asesinos en serie mexicanos, españoles y andinos1era parte!

#1
Mmmm...iba a hacer un post de solo mexicanos...pero se me hizo poca info

asi que junte esto spero les guste si no les gusta ...ya m chingue jejeje

ai les va!!:cowverine:

Gregorio Cardenas---el estrangulador de tacuba:

"Y entonaba el pueblo:
'Te he de ver trasplantada en el huerto de mi casa'"

Canción popular dedicada a Goyo Cárdenas

Gregorio Cárdenas Hernández nació en la Ciudad de México en 1915. Solamente quince días duró su carrera criminal, pero eso le bastó para entrar en los anales de la Historia como el asesino serial más popular de México. De niño, Goyo sostuvo una relación enfermiza con su madre, Vicenta Hernández, una mujer dominante que lo reprimió hasta su adolescencia. Pese a ello, el altísimo coeficiente intelectual de Goyo hizo que fuese un estudiante destacado. La encefalitis que de niño padeció causó, sin embargo, un daño neurológico irreversible; a raíz de su enfermedad, Goyo padeció de eneuresis y empezó a dar muestras de crueldad hacia los animales: se ensañaba torturando pollitos y conejos. Se casó con Sabina Lara González, de quien se divorció poco después.
A sus veintisiete años, Goyo estudiaba Ciencias Químicas; era un alumno tímido y esmirriado, que utilizaba gruesos lentes. Pero eso no le impidió obtener una beca de PEMEX, que le permitió continuar sus estudios. Independizado de la sombra de su progenitora, Goyo rentó una casa en la calle Mar del Norte nº 20, en Tacuba, cerca del Centro Histórico de la Ciudad de México. Allí vivía cuando la noche de 15 de agosto de 1942, a bordo de su automóvil Ford, recogió en la calle a una prostituta de dieciséis años llamada María de los Ángeles González, alias "Bertha", a quien llevó a su domicilio. Hacia las 23:00 horas, y después de sostener relaciones sexuales con él, la joven fue a lavarse al baño de la casa de Goyo, instante que él aprovechó para estrangularla con un cordón. Una vez muerta, Goyo llevó el cadáver al patio y allí la enterró.
Ocho días después, la madrugada del 23 de agosto, Goyo salió de cacería otra vez. En esta ocasión, la prostituta elegida tenía catorce años. A ella le sorprendió que su cliente tuviera una amplia biblioteca en su casa. De hecho, tras llevarse a cabo el acto sexual, se dedicó a mirar algunos de los libros de Goyo. En eso estaba cuando él la atacó con el mismo cordón. A las cinco de la mañana, ocupaba otro sitio en el patio de la casa de Mar del Norte. Fue identificada originalmente como Raquel González León, pero esta chica apareció viva meses después. Para entonces, su hermano había muerto de un infarto por la impresión y la víctima había sido enterrada con su nombre. ¿Quién era la mujer ultimada esa noche por Goyo? Su identidad jamás se averiguó.El último crimen ocurrió cuatro días después, el 2 de septiembre. Goyo cortejaba constantemente a una chica llamada Graciela Arias Ávalos, estudiante del bachillerato de Ciencias Químicas de la UNAM, quien aceptaba su amistad. Graciela era una alumna modelo y su padre, un conocidísimo abogado penalista, Miguel Arias Córdoba. Ese día, Graciela esperó a Goyo afuera de la Escuela Nacional Preparatoria.Goyo pasó por ella en su auto, supuestamente para llevarla a su casa, ubicada en Tacubaya nº 63. Goyo así lo hizo; al llegar afuera de la casa de la chica, y aún dentro del auto, le habló de su amor por ella. Graciela lo rechazó, y entonces él intentó besarla a la fuerza. Ella le dio una bofetada y entonces Goyo, iracundo, arrancó de un tirón la manija del automóvil y comenzó a golpear a Graciela en la cabeza hasta que la mató. La sangre empapaba su larga cabellera. Goyo condujo hasta su propia casa. Bajó el cadáver, lo puso sobre el catre donde dormía, lo envolvió en una sábana y, ya en la madrugada del 3 de septiembre, lo enterró.
Para el siete de septiembre, a petición expresa de su hijo, la madre de Goyo lo internó en el Hospital Psiquiátrico del Dr. Oneto Barenque, ubicado en la calle Primavera, en Tacubaya. Adujo que él "había perdido completamente la razón". Allí acudió, el 8 de septiembre, el subjefe del Servicio Secreto, Simón Estrada Iglesias, para interrogarlo sobre la desaparición de Graciela Arias.
Como respuesta, Goyo le mostró unos pedazos de gis y le dijo que eran pastillas "para volverse invisible". El investigador recrudeció su interrogatorio y finalmente Goyo se derrumbó: confesó que había matado a la chica y que la había enterrado en el patio de su casa.A las 3 de la tarde de ese día, la policía, acompañada de Goyo, entró a la casa de Mar del Norte; de inmediato vieron un pie podrido que sobresalía del suelo. Excavaron y hallaron los cuatro cadáveres. Goyo los iba guiando.
Los medios de comunicación hicieron de él una estrella: todos los días había nuevas notas sobre él. Hubo, sin embargo, huecos en la investigación. Un detalle que se pasa siempre por alto y que consta en el expediente del caso es que, además de a Goyo, la policía detuvo a otros dos jóvenes como sospechosos y cómplices: Juan Antonio Rodríguez Rosas y Jorge Roldán Roldán.
En 1976, la familia de Goyo apeló al entonces Presidente de la República, Luis Echeverría Álvarez, quien, al determinar que Goyo era "una celebridad", terminó por indultarlo. El 8 de septiembre de 1976, "El estrangulador de Tacuba" abandonó la cárcel.

