hysteria01
Becerro
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- 27 Nov 2009
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Después de esa emocionante y angustiosa experiencia en el parquecito, las ganas de estar juntos fueron en aumento. Acordamos en veamos un día después de que ella saliera del trabajo, yo iría por ella y buscaríamos un hotel discreto donde pasar toda la tarde juntos tranquilamente sin que nadie nos molestara. Ese día me salió un compromiso y le avise que no podría ir por ella. –Lo dejamos para otro día, pero que no tarde mucho porque te tengo muchas ganas- me dijo. Eso aumento mis ganas de cancelar el compromiso y mejor pasar un buen rato con ella.
A media mañana de ese día, me avisan que el compromiso que yo tenia estaba cancelado, lejos de enojarme, me puse contento, vi la hora y me daba tiempo de ir por ella al trabajo, ese día ella saldría temprano, así que me apresure.
Vi que venia, me escondí para darle un sorpresa, pero el sorprendido fui yo, cuando vi suc ara de disgusto al verme. –¡dijiste que no vendrías! -¿tienes otro compromiso?, pregunté. –claro que no tontito, solo que no vengo preparada. –¿Preparada?, -Si!, no traigo ropa extra, vengo sucia, acabo de salir del trabajo, toda sudada, me da pena-, -Pero si no me interesa ver tu ropa, me interesa verte sin ella, además, el sudor no es problema, te lo quito yo mismo bajo un regadera caliente, ¿que te parece?-, -¿Ya tienes ubicado un lugar?- me pregunto. –Claro, esta aquí cerca y se ve tranquilo, vamos!, ya estoy aquí- Me miro aun no muy convencida, -pero es que yo quería ponerme algo especial para ti-, -no te preocupes, después te lo pones, ¿o ya no habrá una segunda, tercera, cuarta etc, vez?-. Se rió y dijo- esta bien, me convenciste, vamos.
Llegamos al hotel, entramos al cuarto e inmediatamente me dio un largo y apasionado beso. Empezó a subir de tono el asunto, empezaron las manos a ponerse inquietas y a viajar de un lado para otro, le quite la blusa, empecé a besar el borde de sus pechos, ella se pegaba a mi boca como queriendo que me los comiera completamente, desabroche su brasier y saltaron ante mi un rico par de pechos muy bien formados, erguidos y orgullosos, duros por la excitación que ella tenia. Los empecé a chupar suavemente, a acariciarlos, a disfrutarlos, no había nada que nos interrumpiera. Desabroche su pantalón, empecé a bajarlo, lo deje a la mitad de sus caderas y toque esa panocha que me había dejado tremendamente caliente aquella noche en el parque, ahora estaba mas mojada, esos bellos parecía que se habían multiplicado, comencé a acariciar sus labios vaginales, a jugar con mi dedo su vulva. –Con cuidado, acuérdate que soy virgen-. Me detuve en seco, y me separé de ella, -¿en serio?- pregunte tontamente.- ¿no me crees?- La vi a los ojos. -Si es así, ¿estas segura de lo que vas a hacer?, ¿no te va a ganar el arrepentimiento?- -Estoy segura, por eso estoy aquí, además, te me haces un muy buen candidato para perderla, porque ya tenia ganas de hacerlo, y tu me inspiras mucha confianza, además me vas a cuidar supongo, si te digo que me duele te detienes, y si no puedo me entenderás, ¿es correcto?- -claro, ¡será como tu quieras!- Entonces déjame echarme un regaderazo. Y diciendo esto, se quito el pantalón, calcetas y se quedo con un calzoncito de algodón de florecitas rosas, me vio y me dijo. – ¿que te parece lo que vez?- Estas Lindísima- solo articule, y es que literalmente estaba con la boca abierta, su cuerpo es delgado pero con una curvas bien definidas, la cintura delgada, lo pechos erguidos, las piernas bien formadas, unos pies pequeños, y una sonrisa coqueta combinada con sus ojos picaros que me habían embrujado desde que la conocí, pero todo en paquete, se veía fenomenal.
