Perla Blackheart
Becerro
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- 15 Mar 2018
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Como era costumbre cada verano, el sol ha estado brillando desde un cielo azul todo el día. Brillante, intenso y caliente. Pero este año las cosas iban peor. Estabamos casi a 50 grados y segun los pronosticos en los proximos dias se esperaba mas aumento en la temperatura. Habia terminado el turno en mi trabajo y me dirigía a casa. Manejaba mi coche por las avenidas, era la hora de salida de la mayoria de los trabajadores y las calles estaban atestadas de trafico vehicular.
A pesar de llevar el aire acondicionado de mi auto al maximo nivel, pareciera que lo llevara apagado. Mi frente me sudaba, bajando hasta mi ojos y cegandome momentaneamente, obligandome a limpiar el sudor con mi mano y por consecuencia embarrando el rimel de mis ojos por todo mi rostro. Miré el reflejo de mi cara en el espejo retrovisor y realmente me veia horrible. Por un momento pasó por mi mente esas escenas en las peliculas porno donde la chica realiza sexo oral profundo y termina con lagrimas negras de maquillaje por todo su rostro. No me importaba verme asi, pero mil veces hubiera preferido que fuera a consecuencia de mamar una buena verga y no por los efectos de este maldito calor.
De igual manera el sudor corria por toda mi espalda hasta llegar a la raja que separaba mis nalgas. Sentía los pelos de mi panocha pegajosos por el sudor, y no se si era mi imaginación pero me daba la impresion que el interior del auto apestaba a panocha remojada. Y aún me faltaban varias millas para llegar a casa. Mi humor era el de una autentica perra rabiosa. Si de por si mis compañeros de trabajo me consideraban como antisocial, bitch y con una cara de pocos amigos, si me vieran en ese momento estarian completamente convencidos de todo eso.
-”BEEEEP BEEEPP!!!!” -hice sonar el claxon varias veces, tratando de apurar el paso de los demas autos, de manera inutil.
-”Porque chingados no avanzan, putas tortugas inutiles??” -pensé para mis adentros mientras maldecia una y mil veces el infernal calor que estaba haciendo. Quería llegar a casa y desnudarme, tomar una cerveza fria y una ducha con agua helada. Y hacerlo todo al mismo tiempo si fuera posible.
Finalmente llegué a mi casa, Estacioné mi auto y me bajé lo mas rapido que pude. Me urgía entrar y deshacerme de mi estorbosa ropa. La curva de mis senos se notaba a la perfección a causa de la humedad de mi blusa, y la mancha de sudor en mi culo a través de pantalon era muy visible. Los pantalones vaqueros no deberían permitirse en un día como este. Un vestido de verano sería una mejor solución. Correas sobre hombros desnudos, muslos desnudos. La posibilidad de una suave brisa levantando ligeramente el vestido y llegando a mi entrepierna. En ocasiones como esta me arrepentia de vestir tan goth y de tapar mis tatuajes con mangas largas.
Al cruzar hacia mi casa, miré a la casa contigua y vi a un adolescente de unos 15 o 16 años aproximadamente llegando a la casa vecina. Me imagino que venia de la escuela y, al igual que yo, muriendose de calor. El chaval me dedico una sonrisa y levantando su mano derecha, hizo el ademan de saludarme. Le dediqué una de mis peores miradas, e ignorandolo seguí mi camino a casa. No estaba yo de hunor para saludar a vecinos encajosos. Entré a la casa y siento una oleada de aire fresco en mi rostro. Tommy, mi esposo, ya está ahi. Recien acaba de llegar tambien y a encendido el aire acondicionado. Solo estaba en pantalones, sin camisa. Me tomo un segundo para mirar su delgado cuerpo y el incipiente six pack en su abdomen. El gym esta surtiendo efectos, pienso para mi y a pesar de mis bochornos, sonreí.
Así que camino despreocupadamente hacia el baño, dejando tiradas mis ropas por el suelo. Primero la blusa, a lo que le sigue mi sostén, dejando libres mis pechos. Mis pezones se ponen erectos al sentir la frescura del aire acondicionado. Me deshago de mis zapatos con un par de patadas, lanzandolos lejos de mi. Bajo mi pantalon con cierta dificultad. Le sigue mi pequeña pantaleta, la cual al quitarla jala los pelos de mi pegajosa y humeda panocha. Me provoca un ligero dolor el cual ignoro para luego encender el agua de la regadera.
Entro a la ducha y siento inmediatamente el agua fria aliviar mis molestias. Dejo que caiga por mi cabello y levanto el rostro para sentir como revivo al contacto del agua. El refrescante liquido resbala por mis pechos, poniendo erectos mis rozados pezones nuevamente, para luego seguir su camino hasta mi espeso vello púbico. Paso mi mano por mi vello, lavandolo y metiendo un par de dedos dentro de mi, como lo hago cada vez que tomo un baño. Repito la operación en mi vagina para luego pasar mi mano a mi trasero y lavar cualquier suciedad que pueda tener entre mis nalgas.
