmar Gabriel, jefe del partido socialdemócrata SPD, se dijo abierto a la posibilidad de apoyar el programa aunque manifestó dudas acerca de su factibilidad.
Asimismo, criticó la posibilidad de mantener una central de reserva, pues se trata de propuestas que tienen muy poco que ver con la realidad, dijo.
Jurgen Trittin, jefe de la fracción parlamentaria de los Verdes, consideró que aún quedan abiertas puertas de escape para este plan, aseguró tras pedir condiciones para el apoyo de la medida.
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