Se tiro en la cama y me dijo, -ven! Dame otro beso-, -ni tardo ni perezoso, me abalance delicadamente sobre ella y la bese al mismo tiempo que metía mi mano en su entrepierna, realmente su vagina tenia iman para con mi mano, abrió las piernas y me jalo sobre ella y empezó a moverse como si se la estuviera metiendo, tallando su vagina contra mi bulto que ya no aguantaba las ganas de penetrarla. Me quite la camisa mientras ella desabrochaba mi pantalón, me lo medio bajo a manera de dejarme el pantalón a medias y en puro calzón me volvió a poner sobre ella, la sensación era tremenda, solo dos trozos de tela de algodón nos separaba, podía sentir su piel caliente, pegada a la mía, besar su cuello, sus pechos, sus nalgas; empecé a tallar mi pene sobre su vagina y a empujar suavemente como si tratara de penetrarla. Ella gemía y disfrutaba.
Me incorpore para quitarme el pantalón, me quité el reloj y me estiré para ponerlo sobre el buró junto a la cama, de pronto siento que me baja el calzon con una mano y toma mi pene con la otra y lo mete a su boca y lo empieza a chupar como si chupara un caramelo, la humedad de su boca y la forma en que chupaba me hacia sentir que mis piernas se me doblaban. –siempre se me había antojado hacer esto- me dijo, - tenia muchas ganas de experimentar el sexo oral, y es muuuuy rico,- y diciendo esto siguió chupando tiernamente y yo disfrutando a tal grado que sentía que me venia. Se separo y me pregunto, -que te pasa-, si sigues así vas a hacer que eyacule, le dije. –solo no lo hagas en mi boca, pero déjame seguirte chupando, ¿o no te gusta como lo hago?- me encanta! Le dije- y siguió haciendo su labor muy entusiasta, como niña con juguete nuevo, lo chupaba, lo veía, lo chupaba, lo volvía a ver, cuando sintió que la cabeza se agrandaba, se quito y me dijo, -creo que te va a pasar algo, mejor me detengo-, y yo, noooooooo siguele!!!!!!, claro que no se lo dije, pero eso grito mi pensamiento. -Mejor me baño- me dijo, y diciendo esto se metió a la regadera. Yo me acosté en la cama y prendí la televisión.
Salió del baño enredada en la pequeña toalla del hotel, solo le tapaba los pechos y la entrepierna, se recostó a mi lado y me dio un apasionado beso. Comencé a besarla y a recorrer con mi manos y boca todo su lindo cuerpo, con mi boca hice a un lado la toalla de su vientre y empecé a besar esa linda mata de bellos, negros y gruesos, retadores; comencé a chupar su clítoris, a tratar de abrir sus labios vaginales con mi lengua, ella se retorcía y gemía, -que rico!, siguele!. Yo mordía suavemente sus muslos, y besaba su cosita, recorría su estomago con mi lengua y me apoderaba de esos ricos senos que para ese momento eran ya de un tamaño y una dureza considerable debido a la excitación que ella tenia. La giré para ponerla boca abaja, y empecé a besar su nuca, su espalda, recorriendo toda su espina dorsal hasta llegar a donde empiezan sus nalgas, recorro mi lengua entre ellas y ella para el culo y yo me apodero de su ano y lo empiezo a lengüetear, ella gime mas duro y para mas el culo de tal manera que puedo abrir sus nalgas y chupo su ano y también la entrada de su vagina, siento la dureza de esos labios que se niegan a abrirse, esos lindos agujeros se ven rígidos, inflamados y rojos pero duros, resistiéndose a ser penetrados.