Goyo Cárdenas murió el 2 de agosto de 1999 y se convirtió de esa manera en el asesino serial más surrealista de la Historia. El pueblo le hizo canciones, hubo estampitas con su imagen, y fue idolatrado por la gente, que aún recuerda su nombre y obras.

Adolfo De Jesus Constanzo---el Narcosatanico de Matamoros:

Desde el rancho Santa Elena, en la ciudad fronteriza de Matamoros, México, Adolfo de Jesús Constanzo y su banda transportaban semanalmente una tonelada de marihuana al país vecino... pero el lugar no era sólo un centro de distribución de drogas. En 1989 fueron acusados de asesinar a más de una docena de personas durante unos rituales de Palo Mayombe, un culto afroamericano.
Los "narcosatánicos" habían convertido el rancho en una verdadera casa de los horrores. El 9 de abril de 1989, la policía mexicana detiene en un rutinario control la camioneta que conducía David Serna Valdez, de veintidós años, a la altura del kilómetro 39 de la carretera de Matamoros a Reynosa en el rancho Santa Elena. En ella se encuentran restos de marihuana y una pistola calibre 38, por lo que el joven conductor es detenido. Tras unas horas de interrogatorio confiesa que pertenecía a una secta de "magia negra" y que utilizaban el rancho para realizar sus sacrificios rituales con seres humanos, además del narcotráfico.
Estas sorprendentes confesiones obligan a la policía a registrar el rancho, hallando allí otros ciento diez kilos de marihuana... y algo macabro: un caldero de hierro de hedor pestilente que contenía sangre seca, un cerebro humano, colillas de cigarros, 40 botellas vacías de aguardiente, machetes, ajos y una tortuga asada.

Alrededor de la casa, una fosa común con doce cadáveres descuartizados, a los que les habían extirpado el corazón y el cerebro en algún extraño ritual.

Entre ellos se hallaba el cuerpo de Mark Kilroy, un estudiante de medicina desaparecido en marzo de 1989 al que habían amputado las dos piernas y extirpado el cerebro, y con parte de cuya columna vertebral el líder del grupo se había fabricado un alfiler de corbata que le servía de amuleto.
Ávido por obtener más poder comienza a efectuar sacrificios en sus rituales, para dar mayor sensacionalismo y espectáculo, siempre ayudado por una joven divorciada que se convertiría en su musa y amante, la estudiante norteamericana de veinticuatro años Sara Villarreal Aldrete.

