amadeocorona
Becerro
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- 19 Oct 2010
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- #1
Hola este relato que les contare es algo excitante que me sucedió y que aún recuerdo bien, mi esposa Mimí morenita, algo rellenita pero con un trasero delicioso y muy lindas piernas, tenemos ya 15 de años casados, tenemos buena relación con los vecinos, sobre todo Rosy y Joel.
Desde que conocí a Rosy quede impresionado, no es una modelo que digamos pero hay algo en ella que la hace especial para mí, es bajita, esbelta, de buenas caderas y sonrisa encantadora, todo el tiempo anda muy bien arreglada y siempre anda sola ya que su marido es trailero.
Esa noche nos reunimos los vecinos en su casa para la noche mexicana, entre risas y bromas disfrutamos de las comidas típicas, cervezas y tequila que había para todos.
Mi esposa al igual que yo disfrutaba el ambiente y charlaba con Carlos el vecino mas bromista y cotorro de la fiesta, le ofrecía tequila a mi esposa al grado de obligarla agarrándole las manos y haciéndola que lo tomara, debo decir que a mi esposa le encanta el tequila así que no era ningún sacrificio para ella, cuando le tocaba el turno a Carlos mi esposa hacia lo mismo para que tomara su respectivo coscorrón, la esposa e hijas de Carlos solo observaban y reíamos todos, mientras por mi lado yo trataba de acercarme a Rosy, pero ella no se despegaba de su marido y desde donde estaba yo sentado podía apreciar gran parte de sus piernas y espalda con ese vestido que se había puesto para la ocasión.
Dadas las 2 de la mañana ya solo quedaba Rosy y Joel que eran los anfitriones, Mimí y yo, Lucio otro vecino con su pareja y Carlos, su esposa ya se había ido a dormir, acordamos pasar a la sala porque el frio ya se sentía mas y también porque querían seguir bailando y cantando, pero solo había 2 viejas para los cuatro, así que nos turnábamos para bailar aunque Carlos siempre buscaba a Mimí.
Al estar bailando mi esposa casi se cae de lo tomada que ya estaba, si no es por Carlos que la alcanzo a agarrar por la cintura hubiera dado el ranazo, en fin la tome por un brazo y me dispuse a llevarla a una habitación, pero el acoplado de Carlos no la soltó hasta la cama y no sé si fue mi imaginación pero mi esposa se abrazaba de él toda aturdida.
Regresamos a la sala a seguir tomando, Lucio aprovecho nuestra ausencia y se marchó, seguimos los cuatro dándole a las botanas a los tequilas y a la bailada, pero ahora solo quedaba Rosy, su marido ya muy tomado se quedó dormido en el sofá, entre rizas y maltratos lo llevamos a su recamara. Rosy quería seguir escuchando música y bailando y Carlos creo que entendió el rollo y se despidió no sin antes decirme algo que no entendí pero que tampoco le di importancia.
Seguí bailando y tomando con Rosy pero esta vez al estar solos me atreví a algo más, la abrazaba y la arrimaba hacia mí, restregándole mi pene en sus piernas y que sintiera como me tenía, ella no decía nada y solo cantaba y disfrutaba.
Lo que siguió fue atreverme a besarla en la boca el cual me correspondió, fue un rico beso que se prolongó un buen rato y después vinieron muchos, el ambiente era excitante al tener a nuestras parejas dormidas muy cerca de nosotros, le recorría con mi manos todo el cuerpo al tiempo que le la desvestía y ella hacia lo mismo, le susurre al oído lo mucho que la deseaba y cuantas veces soñé con estar así con ella.
