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TODOS SOMOS JACINTA....

sadac17

Bovino de la familia
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1 Nov 2005
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13.135
Todos somos Jacinta
Ricardo Rocha
Detrás de la Noticia.

Nunca una de mis columnas había suscitado tan intensas respuestas. Evitaré a propósito mencionar los correos electrónicos personales en cualquier sentido. No acostumbro ventilar mis asuntos en los medios que me otorgan espacio y confianza. Así que me ocupo de los textos que atienden al mensaje y no al mensajero.
En primer lugar, los menos, pero los más estruendosos. En ellos, no han faltado voces que apelan a una suerte de hartazgo patriótico y que ven a estas denuncias como un atentado a la nación. Lo mismo que dijeron alguna vez de Aguas Blancas y Acteal. No cambian.

Igual están quienes interpretan este artículo como un ataque deliberado al PAN. Como si fuera una revelación las actividades discriminatorias y represivas de gobernantes de ese partido. El que Querétaro tenga un gobierno panista como el del señor Garrido es un dato, nada más. El que ese gobernador no haya hecho nada en el caso de Jacinta también es un dato, nada más. No hay adjetivos; ni falta que hacen.

Otro argumento para invalidar el caso Jacinta es que en la misma columna no se haga mención a asuntos similares en gobiernos priístas y perredistas. Como si el mal de muchos no sólo fuera consuelo de ya saben quienes, sino también la impunidad justificada del montón. O lo que es lo mismo: los partidos secuestran nuestras indignaciones. O lo que también significa: los estados como cotos de caza donde el que ganó tiene todo el derecho a hacer lo que se le pegue la gana. Los hay.

Pero, la verdad, yo prefiero quedarme con los más. Aunque fueran menos. Porque hay en ellos, en ustedes, palabras luminosas para alumbrar estos asuntos oscuros sobre la injusticia. Frases profundamente conmovedoras que nos dicen otra vez que nuestra capacidad de asombro sigue viva a pesar de los pesares. Y de la crisis. Y de las crisis.

Que todavía podemos estremecernos de saber que no nos es ajeno el dolor humano. Aunque esté preso con una mujer que tal vez no veremos nunca.
Por eso comprometen sus expresiones multiplicadas de “Yo también soy Jacinta” que no se dirigen a mí, sino a una mujer que todavía cree que se hará justicia. Y que representa un caso paradigmático de un México racista y discriminatorio al que la democracia no ha rebasado todavía. Un país en cuyas cárceles hay aún miles de presos políticos y de conciencia. En el que centenares de mexicanos indígenas todavía no entienden por qué están prisioneros.
Debo decir también que he estado recogiendo testimonios diversos y estoy plenamente convencido de la inocencia de Jacinta. También hablé largo con ella. Luego les cuento.

http://www.eluniversal.com.mx/columnas/77228.html

Jacinta, ¿plagiaria o víctima?
La indígena otomí de 42 años, condenada a 21 de prisión acusada de secuestrar a seis agentes armados de la PGR-AFI, relata su pesadilla
nota110309_040.jpg