Gira y se pone frente a mi y me dice. –hazme tuya por favor, pero no te pongas condon, quiero sentir bien tu pene dentro de mi, quiero disfrutarlo, recuerda que es mi primera vez-. Ni como dudarlo, ya lo había visto de cerca. Pero entre el nerviosismo y la ansiedad, el temor a lastimarla, el deseo de que disfrutara ella este momento, trajo como consecuencia que mi amiguito perdiera su firmeza y se pusiera un tanto flácido. La flacidez no hizo que perdiera su tamaño pero si su firmeza por lo tanto ya no estaba erguido ni duro, ella lo noto y me dijo: -¿que te pasa?, ¿no me digas que estas nervioso?- un poquito, balbucee como tonto. –mejor!, contesto ella, -asi no me lastimas y me permites disfrutarlo, tállamelo como esa vez en el parque-. El estado de mi amiguito era el optimo para hacerlo así, ella se abrió completamente de piernas a manera que su entrepierna quedara a completa disposición mía, acomode mi pene entre sus labios y ella sus piernas enrollándome con ellas la cintura y nos empezamos a mover de tal manera que mi pene en su vaivén rozaban su clítoris y sus labios vaginales. Ella estaba roja y caliente, su respiración era fuerte de tal manera que aventaba sus senos hacia enfrente, a la vez que empujaba su vientre contra mí, entendí que era el momento de allanar ese lugar virginal.
Acomode mi pene en su entrada vaginal y empuje suave y lentamente. Ella hizo un rictus de dolor. –me duele!- me dijó. Me retire y volví a acomodarme en mi posición anterior, pero mi pene ya habia recuperado su firmeza y un poco incomodo para mi, además pareciera que el ya quería entrar y buscaba su lugar. Volví a intentarlo y ella consintió un poco mas. -Te duele?- le pregunte. –un poco- me contesto. –pero no te quites, así quédate. Obedecí y me quede así unos minutos mientras la besaba delicadamente. Después empece a dar suaves empujones, ella gimió, pero ya su cara no denotaba dolor sino placer, así continué un poco mas de tiempo, empujándome poco a poco, suavemente, tratando de no lastimarla y que se fuera acostumbrando su vagina a ese miembro extraño pero al mismo tiempo deseado dentro de ella.
Comencé a sentir como esos labios empezaban a ceder, mi pene se deslizo un poco más dentro de ella, ella ya solo gemía y se movía suavemente en pequeños círculos tratando de adaptar mi pene a una forma que ella sintiera cómoda. De pronto, sentí como si algo tronara, un débil tronido y mi pene entro aun mas ella gimió fuerte y me jalo hacia ella haciendo que entrara todo mi pene, empezó a gemir, a rasguñar mi espalda, a empujar mis nalgas contra ella y empeze a bombear, suave pero uniformemente. – que rico! No pares!. Ella se revolcaba literalmente en la cama mientras yo la penetraba una y otra vez. Sus gemidos, la excitación que yo tenía, la estrechez de su vagina apretando mi pene, provocó que sintiera la gran urgencia de venirme, así que me detuve.
- Que pasó?, ¿porque paras?-. Estaba a punto de eyacular- le conteste-. – ah bueno!, no eyacules dentro de mi por favor.- -claro que no, no te preocupes. Así nos quedamos, yo dentro de ella sin hacer ningún movimiento, solo nos besábamos. Así estuvimos un largo tiempo, hasta que ella sintió que mi pene se ponía otra vez flácido. –ah no!!, eso si que no!-me dijo picaramente.- y empezó a moverse nuevamente, que rico era eso, yo quieto sobre ella, y ella moviendo su cadera de tal manera que su vagina se comía todo mi pene, haciendo que entrara y saliera como su yo hiciera esos embates. No aguante mas, levante sus piernas con mis brazos hasta ponerlas casi en mi hombros, levante su cadera y empecé a penetrarla firmemente, ya sin contemplaciones, sin miramientos, la empecé a bombear fuerte y la posición me permitía sentir que llegaba hasta el fondo de su pequeña y rica vagina. –que rico! Que rico!!, mas! –decia- no pares!. Ya no había dolor en ella, solo placer y excitación, estaba disfrutando verdaderamente y yo tambien!, ya no soporte mas, descolgué sus piernas de mi, le penetre unos instantes vas, retire mi pene y me vine sobre sus vientre, mojando su ombligo y sus vellos, ella gimió y se retorció. –Ah! Quema!, esta caliente!. Me tire nuevamente sobre ella y la abrasé, ella me enrede con sus brazos y piernas sintiendo como íbamos recobrando el pulso normal, como la excitación iba bajando y de pronto se comenzó a reír. –de que te ríes? Le pregunte. –pues creí que solo me ibas a dejar tu semen sobre mi, pero ya lo estamos compartiendo-. Me contesto, ya que al estar pegados nos habíamos embarrado en nuestros estómagos y demás todo lo que yo había eyaculado.
