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Sobre cómo crear Conciencia

Christian01

Bovino Milenario
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25 Jul 2008
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Fragmento del discurso de Daniel De Santis


Compañeros, ¿Yo les estoy proponiendo que vayamos a tomar un cuartel? ¿Yo les estoy proponiendo que es la hora de tomar las armas? No. Yo les estoy diciendo que es la hora de organizarnos, de prepararnos para reiniciar la lucha por el poder con la misma determinación que lo hicieron nuestros hermanos hace 28 años. Pero para lograr nuestros objetivos tenemos que ser millones, no alcanza con la bronca de algunos cientos o de varios miles.

Entonces a todas las tareas de organización tenemos que agregarle una muy importante, aprender a disputarle la conciencia de los hombres y mujeres del pueblo a la burguesía, esa es la lucha fundamental en este momento. Hoy aquí somos trescientos compañeros, cada uno de nosotros debe acercarse a su vecino, a su compañero de trabajo o de estudio, a su amigo y convencerlo de lo que nosotros ya estamos convencidos, y para lograrlo tenemos que partir de su nivel de conciencia y no de nuestro estado de ánimo, porque nosotros ya estamos convencidos y si vamos con toda la bronca que tenemos por todas las injusticias quizás el compañero no nos comprenda y no nos acompañe. Entonces tenemos que aprender a ser maestros de nuestros compañeros, y para eso es bueno no olvidarse de cómo pensábamos nosotros antes de estar concientizados de la necesidad de la revolución. Entonces así encontraremos la paciencia necesaria, las palabras adecuadas, las propuestas justas y mañana seremos miles y esos miles serán nuevos educadores de su pueblo para pasar a ser cientos de miles y, luego, millones. Nuestras propuestas, nuestras ideas deben lograr enderezar la voluntad del 75 o quizás del 80 % de la población detrás del objetivo revolucionario.

Nuestra lucha no debe ser sólo por objetivos aislados: un bolsón de comida, un plan trabajar, un puesto de trabajo, un salario justo, o una salita y una calle de asfalto, o agua potable y cloacas para el barrio. Tenemos que pelear por eso y por mucho más. Pero además nos tenemos que preparar para ser poder, para saber y poder gobernar este país. Tenemos que prepararnos para dirigir la economía, la salud y la educación, para organizar al pueblo en su participación en una democracia directa, tenemos que aprender a defender ese poder conquistado. En síntesis, tenemos que prepararnos para sustituir el poder de la burguesía y el imperialismo por el poder del pueblo revolucionario.

La disputa de la conciencia de las masas es una lucha ideológica, pero en cierto punto comienza a ser una lucha política, es parte de la lucha política. Entonces tenemos que aprender a hacer política, de la buena, la nuestra, una política revolucionaria. En la izquierda argentina no sabemos hacer política, pasamos de la lucha reivindicativa a la lucha ideológica y nos salteamos, porque no sabemos y porque no tenemos fuerza suficiente, la lucha política.

Y, ¿qué es la lucha política? Es saber valorar las relaciones de fuerza entre las clases enfrentadas y de acuerdo a esas relaciones de fuerza dirigir nuestras acciones para que después de cada una de ellas nuestras fuerzas sean mayores y las del enemigo de clase menores. Pero para hacer política es necesario tener fuerza, si no tenemos fuerza lo que hacemos es ideología, que está bien que la hagamos porque es parte de nuestra lucha, pero no alcanza. Es por esto que la política es lo que más nos cuesta aprender a las fuerzas revolucionarias porque para hacerla hay que tener fuerza, es como el problema del huevo y la gallina y allí radica, hoy, la sabiduría de los militantes revolucionarios, resolver ese "misterio", ¿cómo comenzar, con las pocas fuerzas que contamos, a hacer política revolucionaria.

Nuestros compañeros, a quiénes hoy estamos recordando, estaban aprendiendo a hacer política a disputarles espacios de poder a la burguesía. Eso también hemos perdido en estos años y tenemos que recuperarlo. Y la política no se hace siempre en el terreno que nosotros elijamos. El terreno de la lucha política, las más de las veces, lo elige el que tiene más poder, en este caso la burguesía, si no aceptamos esta parte de la verdad no aprenderemos a desarrollar la lucha política de la clase obrera y del pueblo. A veces podremos, con inteligencia y audacia, determinar el terreno de esa lucha, pero, repito, las más de las veces el más fuerte elige el terreno de la lucha, es por ello que las fuerzas revolucionarias deben desarrollar la astucia.

Nos han arrebatado la idea de que nosotros, el pueblo, los que trabajamos con nuestras manos, los que hacemos todos los bienes que se ven sobre la tierra, los que hemos sido empujados a la pobreza, a todos nosotros nos han arrebatado la idea de que tenemos derecho al disfrute de los avances de la técnica, a la idea de ser feliz en nuestra vida cotidiana.

Compañeros nosotros también tenemos derechos, nuestros chicos también tienen derecho a jugar en libertad, a tener algo más que un plato de comida, tenemos que soñar con un mundo en el que el pueblo alcance la felicidad colectiva y ese mundo hasta ahora se llamó un mundo socialista, un mundo constituido y construido por hombres y mujeres con una nueva consciencia solidaria y socialista. Ese mundo es por el que lucharon y murieron nuestros compañeros. Desde aquí les decimos una vez más:

¡Gloria eterna para los héroes de Monte Chingolo!
 
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