Para llegar a ella hay que rebasar la ciudad de Querétaro y luego tomar una carretera secundaria. Al poco rato se aparece la doble mole de los penales: de un lado del camino los hombres y del otro lado las mujeres. Luego recorre uno a pie una larga, solitaria y estrecha calle que busca al fondo la puerta negra de hierro. De un lado el altísimo muro de hormigón y del otro la alambrada coronada de púas.
Es una cárcel. Aunque los eufemismos le llamen Centro de Readaptación Social, es una prisión, eso lo recuerdan los trámites y registros de rigor y el predominio de las rejas y las puertas giratorias de pesado metal. Salvo los guardias hombres de la entrada voy contando una veintena de custodios mujeres que nos van conduciendo por los laberínticos pasillos interiores. Y no puedes evitarlo, a cada paso hacia adentro vas perdiendo más y más lo que se queda allá afuera. Es una cárcel.
Y ahí están sus habitantes: en el patio y al sol hay unas 10 de las 141 reclusas; una de ellas fortísima, de rostro decidido y mirada fulminante que impondría todavía mas temor de no ser porque vive y reina desde un trono insólito de una silla de ruedas: perdió ambas piernas… ni siquiera me atrevo a preguntar por su historia; sin embargo, me cuentan inevitablemente la de una muchacha muy bella con un niño en brazos a la que agarraron con su marido por venta de drogas. En cambio, al hablar de Jacinta, Martha Yáñez Carbajo, la directora del penal, como que se apena. Recuerda que desde que llegó supo que era inocente, que se trató desde el principio de una acusación infundada, de una historia más que increíble, inadmisible; a ver, quién se puede creer que una mujer indígena otomí —ahora de 46 años— haya secuestrado a seis agentes armados de la PGR-AFI; es no sólo un insulto a la justicia sino a la más elemental inteligencia. Pero nuestra opinión no cuenta —me dice— nosotros nada podemos hacer que no sea tratar de la mejor manera posible a Jacinta y a las otras internas.
En esas estábamos cuando no sé por qué la presiento, la advierto y me la encuentro en un pasillo. Me sorprende con un abrazo tímido pero sincero, como si nos conociéramos desde antes. Luego casi sin preguntarle, me va platicando su historia, igual en su celda que frente a la máquina en el taller de costura donde hace estuches de tela acolchonados. ¿Para qué son? Para las mujeres que guardan pintura. ¿Cómo se llaman? Si, de pinturas que mandan hacer ¿A usted no le gustan? ¿Yo? ¡No! ¡Yo nunca me he pintado! estalla en una carcajada. Luego vendrían los silencios y, apenas asomadas, las lágrimas.
La han condenado a 21 años de prisión, ¿qué significa para usted? Yo ni sé, como que no puedo, pues no puedo creer… no sé que es. ¿Qué han sido estos dos años y medio, casi tres años de prisión? No entiendo, no sé contestar eso, no sé cómo digo. Usted ya está hablando español ahora, pero hace tres años sólo hablaba ñhä-ñhú otomí. Casi siempre habla otomí, pero hay palabras que no entiende bien.
—A ver, ¿qué piensa cuando está aquí a solas?, ¿puede creer lo que le ocurrió, usted entiende por qué la metieron a la cárcel?
—Como que no puedo creer, no puedo creer que cómo qué fue, pos como que no es realidad, como que es este, como que nada más un sueño, como que estoy aquí nada más por un sueño… nada más, porque no puedo creer… ahora me dicen de que sentencia, de que delito, mis compañeras y mi maestra.
—¿Secuestró usted a seis agentes armados de la AFI, de la PGR?
—Pues ellos la que me dicen… ellos la que me están poniendo ese delito, porque yo nunca la hice eso… y ni lo sé que es secuestro ni lo que me estaba acusando… yo no entendí nada.
—¿Qué paso entonces aquel 26 de marzo de 2006?
—Ese pues fue un día domingos… yo en mi trabajo me dedicaba, yo vendía mis aguas frescas en el tiangui… y ese día pues ya cada ocho yo… este, como toca tres veces la campana y ya la última cuando entro yo adentro a la iglesia… entré a misa, cuando salí pues escuché decía la gente que habían llegado unos señores a llevar los discos… entonces yo ni le hice caso, agarré y me senté en mi puesto… entonces ya, otro ratito, estaba yo esperando a mi esposo y no llegaba, llegó una de mis hijas y le dije compáñame a la farmacia porque a mí me da pena que me inyecten… así le dije y me compañó una de mis hijas, cuando ya veníamos de regreso venía un señor, que venía ahí con unas personas… y es que la que escuché que estaban hablando de los discos. —¿Los discos pirata?
—Sí, sí, yo de eso estaba escuchando, pero yo ni… luego salí en el periódico.
—¿Luego se la llevaron a Querétaro unas semanas después?
—No, lo del tiangui fue en marzo, lo de que me fueron a traer fue hasta agosto… pero yo no sabía quién eran, no más que muchos con armas por todos lados.
—¿Le dijeron por qué la detenían?
—Que porque iba a declarar por un árbol tumbado… luego ya en el juzgado me dijo que no’más iba a declarar… y ahí pues estaban hablando y todo… y hacían papeles… y me daban muchos papeles a firmar y yo firmé muchos papeles y ni sabía qué era porque no entendía… luego, ya en la noche, me trajeron a la cárcel y así estoy aquí.
—¿Cómo han sido estos casi tres años?
—Se me hizo bien largo, bien largo… ya de por sí estos años son muchos, ya he perdido tiempo, mucho tiempo para mis hijos, para mi familia, para mi casa.
Santiago Mexquititlán es un pueblo sosegado donde el sol sale tarde y la noche se acuesta temprano. Apenas tres mil habitantes y seis barrios ñhä-ñhú a dos horas eternas de la cárcel de Querétaro. Ahí están la paletería y heladería de la familia que encabeza Guillermo Francisco y la casa común donde en torno al cuadrado de un patio limpio y terroso se ha ido acomodando la familia con hijos y nietos. Luego en la plaza y a la sombra de la cruz de la pequeña iglesia, familiares y testigos me juran y perjuran que todo ocurrió como me lo ha dicho ella: llegaron los seis muy armados y sin uniforme a destruir y a robar; se acobardaron cuando el pueblo empezó a rodearlos; pidieron ayuda; sus jefes se comprometieron a reparar el daño con dinero; dejaron a uno en garantía; regresaron y pagaron. Pero se desquitaron cinco meses después con Jacinta, con Teresa y con Alberta, con quienes también hablé en la cárcel.
Al salir de Santiago me traigo a México muchas voces adentro del pellejo. Pero me desgarra el llanto de Estela, la hija, cuando me enseña los estandartes de las procesiones religiosas a que convocaba Jacinta que siempre andaba visitando enfermos y moribundos. Y cuando me muestra el jardín reseco porque me asegura que las plantas extrañan a su madre. Así que prefiero quedarme con la esperanza de Jacinta cuando me dice que sí, que cree en que Dios y la gente la ayuden para recuperar su libertad.
—¿Me va a invitar algo ahora que salga?
—Claro que sí, unos nopales bien sabrosos y, si alcanza, hasta pollo.