Riéndonos aun, nos incorporamos y nos metimos a la regadera. Nos cambiamos y bajamos al restaurante a comer. Comimos y regresamos de nuevo a la habitación. Nos tiramos a ver la tele, estaba una semifinal de fútbol, me comento que a ella le atraía el futbol, pero que no le entendía. Entonces sintiéndome todo un conocedor le comencé a explicar lo que ni sabia.
Después de un rato de platica, comenzamos con los besos y las caricias otra vez. Me empezó a besar y me desabotono mi camisa, desabrocho mi pantalón, saco mi pene y lo empezó a chupar. –esta rico, me gustó la sensación, voy a querer que me lo des mas seguido- me dijo. –cuando tu quieras-, le conteste. Ella siguió chupando y jugando con su lengua y la cabeza de mi pene. Se paro y miró el reloj. –¿nos dará tiempo de intentarlo otra vez?-. Pues vamos a intentarlo.-le conteste. Entonces se comenzó a quitar la ropa, toda hasta quedar completamente desnuda, después se puso sobre mi y empezó a quitarme la camisa, después el pantalón, los calcetines, me dejo en puro calzón y empezó a morder mi pene sobre la tela. Después se recostó boca arriba y abrió las piernas y me dijo: -ven!, damelo ya! Porque ya nos tenemos que ir. Me fui sobre ella, ella bajo mi calzón, acomodo mi pene y trate de meterselo, se echo para atrás y me dijo: - ahora si ponte condon.- me pare a buscarlo en mi pantalón, me lo puse, y me volví sobre ella. –metemelo ya! Me dije otra vez.- que no nos va a dar tiempo, tengo que estar a las 8 en mi casa. Mire el reloj y eran casi 6:30. de donde estábamos hasta donde ella vivía era hora y media de trayecto. –no nos va a dar tiempo-. Le dije- mira la hora que es-. –es cierto- dijo ella. Mételo nomas tantito, quiero sentirlo otra vez dentro de mi, ándale, nomás tantito-. No podía negarme ante tal petición, así que sin mas, busque la entrada de su vagina, acomode mi pene, y empuje suavemente otra vez. –ay! Me duele!. Me dijo- me duele mas ahora, y me arde-. Me quite y vi su vagina, estaba muy roja, -creo que es por la falta de costumbre- le dije. – ¿sera?, pues a ver, acostumbrame!!, y me jalo otra vez sobre ella. Trate de meterselo pero de nuevo se quejo. – no voy a resistir, me duele mucho- me dijo.- ya para ese momento, mi pene se había puesto flacido(segunda vez en ese día que me fallaba). Entonces con la molestia de ella al ser penetrada y la flacidez mía, no íbamos a lograr nada pensé yo. Me jalo y acomodo mi pene y s elo empujo, apreto los labios como para aguantar el dolor y empujo su cadera hacia mi haciendo que mi pene asi como estaba entrara casi por completo dentro de ella, se movió un poco frenéticamente y se lo saco. – me duele mucho y además no esta como al principio, mejor lo dejamos para otro día con mas calma. –Sabia decisión-. Le dije- porque así con presión no me salen los trabajos.
Se echo a reír, se incorporo y comenzó a vestirse. Yo me quite el preservativo y me fui a lavar al baño, ella termino de arreglarse, espero a que me cambiara y salimos del hotel. Nos dirigimos a tomar el bus. En el trayecto nos pusimos de acuerdo cuando seria la próxima cita. –esta vez no voy a ir a trabajar, quiero estar contigo todo el día-.