Ella dijo que no le era indiferente pero siempre trato de portarse bien, entre jadeos, busco afanosamente entre mis piernas y al fin libere mi pene que ya sentía que explotaba, comenzó acariciándole suavemente y después lo metió a su boca dando unas chupadas excepcionales que me hacían berrear, tuve que devolverle el favor dándole una lamida de panocha y culo que hicieron que se estremeciera y me jalara de los pelos hacia ella, después la tumbe en el sofá y la penetre deliciosamente fueron interminables esos pocos minutos que la estuve cogiendo el diversas formas, solo nos interrumpió el ruido de su esposo al intentar levantarse llamándola, ella se asustó demasiado y se fue con el no tuve más remedio que medio vestirme e irme a la habitación donde dormía mi esposa.
Al acercarme tratando de no hacer ruido, escuchaba ruiditos, entre risas y gemidos, que extraño, lo que vi me dejo sin saber qué hacer, mi mujer acostada boca arriba y Carlos metiendo y sacando sus dedos de su panocha y chupándosela de vez en cuando, ella lo disfrutaba tanto que levantaba las piernas y gemía pidiendo que no parara, cambiaron de posición y ella tomo su verga enorme y morena y le empezó a chupar como desesperada.
Se besaban en la boca y se decían cosas que yo no alcanzaba a entender, la volteo y la puso en cuatro y la penetro salvajemente, ella gritaba y decía que le encantaba que le metiera esa verga, que le gustaba sentirla hasta adentro, que nunca había disfrutado tanto una cogida, que nunca había tenido una verga así para ella, acto seguido lo tumbo y ella se montó sobre él, esa posición le encanta a mi mujer sabe moverse muy bien y yo sé que es momento de que se quiere venir y en efecto no tardó mucho en oírse sus gemidos de satisfacción.
Esperaron un momento y después de recobrar el aliento se despidieron besándose con intensidad, yo me quede inmóvil solo me fui a la sala y me hice el dormido, Carlos abrió la puerta y salió, ahora solo trataba de recordar en que momento Carlos regreso a la casa, creo que al verme cogiendo con Rosy aprovecho para meterse al cuarto, que podía hacer, solo disfrute el momento.
Para mi esa noche fue completa, el poder cogerme a mi vecina que tanto deseaba y después ver cumplida mi fantasía de ver a mi mujer siendo cogida por otro y además que ella lo disfrutara tanto fue simplemente la mejor velada.
Desde que conocí a Rosy quede impresionado, no es una modelo que digamos pero hay algo en ella que la hace especial para mí, es bajita, esbelta, de buenas caderas y sonrisa encantadora, todo el tiempo anda muy bien arreglada y siempre anda sola ya que su marido es trailero.
Esa noche nos reunimos los vecinos en su casa para la noche mexicana, entre risas y bromas disfrutamos de las comidas típicas, cervezas y tequila que había para todos.
Mi esposa al igual que yo disfrutaba el ambiente y charlaba con Carlos el vecino mas bromista y cotorro de la fiesta, le ofrecía tequila a mi esposa al grado de obligarla agarrándole las manos y haciéndola que lo tomara, debo decir que a mi esposa le encanta el tequila así que no era ningún sacrificio para ella, cuando le tocaba el turno a Carlos mi esposa hacia lo mismo para que tomara su respectivo coscorrón, la esposa e hijas de Carlos solo observaban y reíamos todos, mientras por mi lado yo trataba de acercarme a Rosy, pero ella no se despegaba de su marido y desde donde estaba yo sentado podía apreciar gran parte de sus piernas y espalda con ese vestido que se había puesto para la ocasión.
Dadas las 2 de la mañana ya solo quedaba Rosy y Joel que eran los anfitriones, Mimí y yo, Lucio otro vecino con su pareja y Carlos, su esposa ya se había ido a dormir, acordamos pasar a la sala porque el frio ya se sentía mas y también porque querían seguir bailando y cantando, pero solo había 2 viejas para los cuatro, así que nos turnábamos para bailar aunque Carlos siempre buscaba a Mimí.
