gerar10
Bovino de alcurnia
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- 26 Mar 2008
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La mano de Susy siguió jugando con la verga del viejo Margarito, era notorio que deseaba más. Prácticamente acababa de ser penetrada pero deseaba más. Margarito estaba confiado y seguro del efecto del té tomado desde temprano, pero también sabía que tenía que esperar un poco más, a sus 56 años, con 20 más que Susy, él estaba consciente de sus fuerzas. Se acercó a ella y la empezó a besar en su cuello, recorriendo sus lóbulos llegó hasta su boca y, en un beso caliente, selló la boca de Susy, mientras las manos de esta toman el mástil duro y firme del viejo. Suavemente, para no parecer cortante ni herir la susceptibilidad de Susy, el viejo se separó de ella, y le dijo muy tiernamente
...justo un mes antes de cumplir sus 15... esos 15 tan deseados y anhelados, tanto por padres como por hijas... Silvia, su mejor amiga no había ido a la escuela, eso le preocupó tanto que saliendo del colegio se dirigió directamente a su casa, la puerta la abrió don Julio, el papá de su amiga, quien lamentablemente le dice que no podrá ver a su amiga ya que en ese momento está descansando, un poco desilusionada la chiquilla Susy se empieza a retirar, y despidiéndose del papá de Silvia con el consabido beso en la mejilla le dice que más tarde regresará....
Realmente, estaba emocionada, nunca había pasado la noche fuera de casa y esto la emocionaba mucho, además, si Susy era honesta con ella misma, don Julio le resultaba muy atractivo, era un señor que le llamaba mucho la atención, viudo, con una edad poco más allá de los 45 años, todo un caballero y con mucha seguridad que da la solvencia económica, y por supuesto la experiencia. Cada vez que Susy lo veía coqueteaba un poco con él, sinceramente le atraía, era un hombre que le gustaba, y en más de una ocasión ella misma descubría un "algo" que no sabía definir y que, en muchas ocasiones, le ocasionaban "mariposas" en el estómago y algo extraño en esa parte tan íntima de ella, una especie de comezón... algo raro, como caliente, como si algo le anduviera "por ahí", como si fueran hormigas... y luego una sensación de humedad. Algo pasaba con don Julio, pero era el padre de su mejor amiga y ella una chiquilla que aún no cumplía ni siquiera sus 15 años.
Llegó la hora indicada y ahí estaba Susy, tocando puntualmente el timbre de la casa de Silvia, con una mochila pequeña a sus espaldas, salió don Julio, ya casi arreglado y oliendo a un perfume subyugante, el hombre olía riquísimo, lo saludó con un beso en la mejilla, y en ese momento Susy aspiró profundamente causando un sonrisa en don Julio ante la mirada cohibida de la chiquilla que había sido descubierta en un gesto por demás atrevido e insinuante... entró a la casa, que era hermosa y bastante más espaciosa que la suya, le pidió permiso para subir con su amiga, don Julio sonrió y le dijo:
Susy estuvo con su amiga y platicaron de todo. Cerca de las 11 de la noche, ella se quedó dormida, así es que se puso cómoda, su batita de dormir y un short cortito abajo; nada excitante, pero mostrando sus hermosas y virginales piernas, que ya para esa edad eran más que apetecibles... Viendo la televisión se quedó dormida, cuando de repente cerca de las 12 el ruido de la puerta la despertó, era don Julio
Él terminó de preparar los hot cakes, se acercó a ella, y colocando su torso entre sus piernas y sus brazos a un lado de las mismas, le dijo:
