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Mi esposa a quien llamare diana, es alguien de mentalidad muy abierta, recientemente al hacer el amor introdujo su dedo en mi ano, le reclame diciendo que eso no me había gustado y que no lo volviese a repetir. Lo que ella no sabía es que había sido todo lo contrario, ese dedo me había encantado pero para evitar que pensara que soy gay pues ya no hice mención de nada. En ese instante una idea comenzó a rondar mi cabeza, hago notar que desde hace algunos años he introducido objetos en mi ano, y estando en la facultad de economía, en la casa de apoyo para estudiantes, disfrutaba muchísimo introducirme mis dedos. Pero enfatizo mi tendencia con las bellas damas.
En una ocasión, al subir a un árbol me cai de la rama y con otra me rasgue mi pantalón, al revisarme vi que solo fue un razguño en la entrepierna, mi esposa insistió en ver al doctor, le dije que después iria, al otro dia me percato de una molestia, asi que en el camino del trabajo a mi casa vi un consultorio de los “similares”, estacione el auto y baje, como las paredes de esos consultorios son delgadas, pude escuchar que el doctor le pedia que se empinara para que viese bien el problema, ese dialogo me excito, me imaginaba la situación y eso me ponia inquieto.
Al final le receto algo para las hemorroides y el paciente salió y me dispuse entrar, tratando de disimular la erección que en ese momento se mostraba en todo lo alto, el doctor me pidió que me sentara y le dije lo que había pasado, pidio que le mostrara, yo acepte, después de la revisión me dijo que no necesitaba más que un antiinflamatorio. Teniendo los pantalones debajo le dije que había algo mas, en la caída me había golpeado el trasero y al parecer una rama me había molestado también el ano. El doctor pidió entonces que me quitara el pantalón y le permitiera revisarme, se había puesto unos guantes previamente, me empine y me reviso, al sentir sus dedos alrededor de mi ano me di cuenta que la sensación era muy agradable, dijo si podía empinarme más para revisar detenidamente, me empine a todo lo que daba, y esos toqueteos de su dedo con mi ano fueron lo mejor que había sentido en años. Fue tanto mi goce que no me percate de mi pene se había puesto erecto como nunca, y cuando me dijo el doctor vístase, fue muy incomodo colocarlo dentro del bóxer, y cerrar el pantalón fue una proeza, al no encontrar nada, me dio las recomendaciones de rutina. Me retire a mi casa.
Durante los días siguiente no pude concentrarme en el trabajo, a cada rato pensaba en lo sucedido en el consultorio, tenía muchas ganas que eso se repitiera. Y mi voluntad fue superada, solo faltaba el pretexto.
En casa daba vueltas y vueltas, no pude mas, tome las llaves y enfile mi auto hacia el consultorio, en ese momento no había nadie, para mi sorpresa había un anuncio que decía que hasta nuevo aviso darían consulta, baje y pregunte a la chica de la farmacia sobre el doctor, dijo que el ya no trabajaría ahí, que estaba por regresarse a su pueblo en Tlaxcala, pero regresaria por unas cosas personales que había dejado en el consultorio, eso me derrumbo y al dar media vuelta vi que de un auto bajaba el doctor, no lo pude evitar y una sonrisa se reflejo en mi rostro.
Que tal Doctor, - me acaban de dar la noticia de que nos deja, con su formalidad característica dijo que efectivamente estaba por irse, que si deseaba alguna consulta, le dije que si, que tenia duda sobre si tenia hemorroides y eso me tenia preocupado, el doctor dijo, bueno que este sea la ultima consulta de este galeno, mientras la chica reia por la forma en que lo había dicho.
Pase. Ya sabe el protocolo, no hubo necesidad de que lo dijera dos veces, me quite toda la ropa de la cintura para abajo, ni siquiera me tome la molestia en doblarla y acomodarla. El no se puso la bata blanca, y solo haciendo uso de los guantes me reviso, de una manera más cuidadosa y tomándose un poco más de tiempo palpo lo necesario para que apareciera de la nada la erección, esa que es más fuerte que la que comúnmente tengo. Después pidió que me vistiera, que no necesitaba nada de medicamentos, todo estaba bien, y agradeci, cuando me despedia, dijo que se regresaría a su pueblo y que aun le quedaba el fin de semana para irse, si deseaba acompañarlo a tomar alguna copa, emocionado acepte.
