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- #1
De unos meses para acá mi trabajo consiste en viajar constantemente, uno de eso lugares a los que viajo seguido es a Monterrey, una bella ciudad llena de hermosas mujeres con ese acento peculiar que me encanta y les da un toque especial, mucho más sexy.
Es común ver en la Macroplaza a muchas bellas mujeres de todas edades siempre ligeras de ropa debido al intenso calor, me encanta pasearme por ahí y ver aquel magnífico desfile de escotes, shorts ajustados, minifaldas y demás prendas que potencian los atributos de cada mujer.
Llegué la mañana del martes tomé un taxi del aeropuerto directo al municipio de Juárez, el propósito del viaje consistía en visitar algunos planteles de Conalep y supervisar una actividad que se realizó con los alumnos de la institución, la llegada fue un tanto complicada pues el primer plantel estaba un poco retirado de las vías primarias de comunicación, al llegar y entrar al salón donde ya iniciaba la actividad arrebató mi atención las hermosas jovencitas que formaban parte de clase, simplemente perfectas, recién culminando su desarrollo adolescente, delgadas con una hermosa cintura, hermosas tetas y culos redondos y respingones, aunque trate de controlarme y ser lo más profesional posible, estoy seguro que más de una notó mi mirada lujuriosa pues me sonreían tímidamente, mientras yo me las imaginaba recibiendo un enorme chorro de leche en sus lindas y tiernas caras.
Fue en el primer salón donde conocí a Reyna, ella es una mujer madura oriunda de Monterrey asignada para acompañarme ese día en las visitas programadas a ese y otro plantel de Conalep, yo calculo que Reyna tendrá unos 40 años, güera de rancho, unas generosas tetas y un buen culo característico de las mujeres de talla grande, me presenté con ella, charlamos un poco y supervisamos que la actividad ocurriera sin ningún contratiempo.
Recién terminó la actividad nos trasladamos juntos a la segunda parada en el municipio de Cadereyta tomamos un taxi y seguimos conversando de meras trivialidades, al llegar al segundo plantel la dinámica fue la misma con la diferencia que había considerablemente menos mujeres que en el primero, cosa que me desanimó un poco, sobretodo porque en el salón donde estábamos solo había cuatro lindas chicas y diez chavos, no pude evitar dejar volar mi imaginación y pensar lo que esos diez chavos y yo le haríamos a esas lindas jovencitas de cuerpos ardientes y bien formados.
Al terminar la jornada nos dispusimos a ir nuevamente al centro de Monterrey, me comentó que tenía hambre por lo que le ofrecí comer con ella en un restaurante cercano, pedimos unos burritos y refresco para acompañar, a lo largo de la comida me contó sobre su vida y lo mal que le ha ido en al amor durante los últimos 20 años, pues ninguna de sus tres relaciones dio los frutos que ellas esperaba, como toda charla típica traté de consolarla y hacerla sentir bien, le dije que aún es un perfecto momento para encontrar el amor y esas cosas que uno dice cuando no sabe más que decir.
Terminamos la comida y aún era temprano por lo que decidimos pedir un par de cervezas para aminorar el calor y refrescarnos un poco, pronto ese par de cervezas se convirtieron en tres pares y poco a poco aumentaban las risas, los comentarios subidos de tono y la confianza entre los dos.
¿Tienes novia? Preguntó, yo le respondí que sí, sabiendo que esa respuesta anularía mis probabilidades de desquitar mi calentura con aquella madurita que entre cerveza y cerveza cada vez la veía mejor, sin embargo, sorpresivamente me siguió preguntando sobre ella y en particular sobre aspectos sexuales.
¿Cómo es ella? yo contesté con toda sinceridad, mi novia es joven y muy bonita, mide alrededor de 1.60, su cabello es de color negro lacio y sedoso, me encanta acariciarlo y sentirlo entre mis dedos, tiene una piel muy suave un hermoso trasero y sobre todo unas enormes tetas que me vuelven loco desde el primer día que las vi.
Ella se echó a reír y me dijo que pensara en otra cosa, que mi novia estaba muy lejos y que no me iba a poder amamantar en un par de días, ella me amamanta y yo le doy su leche, respondí riendo también.
¿cada cuando cogen? A lo que respondí que cada vez que nos vemos pues aun no vivimos juntos, pero 3 o 4 veces por semana seguro si lo hacemos, ella es súper caliente y le encanta que le de verga todo el tiempo, siempre trato de que ella tenga dos o tres orgasmos antes de yo poder explotar.
“Wow, se ve que la tienes bien atendida y tú te ves súper jarioso si bien que vi como veías a las muchachas en las escuelas que visitamos” respondió.
Le dije que seguramente ella también se prendió con tato muchacho joven y guapo a lo que me respondió con un guiño.
Y ¿tú? ¿Hace cuanto que no te dan lechita?, pregunté.
