Perla Blackheart
Becerro
- Desde
- 15 Mar 2018
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- 12
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- #1
PARTE 2
Me acostó en el piso boca arriba, y moviendose entre mis piernas, me las abrió evitando que las cerrara. Escupió su mano y procedió a ensalivarse la punta de su verga. Sabia lo que seguía a continuación y cerré mis ojos. Comenzó a empujar su verga contra mi ano con todas sus fuerzas, golpeándolo e intentando entrar en mi. De repente, un dolor agudo recorrió mi cuerpo al sentir como su miembro penetraba mi recto, nuevamente de forma brutal.
-”¡AYYYYY! ¡MIERDA! Me lastimaaaas pendejo! Sacala, sacalaaa por favooor!” -grité sofocada por el dolor. Sentia mi ano arder tal si me hubieran introducido chile. Recibí como respuesta una nueva bofetada.
-”Por favor, déjame ir" -susurré con lagrimas en los ojos.
Él no tenía intención de dejarme ir. En todo caso, mi suplica lo hizo emocionarse aún más.
-”Si no tratas de correr, no te lastimaré” -fue su respuesta.
-”Todavía vas a ...?” -lo interrumpí cuando comenzó a quitarse primero la camisa.
Él me soltó las muñecas y tomandome por mi pequeña cintura, empezo un mete y saca en mi adolorido ano.
-”Sí, todavía voy a cogerte” -terminó su frase. “Pero si me obedeces, seré gentil”
Sonrió y se trepó sobre mi, inmovilizándome y besándome apasionadamente. Cogida por sorpresa, comenzé a luchar nuevamente, haciendo todo lo posible para alejarlo de mi. Pero no sirvió, era demasiado pesado.
-”Espera, no ...” -dije antes de que pudiera protestar más. El deslizó sus dedos en mi boca, obligándone a chuparselos, y luego lentamente comenzó a empujar de nuevo su longitud dentro de mi recto. Gimió ruidosamente cuando mi culo apretado y caliente le apretó la verga.
Quitando sus dedos ahora limpios de mi boca, se inclinó y me besó bruscamente, moviendo una mano hacia abajo para frotar su clítoris. Gemí y envolví mis piernas alrededor de su cintura, incapaz de luchar contra él por más tiempo.
Esto solo lo incitó más y le tomó todo lo que no tenía para zambullirse dentro y follarme sin sentido. Lentamente, se empujó dentro de mi hasta que me había llenado casi por completo. Gimió ruidosamente. Yo estaba tan apretada que tuvo que esperar hasta que se hubiera adaptado a mi antes de que pudiera comenzar a follarme en serio.
Su boca se abrió en un gemido silencioso y yo cerré los ojos, mientras él comenzaba a sodomizarme más rápido. No habia ido a el sanitario antes de salir de mi trabajo, por lo que seguramente terminaria sacandome mis heces fecales con su miembro. El hijo de perra estaba llegando hasta lo mas profundo de mi recto y seguía empujando. Cerré los ojos, tratando de soportar esa posible humillación. Gemí, mordiéndome el labio para evitar hacer cualquier sonido.
-”Grita para mí” -gruñó. Abrí los ojos y lo miré.
-”Dime lo que quieres” -su voz era profunda. Cuando no respondi, dejó de moverse.
-”Dime lo que quieres que haga” -esta vez fue una orden.
Me retorcí en vano, tratando de hacerlo moverse. No sirvio. Mis ojos suplicaron, estaba al borde del orgasmo y él lo sabía.
-”Dime lo que quieres que te haga a ti” -repitió. Él sabía que me estaba torturando.
-”Quiero que me folles" -susurré, avergonzada.
-”Qué fue eso?” -sonrió con suficiencia.
-”¡Fóllame! Cogeme como si fuera una puta!” -grité con frustración.
-”Ten cuidado con lo que deseas” -sonrió abiertamente y comenzó a moverse dentro de mi otra vez.
Mi mente ahora se apoderó del placer, envolvi mis piernas firmemente alrededor de su cintura, clavando mis uñas en su espalda. Dejó escapar un gruñido casi animal y comenzó a follarme más rápido. Se sentía tan bien alrededor de su pene; mojado, cálido y apretado
-”¡Oh, carajo!" -grité cuando comenzó a golpear realmente contra mi culo, ya no me importaba si podía lastimarme o no.