Sara se convierte en gran sacerdotisa del culto y participa activamente en todas las sangrientas ceremonias, además de reclutar a nuevos miembros y explicarles las actividades de la secta.
Adolfo convence a los demás adeptos que serán completamente invulnerables a las balas y que tendrán el poder de hacerse invisibles si siguen al pie de la letra sus instrucciones: confeccionar una ganga o caldero mágico con unos ingredientes especiales, además de secretos, en los ritos de Palo Mayombe, como son la sangre y algunos miembros humanos mutilados, preferentemente cerebros de criminales o locos, a ser posible de hombres de raza blanca, pues supuestamente éstos son más influenciables por el verdugo (para el asesino la tortura a la víctima es un factor muy importante, pues el alma de la víctima debe aprender a temer a su verdugo por toda la eternidad con el fin de hallarse para siempre sujeta a él).
El rito termina cuando los participantes beben la sopa del caldero formada con la sangre de la víctima, su cerebro y los demás elementos que completan la siniestra ganga... lo cual les dará todo el poder que los criminales deseen.
Mientras éstos eran perseguidos, las detenciones en distintas ciudades con narcosatánicos se multiplicaban. Finalmente, el 6 de mayo son descubiertos en el Distrito Federal por algunos agentes de la policía judicial que se hallaban registrando la zona y, sintiéndose acorralados, los cómplices del Padrino comienzan a dispararles desde la ventana de un edificio ubicado en la calle Río Sena de la Ciudad de México.
Al momento se presentan varias patrullas de refuerzo que pueden acercarse y llegar hasta el cuarto piso, desde donde disparaban. Dentro se encontraban Constanzo y los demás, quienes habían hecho un pacto de suicidio mutuo si no lograban deshacerse de los policías. Al ver Constanzo la gran cantidad de agentes que les rodeaban y ganaban terreno a cada paso, desesperado, ordena a su compañero Valdez que le dispare con una ametralladora que le tiende, y Quintana, fiel a su líder decide suicidarse con él. Ambos se meten en un armario ordenando disparar a Valdez. Instantes después son detenidos sólo tres supervivientes, contabilizándose unos quince seguidores fieles de estos sangrientos cultos.
Según las aterradoras declaraciones de Sara a la policía,
Confesaría además otros crímenes brutales, como en el que uno de los miembros de la secta mantiene a la víctima con vida después de haberle cortado el pene, las piernas y los dedos de las manos. Le abre el pecho de un machetazo y le agarra el corazón sin desprenderlo, lo muerde a dentelladas mientras el moribundo lo mira agonizante. Más tarde negaría su participación en los desquiciados rituales, asegurando que el Padrino la retuvo contra su voluntad al haberse descubierto la matanza de Matamoros.

Manuel Delgado Villegas---El Arropiero:

Nacido en 1943, analfabeto, de escasas luces, hijo de un vendedor de dulces de higo y propenso a enfadarse cuando le brotaban pelillos en el centro del labio superior, porque ello borraba el parecido que creía tener con Cantinflas. Violador bisexual con antecedentes penales; sádico, con ocho muertes probadas, otras catorce investigadas y veintiséis más confesadas por él mismo.
El Arropiero fue detenido a comienzos de 1971 en el Puerto de Santa María por estrangular a su novia, que apareció con los leotardos anudados al cuello. Los policías se encontraron ante un necrófilo, ya que Delgado reconoció que tuvo relaciones sexuales varias veces con el cadáver. Tras la detención empezó a desgranar una secuencia de crímenes terribles perpetrados durante varios años de vagabundeo. Es el mayor asesino de la historia de la criminología española. Manuel Delgado Villegas "El Arropiero" se declaró autor de cuarenta y ocho muertes. Nunca fue juzgado, ya que se le ingresó en el Psiquiátrico de Carabanchel. Murió hace unos pocos años, ya en libertad, tras beneficiarse de la nueva legislación penal.
Manuel se crió con varios parientes diferentes, que le propinaban frecuentemente palizas que le curtieron el cuerpo y endurecieron el corazón. Acudió a la escuela, pero fue incapaz de aprender a leer y escribir. Era bisexual, mostraba un carácter bastante violento y la promiscuidad empezó a ser su norma de vida. Empezó a gozar de gran estima entre homosexuales y prostitutas, y logró a vivir a su costa. Su "éxito" se debía a que padecía anaspermatismo, es decir, ausencia de eyaculación, por lo que era capaz de practicar repetidos coitos en busca de un orgasmo que no conseguía alcanzar.