En el bar nos sinceramos, le conté sobre mi vida de casado, dijo que también tenia familia, por eso dejaba la ciudad para regresar con ellos, le enfatice que era una lástima, ya le había tomado confianza además de afecto, el se rio y pregunto ¿por qué?. Es sencillo mi doc, ahí le va, lo de mi ano no fue sino una forma de poder acercarme a usted ya que desde hace algunos años o mas bien dicho toda mi vida he tenido algunas dudas sobre mi sexualidad y la verdad no se a quien recurrir; espero que esta charla no le moleste doc, sin ninguna expresión en su rostro comento que podía confiar plenamente en el, en sus 20 años de profesión había visto de todo. Bueno eso me hace sentir reconfortado le dije.
Mire desde adolescente siempre he sentido muchísima atracción por las viejas, y he tenido casi a todas que me he propuesto, desde chiquitas hasta grandotas, desde jóvenes hasta maduras, y es algo que nunca dejare de sentir y disfrutar, en la soledad de mi cuarto, como un complemento a mi masturbación, introducía los dedos en mi ano, me daba mas placer, después introduje objetos, desde mangos de paraguas, hasta botellas, eso sí con mucho cuidado. Cuando vi una revista xxx en donde había relaciones entre dos hombres, eso me excito más de lo normal, el ver el pene erecto de un macho hacia que sintiera cosas en mi estomago, además de unas ganas tremendas de acariciarlo, lo que más me encantaba de esas imágenes era el sexo oral y la penetración que le hacia un tipo vestido de policía y otro desnudo, empinado y con cara de excitación.
A lo que voy es que uno de mis anhelos es poder estar con un hombre, la verdad me da temor por lo que llegara a pasar en mi hogar, usted sabe, que mi mujer lo supiera. Espere me contesto el doctor, en los gays existe la figura del pasivo y el activo, ¿cual es la que a ud. Le gustaría realizar?. Pues definitivamente la de pasivo, para saciar mi curiosidad. Vaya contesto el doctor, fíjese que coincidencia. ¿Cual coincidencia doc?. Pregunte intrigado. Conozco a una persona que es activo y tal vez pueda ayudarlo a ud. Claro, siempre y cuando sepa guardar el secreto, el también es casado, y solo se verían una vez, ¿esta ud de acuerdo?. Claro conteste sin pensarlo, entonces nos vemos mañana a las 7 de la mañana, aquí mismo, en la entrada. Emocionado me fui a mi casa.
La noche se me hizo eterna, el insomnio se adueño de todo mi ser, mi esposa lo noto y pregunto que me tenia preocupado, fue que la cena conteste. Para las 6:30 estaba bañado y listo, las calles estaban vacias era domingo, llegue 15 minutos antes, mi corazón latia muy fuerte; el parque estaba casi vacio, gire la cabeza y vi un auto rojo manejado por el doc, paso a un costado, hizo la seña que lo siguiera, despues estaciono su auto frente a una residencia muy grande, ambos bajamos de nuestros autos, y me invito a pasar.
