Finanzas Internacional
Rick Newman
5 de marzo de 2018


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La industria del acero es un punto débil para el presidente Trump. Él claramente ve el acero como un símbolo del poder de la nación, y finalmente ha cumplido una promesa de campaña con la imposición de aranceles más proteccionistas que seguramente hagan aumentar los beneficios para los productores nacionales de acero.

Los planes de Trump para imponer aranceles del 25 % al acero importado y del 10 % al aluminio importado. Los detalles todavía no están claros, y es posible que acabe siendo más limitado de lo que Trump dio a entender cuando los anunció por primera vez el 1 de marzo, pero los mercados han reaccionado de forma agresiva, castigando a las empresas e industrias que podrían verse afectadas por estos aranceles y premiando a los pocos que probablemente se beneficien.

En medio de una situación de liquidación generalizada, las acciones de empresas como AK Steel (AKS), U.S. Steel (X) y Nucor (NUE) han subido, lo cual indica que existe una creencia de que las tarifas les permitirán aumentar los precios. Ocurre lo mismo con fabricantes de aluminio como Century Aluminum (CENX). Esos son los ganadores que ha elegido Trump.

La lista de perdedores es mucho más grande y en ella están incluidos los consumidores de a pie. Como regla general, con aranceles proteccionistas, los ganadores son aquellos que fabrican el producto sujeto a protección, ya que pueden cobrar más, mientras que los perdedores son los que lo compran, que tienen que pagar más. “Probablemente los aranceles conduzcan a un aumento considerable en los precios del acero y el aluminio en Estados Unidos, algo que perjudicará a los fabricantes de la industria nacional que dependen de estas mercancías como materia prima para su producción”, eso dijeron analistas de Moody’s.

¿Quién compra acero y aluminio? Decenas de industrias distintas, como por ejemplo, las que fabrican, automóviles, ordenadores, maquinaria industrial, electrodomésticos, muebles, cerveza, refrescos y comida enlatada, bates de béisbol para niños, y muchos otros productos que usamos en la vida cotidiana. Todas estas industrias acabarán pagando más por el acero y el aluminio, lo cual aumentará sus costos e irá en detrimento de la rentabilidad.

‘Una idea terrible’

RBC Capital Markets estima que la lista de industrias perdedoras emplea 16 veces más gente que las industrias del acero y el aluminio, lo que socava el argumento básico de Trump a favor de establecer aranceles, según el cual eso protege los trabajos en Estados Unidos. “Estos aranceles son una idea terrible”, dijo RBC en un artículo dirigido a sus clientes. “Roza lo absurdo”.

Normalmente, las empresas intentan transferir los aumentos de costos a la gente que compra sus productos, lo cual en este caso sería cualquier persona que compre un coche, un electrodoméstico, un ordenador o un pack de seis cervezas. Si los aranceles entran en vigencia tal y como los ha concebido Trump, los aumentos en los precios no serían draconianos, y prácticamente no hay ningún economista que pronostique un aumento repentino de la inflación. No obstante, hasta los aumentos más mínimos pueden debilitar el consumo; y cuando disminuye la demanda, desaparecen los empleos.

Una amenaza mayor que los aranceles en dos sectores concretos de la industria es la creciente sucesión de medidas de represalia y contra-represalia que podría derivar en una guerra comercial. Si los socios comerciales imponen sus propios aranceles en respuesta a los gravámenes de Trump sobre el acero y el aluminio, y Trump dobla la apuesta con más aranceles sobre nuevos tipos de importaciones, y así sucesivamente, podría haber un aumento significativo de la inflación que perjudicaría directamente a la economía en general y a la creación de puestos de trabajo. Y si Trump sigue fijando aranceles hasta desatar guerras comerciales, entonces habrá otro gran grupo de perdedores: los inversores, quienes probablemente sufran pérdidas a medida que caigan los mercados en medio de preocupaciones por precios más altos y por la torpe regulación gubernamental que impacta negativamente en los beneficios empresariales.