A los dieciocho años ingresó en la Legión, donde además de iniciarse en el consumo de marihuana, motivo por el que fue sometido a una cura de desintoxicación, comenzó a padecer ataques epilépticos -nunca se supo si fingidos o no- que le sirvió para ser declarado no apto para el servicio militar. A partir de entonces se dedica a recorrer la costa mediterránea ejerciendo la mendicidad, robando en las casas de campo y prostituyéndose. Es detenido en numerosas ocasiones por "la gandula", la famosa ley de vagos y maleantes, más tarde denominada de peligrosidad social. Jamás llegó a ingresar en prisión, dado que las convulsiones neurológicas que escenificaba lo conducían a establecimientos psiquiátricos de los que rápidamente salía.
Contaba 20 años de edad cuando el Arropiero emprende su carrera criminal. Era 1964, hasta entonces los delitos no habían pasado de proxenetismo y paso clandestino de fronteras. Al día siguiente de año nuevo, paseando por la playa de Llorac, en Garraf, localidad de Barcelona, "se le cruzaron los cables". "Vi un hombre dormido apoyado en un muro. Me acerqué a él muy despacio y, con una gruesa piedra que cogí cerca del muro, le di en la cabeza. Cuando vi que estaba muerto, le robé la cartera y el reloj que llevaba en la muñeca. ¡No tenía casi nada y el reloj era malo!".
Siete años tardó la justicia en demostrar su culpabilidad, pese a que el cadáver fue descubierto a los diecinueve días del crimen.


La víctima, un cocinero, había acudido a la playa desde la ciudad condal para recoger un par de saquitos de arena para la cocina y se recostó a dormir una pequeña siesta de la que jamás despertó. Tres años después de este asesinato volvió a las andadas, ahora en Ibiza.

En un chalet deshabitado de Cam Plana, a cinco kilómetros de la capital, abandonaba el cadáver desnudo de una estudiante francesa que ese día cumplía 21 años. La muchacha había acudido al lugar con un norteamericano y, tras ingerir varias dosis de LSD, éste intentó mantener relaciones sexuales, pero ella se opuso tenazmente. El yanqui, desanimado, abandonó la casa dejando la puerta abierta. La casualidad hizo que el Arropiero le viera salir y, pensando que era un ladrón, intentó imitarle, encontrándose con la hermosa joven dormida. Esta tampoco despertaría.
Las andanzas del "vagabundo de la muerte" continuaban y en un viaje relámpago a la capital de España asesinaba de un golpe de karate al inventor del slogan "Chinchon, anís, plaza y mesón". El cadáver apareció en un recodo del río Tajuña sin pantalones ni calcetines. "Lo maté porque le vi en compañía de una niña a la que trató de violar" fue su excusa.
En septiembre de 1970 decidió trasladarse a vivir al puerto de Santa María con su padre, para ayudarle en la fabricación de arropías y vender golosinas en un carrito por las calles. Pronto hizo amistad con un homosexual, con el que mantuvo secretas relaciones. "Fuimos a dar un paseo en moto y cuando íbamos a salir a la carretera general, me acarició. Le dije que se estuviera quieto, pero no me hizo caso. Enfadado, paré y le di un golpe en el cuello, despacio, pero era tan flojo que se cayó y se rompió las gafas. No respiraba bien y me dijo que lo llevara al fresco, junto al río. Allí intentó otra vez tocarme y, sin pensarlo, le solté un golpe más fuerte y cayó al fango, boca abajo e inmóvil". El cadáver fue localizado flotando a 12 kilómetros del lugar del crimen.

Durante su estancia en la localidad costera entabló relación con una subnormal, muy conocida por su desmesurada afición a los hombres. Llegó a presentarla a su padre como su novia. "Salimos a dar un paseo y por una veredas fuimos al campo de Galvecito; hacíamos el amor siempre en él sin que nadie nos viera.
Lo hicimos, como siempre, de muchas formas, pero me pidió una cosa que me daba asco. Cuando me negué a ello me insultó y me dijo que no era hombre, pues otros se lo habían hecho". La infeliz no se apercibía de que estaba firmando su sentencia de muerte. "Entonces le pegué un golpe, y como no se callaba y me seguía insultando, le puse al cuello los leotardos que se había quitado y apreté hasta que se murió".
Describió con la mayor frialdad posible cómo en Roma mató a su patrona porque se había encaprichado de él y, como era demasiado gorda, no podía abrazarla. En París se encaprichó de una joven que pertenecía a una banda de atracadores; como éstos se negaron a admitirlo en el grupo, acribilló a los cuatro con la metralleta de uno de ellos. En la capital francesa, antes de ser expulsado del país por indocumentado, mató a otra chica por chivata, estrangulándola lentamente.
Con el paso de los años en el psiquiátrico, su aspecto externo tornó, pese a ser un cuarentón, en el de un anciano de cabello oscuro encanecido, ralo y enmarañado, barba hirsuta, rostro ajado y diabólico, ojos azules como el mar, fríos como el hielo y penetrantes como el acero. Pero su actitud cambió. "No he matado a nadie", susurraba a quien quería escucharle. Como si hubiera olvidado el casi medio centenar de asesinatos de los que alardeaba, describiéndolos con todo detalle en los interrogatorios policiales. Decía que quería curarse, trataba de recuperar la libertad.
Tras el cierre del madrileño psiquiátrico penitenciario de Carabanchel prosiguió su internamiento judicial en el sanatorio alicantino de Foncalen. Con la entrada en vigor del nuevo Código Penal fue puesto en libertad, falleció al poco tiempo debido a su desmedida adicción al tabaco, desarrolló una EPOC (Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica) que acabó con su vida el 2 de febrero de 1998.