-”AHHH! OH DIOS SÍ!” - el estaba gimiendo incontrolablemente. Arqueé mi espalda, permitiéndole ir más profundo, mientras un orgasmo alucinante me consumía.
-”Mierda....Si...si..... Asi ….que apretado” -gruñó entre cada empuje mientras me follaba sin piedad. Sabía que no duraría mucho más. Mi culo ahora estaba masajeando su verga con cada empuje mientras otro orgasmo me sacudía, haciéndome gritar.
-”¡SÍ!". Dime lo que quieres!” -me ordenó entre gruñidos. Gemí ruidosamente y arquié mi espalda, empujando mis pechos contra su pecho.
-”DAME MAS¡ MAS FUERTE! ROMPEME EL CULO HIJO DE PUTA!!” -le ordené. Sus gemidos se intensificarón. Estaba cerca del orgasmo.
En ese momento él sabía que yo ella era suya y el mio.
Al oírme gritar, fue cuando el finalmente cedió, y pude sentir sus bolas apretarse.
-”¡Oh, mierda! ¡Me estoy corriendo!” -gritó pegando su cuerpo contra el mio. Sus ojos se cerraron de golpe al darse cuenta de lo que estaba a punto de suceder. Deseaba sentir su semen llenarme pero quise castigarlo. Traté de alejarme de él para que no se corriera dentro de mi, pero me sostuvo.
-”AHHHHHhhhhhhh! ¡JODER, SÍ!” -gritó mientras enterraba su longitud entera en mi culo y disparaba su enorme carga de leche dentro de mi. La sensación de su semen caliente llenándome se sintió tan bien que fui empujada al borde nuevamente, teniendo un último orgasmo alucinante.
Él colapsó encima de mi, sin moverse, dejando que su verga se ablandara dentro de mi reventado culo.
Cuando él salió de mi y rodó hacia un lado, pude sentir sus jugos mezclados con mis heces salir de mi ano. Jadié, incapaz de moverme.
Despues de un corto tiempo luego de que recobrara el aliento, se puso de pie sobre mi. Mirandome a travez de los agujeros de su mascara. Tomando su ahora flácido pene entre sus dedos, apuntó hacia mi, y sin mas ni mas......comenzó a orinarme en el pecho, moviendo el chorro arriba y abajo para bañarme completamente el cuerpo.
-”Abre la boca” -me ordenó a lo cual ni tarda ni perezosa obedecí.
Redireccionó el chorro de orines, y apuntando hacia mi abierta boca, empezó a llenarmela por completo. Era demasiada la cantidad de orines que me ví obligada a tragarlos para no ahogarme. El sabor amargo y agrio llenó mi boca, siendo esta la primera vez que tomaba orines. El intruso pausaba el chorro, dandome tiempo de tomarlos cuando se me llenaba la boca. Empeze a tragar cada vez mas, saboreandolos, tratando de no ahogarme en el intento. Los ultimos chorros los dejó caer en mi rostro, formando una mascara de orines, lagrimas y maquillaje corrido. No podia verme a mi misma, pero estaba segura que mi aspecto era de dar asco.
Cuando por fin terminó, se agachó sobre mi y me besó apasionadamente, combinando nuestras salivas y quitandose la mascara, para revelar lo que yo sabia desde un principio. Era mi esposo Tommy, y este era otro mas de nuestros juegos sexuales.
-”Fantasia cumplida, baby. Espero te haya gustado” -me dijo tiernamente.
-”Me gustó bastante, aunque se te pasó la mano con las bofetadas. Me partiste el labio” -le respondi.
-”Bueno, dijiste que querias que fuera lo mas real posible y yo solo cumplí” -dijo riendose el muy cabrón, con esa sonrisa que me desarmaba por completo.
-”Okey, pero la proxima me toca a mi y te recibiré vestida de zombie. Asi que ni te quejes de las mordidas que te daré, hijo de puta” -le dije fingiendo enojo.
-”Prometo no enojarme, asi me arranques un brazo a mordidas” -respondió.
-”No es un brazo lo que tengo en mente de arrancarte” -le dije maliciosamente.