El sonido de los pies descalzos en el suelo de baldosas es inconfundible. La transparente puerta del shower se abre y veo a mi esposo desnudo sosteniendo una botella de cerveza, ofreciendomela. Me conoce bastante bien. Por eso lo amo.
Tomo la botella y le doy un trago, mientras lo veo entrar al shower con su pene semi erecto.
-"Thank you, daddy. A sido un dia horrible. No se que odio mas, si el calor o a todos los de mi trabajo” -le digo sonriendo. Entra en la ducha y desliza sus brazos alrededor de mi cintura, acercandome su ya ahora si erecta verga.
-”Eso se siente como una rica verga dura" -le digo mientras nos besamos. El agua corre por mi cara, y en nuestras bocas cuando rompo el beso y empiezo a lamer y besar sus mejillas. Me da vuelta, de repente, empujando su verga hacia mí culo.
-”Cogeme. Cogeme rico”- Le digo, mientras con una mano me agarra un poco las tetas, y con la otra toma su pene y trata de apuntarlo a mi coño. Pero su verga rebota y empuja contra mi agujero trasero.
-"Ooh daddy, puedes follarme en el culo más tarde, pero es mejor que me hagas venir primero por delante" -le digo parando mis labios, poniendo cara de trompudita.
-”Trato hecho” -me dice deslizando su cuerpo hacia abajo, con mi espalda contra el vidrio. El agua cae sobre mi cuerpo y sobre mi coño mientras empujo sus caderas hacia su cara. Abre con sus dedos mi vagina, metiendo su lengua entre mi vello púbico, recortado en forma de triángulo
Empujaba su lengua entre mis labios vaginales, probándome. Su lengua es deliciosa, picante y caliente. Con las manos en mis nalgas, me acerca más, empujando su lengua hasta donde puede estirar. Intenta mover la lengua dentro y fuera.
-"Oh, Dios ... más...más..." -le digo, animandolo a darme mas lengua, disfrutando el delicioso sexo oral.
Empieza a trabajar en mi vagina con tanta energía como puede. Siento como sus manos pasan a tomar mis nalgas, abriendolas exageradamente. Siento uno de sus dedos picando mi ano, haciendo fuerza hasta que logra entrar. Suelto un leve quejido, indicandole que su dedo intruso a entrado en mi. Su solitario dedo en mi trasero es ahora acompañado por otro mas. Ahora tengo dos, empujando en mi oscuro agujero secreto, y su cara corriendo con mis jugos y agua de la ducha mientras su lengua entra y sale de mi abierta vagina. Comienzo a temblar.
Me encanta por ambos lados, su lengua en el coño y los dedos en el culo. Está empujando sus dedos con el mismo vigor que empuja su cara hacia delante, hacia mi vagina. Con cada movimiento, conduce sus dedos más profundo en mi intestino y respiro más fuerte. Mi respiración se convierte en jadeos, y luego grito al sentir como me llega el orgasmo.
-"Sí!.... Mierda! …. Más!".....más duro, maas!!
-”Agghhh!!....si...si......yes... yeees!!
-Dame maaas hijo de puta!....Quiero maaas!!
Entre jadeos, recupero la respiracion nuevamente. Saca sus dedos de mi ano, ofreciendomelos. Los tomo en mi boca, hambrienta. Chupandolos, lambiendolos como si fueran la mas rica paleta de dulce. Limpiandoselos.
-”Dios ...Eres un ...Maldito, sucio ...bastardo!" -le increpo mirando hacia abajo con mi cabello mojado y despeinado.
-”Apuesto a que tu lengua está cansada” -le digo.
-"Uh-huh" -me dice, sentándose en el piso de la ducha y mirandome con sus labios brillantes y su cara sonriente.
-"Bueno, cariño, es hora de tu pequeña recompensa, levántate bebé" -le digo con mi horrible y grotesca sonrisa. Esa misma sonrisa que perturba a la poca gente que me ha visto sonreir. Esa misma sonrisa que escondo a todo el mundo, pero que a mi esposo le regalo cada vez que lo veo. Solo el es digno de ver mi horrible sonrisa.
Llegamos a la parte que amo de nuestras sesiones de sexo. Me doy la vuelta, extiendo mis largas y esbeltas piernas y separo mis nalgas con mis manos, dejando al descubierto mi culo. Siento sus labios en mi agujero trasero, mientras estoy parada, pasandome su lengua por mi ano.
-"Mmmm....eso está bien, cariño. Ahora ponme jabón y cogeme por el culo"
Así que me reclino contra el vidrio de nuevo, y con jabón en la mano, comenzó a lubricar mi agujero, haciendome gemir al empujar su dedo dentro de mi otra vez.
