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Todo por tomarme fotos comprometedoras con mi novio

Maggabit91

Becerro
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16 Dic 2019
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22
Todo inició al descomponerse mi computadora, le entró un virus y al arreglar el problema perdí algunos de mis archivos. No le di importancia aunque perdí unas fotos que me tomé con mi novio, pensé que solo se habían perdido y ya.

Un lunes, semanas después del problema de mi compu, uno de mis compañeros del salón, Arturo, me dijo que quería hablar conmigo y que me veía en la cafetería de la escuela a las 11:30 ya que como todos están en clase a esa hora no habría tanta gente y podríamos platicar. Como yo no llevaba una relación muy cercana a él, de hecho prácticamente ni nos hablamos se me hizo raro pero acepté y lo vi más tarde.

Al llegar pedimos refrescos y botanas y fue al grano:

  • Te cité porque quiero hacer un negocio contigo.
  • ¿Un negocio?
  • Sí, mira después hablamos de tu parte pero lo que yo te ofrezco es esto.

Me dio un sobre, lo abrí, y vi las fotos que me había tomado con mi novio. En ellas aparecía en lencería, parada, acostada, en 4. Había otras donde estaba dándole una mamada, se veía perfectamente mi cara y haciendo más cosas en varias posiciones. Además venían unas capturas de videos donde se la mamaba en el cine, en unos probadores de Liverpool y cogiendo en mi casa.

Me quedé helada, sin saber qué hacer ni decir, pasaban muchas cosas por mi cabeza.

- Si te intensa negociar conmigo te veo mañana aquí a la misma hora, si alguien más se entera de esto, serás famosa en la escuela y tu mamá verá todo. Dejó dinero en la mesa por lo que habíamos pedido y se fue.

Pasé un día fatal, de inmediato me dirigí al baño y queme las hojas. ¿Qué querrá?, o más bien ¿Cuánto dinero querrá?, no comí, no dormí, no dejaba de pensar en eso, era claro como las había conseguido. Pensé en decirle a mi novio o hasta a mi mamá pero él había sido claro en sus advertencias.

Obviamente tendría que negociar con él, también tenía el problema del dinero ¿Y si pedía mucho?, no sé de donde lo sacaría. Pensaba en muchas cosas, que me diría mi mamá si veía todo, imaginaba a toda la escuela viendo todo.

Llegó el martes, me salté la clase de las once para verlo, al llegar me dirigió una sonrisa burlona, sabía que me tenía en sus manos, mi cuerpo temblaba, me sudaban las manos.

  • Hola, veo que decidiste negociar. Me dijo
  • Sí, dime cuánto dinero quieres y terminemos con esto.
  • ¿Dinero?, yo no quiero dinero.
  • Entonces, ¿Qué quieres?
  • A ti, te acostarás conmigo y harás todo lo que te diga para que nadie vea tus cosas.
  • ¿Acostarme contigo?, estás loco, nunca lo voy a hacer, dime una cantidad y ya.
  • No hay cantidades, lo vas a hacer y ya. No hagas planes el fin de semana.

Se levantó y se fue. Las cosas fueron peores que el día anterior para mí. Tuve que excusarme con una enfermedad ante mi mamá y mi novio por mi actitud.

Miércoles, todo transcurría normal, evitaba todo contacto con él pero cuando nuestras miradas se cruzaban me sonreía de manera burlona. A la hora de receso lo pude ver con unos chavos de otros grupos jugando mientras yo paseaba con mis amigas.

Dos horas después nos tocaba deportes, bajábamos al patio y pude notar que chavos de otros grupos me señalaban y gritaban cosas como "qué buena estás", "que nalgotas". Pensé que se lo gritaban a mi amiga Diana que solía ser muy "cariñosa" con los hombres pero Karla me abrió los ojos.

- Jesi, Jesi mira lo que me acaban de pasar.

Me enseñó su celular y vi una donde aparecía de espaldas con un vestido azul que solo cubría la mitad de mis nalgas, llevaba una tanga blanca, chupaba uno de mis dedos y era posible ver la mitad de mis pompas que no cubría el vestido.

Trágame tierra, pensé,

- Apareció esta foto hoy, nadie sabe de dónde y dicen que hay más pero nadie ni las ha visto ni las tiene.

A la salida le dije que lo haría pero que ya no mostrara nada. Al rato voy a tu casa a hablar, a las 5.

Llegué a mi casa y le dije a mi mamá que vendría un compañero a hacer un trabajo al rato. Para mi mala suerte me dijo que saldría que llegaría como a las 8.

A las 5 llegó, mi hermana estaba en la sala así que me dijo que fuéramos a mi cuarto y así lo hicimos.

Llegando a mi cuarto nos sentamos en mi cama y me dijo.

  • El domingo voy a pasar al metro que está aquí cerca y de ahí nos iremos a un hotel a las 12:00 y acuérdate que harás todo lo que yo te diga, todo.
  • Ok, si eso es todo ya vete.
  • No, también te voy a decir como irás vestida.

Se paró, yo me quedé sentada, tenía todavía puesto el uniforme de la escuela.

- Párate -me dijo- así lo hice, se acercó por mi espalda abrazándome, yo hice por quitarme pero me recordó las fotos. Así que me dejé hacer.

Se juntó a mí, podía sentir su pene erecto entre mis nalgas, dirigió sus manos hacía mis pechos, los acariciaba, los apretaba. Yo trataba de pensar en otras cosas para pasar ese mal rato. Pasó sus manos por debajo de mi blusa y ahora tocaba mis pechos sólo por encima de mi bra. Sacó una de sus manos, tomo una de las mías y la dirigió hacía su pene y comenzó a moverla para que lo masturbara. Dejó de tocar mis pechos para dirigir sus manos a las cuerdas que detenían mi pants. Las desató y lo bajó. Yo traía puesto un boxer negro nada sexy.

- Acuéstate boca abajo en la cama.
 
Lo hice, comenzó tocando mis nalgas, apretándolas pero después dirigió su cara y la puso en medio de mis nalgas como si me oliera, sentía su lengua por encima de mi boxer, intentó bajar mi boxer pero no me dejé.

  • Aquí no por favor, podría llegar mi mamá, mi hermana está allá abajo. El domingo haré lo que quieras pero aquí no, le dije casi llorando.
  • Esta bien, pero me darás una probadita del domingo. Mámamela.

Por un momento me sentí aliviada, pero al mismo tiempo sentí algo de asco. Me hinqué y tomé su pene con mis manos, tenía buen tamaño, comencé besando la puntita y lamiéndolo todo como una paleta. Lo movía arriba y abajo mientras seguí lamiendo la punta, después de eso me lo metí a la boca todo lo que pude y comencé a hacerlo así mientras jugaba con mi lengua cuando lo tenía dentro de mi boca, arriba y abajo, cada vez más rápido, ahora el marcaba el ritmo tomando mi cabeza por mis cabellos, por momentos creía que me iba a ahogar con todo eso dentro de mi boca. Pasado un rato así, sacó su pene de mi boca y comenzó a moverlo él solo, por inercia abrí mi boca para que se viniera, pero me dijo que la cerrara y así lo hice. Terminó viniéndose en mi cara con abundantes chorros que llenaron casi toda mi cara de semen. Me disponía a limpiarme la cara con un papel pero no me dejó.

  • Dónde están tus calzones.
  • Ahí en ese cajón.

Sacó uno y me lo dio para que me limpiara con él, así lo hice y después lo volvió a meter en cajón.

  • El domingo irás con la falda de la escuela hasta aquí de corta, me dijo tocándome la pierna hasta donde quería.
  • ¿Estás loco?, se me van a ver los calzones cuando camine, está muy corta.
  • No, no se te van a ver porque te vas a poner tanga.
  • Yo no pienso hacer eso.
  • Ok, entonces aquí se acaba todo y el lunes todos te ven en la escuela.
  • Espera, está bien, lo haré, te veo el domingo como dijimos.

Llegó el domingo, día que lo vería, desde antes de salir ya tenía el primer problema. ¿Cómo saldría de mi casa vestida como él quería sin que mi mamá o mi hermana me vieran? Me vestí con una tanga como él me había dicho negra con un moñito donde la tela se pierde en medio de mis nalgas, la falda de la escuela la cual doblé hasta donde me dijo. Brasier blanco y blusa blanca. Comprobé en el espejo que si caminaba normal no se veían mis nalgas pero si hacía movimientos bruscos se levantaba la falda lo suficiente para que se vieran además tendría graves problemas en las escaleras del metro. Encima de esto me puse un pants gris para disimular un poco. Me maquillé y me peiné con dos colitas de colegiala como él me lo había pedido.

Salí de mi cada normal, mi madre no sospechó nada. Ya estando fuera en una calle no muy poblada me quité el pants, lo metí en una mochila que llevaba y comencé mi travesía al metro donde nos veríamos. De inmediato todos se me quedaban viendo, hombres y mujeres, me veía súper zorra vestida así y se notaba en las miradas de todos. No faltaron quienes me dijeron cosas pero yo trataba de no hacer caso y continuar mi camino. Al llegar al metro, otro problema, las escaleras. Esperé a que no hubiera gente y comencé a subir lo más rápido que pude al llegar arriba tres chavos que venían juntos venían atrás de mi, seguro me habían visto todas las pompas y lo comprobé con las miradas que me echaban además de sus sonrisas burlonas.