http://www.eluniversal.com.mx/notas/582721.html

Otomí denuncia ante Zavala detención injusta de su madre

Santiago Mexquititlán, Qro., 8 de marzo. Estela Hernández Jiménez denunció ante Margarita Zavala, esposa del presidente Felipe Calderón, que su madre Jacinta Francisco Marcial, de origen otomí, fue acusada "injustamente" de secuestrar a elementos de la Agencia Federal de Investigación (AFI), por lo que solicitó su intervención para aclarar el caso. Estela fue traductora del español al otomí, en el contexto de la primera Feria de la mujer indígena, que se efectúo hoy en esta demarcación municipal de mayoritaria población étnica. Antes de que se retiraran las autoridades federales, estatales y municipales, intervino fuera de programa para solicitar el apoyo de Calderón Hinojosa en su problema. "Discúlpenme si no es el momento; quiero hacerle entrega de una solicitud para que se intervenga en el asunto de mi mamá, porque toda la gente que está aquí sabe que es inocente", dijo Hernández Jiménez, quien es maestra de educación indígena en esta localidad. Relató que el 26 de marzo de 2006, elementos de la AFI arribaron al tianguis de la población como parte de un operativo para decomisar discos pirata, y ante la resistencia de los vendedores de esos productos hubo una riña entre policías y comerciantes, en la cual se implicó a Jacinta Francisco, de 43 años, quien no sabe leer ni escribir y no habla español. Los agentes federales acusaron de secuestro a quienes, según los mismos uniformados, los agredieron y retuvieron durante el operativo. Esto propició que Jacinta Francisco Marcial fuera detenida el 3 de agosto de 2006 y procesada en el Centro de Readaptación Social femenil, que se ubica en la comunidad San José el Alto.
http://www.jornada.unam.mx/2007/03/09/index.php?section=sociedad&article=041n4soc

B A S T A D E A T R O P E L L O S
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que poca madre!. es una de las acciones tipicas de las policias de este pais. acusan a una indigena que no habla español, le dan a firmar papeles que no entiende porque no sabe leer y la meten a la carcel por secuestrar a varios policias armados. hay aluien que no sea juez que se lo crea?
hasta cuando estas injusticias?
 
Mientras leía, no me la podía creer y me parecía inverosímil y estúpido que alguien de verdad crea estas.... declaraciones.

