hace meses, me soñe en un lugar que muchos conocen... De hecho fue tan real que empece a escribir e inventarme una historia... Tal cual lo soñe, lo escribi (y agregue algunas cosas)... si me permiten se los comparto... Nada mas no se rian...
Esta sucia…
No me eh dado cuenta, esta agua, con la que me estoy refrescando el rostro esta sucia… Tiene lama, luce verdosa y grumosa… ¿Cómo es que no me eh dado cuenta siquiera por el olor?, hago una mueca de asco y miro el interior del cubo para verificar ese hecho… Risas… Unas risas de niños llaman mi atención y caigo en cuenta de que estoy rodeada, son un total de 7 niños, tres niñas y cuatro niños me miran divertidos, una sobresale, la que llama mi atención, una pequeña rubia de pelo largo rizado y ojos azules, me mira mordiéndose una uña y acto seguido, señala sutilmente la cubeta en la que tome el agua para refrescarme… Esta limpia… Ahora el agua es clara, sin grumos ni olores fétidos… ¿¡Qué carajo!? Volteo a mirar y los niños han echado a correr, pero de aquella niña rubia no hay rastro, solo veo a 6 pequeñines corriendo hacia adentro del salón.
Escurro mi rostro con ambas manos y contemplo como el atardecer va llegando a ese espacio, estoy en un gran jardín, luce descuidado, hierba crece por doquier, una hierba sencilla y corta, cierro bien el grifo de donde tome el agua para aminorar mi calor, deben ser figuraciones mías, después de todo eh pasado todo el día trabajando yendo y viniendo en este lugar para que todo saliera perfecto, debo aceptar que la afluencia a este evento fue perfecta, mi jefe ha de estar satisfecho con los resultados… Decido entrar no sin antes girarme a observar por última vez, la clase de lugar en que se decidió que se hiciera el evento, un gran salón en medio de un terreno grande y baldío… ¡Qué tacaños!. Voy secando las manos en los costados de mis tejanos, a lo lejos contemplo a mi familia, prestos para irse ya del evento, apresuro el paso para darles el encuentro, allí esta mi madre, luce preciosa con ese vestido azul ultramarino que eligió, siempre ah estado orgullosa de mi, su sonrisa siempre es tan contagiosa, mis sobrinos Diego e Isaac, van sucios de jugar en el descuidado jardín, que ternura, ¡Mira! ¡Allí esta mi tio “Bob”! ¡Si vino a final a mi demostración!, su porte rudo de antiguo militar lo precede, no puedo evitar “cuadrarme” cuando estoy frente a el… Mi padre no aparece… Debe estar con el… Después de todo para ambos, el cuadrangular de beisbol que dan por la tele es como una religión para ellos, aunque me conforta saber que le eh evitado, me hubiera gustado ver a mi papa con nosotros. Mi hermana luce una sonrisa de oreja a oreja cuando me ve acercarme a ellos, llego el momento de irnos, pensé…
-¡Eh, Maggie!, pensé por un momento que te iba a dar el torsón en algún momento, pero hay que reconocer que el lugar te quedo increíble.- Dijo mi hermana cuando llegue a donde estaban ellos.
-Mira que el mérito no es solo mío, mi jefe a dispuesto todo lo que en este lugar hacia falta para que saliera perfecto, las sillas donde se sentaron, la música, vaya hasta el aromatizante de pino fue elección de el.
-Hija pero, ¿No pudieron escoger un lugar más cercano a la ciudad?-Terció mi madre.
-Esa ni siquiera fue elección de mi jefe… Si no del socio encargado de la presentación cultural, es algo raro…
-Raro en que aspecto, pequeña.- Mi tío Bob se acerco protector, inflando el pecho.
-tranquilo Tío, solo es algo excéntrico desde que se presentó en la oficina, no dejaba de sudar y lucir siempre agitado, parece que el…
-¡¡Maggie!! ¡¡Ven, corre!!- Se oyó la voz gruesa a grito pelado de mi jefe desde el otro lado de la sala- ¡Busca a Don Leo por la puerta del estacionamiento!... Quiere que le acompañe alguien por algo a su auto y eres la única que queda! ¡Te encargo!- Yo me encogí de hombros mirando a mi familia, bueno, supongo que no me llevará mucho tiempo y aunque mi familia me mira consternada, saben que debo cumplir con mi trabajo.
-¿Me esperan aquí, o los veo a la salida?- les pregunté
-De aquí no nos movemos hasta que regreses mi amor.- Dijo con una sonrisa y endulzo su mirada… Mi madre… como la amo.
-Ok, ya regreso.