Llegué y todavía no estaba, llegó como tres trenes después en los cuales tuve que aguantar miradas de la gente que bajaba, era muy vergonzoso por dentro sí me sentía una puta, pero me lo merecía por hacer las fotos con mi novio y no tener cuidado con ellas.

-Hola, pero que putita te ves.
-No es gracioso, ya vámonos a algún lado.
-Es lo que haremos.

Fuimos a un hotel algo lejos, me trajo paseando como un trofeo en el metro y de vez en cuando me plantaba un beso o me levantaba la falda cosa que me molestaba mucho.

Al llegar me puso frente a él y comenzó a besarme mientras me agarraba las nalgas, lo hacía de manera agresiva incluso llegaba a lastimarme, puso una de mis manos en su paquete que ya era grande comencé a mover mi mano para masturbarlo mientras el lamía como si fuera una paleta mi cara y cuello, a mi me daba mucho asco pero a él parecía no importarle.

-Acuéstate en la cama boca abajo.

Lo hice, yo ya sabía que haría porque me lo había hecho en mi casa. Subió mi falda y comenzó a lamer como perro mis nalgas, desde abajo hasta la tela de la tanga. Metía su lengua en medio de ellas apartando la tela de la tanga.

-Ponte de a perrito.

Me puse como quería, bajo mi tanga y de nuevo me lamía, ahora podía lamer directamente mi ano, tenía muchas ganas de llorar, me sentía totalmente humillada ante él. Llevó su lengua desde mi ano hasta mi vulva, normalmente sentiría placer pero no sentía más que repulsión por lo que me hacía.
 
Me hizo que me parara, después me hinco en el suelo y se la mame, humillada a más no poder se la mame, chupándola desde la base hasta la punta, la metía a mi boca, la movía por toda mi boca, mis labios, jugaba con mi lengua, metía su pene y lo sacaba. Tomó mis cabellos y comenzó a marcar el ritmo. Se acostó en la cama y ahora se la mamaba mientras él estaba acostado. Me quité la blusa y el brasier. Me acercó a él y comenzó a besarme de nuevo ahora tocando mis tetas al grado de lastimarme, me chupaba los pezones, me los mordía.

-Ahora acuéstate tú.

Una vez acostada, abrí las piernas y comenzó a chupar mi vulva por encima de la tanga, tocaba la parte de mi clítoris comenzando a darme placer, un placer que no quería sentir pero que mi cuerpo sentía. Hizo el tanga a un lado y comenzó a darme sexo oral. Era delicioso aunque al mismo tiempo me odiaba por sentir ese placer, chupaba mi clítoris de forma única y casi me saca un gemido aunque hizo que me mojara por completo. Le puse un condón y me subí en él, no tuvimos ningún problema para que entrara por lo mojada que estaba, me movía como si fuera mi novio, por momentos olvidaba que era otro hombre y que lo hacía contra mi voluntad.

Lo monté dándole la espalda ofreciéndole una vista inmejorable de mi culo, me puso en 4 para cogerme así, me hacía disfrutar pero yo me resistía, me pedía que gimiera pero no lo hacía, no quería darle ese gusto. Al final, me pidió de nuevo que se la mamara y mientras lo hacía se vino en mi boca tomando mi cabeza por mi cabello para no derramar ni una sola gota.

-Este es el inicio de un gran negocio entre tú y yo. Me dijo.

Así fue la primera vez de varias veces que lo he visto y que iré contando por aquí. Dudas y aclaraciones comenten.
 
Todo inició al descomponerse mi computadora, le entró un virus y al arreglar el problema perdí algunos de mis archivos. No le di importancia aunque perdí unas fotos que me tomé con mi novio, pensé que solo se habían perdido y ya.

Un lunes, semanas después del problema de mi compu, uno de mis compañeros del salón, Arturo, me dijo que quería hablar conmigo y que me veía en la cafetería de la escuela a las 11:30 ya que como todos están en clase a esa hora no habría tanta gente y podríamos platicar. Como yo no llevaba una relación muy cercana a él, de hecho prácticamente ni nos hablamos se me hizo raro pero acepté y lo vi más tarde.

Al llegar pedimos refrescos y botanas y fue al grano:


  • Te cité porque quiero hacer un negocio contigo.
  • ¿Un negocio?
  • Sí, mira después hablamos de tu parte pero lo que yo te ofrezco es esto.
Me dio un sobre, lo abrí, y vi las fotos que me había tomado con mi novio. En ellas aparecía en lencería, parada, acostada, en 4. Había otras donde estaba dándole una mamada, se veía perfectamente mi cara y haciendo más cosas en varias posiciones. Además venían unas capturas de videos donde se la mamaba en el cine, en unos probadores de Liverpool y cogiendo en mi casa.