¿Una mujer otomí de más de 40 años, sin empuñar ni siquiera una cuchara, retuvo a 6 hombres armados de la afi? Por favor, esa no se las cree ni su abuela.

Por cierto, cuando a uno le dan a firmar papeles, siempre debe haber un traductor o representante legal que pueda dar a entender a la persona lo que está firmando ¿Porqué rayos no se procedió tal como la ley ampara?

Qué poca madre. Hay que hacer circular esto por todo el país, para no darle silencio a este caso, que es lo peor que le puede suceder.
 
Nombres.

Del juez, del ministerio público y de los seis agentes "secuestrados".

Es menester hacer la denuncia completa.
 
¿Porque carajos tienen que meterse con mujeres inocentes?, yo no entiendo su cinismo, pienso que el mundo es cada vez más caótico, incluso siento que cada vez es más cierto. Todavía ponen en duda de que si es victima o victimaria, ¡Ofenden la inteligencia de los demás y los derechos de aquella mujer!.

Concuerdo con Eoz, es necesario hacer la denuncia.

Tristeza, profunda tristeza.
 
yo le pondria al post "todos podriamos ser jacinta"

esos dizque decomisos a la pirateria es pura pantalla....si se fijan nunca hay detenidos porque les dan chanza de fugarse y ademas los vendedores se aseguran de dejar material defectuoso.

aqui en guadalajara en el tianguis mas famoso de la ciudad te venden 8 dvds x 50 pesos,ustedes se preguntaran como le hacen ?

pues facil los mismos JUDICIALES y demas autoridades les venden las peliculas incautadas a los mismos tianguistas(hasta a peso el dvd). y estos con tal de sacar de bolada el material lo rematan....

ya se imaginaran lo que senti cuando lei esta nota sobre una pobre mujer que le toco estar en medio de un cateo de pirateria en el tianguis ,sin tener ella vela en ese entierro y acaba en la carcel....carajo...que poca ma...

de seguro estos tenian que detener y presentar a algun detenido y dijeron "llevemos a esta pobre vieja y digamos que ella es mera-mera de los piratas"

porque doriga no pone esta nota en su noticiero o en desechos de tv apesta ? sera porque que el gobierno de queretaro es panista ? (y no hay que hablar mal de los gobiernos panistas son los que ma$ pagan publicidad televi$iva)

no dudo que existan casos en otros estados donde los mismos policias les vendan lo decomisado a otros tianguistas...(y luego culpan a los zetas de pirateria o detengan a gente que ni en cuenta como esta pobre mujer)

pues bueno por ricardo rocha que saco esta nota.

PD:HAGAN SU INCHE TEATRITO DE QUE COMBATEN LA PIRATERIA PERO NO METAN GENTE INOCENTE BOLA DE CAB.....

PD2:carajo ocupo un anti-acido..rapidoooo
 
Diputados recaban datos sobre el caso Jacinta

Visitan legisladores en el penal de San José del Alto, Querétaro, a la mujer indígena condenada a 21 años de prisión acusada de secuestrar a seis agentes armados de la AFI Iván Quecha Reyna
El Universal
Ciudad de México Miércoles 11 de marzo de 2009
10:06 Diputados federales, integrantes de la Comisión de Derechos Humanos, realizaron una visita a la señora Jacinta Francisco Marcial, sentenciada a 21 años de prisión por el delito de secuestro a seis agentes de la Agencia Federal de Investigación (AFI).
José Rosario, coordinador del Área de Comunicación y Análisis del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro, informó que los legisladores se encuentran en el penal de San José del Alto, Querétaro, donde permanece recluida la señora Marcial, junto con personal del centro para recabar información sobre el asunto.
La señora Marcial es una indígena otomí que vivía en Santiago Mexquitlán y que fue arrestada el 3 de agosto de 2006, acusada de haber secuestrado a seis agentes de la AFI, proceso por el cual se le condenó a 21 años de prisión y dos mil días de salario mínimo de multa.
Sus defensores señalan que la acusación es un "desquite" en contra del pueblo, pues el 26 de marzo de aquel año, agentes de la corporación sin identificación y sin uniforme llegaron a la plaza central de la comunidad, y despojaron a comerciantes de su mercancía, alegando que se trataba de piratería.
Los afectados protestaron y la tensión hizo que el jefe regional de la AFI y el agente del Ministerio Público de la Federación en San Juan del Río acudieran a para dialogar con la gente, y se comprometieron a pagar el daño ocasionado por sus agentes. Uno de los policías se quedó como "garantía", pues las autoridades dijeron que tenían que trasladarse a San Juan del Río para conseguir el pago.
El incidente terminó por la tarde de aquel día, pero fue el hecho por lo que se acusó y sentenció a la señora Marcial.


