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Bovino Milenario
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Pues la verdad yo no le veo nada de siniestros de hecho se me hacen unos cenotes bien chingones pero asi es el nombre del post de donde agarre las imagenes en fin ahi se las dejo haber que les parece
1. Cenote Angelita. Se localiza a 17 kilómetros de Tulum, Quintana Roo. Es un cenote abierto en donde agua dulce y salada convergen. Acceder a este lugar no es sencillo, ya que se encuentra en medio de la selva y no es recomendable para quien sólo pretende snorkelear o nadar, pues tiene una profundidad de casi 60 metros.
En los primeros 30 metros la visibilidad sigue siendo perfecta, pero conforme se va descendiendo es necesario el uso de lámparas, ya que se forma una nube de sulfato de hidrógeno densa, que al traspasar se hallará el fondo del lugar. Bucear en este cenote se asemeja a estar flotando en el aire.
2. Dos Ojos. A 20 minutos de Akumal, Quintana Roo, se localiza Hidden Worlds, un parque natural en donde hay más de 24 cenotes, entre ellos Dos Ojos. Como dice playadelcarmenmexico.com.mx, se forma a partir de dos cuerpos de agua que se unen por medio de cuevas. Los mayas le dieron este nombre porque son abiertos, de agua cristalina y parecen como dos ojos grandes viendo hacia el cielo.
Thefives.wordpress.com dice que Dos Ojos pertenece a un sistema de ríos subterráneos que tienen más de 57 kilómetros de longitud y 24 metros de profundidad. Además, es el tercero río de este tipo más largo del mundo. Antes de ser explotado como lugar turístico, exploradores descubrieron en este sitio restos de animales prehistóricos, así como pinturas ruprestres. Las estalactitas en su fondo te asombrarán.
3. Cenote Sagrado. A unos 300 metros de la pirámide de Kukulcán, en Chichén Itzá, se encuentra este cenote abierto, circular, de más de 60 metros de diámetro y 13 metros de profundidad.
Los mayas lo utilizaron principalmente para celebrar ritos religiosos, en nombre de Chaac, el dios de la lluvia, sacrificando animales y personas. De hecho, Edward Herbert Thompson, a principios del siglo XX, descubrió en el fondo cadáveres, así como joyas y piedras preciosas.
4. Taj Mahal. El cenote se aloja en el municipio de Akumal, en Quintana Roo. Es un espacio que tiene tres orificios por donde se cuelan grandes rayos de luz que alumbran este sitio subterráneo.
Al lugar también se le conoce como "Puntos de Luz". En ella, podrás encontrar fósiles de piedra caliza y su agua es templada (fluctúa entre los 24 y 25 grados centígrados). Su máxima profundidad es de 12 metros.
5. Zacatón. A diferencia del resto, este se encuentra en Aldama, Tamaulipas. Como dice muyinteresante.es, es un pozo gigantesco natural, de agua dulce, que se formó por el derrumbamiento del techo de una caverna subterránea caliza.
Es uno de los más grandes mundo, pues tiene un poco más de 100 metros de diámetro y 320 metros de profundidad. Su superficie es color verde muy intenso, que hasta pareciera que se tratara de agua estancada pero metros más abajo, el aspecto cambia radicalmente, ya que te topas con el nacimiento del río.
Varios buzos han intentado desafiar su profundidad, entre ellos Sheck Exley, quien era considerado el mejor buceador de cuevas de todo el mundo. A finales de los años 80, descendió 265 metros, imponiendo marca, misma que intentó romper en abril de 1994, cuando se topó ahí mismo con la muerte, debido a una falla en su equipo. La NASA prueba en Zacatón sondas robóticas para la futura exploración de Europa, satélite del planeta Júpiter.
6. Cenote de Aké. Forma parte del complejo de ruinas mayas ubicadas en Tixkokob, en Yucatán, localizadas a unos 36 kilómetros de la ciudad de Mérida.
El cenote que hay ahí es abierto profundo, al cual accedes por una pequeña abertura existente sobre una superficie rocosa. Muy pocos se animan a explorarlo, pues el que tenga poca luz no da la suficiente confianza para animarte a conocerlo.
7. Cenote Yaxhá. Este cenote también se encuentra en Tixkokob y es el sitio preferido para vacacionar por la gente aledaña del lugar, además de que es visitado por turistas nacionales y extranjeros que son amantes del buceo.
El Centro ecoturístico Yaxhá guarda las reliquias de lo que fue un centro ceremonial maya en esta región. En él se encuentra este cenote, que los investigadores aseguran, cumplía con la misma función del Chichén Itzá. El agua del lugar es de tonalidad jade, es fresca, por lo que los niños gozan infinitamente del lugar.
8. Cenote del Jaguar. Se encuentra en la comunidad de Pacchen, Quintana Roo. Tiene 13 metros de diámetro y 80 metros de profundidad. Al llegar al lugar, te recibe un nativo de la localidad, el cual como narra sipse.com, hace una limpia a los visitantes, con la intención de liberarlos de aires malos.