P. Gracias por sus comentarios, quedo gratamente sorprendido y agradecido por el tiempo que se toman para leer lo que escribo. Algunos comentarios me han arrancado risas por lo espontáneo de ellos, algo así como si estuviéramos entre cuates platicando las patoaventuras que nos suceden alrededor de una mesa con unas botellas de ron o ya de perdis unas chelas.
A media mañana de ese día, me avisan que el compromiso que yo tenia estaba cancelado, lejos de enojarme, me puse contento, vi la hora y me daba tiempo de ir por ella al trabajo, ese día ella saldría temprano, así que me apresure.
Vi que venia, me escondí para darle un sorpresa, pero el sorprendido fui yo, cuando vi suc ara de disgusto al verme. –¡dijiste que no vendrías! -¿tienes otro compromiso?, pregunté. –claro que no tontito, solo que no vengo preparada. –¿Preparada?, -Si!, no traigo ropa extra, vengo sucia, acabo de salir del trabajo, toda sudada, me da pena-, -Pero si no me interesa ver tu ropa, me interesa verte sin ella, además, el sudor no es problema, te lo quito yo mismo bajo un regadera caliente, ¿que te parece?-, -¿Ya tienes ubicado un lugar?- me pregunto. –Claro, esta aquí cerca y se ve tranquilo, vamos!, ya estoy aquí- Me miro aun no muy convencida, -pero es que yo quería ponerme algo especial para ti-, -no te preocupes, después te lo pones, ¿o ya no habrá una segunda, tercera, cuarta etc, vez?-. Se rió y dijo- esta bien, me convenciste, vamos.
Llegamos al hotel, entramos al cuarto e inmediatamente me dio un largo y apasionado beso. Empezó a subir de tono el asunto, empezaron las manos a ponerse inquietas y a viajar de un lado para otro, le quite la blusa, empecé a besar el borde de sus pechos, ella se pegaba a mi boca como queriendo que me los comiera completamente, desabroche su brasier y saltaron ante mi un rico par de pechos muy bien formados, erguidos y orgullosos, duros por la excitación que ella tenia. Los empecé a chupar suavemente, a acariciarlos, a disfrutarlos, no había nada que nos interrumpiera. Desabroche su pantalón, empecé a bajarlo, lo deje a la mitad de sus caderas y toque esa panocha que me había dejado tremendamente caliente aquella noche en el parque, ahora estaba mas mojada, esos bellos parecía que se habían multiplicado, comencé a acariciar sus labios vaginales, a jugar con mi dedo su vulva. –Con cuidado, acuérdate que soy virgen-. Me detuve en seco, y me separé de ella, -¿en serio?- pregunte tontamente.- ¿no me crees?- La vi a los ojos. -Si es así, ¿estas segura de lo que vas a hacer?, ¿no te va a ganar el arrepentimiento?- -Estoy segura, por eso estoy aquí, además, te me haces un muy buen candidato para perderla, porque ya tenia ganas de hacerlo, y tu me inspiras mucha confianza, además me vas a cuidar supongo, si te digo que me duele te detienes, y si no puedo me entenderás, ¿es correcto?- -claro, ¡será como tu quieras!- Entonces déjame echarme un regaderazo. Y diciendo esto, se quito el pantalón, calcetas y se quedo con un calzoncito de algodón de florecitas rosas, me vio y me dijo. – ¿que te parece lo que vez?- Estas Lindísima- solo articule, y es que literalmente estaba con la boca abierta, su cuerpo es delgado pero con una curvas bien definidas, la cintura delgada, lo pechos erguidos, las piernas bien formadas, unos pies pequeños, y una sonrisa coqueta combinada con sus ojos picaros que me habían embrujado desde que la conocí, pero todo en paquete, se veía fenomenal.
