Alej17
Bovino de la familia
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El legado económico de Thatcher: 'Si un hombre no quiere trabajar no debe comer'
Su idea básica: un Estado mínimo y libertad para los mercados
'Debemos trabajar y utilizar nuestros talentos para crear riqueza'
Se inspiró en Hayek y Friedman frente a la economía planificada y Keynes
Recortó el gasto público, bajó impuestos y quitó poder a los sindicatos
Merkel y Cameron son herederos de su legado. Rajoy no siguió sus pasos
"Si un hombre no quiere trabajar no debe comer", segunda carta a los tesalonicenses (3.10). Con este versículo resumió Margaret Thatcher parte de su pensamiento económico ante la Iglesia de Escocia en mayo de 1988, una cita clave para entender porque para ella el Antiguo y el Nuevo Testamento revelaban "una visión del universo, una actitud propia ante el trabajo y principios para dar forma a la vida económica y social". [Lea el discurso íntegro].
"Se nos dijo que debemos trabajar y utilizar nuestros talentos para crear riqueza", advirtió entonces la 'Dama de Hierro', quien abogó por el libre mercado al mismo tiempo que defendía la moralidad victoriana del siglo XIX.
Más libertad
El 'Thatcherismo' podría resumirse en una idea básica, el menor Estado posible para dar la mayor libertad posible para los mercados, más eficientes al asignar recursos si no se producen monopolios ni oligopolios.
No obstante, el Estado debe regular, que no intervenir, en sectores sistémicos como la banca. "La desregularización que nos ha llevado a la crisis actual fue no fue culpa de Thatcher, fue de Bush y otros Gobiernos de los noventa", advierte Rafael Pampillón, economista de IE Business School.
La 'Dama de Hierro' fue elegida primera ministra en 1979. "Se encontró un Estado sobredimensionado, con un gasto público desmadrado, la inflación disparada, unos sindicatos muy potentes y muchísimo paro", afirma el economista.
"Provocó un cambio radical. Era hija de tenderos, lo llevaba en el ADN", explica Pampillón. En su opinión, Thatcher, como Reagan, dio con las reformas clave para reactivar la economía: "recortó el gasto público pero bajo impuestos; hizo privatizaciones para parar un tren, dio estabilidad a los precios y puso firmes a los sindicatos".
Margaret Thatcher privatizó, entre otras empresas, British Petroleum, Jaguar, British Airways y British Gas, y abrió mercados como el de telecomunicaciones, gas y agua.
"No pudo ver la mejoría del empleo durante su Gobierno, pero sus políticas fueron la base de ello en los noventa", señala el economista de IE Business School.
Los sindicatos y Las Malvinas
Sin embargo, para llevar a cabo sus políticas, como reducir un 22% el número de funcionarios y cerrar empresas públicas, tuvo que minar a los sindicatos, a los que quitó poder gradualmente desde su llegada al poder.
Tatcher declaró la guerra a los sindicatos del carbón, a los que comparó con la Argentina que había invadido las Malvinas dos años antes al convocar huelgas generales.
"Tenemos que ser conscientes siempre del enemigo interior, que es mucho más difícil de combatir y más peligroso para la libertad", afirmó en un discurso en 1984. Para resistir a las protestas, Thatcher hizo acopio de carbón y movilizó a la policía.
Hayek y Friedman; Reagan y Pinochet
El 'thatcherismo' bebió indiscutiblemente del pensamiento de dos de los tres economistas más influyentes del siglo XX: Friedrich Hayek y Milton Friedman. El tercero, John Maynard Keynes, fue la némesis económica de la 'Dama de Hierro'.
"Hayek dio un gran prestigio a la causa del liberalismo económico, ayudando a crear la sensación de un desplazamiento a la derecha en el clima intelectual, valioso en todos los sentidos para Margaret Thatcher y otros defensores de la causa, como Ronald Reagan", asegura su fundación.
"Ella absorbió profundamente la idea de que no puedes comprometerte con el socialismo, incluso en formas socialdemócratas moderadas, porque gradualmente el socialismo tiene siempre a resultados totalitarios, independientemente de sus intenciones", añade la fundación que ahora homenajea a la líder británica.
Otra gran influencia del vienés, quien sufrió en primera persona la hiperinflación posterior a la Primera Guerra Mundial, fue su advertencia al recibir el premio Nobel en 1974 de que la "inflación es causada por los Gobiernos".
Hayek fue una influencia "filosófica" para Thatcher, en palabras de su fundación. Sin embargo, Friedman fue "su economista favorito" y su respuesta contra el 'keynesianismo', al que culpaba de la crisis de los setenta por mantener el empleo a costa de una política monetaria expansiva.
Friedman argumentó que los sindicatos demandaban mayores salarios al esperar que los precios subirían por la acción del Gobierno, lo que combinado con el encarecimiento del petróleo tumbaba la productividad y aumentaba el desempleo mientras la inflación entraba en una espiral alcista de la que no podía salir.
Según el economista, los precios sólo bajarían de disminuir las expectativas y los salarios, mientras que el desempleo sólo podía reducirse por el lado de la oferta con medidas como mejorar la productividad.
A pesar de su relevancia en la economía, la relación de Friedman con la dictadura chilena oscureció su obra. