baluarte
Becerro
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- 29 Feb 2008
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DIA LEVE
Ella tenía muchas tardes libres y permiso de sus padres para salir con amigos, de ser necesario pasar la noche fuera de casa, bastaba una llamada y avisar en casa de cual de las amigas más cercanas se quedaría. Por aquel entonces el sexo conmigo era su pasión, así que buscaba con frecuencia culpar aleatoriamente a sus amigas para poderme encontrar. Así pasó una noche después de la oficina y del bar con los amigos, ella me llamó para avisarme que estaba cerca y estaba a punto de decidir si iba hacía su casa o victimaba a alguna de sus amigas, a lo que yo respondí: ven por mi!. Aquel lugar sin nombre estaba más cerca de donde yo me ubicaba, así que ella viniera, era lo más conveniente.
Esa noche fue de las menos perversas de todos nuestros encuentros furtivos, tuvimos sexo desde que entramos a la habitación con besos intensos con la lengua tocando la garganta, manoseo cachondo, apretando carnes, yo sus tetas y ella mi verga abultada y mis nalgas; arrancamos la ropa y nos tumbamos en la cama, ella sin titubeos bajó a mi pene y dio unas chupadas y mamadas deliciosas, le devolví el gesto chupando sus pezones y sus grandes tetas dejándolas mojadas y lubricadas para el mentado "sexo ruso", así que le puse el pene entre los senos y los presioné para que lo envolvieran sus tetas cálidas, y entonces con el clásico vaivén me la estaba cogiendo por el pecho; despues de un rato eso la dejó muy caliente y me quitó de encima con un empujón para poder ponerse en cuatro puntos y ofrecerme su cola húmeda y muy caliente, no soportaba más y quería que la penetrara y le diera sexo duro con nalgadas y de vez en cuando un dedo por el culo, pujando y gimiendo hasta que se mojó en un gran orgasmo se dejó caer en la cama y me pidió mi verga para mamarla, quería que yo la acompañará en aquel lugar donde momentáneamente estaba viajando y también tuviera un buen orgasmo, ¡naaaaa! la verdad era una adicta del sabor de mi verga y de mi leche, así que me la mamó hasta que provocó la eyaculación en su boca, para comer mi leche cálida que tanto disfrutaba, lo tragó todo sin desperdiciar ni una sola gota.
Relajados pensamos en la amiga víctimada, nos reímos pensando que quizá ella estaría durmiendo y quizá acaso se haya masturbado, mientras nosotros tuvimos una buena sesión de sexo leve, en fin, quizá algún día la invitemos a participar, por ahora seguíamos en la cama pero era tiempo de dormir.
Ella tenía muchas tardes libres y permiso de sus padres para salir con amigos, de ser necesario pasar la noche fuera de casa, bastaba una llamada y avisar en casa de cual de las amigas más cercanas se quedaría. Por aquel entonces el sexo conmigo era su pasión, así que buscaba con frecuencia culpar aleatoriamente a sus amigas para poderme encontrar. Así pasó una noche después de la oficina y del bar con los amigos, ella me llamó para avisarme que estaba cerca y estaba a punto de decidir si iba hacía su casa o victimaba a alguna de sus amigas, a lo que yo respondí: ven por mi!. Aquel lugar sin nombre estaba más cerca de donde yo me ubicaba, así que ella viniera, era lo más conveniente.
Esa noche fue de las menos perversas de todos nuestros encuentros furtivos, tuvimos sexo desde que entramos a la habitación con besos intensos con la lengua tocando la garganta, manoseo cachondo, apretando carnes, yo sus tetas y ella mi verga abultada y mis nalgas; arrancamos la ropa y nos tumbamos en la cama, ella sin titubeos bajó a mi pene y dio unas chupadas y mamadas deliciosas, le devolví el gesto chupando sus pezones y sus grandes tetas dejándolas mojadas y lubricadas para el mentado "sexo ruso", así que le puse el pene entre los senos y los presioné para que lo envolvieran sus tetas cálidas, y entonces con el clásico vaivén me la estaba cogiendo por el pecho; despues de un rato eso la dejó muy caliente y me quitó de encima con un empujón para poder ponerse en cuatro puntos y ofrecerme su cola húmeda y muy caliente, no soportaba más y quería que la penetrara y le diera sexo duro con nalgadas y de vez en cuando un dedo por el culo, pujando y gimiendo hasta que se mojó en un gran orgasmo se dejó caer en la cama y me pidió mi verga para mamarla, quería que yo la acompañará en aquel lugar donde momentáneamente estaba viajando y también tuviera un buen orgasmo, ¡naaaaa! la verdad era una adicta del sabor de mi verga y de mi leche, así que me la mamó hasta que provocó la eyaculación en su boca, para comer mi leche cálida que tanto disfrutaba, lo tragó todo sin desperdiciar ni una sola gota.
Relajados pensamos en la amiga víctimada, nos reímos pensando que quizá ella estaría durmiendo y quizá acaso se haya masturbado, mientras nosotros tuvimos una buena sesión de sexo leve, en fin, quizá algún día la invitemos a participar, por ahora seguíamos en la cama pero era tiempo de dormir.
Otros capítulos de la historia:
Un lugar sin nombre
La Espiral Dorada