foto_jacintamarcial110309.jpg
SENTENCIADA La indígena otomí purga una condena de 21 años por el delito de secuestro. Defensores prevén demostrar su inocencia (Foto: Raúl Estrella / EL UNIVERSAL )​
 
La nueva orden es no buscar quién fue, sino quién la pague...

es triste de verdad como buscan chivos expiatorios para cubrir el trasero de los culpables.

Yo no me creo ese cuento, que idiotas

y tristes chavos ¬¬
 
pues que mala leche de pinches directivos de la policia, eso fue por pinches ardidos que no encontraron nada
 
y esperan que creamos estas cosas?? que tienen en la cabeza de verdad que me pone de malas, la injusticia que sufre esta mujer y lo peor que esperen que creamos sus absurdos y ridiculos cuentos
 
Que no la rechinguen, diablos no habia leido al respecto y yo teniendolo bien cerquita (vivo en Queretaro), la verdad es que no se que me da leer esto, coraje, impotencia, tristeza, y sobre todo asco la forma en como la gente que esta encargada de impartir justicia sea tan ciega o no se si pendeja al ver las cosas y continuen en su camino de incoherencia, como diran por ahi, "estan viendo y no ven" neta que no se vale...
Alguien sabe si hay forma de apoyar a la causa de esta mujer??
 
¿Porque carajos tienen que meterse con mujeres inocentes?, yo no entiendo su cinismo, pienso que el mundo es cada vez más caótico, incluso siento que cada vez es más cierto. Todavía ponen en duda de que si es victima o victimaria, ¡Ofenden la inteligencia de los demás y los derechos de aquella mujer!.

Concuerdo con Eoz, es necesario hacer la denuncia.

Tristeza, profunda tristeza.
porque ellas no tienen armas para defenderse, como si las tienen los narcos, pero los narcos los pueden quebrar, asi que es mas sencillo dejarse "secuestrar" por una señora desarmada (aunque ellos vayan armados hasta los dientes) que enfrentar alos narcos o sus brazos armados.
vergüenza les debiera dar siquiera decir que los secuestro una señora desarmada. pandilla de inutiles, malditos sean.
 
Jajaja eso nos demuestra por que a hora quieren incrementar al policia jaja
Pues la señora a de ser muy poderosa y ser resistente a balas y casi casi indestructible como para secuestrar a tantos AFI o tal vez que como el estado esta en guerra contra el narco ya a estos hombres les dan pistolitas de agua
 
No tienen ni tantita puta madre, como es posible que este tipo de situaciones existan en nuestro sistema judicial. podre jacinta, y asi como ella debe haber miles que estan en la carcel por crimenes que ellos desconocen.
 
Bola de Idiotas!!!!

Pero como siempre no pasa nada por que ellos tienen el poder.
 
Y finalmente encontramos la otra cara de la moneda: ¿Cómo es posible que el pseudo jefe del (des) gobierno de la república contemple siquiera la posibilidad de reabrir el caso para repatriar a la francesa aquella después de conocer un caso así (a través de márgara zavala)?

Pero que recontraidiotez ¬¬ (o recontralamec*lez)
 
Yo soy Jacinta...

Este es un reportaje el cual me indigno en lo más profundo de mi ser, no por el hecho de que es mujer o de ser de origen humilde, si no por la justicia la cual parece haber desaparecido si no es que nunca ha existido, no hay duda que al que menos $ tiene, mas los jod... el gobierno... ojo, no soy simpatizante de ningún partido político ni de nada que se le parezca...