Se tiro en la cama y me dijo, -ven! Dame otro beso-, -ni tardo ni perezoso, me abalance delicadamente sobre ella y la bese al mismo tiempo que metía mi mano en su entrepierna, realmente su vagina tenia iman para con mi mano, abrió las piernas y me jalo sobre ella y empezó a moverse como si se la estuviera metiendo, tallando su vagina contra mi bulto que ya no aguantaba las ganas de penetrarla. Me quite la camisa mientras ella desabrochaba mi pantalón, me lo medio bajo a manera de dejarme el pantalón a medias y en puro calzón me volvió a poner sobre ella, la sensación era tremenda, solo dos trozos de tela de algodón nos separaba, podía sentir su piel caliente, pegada a la mía, besar su cuello, sus pechos, sus nalgas; empecé a tallar mi pene sobre su vagina y a empujar suavemente como si tratara de penetrarla. Ella gemía y disfrutaba.
Me incorpore para quitarme el pantalón, me quité el reloj y me estiré para ponerlo sobre el buró junto a la cama, de pronto siento que me baja el calzon con una mano y toma mi pene con la otra y lo mete a su boca y lo empieza a chupar como si chupara un caramelo, la humedad de su boca y la forma en que chupaba me hacia sentir que mis piernas se me doblaban. –siempre se me había antojado hacer esto- me dijo, - tenia muchas ganas de experimentar el sexo oral, y es muuuuy rico,- y diciendo esto siguió chupando tiernamente y yo disfrutando a tal grado que sentía que me venia. Se separo y me pregunto, -que te pasa-, si sigues así vas a hacer que eyacule, le dije. –solo no lo hagas en mi boca, pero déjame seguirte chupando, ¿o no te gusta como lo hago?- me encanta! Le dije- y siguió haciendo su labor muy entusiasta, como niña con juguete nuevo, lo chupaba, lo veía, lo chupaba, lo volvía a ver, cuando sintió que la cabeza se agrandaba, se quito y me dijo, -creo que te va a pasar algo, mejor me detengo-, y yo, noooooooo siguele!!!!!!, claro que no se lo dije, pero eso grito mi pensamiento. -Mejor me baño- me dijo, y diciendo esto se metió a la regadera. Yo me acosté en la cama y prendí la televisión.
Salió del baño enredada en la pequeña toalla del hotel, solo le tapaba los pechos y la entrepierna, se recostó a mi lado y me dio un apasionado beso. Comencé a besarla y a recorrer con mi manos y boca todo su lindo cuerpo, con mi boca hice a un lado la toalla de su vientre y empecé a besar esa linda mata de bellos, negros y gruesos, retadores; comencé a chupar su clítoris, a tratar de abrir sus labios vaginales con mi lengua, ella se retorcía y gemía, -que rico!, siguele!. Yo mordía suavemente sus muslos, y besaba su cosita, recorría su estomago con mi lengua y me apoderaba de esos ricos senos que para ese momento eran ya de un tamaño y una dureza considerable debido a la excitación que ella tenia. La giré para ponerla boca abaja, y empecé a besar su nuca, su espalda, recorriendo toda su espina dorsal hasta llegar a donde empiezan sus nalgas, recorro mi lengua entre ellas y ella para el culo y yo me apodero de su ano y lo empiezo a lengüetear, ella gime mas duro y para mas el culo de tal manera que puedo abrir sus nalgas y chupo su ano y también la entrada de su vagina, siento la dureza de esos labios que se niegan a abrirse, esos lindos agujeros se ven rígidos, inflamados y rojos pero duros, resistiéndose a ser penetrados.
Gira y se pone frente a mi y me dice. –hazme tuya por favor, pero no te pongas condon, quiero sentir bien tu pene dentro de mi, quiero disfrutarlo, recuerda que es mi primera vez-. Ni como dudarlo, ya lo había visto de cerca. Pero entre el nerviosismo y la ansiedad, el temor a lastimarla, el deseo de que disfrutara ella este momento, trajo como consecuencia que mi amiguito perdiera su firmeza y se pusiera un tanto flácido. La flacidez no hizo que perdiera su tamaño pero si su firmeza por lo tanto ya no estaba erguido ni duro, ella lo noto y me dijo: -¿que te pasa?, ¿no me digas que estas nervioso?- un poquito, balbucee como tonto. –mejor!, contesto ella, -asi no me lastimas y me permites disfrutarlo, tállamelo como esa vez en el parque-. El estado de mi amiguito era el optimo para hacerlo así, ella se abrió completamente de piernas a manera que su entrepierna quedara a completa disposición mía, acomode mi pene entre sus labios y ella sus piernas enrollándome con ellas la cintura y nos empezamos a mover de tal manera que mi pene en su vaivén rozaban su clítoris y sus labios vaginales. Ella estaba roja y caliente, su respiración era fuerte de tal manera que aventaba sus senos hacia enfrente, a la vez que empujaba su vientre contra mí, entendí que era el momento de allanar ese lugar virginal.