Adentro charlamos brevemente, me ofreció una copa, un jugo estaría mejor conteste; bueno, al grano, la persona activa que te quiero presentar esta aquí, señalándose a si mismo, veo que eres inexperto en estos menesteres, tratare de ser sumamente cuidadoso. Asentí con la cabeza y sin verlo a los ojos me sente en el sofá. Su orden fue clara y precisa; “quitate la ropa”, acepte casi como robot, mientras lo hacia la respiración aumentaba y disfrutaba de ese momento casi de manera inconciente, quede totalmente desnudo, me gusta mucho tu cuerpo, es atlético y varonil, dime ¿te ha hecho sexo oral un hombre?, casi sin voz conteste nunca, me puso de pie, se arrodillo e introdujo mi pene en su boca, que sensación tan placentera, mi timido pene sin erección pronto se exito dentro de esa calida y jugosa boca, los hombres hacen de manera diferente el sexo oral que una mujer, ahora trata de hacer lo mismo conmigo dijo el doc, me hinque y lo saque, lo tenia casi del mismo tamaño que el mio, solo que de color mas obscuro ya que soy de piel blanca y el era moreno, cuando lo introduje en mi boca no sentí asco ni repulsión, no pensé que esa suavidad del tronco y los plieges me excitaran, además de que el glande rozaba mi paladar haciéndome cosquillas en interior, conforme pasaba el tiempo me familiarizaba mas con el pene en mi boca, de hecho trate de meterlo lo mas hondo posible causándome una pequeña asfixia, y el doc sonriendo me decía no seas goloso, lo estas haciendo muy bien.
El doc me volteo y colocándome un liquido aceitoso en el ano, puso su pene, pero sin introducirlo de inmediato dejo que me fuera acostumbrando poco a poco a el. Ya después de unos empellones decidió introducirlo, para ese entonces mi ano pedia a gritos ser penetrado, y asi lo hizo, el aceite y la excitación hicieron que aceptara ese hermoso trozo de carne, que delicia, cuanto placer, su pene tocaba mi interior de manera viril, su bajo vientre golpeaba mis nalgas y podía sentir claramente como se estrellaban sus testículos con los mios.
Después, cambiamos de posición, me coloco boca-arriba y subiendo mis piernas en sus hombros introdujo nuevamente su pene, pero esta vez mas rápido y sin tantas complicaciones como en el principio, sus ojos no dejaban de mirarme mientras el vaivén agresivo comenzaba, pude sentir cuando el eyaculo en el condón, después de retirarlo se hinco nuevamente y me masturbo, a veces con sus labios y a veces con la mano, hasta que no pude mas y eyacule, el de inmediato devoro mi semen, que placer tan grande, eyacular dentro de la boca de un hombre es colosal. Después de descansar un poco nos fuimos a bañar, quedando de vernos en la tarde para despedirlo en el aeropuerto y por supuesto quedar de verlo allá en su pueblo del estado de Nayarit; quiero hacer patente que después de esa ocasión pasaron mas, después platicare de algunas de ellas.
En una ocasión, al subir a un árbol me cai de la rama y con otra me rasgue mi pantalón, al revisarme vi que solo fue un razguño en la entrepierna, mi esposa insistió en ver al doctor, le dije que después iria, al otro dia me percato de una molestia, asi que en el camino del trabajo a mi casa vi un consultorio de los “similares”, estacione el auto y baje, como las paredes de esos consultorios son delgadas, pude escuchar que el doctor le pedia que se empinara para que viese bien el problema, ese dialogo me excito, me imaginaba la situación y eso me ponia inquieto.
Al final le receto algo para las hemorroides y el paciente salió y me dispuse entrar, tratando de disimular la erección que en ese momento se mostraba en todo lo alto, el doctor me pidió que me sentara y le dije lo que había pasado, pidio que le mostrara, yo acepte, después de la revisión me dijo que no necesitaba más que un antiinflamatorio. Teniendo los pantalones debajo le dije que había algo mas, en la caída me había golpeado el trasero y al parecer una rama me había molestado también el ano. El doctor pidió entonces que me quitara el pantalón y le permitiera revisarme, se había puesto unos guantes previamente, me empine y me reviso, al sentir sus dedos alrededor de mi ano me di cuenta que la sensación era muy agradable, dijo si podía empinarme más para revisar detenidamente, me empine a todo lo que daba, y esos toqueteos de su dedo con mi ano fueron lo mejor que había sentido en años. Fue tanto mi goce que no me percate de mi pene se había puesto erecto como nunca, y cuando me dijo el doctor vístase, fue muy incomodo colocarlo dentro del bóxer, y cerrar el pantalón fue una proeza, al no encontrar nada, me dio las recomendaciones de rutina. Me retire a mi casa.