Avance a grandes zancadas por la gran galería, los adornos aun seguían en su sitio, los globos en las ventanas, los listones en las paredes, incluso el gran candelabro en medio del lugar, del cual colgaban pendondes con los logotipos de la empresa, o eso creía… De nuevo vi al grupo de niños correr hasta esos listones que por el peso yacían ya arrastrando las lonas por el piso, les vi correr en círculos alrededor de ese candelabro, jugando y riendo en su infantil juego… hasta ese momento me percate horrorizada del dantesco cuadro… Los niños no se colgaban de esas lonas, no eran las lonas con los logotipos, mas bien lucian como cuerpos, eran, esqueletos… Esqueletos enfundados en vestidos de mujer, estos giraban a cada vuelta de los niños, arrastraban sus huesudos pies sin provocar ruido, mis ojos no daban crédito y mi corazón creía que se detenía cuando sentí una mano, igual de huesuda sobre mi hombro derecho… Giré rápidamente para encontrarme con la mirada perdida de Don Leo.
-Maggie… Gracias por acompañarme, se que ya te quieres ir, pero no puedo con lo que debo hacer yo solo… ¿No tienes algún inconveniente en ayudarme?.- Don Leo era una persona de unos 60 y pico años, el pelo negro con canas en las patillas, delgado y de apariencia algo frágil, vestía con un pantalón negro y saco gris de marca, unos zapatos negros inmaculados y lucia un extraño cinturón con una hebilla en forma de circulo con unas raras grecas dibujadas en el… Me parecía haber visto esa marca en algún lado… Quiza en la televisión, o es el logotipo de alguna marca en especifico… Bueno no le di importancia. Gire de forma brusca hacia los niños y el candelabro… Los esqueletos se habían ido, ahora solo lucían esas lonas con logotipos… Parpadee un par de veces para verificar que mis ojos no me estuvieran jugando una mala pasada…
-N-No, señor… Con gusto lo ayudo- titubee
-¡maravilloso! Vamos a donde deje mi auto, esta hasta el fondo, debemos ir antes de que termine por anochecer.
Avanzamos por un largo trecho para llegar a la puerta del estacionamiento norte, había que recorrer otra más para llegar hacia el parking de la zona sur, el cielo poco a poco empezaba a ocultarse, la luz del ocaso acariciaba una larga y abundante hierba que parecía haber salido de la nada, la cual resplandecía en colores ocre y fuego, un color realmente maravilloso, caminamos en silencio por unos minutos, yo miraba de soslayo a mi acompañante, tomando mis precauciones, aunque confiada en que un tipo con su porte y su edad, no sería capaz de intentar nada…
-debemos de llegar antes de que el sol se oculte… O será más difícil encontrarlo
-¿Encontrarlo?- pregunte…
-Solo la luz es la guía, la noche no augura nada bueno-
-oiga, pero solo vamos por su auto, ¿a que se refiere?- Pregunté sin éxito de respuesta… Me percate de que el solo hablaba en voz alta… Como si no existiera en ese momento… Gire hacia mi izquierda, vi las ventanas del lugar en donde mi familia me aguardaba, me dieron ganas de correr y meterme por alguna de esas ventanas, pero, algo parecía diferente… La pared lucia muy gris y desgastada… Marcas de humedad cubrían la mayor parte del recinto, di un par de pasos más y note la superficie del terreno lodosa, volví a buscar a don Leo con la mirada el cual ya le llevaba unos pasos adelante, de la nada había disminuido sus pasos… No solo eso… Lucia más cansado… Y había dejado de hablar, mire hacia las ventanas de nuevo y algo extraño volvía a suceder… Ya era de noche… ¡¿Cómo era posible que tan de pronto oscureciera?!... Las ventanas del recinto estaban pagadas… ¡¿Ya no había nadie!?, me regrese a encontrarme con mi acompañante y algo mas estaba fuera de sitio… Lucia más viejo… Las canas que tenía en las patillas ahora se extendían hacia la nuca, en la parte de la coronilla donde antes lucia una mata regular de cabellos color negro ahora daba lugar a una gran calva, la frente lucia cubierta de arrugas surgidas de la nada, pigmentadas por manchas raras color marrón… Propias de la edad de un anciano… su paso era lento y su cuerpo se había curvado… En ese momento una sensación desconocida recorrió mi médula espinal en conjunto con una serie de sensaciones… Miedo, incertidumbre, desasosiego… Pánico…
Don Leo cayó de bruces.
-Es tarde mi niña… No lo conseguí… Perdóname por lo que te he hecho…- Me dijo el extraño anciano cuando le cogí por un brazo para ayudarlo a levantarse un poco… Un viento sopló, gire alrededor y me percate de que no estábamos mas en el terreno baldío, había aun la hierba del camino, había una oscuridad aterradora… Estábamos rodeados de edificios de ladrillo rojo viejos con las ventanas rotas y apuntaladas con tablones, en algunas solo se veían habitaciones oscuras sin ápice de vida, habían paredes metalicas con señales de oxido y corrosión, botellas de vidrio viejas arrumbadas en algunos rincones… No había nada mas, ni un alma, más que las que en ese camino de hierba habían llegado… Con dificultad levante al anciano y con voz en un hilo le pregunté…¿¡Donde carajos estábamos!?... Su respuesta me petrificó…
-Estamos…. En Silent Hill…
Ya ya... No se rian...