Para llegar a este, hay que internarse por la selva. Al principio, no podrás admirar su belleza, pues es cerrado y el ojo tiene que acostumbrarse a la oscuridad. Su profundidad es de un poco más de 30 metros. Se pueden practicar deportes como rappel y tirolesa.
9. Poza Verde. En Tamaulipas se encuentra este sitio que, de primera vista, no parece un cenote, ya que sus paredes está cubiertas por mucha vegetación y no se distingue a la perfección si se trata de una fosa o de un lago. El agua es de un color entre verde y azul, un poco más transparente que la del Zacatón; tiene aproximadamente 48 metros de profundidad y sus visitantes disfrutan de horas y horas haciendo nado libre.
10.Chaac Mool. A poca distancia de Puerto Aventuras, encontrarás este cenote, catalogado como uno de los más espectaculares que existen en todo Quintana Roo.
Quienes han ido aseguran que lo más impresionante es el juego de luces que se crea en su interior, debido a los rayos de sol que entran por sus paredes; el efecto es aún mayor cuando se reflejan en el agua, debido a la combinación dulce-salada. Diversas plantas te acompañarán en tu recorrido por este lugar de aproximadamente 12 metros de profundidad.
FUENTE
1. Cenote Angelita. Se localiza a 17 kilómetros de Tulum, Quintana Roo. Es un cenote abierto en donde agua dulce y salada convergen. Acceder a este lugar no es sencillo, ya que se encuentra en medio de la selva y no es recomendable para quien sólo pretende snorkelear o nadar, pues tiene una profundidad de casi 60 metros.
En los primeros 30 metros la visibilidad sigue siendo perfecta, pero conforme se va descendiendo es necesario el uso de lámparas, ya que se forma una nube de sulfato de hidrógeno densa, que al traspasar se hallará el fondo del lugar. Bucear en este cenote se asemeja a estar flotando en el aire.
Thefives.wordpress.com dice que Dos Ojos pertenece a un sistema de ríos subterráneos que tienen más de 57 kilómetros de longitud y 24 metros de profundidad. Además, es el tercero río de este tipo más largo del mundo. Antes de ser explotado como lugar turístico, exploradores descubrieron en este sitio restos de animales prehistóricos, así como pinturas ruprestres. Las estalactitas en su fondo te asombrarán.
Los mayas lo utilizaron principalmente para celebrar ritos religiosos, en nombre de Chaac, el dios de la lluvia, sacrificando animales y personas. De hecho, Edward Herbert Thompson, a principios del siglo XX, descubrió en el fondo cadáveres, así como joyas y piedras preciosas.
Al lugar también se le conoce como "Puntos de Luz". En ella, podrás encontrar fósiles de piedra caliza y su agua es templada (fluctúa entre los 24 y 25 grados centígrados). Su máxima profundidad es de 12 metros.
Es uno de los más grandes mundo, pues tiene un poco más de 100 metros de diámetro y 320 metros de profundidad. Su superficie es color verde muy intenso, que hasta pareciera que se tratara de agua estancada pero metros más abajo, el aspecto cambia radicalmente, ya que te topas con el nacimiento del río.
Varios buzos han intentado desafiar su profundidad, entre ellos Sheck Exley, quien era considerado el mejor buceador de cuevas de todo el mundo. A finales de los años 80, descendió 265 metros, imponiendo marca, misma que intentó romper en abril de 1994, cuando se topó ahí mismo con la muerte, debido a una falla en su equipo. La NASA prueba en Zacatón sondas robóticas para la futura exploración de Europa, satélite del planeta Júpiter.
El cenote que hay ahí es abierto profundo, al cual accedes por una pequeña abertura existente sobre una superficie rocosa. Muy pocos se animan a explorarlo, pues el que tenga poca luz no da la suficiente confianza para animarte a conocerlo.
El Centro ecoturístico Yaxhá guarda las reliquias de lo que fue un centro ceremonial maya en esta región. En él se encuentra este cenote, que los investigadores aseguran, cumplía con la misma función del Chichén Itzá. El agua del lugar es de tonalidad jade, es fresca, por lo que los niños gozan infinitamente del lugar.
Para llegar a este, hay que internarse por la selva. Al principio, no podrás admirar su belleza, pues es cerrado y el ojo tiene que acostumbrarse a la oscuridad. Su profundidad es de un poco más de 30 metros. Se pueden practicar deportes como rappel y tirolesa.
Quienes han ido aseguran que lo más impresionante es el juego de luces que se crea en su interior, debido a los rayos de sol que entran por sus paredes; el efecto es aún mayor cuando se reflejan en el agua, debido a la combinación dulce-salada. Diversas plantas te acompañarán en tu recorrido por este lugar de aproximadamente 12 metros de profundidad.
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