Durante los días siguiente no pude concentrarme en el trabajo, a cada rato pensaba en lo sucedido en el consultorio, tenía muchas ganas que eso se repitiera. Y mi voluntad fue superada, solo faltaba el pretexto.
En casa daba vueltas y vueltas, no pude mas, tome las llaves y enfile mi auto hacia el consultorio, en ese momento no había nadie, para mi sorpresa había un anuncio que decía que hasta nuevo aviso darían consulta, baje y pregunte a la chica de la farmacia sobre el doctor, dijo que el ya no trabajaría ahí, que estaba por regresarse a su pueblo en Tlaxcala, pero regresaria por unas cosas personales que había dejado en el consultorio, eso me derrumbo y al dar media vuelta vi que de un auto bajaba el doctor, no lo pude evitar y una sonrisa se reflejo en mi rostro.
Que tal Doctor, - me acaban de dar la noticia de que nos deja, con su formalidad característica dijo que efectivamente estaba por irse, que si deseaba alguna consulta, le dije que si, que tenia duda sobre si tenia hemorroides y eso me tenia preocupado, el doctor dijo, bueno que este sea la ultima consulta de este galeno, mientras la chica reia por la forma en que lo había dicho.
Pase. Ya sabe el protocolo, no hubo necesidad de que lo dijera dos veces, me quite toda la ropa de la cintura para abajo, ni siquiera me tome la molestia en doblarla y acomodarla. El no se puso la bata blanca, y solo haciendo uso de los guantes me reviso, de una manera más cuidadosa y tomándose un poco más de tiempo palpo lo necesario para que apareciera de la nada la erección, esa que es más fuerte que la que comúnmente tengo. Después pidió que me vistiera, que no necesitaba nada de medicamentos, todo estaba bien, y agradeci, cuando me despedia, dijo que se regresaría a su pueblo y que aun le quedaba el fin de semana para irse, si deseaba acompañarlo a tomar alguna copa, emocionado acepte.
En el bar nos sinceramos, le conté sobre mi vida de casado, dijo que también tenia familia, por eso dejaba la ciudad para regresar con ellos, le enfatice que era una lástima, ya le había tomado confianza además de afecto, el se rio y pregunto ¿por qué?. Es sencillo mi doc, ahí le va, lo de mi ano no fue sino una forma de poder acercarme a usted ya que desde hace algunos años o mas bien dicho toda mi vida he tenido algunas dudas sobre mi sexualidad y la verdad no se a quien recurrir; espero que esta charla no le moleste doc, sin ninguna expresión en su rostro comento que podía confiar plenamente en el, en sus 20 años de profesión había visto de todo. Bueno eso me hace sentir reconfortado le dije.
Mire desde adolescente siempre he sentido muchísima atracción por las viejas, y he tenido casi a todas que me he propuesto, desde chiquitas hasta grandotas, desde jóvenes hasta maduras, y es algo que nunca dejare de sentir y disfrutar, en la soledad de mi cuarto, como un complemento a mi masturbación, introducía los dedos en mi ano, me daba mas placer, después introduje objetos, desde mangos de paraguas, hasta botellas, eso sí con mucho cuidado. Cuando vi una revista xxx en donde había relaciones entre dos hombres, eso me excito más de lo normal, el ver el pene erecto de un macho hacia que sintiera cosas en mi estomago, además de unas ganas tremendas de acariciarlo, lo que más me encantaba de esas imágenes era el sexo oral y la penetración que le hacia un tipo vestido de policía y otro desnudo, empinado y con cara de excitación.