Acomode mi pene en su entrada vaginal y empuje suave y lentamente. Ella hizo un rictus de dolor. –me duele!- me dijó. Me retire y volví a acomodarme en mi posición anterior, pero mi pene ya habia recuperado su firmeza y un poco incomodo para mi, además pareciera que el ya quería entrar y buscaba su lugar. Volví a intentarlo y ella consintió un poco mas. -Te duele?- le pregunte. –un poco- me contesto. –pero no te quites, así quédate. Obedecí y me quede así unos minutos mientras la besaba delicadamente. Después empece a dar suaves empujones, ella gimió, pero ya su cara no denotaba dolor sino placer, así continué un poco mas de tiempo, empujándome poco a poco, suavemente, tratando de no lastimarla y que se fuera acostumbrando su vagina a ese miembro extraño pero al mismo tiempo deseado dentro de ella.
Comencé a sentir como esos labios empezaban a ceder, mi pene se deslizo un poco más dentro de ella, ella ya solo gemía y se movía suavemente en pequeños círculos tratando de adaptar mi pene a una forma que ella sintiera cómoda. De pronto, sentí como si algo tronara, un débil tronido y mi pene entro aun mas ella gimió fuerte y me jalo hacia ella haciendo que entrara todo mi pene, empezó a gemir, a rasguñar mi espalda, a empujar mis nalgas contra ella y empeze a bombear, suave pero uniformemente. – que rico! No pares!. Ella se revolcaba literalmente en la cama mientras yo la penetraba una y otra vez. Sus gemidos, la excitación que yo tenía, la estrechez de su vagina apretando mi pene, provocó que sintiera la gran urgencia de venirme, así que me detuve.
- Que pasó?, ¿porque paras?-. Estaba a punto de eyacular- le conteste-. – ah bueno!, no eyacules dentro de mi por favor.- -claro que no, no te preocupes. Así nos quedamos, yo dentro de ella sin hacer ningún movimiento, solo nos besábamos. Así estuvimos un largo tiempo, hasta que ella sintió que mi pene se ponía otra vez flácido. –ah no!!, eso si que no!-me dijo picaramente.- y empezó a moverse nuevamente, que rico era eso, yo quieto sobre ella, y ella moviendo su cadera de tal manera que su vagina se comía todo mi pene, haciendo que entrara y saliera como su yo hiciera esos embates. No aguante mas, levante sus piernas con mis brazos hasta ponerlas casi en mi hombros, levante su cadera y empecé a penetrarla firmemente, ya sin contemplaciones, sin miramientos, la empecé a bombear fuerte y la posición me permitía sentir que llegaba hasta el fondo de su pequeña y rica vagina. –que rico! Que rico!!, mas! –decia- no pares!. Ya no había dolor en ella, solo placer y excitación, estaba disfrutando verdaderamente y yo tambien!, ya no soporte mas, descolgué sus piernas de mi, le penetre unos instantes vas, retire mi pene y me vine sobre sus vientre, mojando su ombligo y sus vellos, ella gimió y se retorció. –Ah! Quema!, esta caliente!. Me tire nuevamente sobre ella y la abrasé, ella me enrede con sus brazos y piernas sintiendo como íbamos recobrando el pulso normal, como la excitación iba bajando y de pronto se comenzó a reír. –de que te ríes? Le pregunte. –pues creí que solo me ibas a dejar tu semen sobre mi, pero ya lo estamos compartiendo-. Me contesto, ya que al estar pegados nos habíamos embarrado en nuestros estómagos y demás todo lo que yo había eyaculado.