-"Urghhh ... eso es, papi. Tu dedo se siente bien. Pero no es suficiente, dame tu verga" -mi voz es una orden. Sé lo que quiero y lo quiero ya.
A pesar de llevar el aire acondicionado de mi auto al maximo nivel, pareciera que lo llevara apagado. Mi frente me sudaba, bajando hasta mi ojos y cegandome momentaneamente, obligandome a limpiar el sudor con mi mano y por consecuencia embarrando el rimel de mis ojos por todo mi rostro. Miré el reflejo de mi cara en el espejo retrovisor y realmente me veia horrible. Por un momento pasó por mi mente esas escenas en las peliculas porno donde la chica realiza sexo oral profundo y termina con lagrimas negras de maquillaje por todo su rostro. No me importaba verme asi, pero mil veces hubiera preferido que fuera a consecuencia de mamar una buena verga y no por los efectos de este maldito calor.
De igual manera el sudor corria por toda mi espalda hasta llegar a la raja que separaba mis nalgas. Sentía los pelos de mi panocha pegajosos por el sudor, y no se si era mi imaginación pero me daba la impresion que el interior del auto apestaba a panocha remojada. Y aún me faltaban varias millas para llegar a casa. Mi humor era el de una autentica perra rabiosa. Si de por si mis compañeros de trabajo me consideraban como antisocial, bitch y con una cara de pocos amigos, si me vieran en ese momento estarian completamente convencidos de todo eso.
-”BEEEEP BEEEPP!!!!” -hice sonar el claxon varias veces, tratando de apurar el paso de los demas autos, de manera inutil.
-”Porque chingados no avanzan, putas tortugas inutiles??” -pensé para mis adentros mientras maldecia una y mil veces el infernal calor que estaba haciendo. Quería llegar a casa y desnudarme, tomar una cerveza fria y una ducha con agua helada. Y hacerlo todo al mismo tiempo si fuera posible.
Finalmente llegué a mi casa, Estacioné mi auto y me bajé lo mas rapido que pude. Me urgía entrar y deshacerme de mi estorbosa ropa. La curva de mis senos se notaba a la perfección a causa de la humedad de mi blusa, y la mancha de sudor en mi culo a través de pantalon era muy visible. Los pantalones vaqueros no deberían permitirse en un día como este. Un vestido de verano sería una mejor solución. Correas sobre hombros desnudos, muslos desnudos. La posibilidad de una suave brisa levantando ligeramente el vestido y llegando a mi entrepierna. En ocasiones como esta me arrepentia de vestir tan goth y de tapar mis tatuajes con mangas largas.
Al cruzar hacia mi casa, miré a la casa contigua y vi a un adolescente de unos 15 o 16 años aproximadamente llegando a la casa vecina. Me imagino que venia de la escuela y, al igual que yo, muriendose de calor. El chaval me dedico una sonrisa y levantando su mano derecha, hizo el ademan de saludarme. Le dediqué una de mis peores miradas, e ignorandolo seguí mi camino a casa. No estaba yo de hunor para saludar a vecinos encajosos. Entré a la casa y siento una oleada de aire fresco en mi rostro. Tommy, mi esposo, ya está ahi. Recien acaba de llegar tambien y a encendido el aire acondicionado. Solo estaba en pantalones, sin camisa. Me tomo un segundo para mirar su delgado cuerpo y el incipiente six pack en su abdomen. El gym esta surtiendo efectos, pienso para mi y a pesar de mis bochornos, sonreí.
Así que camino despreocupadamente hacia el baño, dejando tiradas mis ropas por el suelo. Primero la blusa, a lo que le sigue mi sostén, dejando libres mis pechos. Mis pezones se ponen erectos al sentir la frescura del aire acondicionado. Me deshago de mis zapatos con un par de patadas, lanzandolos lejos de mi. Bajo mi pantalon con cierta dificultad. Le sigue mi pequeña pantaleta, la cual al quitarla jala los pelos de mi pegajosa y humeda panocha. Me provoca un ligero dolor el cual ignoro para luego encender el agua de la regadera.
Entro a la ducha y siento inmediatamente el agua fria aliviar mis molestias. Dejo que caiga por mi cabello y levanto el rostro para sentir como revivo al contacto del agua. El refrescante liquido resbala por mis pechos, poniendo erectos mis rozados pezones nuevamente, para luego seguir su camino hasta mi espeso vello púbico. Paso mi mano por mi vello, lavandolo y metiendo un par de dedos dentro de mi, como lo hago cada vez que tomo un baño. Repito la operación en mi vagina para luego pasar mi mano a mi trasero y lavar cualquier suciedad que pueda tener entre mis nalgas.