A lo que voy es que uno de mis anhelos es poder estar con un hombre, la verdad me da temor por lo que llegara a pasar en mi hogar, usted sabe, que mi mujer lo supiera. Espere me contesto el doctor, en los gays existe la figura del pasivo y el activo, ¿cual es la que a ud. Le gustaría realizar?. Pues definitivamente la de pasivo, para saciar mi curiosidad. Vaya contesto el doctor, fíjese que coincidencia. ¿Cual coincidencia doc?. Pregunte intrigado. Conozco a una persona que es activo y tal vez pueda ayudarlo a ud. Claro, siempre y cuando sepa guardar el secreto, el también es casado, y solo se verían una vez, ¿esta ud de acuerdo?. Claro conteste sin pensarlo, entonces nos vemos mañana a las 7 de la mañana, aquí mismo, en la entrada. Emocionado me fui a mi casa.
La noche se me hizo eterna, el insomnio se adueño de todo mi ser, mi esposa lo noto y pregunto que me tenia preocupado, fue que la cena conteste. Para las 6:30 estaba bañado y listo, las calles estaban vacias era domingo, llegue 15 minutos antes, mi corazón latia muy fuerte; el parque estaba casi vacio, gire la cabeza y vi un auto rojo manejado por el doc, paso a un costado, hizo la seña que lo siguiera, despues estaciono su auto frente a una residencia muy grande, ambos bajamos de nuestros autos, y me invito a pasar.
Adentro charlamos brevemente, me ofreció una copa, un jugo estaría mejor conteste; bueno, al grano, la persona activa que te quiero presentar esta aquí, señalándose a si mismo, veo que eres inexperto en estos menesteres, tratare de ser sumamente cuidadoso. Asentí con la cabeza y sin verlo a los ojos me sente en el sofá. Su orden fue clara y precisa; “quitate la ropa”, acepte casi como robot, mientras lo hacia la respiración aumentaba y disfrutaba de ese momento casi de manera inconciente, quede totalmente desnudo, me gusta mucho tu cuerpo, es atlético y varonil, dime ¿te ha hecho sexo oral un hombre?, casi sin voz conteste nunca, me puso de pie, se arrodillo e introdujo mi pene en su boca, que sensación tan placentera, mi timido pene sin erección pronto se exito dentro de esa calida y jugosa boca, los hombres hacen de manera diferente el sexo oral que una mujer, ahora trata de hacer lo mismo conmigo dijo el doc, me hinque y lo saque, lo tenia casi del mismo tamaño que el mio, solo que de color mas obscuro ya que soy de piel blanca y el era moreno, cuando lo introduje en mi boca no sentí asco ni repulsión, no pensé que esa suavidad del tronco y los plieges me excitaran, además de que el glande rozaba mi paladar haciéndome cosquillas en interior, conforme pasaba el tiempo me familiarizaba mas con el pene en mi boca, de hecho trate de meterlo lo mas hondo posible causándome una pequeña asfixia, y el doc sonriendo me decía no seas goloso, lo estas haciendo muy bien.
El doc me volteo y colocándome un liquido aceitoso en el ano, puso su pene, pero sin introducirlo de inmediato dejo que me fuera acostumbrando poco a poco a el. Ya después de unos empellones decidió introducirlo, para ese entonces mi ano pedia a gritos ser penetrado, y asi lo hizo, el aceite y la excitación hicieron que aceptara ese hermoso trozo de carne, que delicia, cuanto placer, su pene tocaba mi interior de manera viril, su bajo vientre golpeaba mis nalgas y podía sentir claramente como se estrellaban sus testículos con los mios.
Después, cambiamos de posición, me coloco boca-arriba y subiendo mis piernas en sus hombros introdujo nuevamente su pene, pero esta vez mas rápido y sin tantas complicaciones como en el principio, sus ojos no dejaban de mirarme mientras el vaivén agresivo comenzaba, pude sentir cuando el eyaculo en el condón, después de retirarlo se hinco nuevamente y me masturbo, a veces con sus labios y a veces con la mano, hasta que no pude mas y eyacule, el de inmediato devoro mi semen, que placer tan grande, eyacular dentro de la boca de un hombre es colosal. Después de descansar un poco nos fuimos a bañar, quedando de vernos en la tarde para despedirlo en el aeropuerto y por supuesto quedar de verlo allá en su pueblo del estado de Nayarit; quiero hacer patente que después de esa ocasión pasaron mas, después platicare de algunas de ellas.