Trump tiene razón en una cosa: el auge del libre comercio durante los últimos 20 años, de hecho, ha perjudicado a algunos trabajadores, pero también ha reducido los precios para la mayoría de los consumidores, ha hecho que la economía sea más eficiente y genere nuevos tipos de puestos de trabajo que en muchos casos son más productivos que los trabajos perdidos con el avance de la globalización. La mayoría de economistas dicen que la mejor forma de abordar el daño causado por el libre comercio es ayudar a los trabajadores que han quedado relegados, en lugar de volver al proteccionismo de antaño, que desapareció a nivel generalizado por una buena razón.

Como principio básico, los economistas generalmente coinciden en que las empresas son más eficientes cuando el gobierno establece y garantiza el cumplimiento de las reglas del juego, pero deja que el sector privado decida cuál es la mejor manera de desplegar capital y trabajo. Los aranceles de Trump, por el contrario, interferirán en la eficiente asignación de recursos. Parece que Trump cree saber hacerlo mejor que el libre mercado. Es muy probable que el libre mercado demuestre que está equivocado.



Fuente



"... los mercados han reaccionado de forma agresiva, castigando a las empresas e industrias que podrían verse afectadas por estos aranceles y premiando a los pocos que probablemente se beneficien.

En medio de una situación de liquidación generalizada, las acciones de empresas como AK Steel (AKS), U.S. Steel (X) y Nucor (NUE) han subido, lo cual indica que existe una creencia de que las tarifas les permitirán aumentar los precios. Ocurre lo mismo con fabricantes de aluminio como Century Aluminum (CENX). Esos son los ganadores que ha elegido Trump.

La lista de perdedores es mucho más grande y en ella están incluidos los consumidores de a pie. Como regla general, con aranceles proteccionistas, los ganadores son aquellos que fabrican el producto sujeto a protección, ya que pueden cobrar más, mientras que los perdedores son los que lo compran, que tienen que pagar más."

Ese es el juego del Trompas: beneficio a MIS CUATES, los demás... ¡ahí se ven!


“Estos aranceles son una idea terrible”, dijo RBC en un artículo dirigido a sus clientes. “Roza lo absurdo”.

¡Cómo que ABSURDA una idea del Big Brain Naranja! ¡Que lo despidan a ese diseminador de FAKE NEWS! JAJAJAJA


"... hasta los aumentos más mínimos pueden debilitar el consumo; y cuando disminuye la demanda, desaparecen los empleos."

¿Pues no que con ésto el Payaso Naranja va a fomentar el empleo? ¡Qué mentecato redactó esta nota! JAJAJAJAJAJA


"Si los socios comerciales imponen sus propios aranceles en respuesta a los gravámenes de Trump sobre el acero y el aluminio, y Trump dobla la apuesta con más aranceles sobre nuevos tipos de importaciones, y así sucesivamente, podría haber un aumento significativo de la inflación que perjudicaría directamente a la economía en general y a la creación de puestos de trabajo. Y si Trump sigue fijando aranceles hasta desatar guerras comerciales, entonces habrá otro gran grupo de perdedores: los inversores, quienes probablemente sufran pérdidas a medida que caigan los mercados en medio de preocupaciones por precios más altos y por la torpe regulación gubernamental que impacta negativamente en los beneficios empresariales."

¡Chale, chale, chale! Esto ya es compló e contra de San Trump... JAJAJAJAJAJA


"Parece que Trump cree saber hacerlo mejor que el libre mercado. Es muy probable que el libre mercado demuestre que está equivocado."

Trump CREE que él es la persona más INTELIGENTE que la creación nos ha dado, y por ello hace lo que el Peje en México, pero corregido y degenerado: manda a volar no sólo a las instituciones, sino también a los especialistas, a los ingenieros, a los científicos y en general a todo aquél que no le reza todos los días tres Padres Nuestros y cinco Ave Marías a su imagen (y que además de seguirlo por Twitter, leda "like" a cada pendejada que el escribe ahí).


Pero ¿creen que algo de ésto le importe al Bufón Naranja, a quien lo único que le interesa en la vida es su cuenta de Twitter y el "rating" de la misma? Él llegó a la Casa de la Risa a divertirse de lo lindo... con cargo a los contribuyentes gringos (que ni le gusta vivir de los impuestos de los otros, declarándose continuamente en quiebra).

Así que, en la concepción trumpiniana, GANADORES, mis cuates, PERDEDORES, todos los demás.