Jose Antonio Rodriguez Vega---El Violador de la Moto:


En su juventud, se había convertido en un agresor sexual, cometiendo varias violaciones en un número indeterminado, hasta que fue detenido e identificado como el célebre "violador de la moto". Fue condenado a 27 años de prisión, de los que cumplió solo ocho. Usando su poder de persuasión obtuvo el perdón de todas las mujeres que había violado menos el de una a la que no pudo engañar. No logró librarse de la cárcel, pero consiguió reducir su condena significativamente. A raíz de esa condena, su sorprendida esposa, le abandona y se lleva al único hijo de la pareja. Entonces él se buscó como compañera a una mujer disminuida mental.
Sigue con una vida conyugal claramente poco satisfactoria durante la que lleva a cabo una doble vida: se esfuerza de ser un marido modelo mientras es un violador al acecho. José Antonio, joven, bien parecido, de maneras amables y gran seductor, es un hombre moreno de mirada penetrante, nariz aguileña y boca muy marcada. Además, se le suele caracterizar por un rasgo: su rostro de buena persona. Pero pese a su aspecto inofensivo, fue inculpado de al menos 16 asesinatos de ancianas, a las que previamente había violado.
A pesar de eso, durante un año (de abril de 1987 a abril de 1988), y sin la más absoluta impunidad, asesinó a dieciséis ancianas, aunque no se descarta algún otro crimen no denunciado.
En la casa en la que mató a Margarita González de 82 años, la policía encontró signos de violencia en lo que otra vez parecía un caso de muerte natural.
En su siguiente crimen, otro error, nuevos signos de violencia, esta vez sangre en el cadáver de Natividad Robledo, una viuda de 66 años, que mostraba claramente haber sido violentada. A otra de sus víctimas de le encontró la dentadura postiza clavada dentro de la garganta.
Finalmente, en una de las casas fue hallada una tarjeta con el nombre y dirección del presunto culpable... y poco después se producía la detención.
La policía comprendió en fin que tantas muertes de ancianas no era una epidemia.
El 19 de mayo de 1988 José Antonio era detenido y confesaba sus fechorías a la policía.
Cuando se registró su apartamento, la policía se encontró con un cuarto decorado en rojo en el que guardaba su secreto.

Antonio tenía expuesta una colección de fetiches pertenecientes a sus víctimas, su particular museo de los horrores: joyas, televisores, alianzas, porcelanas, imágenes de santos, cada uno de ellos en memoria de los crímenes que había cometido...
No lo guardaba por el valor de lo robado, sino por el valor que tenía para su morboso recuerdo
.Este hombre es una persona muy ordenada, podemos decir que casi maniático del orden, y aquélla habitación parecía una pequeña exposición, los objetos estaban colocados casi expuestos, a manera de fetichismo.
Sin embargo, durante el juicio celebrado en Santander a finales de noviembre de 1991, niega todo por lo que se le acusa, y dice que las 16 muertes por las que fue condenado eran debidas a causas naturales.