Contestó de manera pícara: “Uy pues ya hasta estoy descalcificada seguramente”.
Es común ver en la Macroplaza a muchas bellas mujeres de todas edades siempre ligeras de ropa debido al intenso calor, me encanta pasearme por ahí y ver aquel magnífico desfile de escotes, shorts ajustados, minifaldas y demás prendas que potencian los atributos de cada mujer.
Llegué la mañana del martes tomé un taxi del aeropuerto directo al municipio de Juárez, el propósito del viaje consistía en visitar algunos planteles de Conalep y supervisar una actividad que se realizó con los alumnos de la institución, la llegada fue un tanto complicada pues el primer plantel estaba un poco retirado de las vías primarias de comunicación, al llegar y entrar al salón donde ya iniciaba la actividad arrebató mi atención las hermosas jovencitas que formaban parte de clase, simplemente perfectas, recién culminando su desarrollo adolescente, delgadas con una hermosa cintura, hermosas tetas y culos redondos y respingones, aunque trate de controlarme y ser lo más profesional posible, estoy seguro que más de una notó mi mirada lujuriosa pues me sonreían tímidamente, mientras yo me las imaginaba recibiendo un enorme chorro de leche en sus lindas y tiernas caras.
Fue en el primer salón donde conocí a Reyna, ella es una mujer madura oriunda de Monterrey asignada para acompañarme ese día en las visitas programadas a ese y otro plantel de Conalep, yo calculo que Reyna tendrá unos 40 años, güera de rancho, unas generosas tetas y un buen culo característico de las mujeres de talla grande, me presenté con ella, charlamos un poco y supervisamos que la actividad ocurriera sin ningún contratiempo.
Recién terminó la actividad nos trasladamos juntos a la segunda parada en el municipio de Cadereyta tomamos un taxi y seguimos conversando de meras trivialidades, al llegar al segundo plantel la dinámica fue la misma con la diferencia que había considerablemente menos mujeres que en el primero, cosa que me desanimó un poco, sobretodo porque en el salón donde estábamos solo había cuatro lindas chicas y diez chavos, no pude evitar dejar volar mi imaginación y pensar lo que esos diez chavos y yo le haríamos a esas lindas jovencitas de cuerpos ardientes y bien formados.
Al terminar la jornada nos dispusimos a ir nuevamente al centro de Monterrey, me comentó que tenía hambre por lo que le ofrecí comer con ella en un restaurante cercano, pedimos unos burritos y refresco para acompañar, a lo largo de la comida me contó sobre su vida y lo mal que le ha ido en al amor durante los últimos 20 años, pues ninguna de sus tres relaciones dio los frutos que ellas esperaba, como toda charla típica traté de consolarla y hacerla sentir bien, le dije que aún es un perfecto momento para encontrar el amor y esas cosas que uno dice cuando no sabe más que decir.
Terminamos la comida y aún era temprano por lo que decidimos pedir un par de cervezas para aminorar el calor y refrescarnos un poco, pronto ese par de cervezas se convirtieron en tres pares y poco a poco aumentaban las risas, los comentarios subidos de tono y la confianza entre los dos.
¿Tienes novia? Preguntó, yo le respondí que sí, sabiendo que esa respuesta anularía mis probabilidades de desquitar mi calentura con aquella madurita que entre cerveza y cerveza cada vez la veía mejor, sin embargo, sorpresivamente me siguió preguntando sobre ella y en particular sobre aspectos sexuales.
¿Cómo es ella? yo contesté con toda sinceridad, mi novia es joven y muy bonita, mide alrededor de 1.60, su cabello es de color negro lacio y sedoso, me encanta acariciarlo y sentirlo entre mis dedos, tiene una piel muy suave un hermoso trasero y sobre todo unas enormes tetas que me vuelven loco desde el primer día que las vi.
Ella se echó a reír y me dijo que pensara en otra cosa, que mi novia estaba muy lejos y que no me iba a poder amamantar en un par de días, ella me amamanta y yo le doy su leche, respondí riendo también.
¿cada cuando cogen? A lo que respondí que cada vez que nos vemos pues aun no vivimos juntos, pero 3 o 4 veces por semana seguro si lo hacemos, ella es súper caliente y le encanta que le de verga todo el tiempo, siempre trato de que ella tenga dos o tres orgasmos antes de yo poder explotar.
“Wow, se ve que la tienes bien atendida y tú te ves súper jarioso si bien que vi como veías a las muchachas en las escuelas que visitamos” respondió.
Le dije que seguramente ella también se prendió con tato muchacho joven y guapo a lo que me respondió con un guiño.
Y ¿tú? ¿Hace cuanto que no te dan lechita?, pregunté.
Contestó de manera pícara: “Uy pues ya hasta estoy descalcificada seguramente”.