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Becerro
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- 2 Ago 2008
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- #1
que tal haciendo mis aportes este me lo pasaron me recordo mis aventuras en los transportes:
Mi primera aventura.
Hola, mi nombre es Erika, tengo 24 años y este relato que les voy a contar me sucedió cuando yo tenía 18 años, soy una chica normal, mido 1.65, de piel blanca, ojos grandes y cafés y buena figura, me interesaba mucho en la preparatoria la natación y competía, así que mantenía un buen físico, pero bueno aquí les cuento lo que ocurrió.
Esa mañana nunca la olvidaré, se me hizo tarde para variar y me levante como rayo y me puse mi uniforme y salí apresurada, me dirigí a tomar el metro y me desespere al ver el número de personas que lo esperaban y pensé que tal vez no podría subir, pero cuando por fin llego el metro corrí hacia la puerta, entre empujones logre pasar, quedando un poco apretada entre tantas personas y de frente a la puerta contraria.
Todo mi viaje transcurría de lo más normal, pero después de dos estaciones paso algo muy incomodo, de pronto pude sentir una mano rodeando mi cintura de forma discreta, disimuladamente se comenzó a acomodar detrás mío, yo me sentí muy nerviosa ya que jamás había sentido algo parecido y mucho menos en un lugar así, en ese momento sentí desesperación por no saber cómo reaccionar, pero mi cuerpo mansamente no respondía negativamente al manoseo.
El metro siguió avanzando y las caricias también, el desgraciado comenzó a tocarme las nalgas por encima de mi falda, después y sin ningún descaro me tomo por la cintura y me repego contra él, fue ahí cuando pude sentir su miembro y me sorprendí aun mas cuando sentí su tremenda erección, me quede totalmente quieta sintiendo ese pedazo de carne que se repegaba mas y mas fuerte en medio de mis nalgas, sus caricias se estaban volviendo más atrevidas y comenzó a pasar una de sus manos de mi cintura en dirección a mi conchita, al sentir el recorrido de su mano me dio una sensación de escalofrió que me recorrió desde los dedos de los pies hasta mi cabeza, fue un extraño placer el saber el lugar al que se dirigía esa mano abusiva, la forma tosca de tocarme y su descaro al repegarme su verga me hizo sentirme caliente pero no fue hasta que la mano de mi atacante empezó a tocar mi conchita sobre la falda cuando supe que no había vuelta atrás, mi sentidos estaban al límite, el miedo y la excitación llegaron a un punto sin retorno.
Mi atacante comenzó a puntearme la cola, los movimientos del metro favorecían para que el hiciera movimientos de arriba a abajo pasando toda su verga en medio de mi cola, entonces pude sentir la otra mano abriéndose paso debajo de mi falda, recorriendo mi pierna de abajo hacia arriba repetidamente, mi piel estaba ardiendo y no sabía qué hacer porque estaba siendo deliciosamente tocada por un hijo de puta que no conocía pero eso ya no importaba mas, cuando su mano llego a mis bragas se detuvo, pude notar cómo reaccionó al sentir con sus dedos la pequeña ropa interior que estaba usando, recorrió suavemente el contorno de mi tanga, sintiendo la tela, mi piel y la forma en que mi pequeña prenda se perdía en medio de mis nalgas, entonces sin ningún aviso, puso su mano derecha sobre mi conchita, se dio el lujo el maldito de sentir mis labios sobre la ropa, con los dedos sobo mi conchita en círculos mientras me repegaba con más fuerza su pene que ya estaba a mil, sentí el calor de su trozo de carne en mis nalgas que a gritos pedía entrar en mi.
Las estaciones seguían pasando y nuestro encuentro continuaba su curso también, mi “compañero” me sorprendió, supongo que quiso arriesgarlo todo, entonces metió la mano debajo de mi tanguita, di un pequeño saltito de sorpresa y él lo aprovecho muy bien por qué pudo meter bien la mano sobre mi conchita, pero yo no sería la sorprendida si no el, cuando llevo sus dedos a la parte más intima de mi cuerpo pudo encontrarse con una concha húmeda, caliente y lista, entonces el me dijo al oído al mismo tiempo que comenzaba a introducir un dedo en mi:
- ¿Con que te está gustando no puta? Eres una nena deliciosa y no te me vas a ir sin darme algo a cambio.
Yo sólo quede estática, sin moverme, disfrutando de ese dedo en mi conchita y mi primer orgasmo no tardo en venir, abrí por instinto un poco más las piernas y entonces todo desapareció… tuve un orgasmo delicioso, tanto que sentí como los dedos de mi abusador se mojaron, él lo notó y no hizo otra cosa más que sacar el dedo con mis jugos de mi concha y llevárselo a la boca:
-mmhhh… que rica cuca tienes y sabe delicioso!! Pero tú ya terminaste y ahora falto yo!