Los psiquiatras tuvieron que discernir si se trataba de un psicópata desalmado o de un ser humano con las facultades mentales perturbadas.
Sus informes fueron concluyentes:
"Conserva inalterado su sentido de la realidad y es capaz de gobernar sus actos, siendo resistente a los tratamientos, lo que ensombrece su pronóstico: su peligrosidad es muy alta".
"Llegamos a la conclusión de que su imputabilidad era plena, por que su inteligencia era absolutamente brillante. Era un psicópata, con esa característica de ese grupo de psicópatas, esa frialdad clásica, sin remordimientos, no se conmueven, es un personaje verdaderamente hecho para el crimen..."
Estos informes psiquiátricos son determinantes, lo consideran un perverso sexual, una máquina de matar que distingue el mal, y por ello fue sentenciado a 440 años de cárcel, cumpliendo la pena máxima.
Desde entonces, ha ido de cárcel en cárcel estudiando derecho, pues sigue negando los crímenes y se ha empeñado en demostrar que es inocente;
En Caravanchel, José Antonio intimó con otro conocido asesino en serie español, Manuel Delgado Villegas "El Arropiero".

"Con la mayoría de las ancianas que maté hice el amor con su consentimiento o me incitaron a ello."
"Tras hacer el amor o algunos manoseos les tapaba la boca a consecuencia del impulso que sentía, y desistía tras un rato."
"Desconocía si las ancianas quedaban vivas o muertas."
José Antonio, tiene 44 años, había llegado 48 horas antes a la prisión salamantina de Tropas, procedente de la prisión de Murcia. Desde que ingresara en prisión, el 24 de mayo de 1988, siempre estuvo calificado en primer grado, el reservado a los más peligrosos.
Su Ejecución a manos de Otros Reclusos
Jueves, 24 de Octubre de 2002, sobre las nueve de la mañana de ayer, Rodriguez Vega salió al patio de la tercera galería del módulo de aislamiento acompañado de siete reclusos. A las once y cuarto, se desató una disputa entre el 'asesino de ancianas' y tres internos: FMG, que le golpeó con un calcetin en cuyo interior escondía una piedra, EVG y DRO, portaban sendos estiletes que clavaron una y otra vez en el cuerpo del psicópata de Santander, mientras el resto de los presentes se mantenía al margen.
Entonces, el leonés Enrique Valle González y el coruñés Daniel Rodríguez Obelleiro sacaron sus pinchos. 'Empezaron por apuñalarle en la nuca', cuenta el citado funcionario de Topas, 'luego en la cabeza; le sacaron los ojos e incluso masa encefálica... Imagine la frialdad de Enrique, que se detuvo un rato a afilar el pincho en el suelo para sentarse después sobre la barriga de su víctima, ya cadáver, y convertirle el pecho en un colador, empuñando el pincho con las dos manos. En total fueron 113 puñaladas'
El funcionario de servicio, al ver lo que sucedía, entró en el patio, pero FMG y DRO salieron a su encuentro, este último esggrimiento el punzón. Uno de ellos le advirtió: "¡Qué quieres defender a un violador! ¿Vete que te meto!". Mientras EVG seguia atacando a Rodriguez vega, sin que el trabajador de prisiones pudiera hacer nada por evitarlo.
Una vez conxumada la sentencia, los reclusos, con absoluta tranquilidad, entregaron a los funcionarios sus armas. Los autores fueron llevados a celdas de aislamiento.
Vega, según la primera inspección ocular, tenía una treintena de heridas de arma blanca en el pecho, y hasta un centenar por el resto del cuerpo. Un impresionante charco de sangre rodeaba su cadaver.

José Antonio Rodriguez Vega recibió sepultura el 25 de Ocubre e 2002 en un nicho común. En la ceremonia sólo estuvieron los dos enterradores.


sale ps aqi sta el post, el primero de los ......... :cowverine:...........
asesinos de habla hispana nos vemos en mi 2do y ultimo post

de asesinos...

gracias TOTALES..........................:mota::mota:

 

Froddo

Bovino maduro
#2
Hey te faltò la "Mata Viejitas" o no se si tendrias algùn criterio para tu post, pero me agradò el post, muy bueno y entretenido XD
 

indexente27

Bovino de alcurnia
#4
te faltó la mata viejitas, el vampiro, el monstruo de los cañaduzales, la masacre escolar...el violador de la moto la ví en un recorderis de noticias de violadores..que poca madre..
 
#7
es que todavia me falta un post de asesinos

latinos bueno de habla hispana ps hay si le gusta

comenten y si no ps igual pa ver en que le erré o qien me falta

gracias por sus comentarios...!!
 
Arriba