El sonido de los pies descalzos en el suelo de baldosas es inconfundible. La transparente puerta del shower se abre y veo a mi esposo desnudo sosteniendo una botella de cerveza, ofreciendomela. Me conoce bastante bien. Por eso lo amo.
Tomo la botella y le doy un trago, mientras lo veo entrar al shower con su pene semi erecto.
-"Thank you, daddy. A sido un dia horrible. No se que odio mas, si el calor o a todos los de mi trabajo” -le digo sonriendo. Entra en la ducha y desliza sus brazos alrededor de mi cintura, acercandome su ya ahora si erecta verga.
-”Eso se siente como una rica verga dura" -le digo mientras nos besamos. El agua corre por mi cara, y en nuestras bocas cuando rompo el beso y empiezo a lamer y besar sus mejillas. Me da vuelta, de repente, empujando su verga hacia mí culo.
-”Cogeme. Cogeme rico”- Le digo, mientras con una mano me agarra un poco las tetas, y con la otra toma su pene y trata de apuntarlo a mi coño. Pero su verga rebota y empuja contra mi agujero trasero.
-"Ooh daddy, puedes follarme en el culo más tarde, pero es mejor que me hagas venir primero por delante" -le digo parando mis labios, poniendo cara de trompudita.
-”Trato hecho” -me dice deslizando su cuerpo hacia abajo, con mi espalda contra el vidrio. El agua cae sobre mi cuerpo y sobre mi coño mientras empujo sus caderas hacia su cara. Abre con sus dedos mi vagina, metiendo su lengua entre mi vello púbico, recortado en forma de triángulo
Empujaba su lengua entre mis labios vaginales, probándome. Su lengua es deliciosa, picante y caliente. Con las manos en mis nalgas, me acerca más, empujando su lengua hasta donde puede estirar. Intenta mover la lengua dentro y fuera.
-"Oh, Dios ... más...más..." -le digo, animandolo a darme mas lengua, disfrutando el delicioso sexo oral.
Empieza a trabajar en mi vagina con tanta energía como puede. Siento como sus manos pasan a tomar mis nalgas, abriendolas exageradamente. Siento uno de sus dedos picando mi ano, haciendo fuerza hasta que logra entrar. Suelto un leve quejido, indicandole que su dedo intruso a entrado en mi. Su solitario dedo en mi trasero es ahora acompañado por otro mas. Ahora tengo dos, empujando en mi oscuro agujero secreto, y su cara corriendo con mis jugos y agua de la ducha mientras su lengua entra y sale de mi abierta vagina. Comienzo a temblar.
Me encanta por ambos lados, su lengua en el coño y los dedos en el culo. Está empujando sus dedos con el mismo vigor que empuja su cara hacia delante, hacia mi vagina. Con cada movimiento, conduce sus dedos más profundo en mi intestino y respiro más fuerte. Mi respiración se convierte en jadeos, y luego grito al sentir como me llega el orgasmo.
-"Sí!.... Mierda! …. Más!".....más duro, maas!!
-”Agghhh!!....si...si......yes... yeees!!
-Dame maaas hijo de puta!....Quiero maaas!!
Entre jadeos, recupero la respiracion nuevamente. Saca sus dedos de mi ano, ofreciendomelos. Los tomo en mi boca, hambrienta. Chupandolos, lambiendolos como si fueran la mas rica paleta de dulce. Limpiandoselos.
-”Dios ...Eres un ...Maldito, sucio ...bastardo!" -le increpo mirando hacia abajo con mi cabello mojado y despeinado.
-”Apuesto a que tu lengua está cansada” -le digo.
-"Uh-huh" -me dice, sentándose en el piso de la ducha y mirandome con sus labios brillantes y su cara sonriente.
-"Bueno, cariño, es hora de tu pequeña recompensa, levántate bebé" -le digo con mi horrible y grotesca sonrisa. Esa misma sonrisa que perturba a la poca gente que me ha visto sonreir. Esa misma sonrisa que escondo a todo el mundo, pero que a mi esposo le regalo cada vez que lo veo. Solo el es digno de ver mi horrible sonrisa.
Llegamos a la parte que amo de nuestras sesiones de sexo. Me doy la vuelta, extiendo mis largas y esbeltas piernas y separo mis nalgas con mis manos, dejando al descubierto mi culo. Siento sus labios en mi agujero trasero, mientras estoy parada, pasandome su lengua por mi ano.
-"Mmmm....eso está bien, cariño. Ahora ponme jabón y cogeme por el culo"
Así que me reclino contra el vidrio de nuevo, y con jabón en la mano, comenzó a lubricar mi agujero, haciendome gemir al empujar su dedo dentro de mi otra vez.
-"Urghhh ... eso es, papi. Tu dedo se siente bien. Pero no es suficiente, dame tu verga" -mi voz es una orden. Sé lo que quiero y lo quiero ya.