Sin soltarla, y así como estaba -detrás de ella- empezó a pasarle la lengua por la cajeta que me había puesto en el cuello. Nuevamente Susy sintió mil mariposas en su estómago, y un escalofrío y ardor correr por su columna, la piel se le puso chinita y sentió mucho calor y humedad entre sus piernas. Todo esto no pasó desapercibido para Julio. Pasó su lengua suavemente por su cuello, lentamente. Luego, recorrió sus labios por el cuello, ahí yo no tenía cajeta, pero él lo hizo, mordió ligeramente su nuca, fue un mordisco rápido pero con esa precisión de hacerlo fuerte pero suave al mismo tiempo, con la fuerza necesaria, que le daba la experiencia. El corazón de Susy empezó a latir muy fuerte, la humedad entre sus piernas crecía y un cosquilleo en todo su cuerpo no le permitía ver claramente. Prácticamente ya no ofrecía resistencia, era toda ardor y calentura, él ya no la sujetaba, sus manos sólo estaban posadas en su cintura, y ella volvía su cabeza hacia atrás como buscando sus labios, como buscando sentir su cuerpo más pegado. De repente él se pegó más a ella, sintió algo muy duro que se clavaba un poco más arriba de sus nalgas, a la altura de su cintura, ella aún no cumplía sus quince años, y además nunca había sido muy alta. Tenía cierto miedo, la relación con su único novio nunca había llegado a eso. La tomó por los hombros y le dio la vuelta ligeramente, se volvió sin oponer mayor resistencia, a estas alturas, ya estaba excitadísima, quería más y más.... quería seguir sintiendo eso mismo pero en mayor grado, quedaron frente a frente, él la miró a los ojos, y descubrió, sin lugar a dudas, que la linda Susy, que la chiquilla Susy estaba más que dispuesta, y ella descubrió que bastaba sentirse besada en el cuello para ceder a las pretensiones de él, que en realidad era algo que ella deseaba fuertemente, que siendo tocada así podía convertirse, muy rápido, en esa palabra que aún, por su edad, sonaba muy fuerte, y no la quiso decir en su mente, aunque casi la veía escrita delante de ella. Él le dijo muy suavemente...
Sus manos empezaron a buscar su piel desnuda, suavemente las metió por debajo de su batita, fue levantándola suavemente por arriba de su cintura, la pasó encima de su cabeza y la retiró. No obstante el deseo, Susy sintió algo de pena, era la primera vez que alguien la veía casi desnuda e instintivamente cubrió con sus brazos, cruzándolos a modo de formar una "x", sus senos desnudos, sus hermosos y blancos senos que se redondeaban en una ya bien formada, oscura y altiva aureola. Él se retiró un poco de ella, tomándola de las manos, la descubrió suave y tiernamente, la recorrió completamente con su mirada, Susy notó en los ojos de don Julio una mezcla de lujuria, deseo y cariño...
Envuelta en una toalla blanca, cubriendo apenas sus senos y parte de sus caderas asomó sólo medio cuerpo en la parte alta de las escaleras.
- - Estás hermosa chiquilla... te propongo algo, aprovechemos que tu marido va a cenar y salgamos a cenar nosotros también, luego regresamos... al fin y al cabo que tenemos toda la noche...
- - Me parece muy bien, el sexo da hambre... dijo, en tanto dejaba escapar una risa coqueta e insinuante... tanta hambre que te volvería a comer "esto", dijo Susy, mientras sus manos sobaban los huevos de Margarito y se deslizaban hacia el frente rodeando el trozo de carne caliente que aún firme se erguía frente a sus ojos...pero está bien, me parece bien... vamos a cenar.
...justo un mes antes de cumplir sus 15... esos 15 tan deseados y anhelados, tanto por padres como por hijas... Silvia, su mejor amiga no había ido a la escuela, eso le preocupó tanto que saliendo del colegio se dirigió directamente a su casa, la puerta la abrió don Julio, el papá de su amiga, quien lamentablemente le dice que no podrá ver a su amiga ya que en ese momento está descansando, un poco desilusionada la chiquilla Susy se empieza a retirar, y despidiéndose del papá de Silvia con el consabido beso en la mejilla le dice que más tarde regresará....
- - Oye Susy, le dice don Julio, en la noche tengo una cena de negocios, podrás quedarte para hacerle compañía a mi hija? Al fin que mañana es sábado.
- - Me gustaría mucho don Julio, dijo la pequeña, titubeando un poco, pero la verdad no creo que mis papás me den permiso; ya ve usted que son súper estrictos, y además pues vivimos lejos, no creo que mi mamá quiera, asintió muy a su pesar, pues en realidad si estaba preocupada por su amiga Silvia.
- - Si quieres acompañar a mi hija, yo hablo con ella, ¿te parece?
- - Pues, la verdad si me gustaría, y si usted habla con ellos pues a lo mejor si me dejan.
- - Ok, yo le llamo a tu mami más tarde... y qué te parece si llegas como a las 8 de la noche?