FIN DE PARTE 2
Me acostó en el piso boca arriba, y moviendose entre mis piernas, me las abrió evitando que las cerrara. Escupió su mano y procedió a ensalivarse la punta de su verga. Sabia lo que seguía a continuación y cerré mis ojos. Comenzó a empujar su verga contra mi ano con todas sus fuerzas, golpeándolo e intentando entrar en mi. De repente, un dolor agudo recorrió mi cuerpo al sentir como su miembro penetraba mi recto, nuevamente de forma brutal.
-”¡AYYYYY! ¡MIERDA! Me lastimaaaas pendejo! Sacala, sacalaaa por favooor!” -grité sofocada por el dolor. Sentia mi ano arder tal si me hubieran introducido chile. Recibí como respuesta una nueva bofetada.
-”Por favor, déjame ir" -susurré con lagrimas en los ojos.
Él no tenía intención de dejarme ir. En todo caso, mi suplica lo hizo emocionarse aún más.
-”Si no tratas de correr, no te lastimaré” -fue su respuesta.
-”Todavía vas a ...?” -lo interrumpí cuando comenzó a quitarse primero la camisa.
Él me soltó las muñecas y tomandome por mi pequeña cintura, empezo un mete y saca en mi adolorido ano.
-”Sí, todavía voy a cogerte” -terminó su frase. “Pero si me obedeces, seré gentil”
Sonrió y se trepó sobre mi, inmovilizándome y besándome apasionadamente. Cogida por sorpresa, comenzé a luchar nuevamente, haciendo todo lo posible para alejarlo de mi. Pero no sirvió, era demasiado pesado.
-”Espera, no ...” -dije antes de que pudiera protestar más. El deslizó sus dedos en mi boca, obligándone a chuparselos, y luego lentamente comenzó a empujar de nuevo su longitud dentro de mi recto. Gimió ruidosamente cuando mi culo apretado y caliente le apretó la verga.
Quitando sus dedos ahora limpios de mi boca, se inclinó y me besó bruscamente, moviendo una mano hacia abajo para frotar su clítoris. Gemí y envolví mis piernas alrededor de su cintura, incapaz de luchar contra él por más tiempo.
Esto solo lo incitó más y le tomó todo lo que no tenía para zambullirse dentro y follarme sin sentido. Lentamente, se empujó dentro de mi hasta que me había llenado casi por completo. Gimió ruidosamente. Yo estaba tan apretada que tuvo que esperar hasta que se hubiera adaptado a mi antes de que pudiera comenzar a follarme en serio.
Su boca se abrió en un gemido silencioso y yo cerré los ojos, mientras él comenzaba a sodomizarme más rápido. No habia ido a el sanitario antes de salir de mi trabajo, por lo que seguramente terminaria sacandome mis heces fecales con su miembro. El hijo de perra estaba llegando hasta lo mas profundo de mi recto y seguía empujando. Cerré los ojos, tratando de soportar esa posible humillación. Gemí, mordiéndome el labio para evitar hacer cualquier sonido.
-”Grita para mí” -gruñó. Abrí los ojos y lo miré.
-”Dime lo que quieres” -su voz era profunda. Cuando no respondi, dejó de moverse.
-”Dime lo que quieres que haga” -esta vez fue una orden.
Me retorcí en vano, tratando de hacerlo moverse. No sirvio. Mis ojos suplicaron, estaba al borde del orgasmo y él lo sabía.
-”Dime lo que quieres que te haga a ti” -repitió. Él sabía que me estaba torturando.
-”Quiero que me folles" -susurré, avergonzada.
-”Qué fue eso?” -sonrió con suficiencia.
-”¡Fóllame! Cogeme como si fuera una puta!” -grité con frustración.
-”Ten cuidado con lo que deseas” -sonrió abiertamente y comenzó a moverse dentro de mi otra vez.
Mi mente ahora se apoderó del placer, envolvi mis piernas firmemente alrededor de su cintura, clavando mis uñas en su espalda. Dejó escapar un gruñido casi animal y comenzó a follarme más rápido. Se sentía tan bien alrededor de su pene; mojado, cálido y apretado
-”¡Oh, carajo!" -grité cuando comenzó a golpear realmente contra mi culo, ya no me importaba si podía lastimarme o no.
-”AHHH! OH DIOS SÍ!” - el estaba gimiendo incontrolablemente. Arqueé mi espalda, permitiéndole ir más profundo, mientras un orgasmo alucinante me consumía.
-”Mierda....Si...si..... Asi ….que apretado” -gruñó entre cada empuje mientras me follaba sin piedad. Sabía que no duraría mucho más. Mi culo ahora estaba masajeando su verga con cada empuje mientras otro orgasmo me sacudía, haciéndome gritar.
-”¡SÍ!". Dime lo que quieres!” -me ordenó entre gruñidos. Gemí ruidosamente y arquié mi espalda, empujando mis pechos contra su pecho.
-”DAME MAS¡ MAS FUERTE! ROMPEME EL CULO HIJO DE PUTA!!” -le ordené. Sus gemidos se intensificarón. Estaba cerca del orgasmo.
En ese momento él sabía que yo ella era suya y el mio.
Al oírme gritar, fue cuando el finalmente cedió, y pude sentir sus bolas apretarse.
-”¡Oh, mierda! ¡Me estoy corriendo!” -gritó pegando su cuerpo contra el mio. Sus ojos se cerraron de golpe al darse cuenta de lo que estaba a punto de suceder. Deseaba sentir su semen llenarme pero quise castigarlo. Traté de alejarme de él para que no se corriera dentro de mi, pero me sostuvo.
-”AHHHHHhhhhhhh! ¡JODER, SÍ!” -gritó mientras enterraba su longitud entera en mi culo y disparaba su enorme carga de leche dentro de mi. La sensación de su semen caliente llenándome se sintió tan bien que fui empujada al borde nuevamente, teniendo un último orgasmo alucinante.
Él colapsó encima de mi, sin moverse, dejando que su verga se ablandara dentro de mi reventado culo.
Cuando él salió de mi y rodó hacia un lado, pude sentir sus jugos mezclados con mis heces salir de mi ano. Jadié, incapaz de moverme.
Despues de un corto tiempo luego de que recobrara el aliento, se puso de pie sobre mi. Mirandome a travez de los agujeros de su mascara. Tomando su ahora flácido pene entre sus dedos, apuntó hacia mi, y sin mas ni mas......comenzó a orinarme en el pecho, moviendo el chorro arriba y abajo para bañarme completamente el cuerpo.
-”Abre la boca” -me ordenó a lo cual ni tarda ni perezosa obedecí.
Redireccionó el chorro de orines, y apuntando hacia mi abierta boca, empezó a llenarmela por completo. Era demasiada la cantidad de orines que me ví obligada a tragarlos para no ahogarme. El sabor amargo y agrio llenó mi boca, siendo esta la primera vez que tomaba orines. El intruso pausaba el chorro, dandome tiempo de tomarlos cuando se me llenaba la boca. Empeze a tragar cada vez mas, saboreandolos, tratando de no ahogarme en el intento. Los ultimos chorros los dejó caer en mi rostro, formando una mascara de orines, lagrimas y maquillaje corrido. No podia verme a mi misma, pero estaba segura que mi aspecto era de dar asco.
Cuando por fin terminó, se agachó sobre mi y me besó apasionadamente, combinando nuestras salivas y quitandose la mascara, para revelar lo que yo sabia desde un principio. Era mi esposo Tommy, y este era otro mas de nuestros juegos sexuales.
-”Fantasia cumplida, baby. Espero te haya gustado” -me dijo tiernamente.
-”Me gustó bastante, aunque se te pasó la mano con las bofetadas. Me partiste el labio” -le respondi.
-”Bueno, dijiste que querias que fuera lo mas real posible y yo solo cumplí” -dijo riendose el muy cabrón, con esa sonrisa que me desarmaba por completo.
-”Okey, pero la proxima me toca a mi y te recibiré vestida de zombie. Asi que ni te quejes de las mordidas que te daré, hijo de puta” -le dije fingiendo enojo.
-”Prometo no enojarme, asi me arranques un brazo a mordidas” -respondió.
-”No es un brazo lo que tengo en mente de arrancarte” -le dije maliciosamente.
FIN DE PARTE 2