Yo soy Jacinta
Ricardo Rocha
www.eluniversal.com.mx

Y ella es una mujer indígena, otomí, de 42 años. Acaba de ser sentenciada a 21 años de cárcel. Aunque usted no lo crea, por el secuestro de seis agentes armados de la AFI. Sí, leyó usted bien. Fue acusada con otras dos mujeres. Un juez la halló culpable porque, para él, la prueba presentada por la PGR fue contundente: una fotografía de un diario local donde aparece Jacinta asomándose al borlote de lo que pasó en su pueblo hace tres años ya.

El 26 de marzo de 2006 seis AFI llegaron amenazantes y sin uniforme a Santiago Mexquititlán, en Querétaro. Ahí, en el tianguis, Jacinta y sus compañeras vendían aguas frescas. Llegaron los agentes y comenzaron con destrozos, despojos y exigencias de tributo con lujo de violencia quesque por hallar mercancía pirata. Fuenteovejunescamente, los pobladores cercaron a los intrusos para exigirles identificación y la orden que justificara su proceder. Éstos se negaron, pero también se rajaron. La tensión crecía y comenzaron los gritos de protesta y justicia de la gente por tanto abuso. A llamado de los intrusos se apersonaron un agente del MP y el jefe regional de la AFI. Prometieron reparar los daños con mercancía decomisada —más bien robada— de otros tianguis, de otros pueblos. Ante la negativa popular se comprometieron a compensarlos con dinero. Se fueron y dejaron “en garantía” a un agente que no fue molestado. Regresaron a las siete y pagaron lo pactado.

Pero se la guardaron al pueblo. Y se desquitaron con Jacinta, a la que el 3 de agosto llevaron con engaños a la ciudad de Querétaro. Ahí la acusaron falsamente; ahí la juzgaron de inmediato en español, cuando sólo hablaba otomí; ahí presumieron su culpabilidad antes que su inocencia; ahí la tienen presa; ahí la sentenciaron a 21 años de prisión; ahí le destrozaron la vida y a su familia.

Así, Jacinta
es una víctima más de la intolerancia rabiosa que caracteriza a los gobiernos panistas como el que ahí encabeza Francisco Garrido Patrón, que no ha movido un dedo en defensa de una de sus gobernadas. ¿Cómo si es una india de pueblo?

Así se repite la historia de la furia discriminatoria y racista de los poderosos en este país. Como cuando se les inventaron delitos a Rodolfo Montiel y Teodoro Cabrera, indígenas ecologistas de Guerrero que lucharon contra los caciques talamontes. Una vez más el menosprecio inhumano que nos avergüenza en la memoria de doña Ernestina Ascensio, abusada y asesinada por militares y muerta por diagnóstico presidencial de gastritis crónica. Nomás acordémonos de Aguas Blancas y Acteal. De Atenco, condenados a más de un siglo de cárcel por defender sus tierras. Otra vez la más brutal represión de estos gobiernos contra los que se atreven a alzar la voz ante las injusticias.

Hay ahora un movimiento encabezado por el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez, al que me sumo gustoso, para exigir juicio justo y liberación de quien sólo ha cometido tres grandes pecados en este país: ser mujer, ser indígena y ser pobre. Por cierto, se llama Jacinta Francisco Marcial. Y yo soy ella.

TOD@S SOMOS JACINTA

Fuente y más información: http://cronicadesociales.wordpress.com/
REFERENCIA DEL CENTROPRODH:
http://centroprodh.org.mxHYPERLINK "http://centroprodh.org.mx/2008/index.php?option=com_content&task=view&id=103&Itemid=1"/2008/index.php?option=com_content&task=view&id=103&Itemid=1
Publicado en Derechos Humanos y Represión
 
es terrible ver como la gente abusa de los pobres o indefensos para su lucro personal o para desahogarse de su nefasta vida. Lo realmente esque hay tantos, que seria imposible ir caso por caso TT-TT, las fotografias de irak, los secuestros, violaciones y finalmente asesinatos de niñas en España. Las batidas de la policia mexicana a bandas de droga. Las torturas de los nazis a los judios y otros...
Pero yo también me uno a esa causa de almenos apoyar a esa persona que está necesitada y que gente anónima que nunca conocerá, la apoya desde todos los lados del mundo.
Yo también soy ella
 
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