Riéndonos aun, nos incorporamos y nos metimos a la regadera. Nos cambiamos y bajamos al restaurante a comer. Comimos y regresamos de nuevo a la habitación. Nos tiramos a ver la tele, estaba una semifinal de fútbol, me comento que a ella le atraía el futbol, pero que no le entendía. Entonces sintiéndome todo un conocedor le comencé a explicar lo que ni sabia.
Después de un rato de platica, comenzamos con los besos y las caricias otra vez. Me empezó a besar y me desabotono mi camisa, desabrocho mi pantalón, saco mi pene y lo empezó a chupar. –esta rico, me gustó la sensación, voy a querer que me lo des mas seguido- me dijo. –cuando tu quieras-, le conteste. Ella siguió chupando y jugando con su lengua y la cabeza de mi pene. Se paro y miró el reloj. –¿nos dará tiempo de intentarlo otra vez?-. Pues vamos a intentarlo.-le conteste. Entonces se comenzó a quitar la ropa, toda hasta quedar completamente desnuda, después se puso sobre mi y empezó a quitarme la camisa, después el pantalón, los calcetines, me dejo en puro calzón y empezó a morder mi pene sobre la tela. Después se recostó boca arriba y abrió las piernas y me dijo: -ven!, damelo ya! Porque ya nos tenemos que ir. Me fui sobre ella, ella bajo mi calzón, acomodo mi pene y trate de meterselo, se echo para atrás y me dijo: - ahora si ponte condon.- me pare a buscarlo en mi pantalón, me lo puse, y me volví sobre ella. –metemelo ya! Me dije otra vez.- que no nos va a dar tiempo, tengo que estar a las 8 en mi casa. Mire el reloj y eran casi 6:30. de donde estábamos hasta donde ella vivía era hora y media de trayecto. –no nos va a dar tiempo-. Le dije- mira la hora que es-. –es cierto- dijo ella. Mételo nomas tantito, quiero sentirlo otra vez dentro de mi, ándale, nomás tantito-. No podía negarme ante tal petición, así que sin mas, busque la entrada de su vagina, acomode mi pene, y empuje suavemente otra vez. –ay! Me duele!. Me dijo- me duele mas ahora, y me arde-. Me quite y vi su vagina, estaba muy roja, -creo que es por la falta de costumbre- le dije. – ¿sera?, pues a ver, acostumbrame!!, y me jalo otra vez sobre ella. Trate de meterselo pero de nuevo se quejo. – no voy a resistir, me duele mucho- me dijo.- ya para ese momento, mi pene se había puesto flacido(segunda vez en ese día que me fallaba). Entonces con la molestia de ella al ser penetrada y la flacidez mía, no íbamos a lograr nada pensé yo. Me jalo y acomodo mi pene y s elo empujo, apreto los labios como para aguantar el dolor y empujo su cadera hacia mi haciendo que mi pene asi como estaba entrara casi por completo dentro de ella, se movió un poco frenéticamente y se lo saco. – me duele mucho y además no esta como al principio, mejor lo dejamos para otro día con mas calma. –Sabia decisión-. Le dije- porque así con presión no me salen los trabajos.
Se echo a reír, se incorporo y comenzó a vestirse. Yo me quite el preservativo y me fui a lavar al baño, ella termino de arreglarse, espero a que me cambiara y salimos del hotel. Nos dirigimos a tomar el bus. En el trayecto nos pusimos de acuerdo cuando seria la próxima cita. –esta vez no voy a ir a trabajar, quiero estar contigo todo el día-.
P. Gracias por sus comentarios, quedo gratamente sorprendido y agradecido por el tiempo que se toman para leer lo que escribo. Algunos comentarios me han arrancado risas por lo espontáneo de ellos, algo así como si estuviéramos entre cuates platicando las patoaventuras que nos suceden alrededor de una mesa con unas botellas de ron o ya de perdis unas chelas.