Me quedé helada, sin saber qué hacer ni decir, pasaban muchas cosas por mi cabeza.

- Si te intensa negociar conmigo te veo mañana aquí a la misma hora, si alguien más se entera de esto, serás famosa en la escuela y tu mamá verá todo. Dejó dinero en la mesa por lo que habíamos pedido y se fue.

Pasé un día fatal, de inmediato me dirigí al baño y queme las hojas. ¿Qué querrá?, o más bien ¿Cuánto dinero querrá?, no comí, no dormí, no dejaba de pensar en eso, era claro como las había conseguido. Pensé en decirle a mi novio o hasta a mi mamá pero él había sido claro en sus advertencias.

Obviamente tendría que negociar con él, también tenía el problema del dinero ¿Y si pedía mucho?, no sé de donde lo sacaría. Pensaba en muchas cosas, que me diría mi mamá si veía todo, imaginaba a toda la escuela viendo todo.

Llegó el martes, me salté la clase de las once para verlo, al llegar me dirigió una sonrisa burlona, sabía que me tenía en sus manos, mi cuerpo temblaba, me sudaban las manos.


  • Hola, veo que decidiste negociar. Me dijo
  • Sí, dime cuánto dinero quieres y terminemos con esto.
  • ¿Dinero?, yo no quiero dinero.
  • Entonces, ¿Qué quieres?
  • A ti, te acostarás conmigo y harás todo lo que te diga para que nadie vea tus cosas.
  • ¿Acostarme contigo?, estás loco, nunca lo voy a hacer, dime una cantidad y ya.
  • No hay cantidades, lo vas a hacer y ya. No hagas planes el fin de semana.
Se levantó y se fue. Las cosas fueron peores que el día anterior para mí. Tuve que excusarme con una enfermedad ante mi mamá y mi novio por mi actitud.

Miércoles, todo transcurría normal, evitaba todo contacto con él pero cuando nuestras miradas se cruzaban me sonreía de manera burlona. A la hora de receso lo pude ver con unos chavos de otros grupos jugando mientras yo paseaba con mis amigas.

Dos horas después nos tocaba deportes, bajábamos al patio y pude notar que chavos de otros grupos me señalaban y gritaban cosas como "qué buena estás", "que nalgotas". Pensé que se lo gritaban a mi amiga Diana que solía ser muy "cariñosa" con los hombres pero Karla me abrió los ojos.

- Jesi, Jesi mira lo que me acaban de pasar.

Me enseñó su celular y vi una donde aparecía de espaldas con un vestido azul que solo cubría la mitad de mis nalgas, llevaba una tanga blanca, chupaba uno de mis dedos y era posible ver la mitad de mis pompas que no cubría el vestido.

Trágame tierra, pensé,

- Apareció esta foto hoy, nadie sabe de dónde y dicen que hay más pero nadie ni las ha visto ni las tiene.

A la salida le dije que lo haría pero que ya no mostrara nada. Al rato voy a tu casa a hablar, a las 5.

Llegué a mi casa y le dije a mi mamá que vendría un compañero a hacer un trabajo al rato. Para mi mala suerte me dijo que saldría que llegaría como a las 8.

A las 5 llegó, mi hermana estaba en la sala así que me dijo que fuéramos a mi cuarto y así lo hicimos.

Llegando a mi cuarto nos sentamos en mi cama y me dijo.


  • El domingo voy a pasar al metro que está aquí cerca y de ahí nos iremos a un hotel a las 12:00 y acuérdate que harás todo lo que yo te diga, todo.
  • Ok, si eso es todo ya vete.
  • No, también te voy a decir como irás vestida.
Se paró, yo me quedé sentada, tenía todavía puesto el uniforme de la escuela.

- Párate -me dijo- así lo hice, se acercó por mi espalda abrazándome, yo hice por quitarme pero me recordó las fotos. Así que me dejé hacer.

Se juntó a mí, podía sentir su pene erecto entre mis nalgas, dirigió sus manos hacía mis pechos, los acariciaba, los apretaba. Yo trataba de pensar en otras cosas para pasar ese mal rato. Pasó sus manos por debajo de mi blusa y ahora tocaba mis pechos sólo por encima de mi bra. Sacó una de sus manos, tomo una de las mías y la dirigió hacía su pene y comenzó a moverla para que lo masturbara. Dejó de tocar mis pechos para dirigir sus manos a las cuerdas que detenían mi pants. Las desató y lo bajó. Yo traía puesto un boxer negro nada sexy.

- Acuéstate boca abajo en la cama.
Donde esta la continuacion???
 
Estoy casi segura de que es copia de un relato ya antiguo sobre una adolescente llamada Megan y su vecino Mateo.
 
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