Escuchar eso no hizo más que ponerme loca, ya estaba entregada a mis deseos y al sucio juego de mi compañero, ¿ya que más podía perder? Quería sentir su verga, quería ese calor de tener un pene dentro de mí, que me moje, que me humedezca de sus jugos. En ese instante el metro llego a la sección 7 de Sn. Juan Ulúa, una sección del metro que constantemente tenía dificultades técnicas y para mi suerte el destino jugaría a mi favor….
No pasaron más de 5 segundos cuando el metro hizo una parada técnica, había un fallo en el sistema eléctrico o algo parecido, por que el metro se detuvo y la luz se fue por un instante, aprovechando de la oscuridad mi compañero comenzó a tocarme de forma furtiva y muy tosca, yo puse de mi parte, lo separe un poco y me levante la falda sobre la cintura, me puse la tanga a un lado sobre mi nalga y al mismo tiempo pude sentir su trozo de carne desnuda entre mis piernas, sentí su verga caliente y húmeda recorrerme desde mi culo hasta colocarse justo en medio de mis labios vaginales, sentir el calor de su verga me hizo calentarme más, mi compañero comenzó a frotar su miembro en mi vagina, no pude evitar el mojarme en pensar en montarme en ese pene duro y grande, al tenerlo justo en medio cerré las piernas atrapando a ese delicioso trozo de carne y escuchando un gemido de mi compañero al mismo tiempo que él hacia lo suyo con mis senos, con la mano pude acariciar mi clítoris y acariciando también la punta de la verga que sobresalía de entre mis piernas, pero todo se salió de control.
Mi compañero me tomo del cuello y me lanzo un poco hacia adelante, me tuve que sujetar con ambas manos de la puerta para evitar darme en la cara con la ventana, entonces y sin ningún aviso me penetro de un solo golpe, me mordí los labios para no dejar escapar un gemido, no tarde mucho en venirme nuevamente, el tipo me metía todo su pene, sentía el choque de su abdomen en mis nalgas, sentía como me arañaba la espalda metiéndome hasta el último centímetro de su verga, en ese momento comenzó a regresar la electricidad, vagón por vagón regresaba y solo me dio tiempo de bajarme la falda para evitar que nos vieran, en ese movimiento tire mis cosas al suelo y regreso la luz al mismo tiempo que el movimiento del metro.
No podía creerlo, me encontraba en el metro, rodeada de gente y con un miembro metido en mi conchita! Mi estación estaba cerca así que intente zafarme de mi compañero pero me fue inútil, me tenía tomada con fuerza de la cintura, me dijo al oído: - mierda! Déjame terminar, no me dejes así! Solo alcance a mover la cabeza negativamente, pero me tomo del vientre y siguió moviéndose suavemente, ¡eso era de locura! Me vino otro orgasmo de solo pensar en esa escena, sentí que las piernas no me respondían y solo pude sujetarme de la puerta de enfrente, en ese estado el tipo aquel continuo con lo suyo, trate de alejarlo de mi nuevamente pero me resulto inútil, mi oportunidad para quitármelo era agacharme para tomar mis cosas, pero eso fue un grave error, al momento de agacharme no pude más que sentir como le deje toda mi concha a si disposición, me tomo de la cintura y se repego aun mas a mí y fue cuando pude sentir el palpitar de su verga y como me llenaba de un liquido caliente y abundante, me levante y no me moví, creo que sentí seis o siete descargas de su semen y como chocaban en la pared de mi útero, sentía como su verga perdía esa dureza dentro de mi… el maldito se me vino dentro!!! Saco su verga flácida de mi concha y pude sentir su semen aún caliente saliendo de mi y escurriendo por mis piernas y fue maravilloso.
Desperté a la realidad cuando por fin llegue a la estación a la que me dirigía, me baje como pude y ni siquiera di media vuelta para conocer la identidad del hombre que me había culeado en el metro, camine con rapidez hacia la salida y a cada paso sentía sus jugos saliendo de mi conchita y humedeciéndome las piernas, llegue a la escuela y me dirigí al baño, toque mi conchita aun mojadita por el semen de mi reciente aventura y recordé aquella sensación de cuando se corrió dentro mi, sentía un peculiar cosquilleo dentro de mi vagina por el semen que aun tenia dentro y eso me encanto ya que con mi novio nunca lo había hecho sin protección, y ese día sentí la verga de otro hombre dentro de mí, lo deje correrse y me gustó, me gustó sentirme llena por primera vez de semen, del semen de otro macho.