Al estar bailando mi esposa casi se cae de lo tomada que ya estaba, si no es por Carlos que la alcanzo a agarrar por la cintura hubiera dado el ranazo, en fin la tome por un brazo y me dispuse a llevarla a una habitación, pero el acoplado de Carlos no la soltó hasta la cama y no sé si fue mi imaginación pero mi esposa se abrazaba de él toda aturdida.
Regresamos a la sala a seguir tomando, Lucio aprovecho nuestra ausencia y se marchó, seguimos los cuatro dándole a las botanas a los tequilas y a la bailada, pero ahora solo quedaba Rosy, su marido ya muy tomado se quedó dormido en el sofá, entre rizas y maltratos lo llevamos a su recamara. Rosy quería seguir escuchando música y bailando y Carlos creo que entendió el rollo y se despidió no sin antes decirme algo que no entendí pero que tampoco le di importancia.
Seguí bailando y tomando con Rosy pero esta vez al estar solos me atreví a algo más, la abrazaba y la arrimaba hacia mí, restregándole mi pene en sus piernas y que sintiera como me tenía, ella no decía nada y solo cantaba y disfrutaba.
Lo que siguió fue atreverme a besarla en la boca el cual me correspondió, fue un rico beso que se prolongó un buen rato y después vinieron muchos, el ambiente era excitante al tener a nuestras parejas dormidas muy cerca de nosotros, le recorría con mi manos todo el cuerpo al tiempo que le la desvestía y ella hacia lo mismo, le susurre al oído lo mucho que la deseaba y cuantas veces soñé con estar así con ella.
Ella dijo que no le era indiferente pero siempre trato de portarse bien, entre jadeos, busco afanosamente entre mis piernas y al fin libere mi pene que ya sentía que explotaba, comenzó acariciándole suavemente y después lo metió a su boca dando unas chupadas excepcionales que me hacían berrear, tuve que devolverle el favor dándole una lamida de panocha y culo que hicieron que se estremeciera y me jalara de los pelos hacia ella, después la tumbe en el sofá y la penetre deliciosamente fueron interminables esos pocos minutos que la estuve cogiendo el diversas formas, solo nos interrumpió el ruido de su esposo al intentar levantarse llamándola, ella se asustó demasiado y se fue con el no tuve más remedio que medio vestirme e irme a la habitación donde dormía mi esposa.
Al acercarme tratando de no hacer ruido, escuchaba ruiditos, entre risas y gemidos, que extraño, lo que vi me dejo sin saber qué hacer, mi mujer acostada boca arriba y Carlos metiendo y sacando sus dedos de su panocha y chupándosela de vez en cuando, ella lo disfrutaba tanto que levantaba las piernas y gemía pidiendo que no parara, cambiaron de posición y ella tomo su verga enorme y morena y le empezó a chupar como desesperada.
Se besaban en la boca y se decían cosas que yo no alcanzaba a entender, la volteo y la puso en cuatro y la penetro salvajemente, ella gritaba y decía que le encantaba que le metiera esa verga, que le gustaba sentirla hasta adentro, que nunca había disfrutado tanto una cogida, que nunca había tenido una verga así para ella, acto seguido lo tumbo y ella se montó sobre él, esa posición le encanta a mi mujer sabe moverse muy bien y yo sé que es momento de que se quiere venir y en efecto no tardó mucho en oírse sus gemidos de satisfacción.
Esperaron un momento y después de recobrar el aliento se despidieron besándose con intensidad, yo me quede inmóvil solo me fui a la sala y me hice el dormido, Carlos abrió la puerta y salió, ahora solo trataba de recordar en que momento Carlos regreso a la casa, creo que al verme cogiendo con Rosy aprovecho para meterse al cuarto, que podía hacer, solo disfrute el momento.
Para mi esa noche fue completa, el poder cogerme a mi vecina que tanto deseaba y después ver cumplida mi fantasía de ver a mi mujer siendo cogida por otro y además que ella lo disfrutara tanto fue simplemente la mejor velada.