- - Ok, está bien. Bueno y de qué está enferma Silvia? Inquirió Susy.
- - En realidad no está enferma, se fracturó una pierna anoche, tuvimos que ir al hospital, ya te imaginarás, ahora la pobre no puede estar bajando y subiendo las escaleras, es por eso que te pido que te quedes, puedes?
- - Claro! Pero usted habla con mis papás.
- - Si, por supuesto.
- - Entonces estoy a las 8 de la noche acá.
- - Ok... gracias
Realmente, estaba emocionada, nunca había pasado la noche fuera de casa y esto la emocionaba mucho, además, si Susy era honesta con ella misma, don Julio le resultaba muy atractivo, era un señor que le llamaba mucho la atención, viudo, con una edad poco más allá de los 45 años, todo un caballero y con mucha seguridad que da la solvencia económica, y por supuesto la experiencia. Cada vez que Susy lo veía coqueteaba un poco con él, sinceramente le atraía, era un hombre que le gustaba, y en más de una ocasión ella misma descubría un "algo" que no sabía definir y que, en muchas ocasiones, le ocasionaban "mariposas" en el estómago y algo extraño en esa parte tan íntima de ella, una especie de comezón... algo raro, como caliente, como si algo le anduviera "por ahí", como si fueran hormigas... y luego una sensación de humedad. Algo pasaba con don Julio, pero era el padre de su mejor amiga y ella una chiquilla que aún no cumplía ni siquiera sus 15 años.
Llegó la hora indicada y ahí estaba Susy, tocando puntualmente el timbre de la casa de Silvia, con una mochila pequeña a sus espaldas, salió don Julio, ya casi arreglado y oliendo a un perfume subyugante, el hombre olía riquísimo, lo saludó con un beso en la mejilla, y en ese momento Susy aspiró profundamente causando un sonrisa en don Julio ante la mirada cohibida de la chiquilla que había sido descubierta en un gesto por demás atrevido e insinuante... entró a la casa, que era hermosa y bastante más espaciosa que la suya, le pidió permiso para subir con su amiga, don Julio sonrió y le dijo:
- - Anda, sube preciosa, mi hija te espera, yo me voy en media hora y regreso a medianoche más o menos.
Susy estuvo con su amiga y platicaron de todo. Cerca de las 11 de la noche, ella se quedó dormida, así es que se puso cómoda, su batita de dormir y un short cortito abajo; nada excitante, pero mostrando sus hermosas y virginales piernas, que ya para esa edad eran más que apetecibles... Viendo la televisión se quedó dormida, cuando de repente cerca de las 12 el ruido de la puerta la despertó, era don Julio
- - Te quedaste dormida, nena, le dijo
- - Si -le respondió-, perdón don Julio, me ganó el sueño, no había nada bueno en la tele
- - Ya cenaste? le preguntó el papá de Silvia, y en ese momento ella se dio cuenta que él traía unas copas encima, nada de cuidado, pero se notaba diferente.
- - No, sólo tomé un vaso de leche.
- - Y no tienes hambre? Le dijo don Julio al tiempo que colocaba su mano izquierda, de manera firme, sobre la rodilla desnuda de Susy.
- - Poca, pero me aguanto no se preocupe
- - No como crees, le dijo al tiempo que la abrazaba, espera y te preparo algo; la soltó, se paró y tomándola de la mano, la jaló ligeramente y le dijo: acompáñame a la cocina, ven, anda...
- - Quieres una copa, le dijo?
- - No, no... no don Julio, no tomo y se me va a subir... mmm ... mejor algo de comer
- - Ándale, sólo una, en lo que te preparo algo, mira, te prepararé una piña colada con poquito alcohol, de acuerdo?
- - No gracias don Julio, de verdad, no... dijo Susy sintiéndose un poco amenazada
- - Está bien, le dijo el papá de Silvia, y con ello bajó la resistencia y el susto de Sus, voy a preparar unos hot cakes, yo sé que te gustarán.
Él terminó de preparar los hot cakes, se acercó a ella, y colocando su torso entre sus piernas y sus brazos a un lado de las mismas, le dijo:
- - Espero que te gusten, yo sé que todo lo hago muy rico, así es que espero que te gusten... repitió
- - ¿Con qué vas a querer tus hot cakes? ¿cajeta, miel o leche?