Mi primera aventura.
Hola, mi nombre es Erika, tengo 24 años y este relato que les voy a contar me sucedió cuando yo tenía 18 años, soy una chica normal, mido 1.65, de piel blanca, ojos grandes y cafés y buena figura, me interesaba mucho en la preparatoria la natación y competía, así que mantenía un buen físico, pero bueno aquí les cuento lo que ocurrió.
Esa mañana nunca la olvidaré, se me hizo tarde para variar y me levante como rayo y me puse mi uniforme y salí apresurada, me dirigí a tomar el metro y me desespere al ver el número de personas que lo esperaban y pensé que tal vez no podría subir, pero cuando por fin llego el metro corrí hacia la puerta, entre empujones logre pasar, quedando un poco apretada entre tantas personas y de frente a la puerta contraria.
Todo mi viaje transcurría de lo más normal, pero después de dos estaciones paso algo muy incomodo, de pronto pude sentir una mano rodeando mi cintura de forma discreta, disimuladamente se comenzó a acomodar detrás mío, yo me sentí muy nerviosa ya que jamás había sentido algo parecido y mucho menos en un lugar así, en ese momento sentí desesperación por no saber cómo reaccionar, pero mi cuerpo mansamente no respondía negativamente al manoseo.
El metro siguió avanzando y las caricias también, el desgraciado comenzó a tocarme las nalgas por encima de mi falda, después y sin ningún descaro me tomo por la cintura y me repego contra él, fue ahí cuando pude sentir su miembro y me sorprendí aun mas cuando sentí su tremenda erección, me quede totalmente quieta sintiendo ese pedazo de carne que se repegaba mas y mas fuerte en medio de mis nalgas, sus caricias se estaban volviendo más atrevidas y comenzó a pasar una de sus manos de mi cintura en dirección a mi conchita, al sentir el recorrido de su mano me dio una sensación de escalofrió que me recorrió desde los dedos de los pies hasta mi cabeza, fue un extraño placer el saber el lugar al que se dirigía esa mano abusiva, la forma tosca de tocarme y su descaro al repegarme su verga me hizo sentirme caliente pero no fue hasta que la mano de mi atacante empezó a tocar mi conchita sobre la falda cuando supe que no había vuelta atrás, mi sentidos estaban al límite, el miedo y la excitación llegaron a un punto sin retorno.
Mi atacante comenzó a puntearme la cola, los movimientos del metro favorecían para que el hiciera movimientos de arriba a abajo pasando toda su verga en medio de mi cola, entonces pude sentir la otra mano abriéndose paso debajo de mi falda, recorriendo mi pierna de abajo hacia arriba repetidamente, mi piel estaba ardiendo y no sabía qué hacer porque estaba siendo deliciosamente tocada por un hijo de puta que no conocía pero eso ya no importaba mas, cuando su mano llego a mis bragas se detuvo, pude notar cómo reaccionó al sentir con sus dedos la pequeña ropa interior que estaba usando, recorrió suavemente el contorno de mi tanga, sintiendo la tela, mi piel y la forma en que mi pequeña prenda se perdía en medio de mis nalgas, entonces sin ningún aviso, puso su mano derecha sobre mi conchita, se dio el lujo el maldito de sentir mis labios sobre la ropa, con los dedos sobo mi conchita en círculos mientras me repegaba con más fuerza su pene que ya estaba a mil, sentí el calor de su trozo de carne en mis nalgas que a gritos pedía entrar en mi.
Las estaciones seguían pasando y nuestro encuentro continuaba su curso también, mi “compañero” me sorprendió, supongo que quiso arriesgarlo todo, entonces metió la mano debajo de mi tanguita, di un pequeño saltito de sorpresa y él lo aprovecho muy bien por qué pudo meter bien la mano sobre mi conchita, pero yo no sería la sorprendida si no el, cuando llevo sus dedos a la parte más intima de mi cuerpo pudo encontrarse con una concha húmeda, caliente y lista, entonces el me dijo al oído al mismo tiempo que comenzaba a introducir un dedo en mi:
- ¿Con que te está gustando no puta? Eres una nena deliciosa y no te me vas a ir sin darme algo a cambio.
Yo sólo quede estática, sin moverme, disfrutando de ese dedo en mi conchita y mi primer orgasmo no tardo en venir, abrí por instinto un poco más las piernas y entonces todo desapareció… tuve un orgasmo delicioso, tanto que sentí como los dedos de mi abusador se mojaron, él lo notó y no hizo otra cosa más que sacar el dedo con mis jugos de mi concha y llevárselo a la boca:
-mmhhh… que rica cuca tienes y sabe delicioso!! Pero tú ya terminaste y ahora falto yo!
Escuchar eso no hizo más que ponerme loca, ya estaba entregada a mis deseos y al sucio juego de mi compañero, ¿ya que más podía perder? Quería sentir su verga, quería ese calor de tener un pene dentro de mí, que me moje, que me humedezca de sus jugos. En ese instante el metro llego a la sección 7 de Sn. Juan Ulúa, una sección del metro que constantemente tenía dificultades técnicas y para mi suerte el destino jugaría a mi favor….
No pasaron más de 5 segundos cuando el metro hizo una parada técnica, había un fallo en el sistema eléctrico o algo parecido, por que el metro se detuvo y la luz se fue por un instante, aprovechando de la oscuridad mi compañero comenzó a tocarme de forma furtiva y muy tosca, yo puse de mi parte, lo separe un poco y me levante la falda sobre la cintura, me puse la tanga a un lado sobre mi nalga y al mismo tiempo pude sentir su trozo de carne desnuda entre mis piernas, sentí su verga caliente y húmeda recorrerme desde mi culo hasta colocarse justo en medio de mis labios vaginales, sentir el calor de su verga me hizo calentarme más, mi compañero comenzó a frotar su miembro en mi vagina, no pude evitar el mojarme en pensar en montarme en ese pene duro y grande, al tenerlo justo en medio cerré las piernas atrapando a ese delicioso trozo de carne y escuchando un gemido de mi compañero al mismo tiempo que él hacia lo suyo con mis senos, con la mano pude acariciar mi clítoris y acariciando también la punta de la verga que sobresalía de entre mis piernas, pero todo se salió de control.
Mi compañero me tomo del cuello y me lanzo un poco hacia adelante, me tuve que sujetar con ambas manos de la puerta para evitar darme en la cara con la ventana, entonces y sin ningún aviso me penetro de un solo golpe, me mordí los labios para no dejar escapar un gemido, no tarde mucho en venirme nuevamente, el tipo me metía todo su pene, sentía el choque de su abdomen en mis nalgas, sentía como me arañaba la espalda metiéndome hasta el último centímetro de su verga, en ese momento comenzó a regresar la electricidad, vagón por vagón regresaba y solo me dio tiempo de bajarme la falda para evitar que nos vieran, en ese movimiento tire mis cosas al suelo y regreso la luz al mismo tiempo que el movimiento del metro.
No podía creerlo, me encontraba en el metro, rodeada de gente y con un miembro metido en mi conchita! Mi estación estaba cerca así que intente zafarme de mi compañero pero me fue inútil, me tenía tomada con fuerza de la cintura, me dijo al oído: - mierda! Déjame terminar, no me dejes así! Solo alcance a mover la cabeza negativamente, pero me tomo del vientre y siguió moviéndose suavemente, ¡eso era de locura! Me vino otro orgasmo de solo pensar en esa escena, sentí que las piernas no me respondían y solo pude sujetarme de la puerta de enfrente, en ese estado el tipo aquel continuo con lo suyo, trate de alejarlo de mi nuevamente pero me resulto inútil, mi oportunidad para quitármelo era agacharme para tomar mis cosas, pero eso fue un grave error, al momento de agacharme no pude más que sentir como le deje toda mi concha a si disposición, me tomo de la cintura y se repego aun mas a mí y fue cuando pude sentir el palpitar de su verga y como me llenaba de un liquido caliente y abundante, me levante y no me moví, creo que sentí seis o siete descargas de su semen y como chocaban en la pared de mi útero, sentía como su verga perdía esa dureza dentro de mi… el maldito se me vino dentro!!! Saco su verga flácida de mi concha y pude sentir su semen aún caliente saliendo de mi y escurriendo por mis piernas y fue maravilloso.
Desperté a la realidad cuando por fin llegue a la estación a la que me dirigía, me baje como pude y ni siquiera di media vuelta para conocer la identidad del hombre que me había culeado en el metro, camine con rapidez hacia la salida y a cada paso sentía sus jugos saliendo de mi conchita y humedeciéndome las piernas, llegue a la escuela y me dirigí al baño, toque mi conchita aun mojadita por el semen de mi reciente aventura y recordé aquella sensación de cuando se corrió dentro mi, sentía un peculiar cosquilleo dentro de mi vagina por el semen que aun tenia dentro y eso me encanto ya que con mi novio nunca lo había hecho sin protección, y ese día sentí la verga de otro hombre dentro de mí, lo deje correrse y me gustó, me gustó sentirme llena por primera vez de semen, del semen de otro macho.