- - Con leche don Julio, le respondió.
- - Yo comeré uno con cajeta, dijo, y sacó tanto la leche como la cajeta y la colocó a un lado de ella, sobre la barra.
- - Tú me dices cuánto... dijo don Julio
- - Si... así está bien
- - Ahora verás chiquilla traviesa, te voy a hacer sufrir
- - No, don Julio ... perdón
- - Cómo que no, le dijo don Julio, en un tono que parecía enfadado, pero que ambos sabían que era un juego y muy peligroso
Sin soltarla, y así como estaba -detrás de ella- empezó a pasarle la lengua por la cajeta que me había puesto en el cuello. Nuevamente Susy sintió mil mariposas en su estómago, y un escalofrío y ardor correr por su columna, la piel se le puso chinita y sentió mucho calor y humedad entre sus piernas. Todo esto no pasó desapercibido para Julio. Pasó su lengua suavemente por su cuello, lentamente. Luego, recorrió sus labios por el cuello, ahí yo no tenía cajeta, pero él lo hizo, mordió ligeramente su nuca, fue un mordisco rápido pero con esa precisión de hacerlo fuerte pero suave al mismo tiempo, con la fuerza necesaria, que le daba la experiencia. El corazón de Susy empezó a latir muy fuerte, la humedad entre sus piernas crecía y un cosquilleo en todo su cuerpo no le permitía ver claramente. Prácticamente ya no ofrecía resistencia, era toda ardor y calentura, él ya no la sujetaba, sus manos sólo estaban posadas en su cintura, y ella volvía su cabeza hacia atrás como buscando sus labios, como buscando sentir su cuerpo más pegado. De repente él se pegó más a ella, sintió algo muy duro que se clavaba un poco más arriba de sus nalgas, a la altura de su cintura, ella aún no cumplía sus quince años, y además nunca había sido muy alta. Tenía cierto miedo, la relación con su único novio nunca había llegado a eso. La tomó por los hombros y le dio la vuelta ligeramente, se volvió sin oponer mayor resistencia, a estas alturas, ya estaba excitadísima, quería más y más.... quería seguir sintiendo eso mismo pero en mayor grado, quedaron frente a frente, él la miró a los ojos, y descubrió, sin lugar a dudas, que la linda Susy, que la chiquilla Susy estaba más que dispuesta, y ella descubrió que bastaba sentirse besada en el cuello para ceder a las pretensiones de él, que en realidad era algo que ella deseaba fuertemente, que siendo tocada así podía convertirse, muy rápido, en esa palabra que aún, por su edad, sonaba muy fuerte, y no la quiso decir en su mente, aunque casi la veía escrita delante de ella. Él le dijo muy suavemente...
- - Sabes? Eres una chiquilla encantadora, eres muy linda... me encantas
- - Siiii??? Sólo atino a decir, pero eso fue lo que venció, si es que había, el último grado de resistencia. Esa mezcla de pasión y ternura, fue la gota que faltaba para que Susy deseara intensamente que sucediera todo.
Sus manos empezaron a buscar su piel desnuda, suavemente las metió por debajo de su batita, fue levantándola suavemente por arriba de su cintura, la pasó encima de su cabeza y la retiró. No obstante el deseo, Susy sintió algo de pena, era la primera vez que alguien la veía casi desnuda e instintivamente cubrió con sus brazos, cruzándolos a modo de formar una "x", sus senos desnudos, sus hermosos y blancos senos que se redondeaban en una ya bien formada, oscura y altiva aureola. Él se retiró un poco de ella, tomándola de las manos, la descubrió suave y tiernamente, la recorrió completamente con su mirada, Susy notó en los ojos de don Julio una mezcla de lujuria, deseo y cariño...
- - Estas hermosa... le dijo
Envuelta en una toalla blanca, cubriendo apenas sus senos y parte de sus caderas asomó sólo medio cuerpo en la parte alta de las escaleras.
- - Sube ya, le dijo al viejo, métete a bañar. Se oyó todo como una orden.
- - Sonó tu celular, y también el teléfono de tu casa, le dijo Margarito.
- - Sí lo oí, debe ser Carlos, ahorita le llamo... báñate, te espero en mi recámara, remato Susy.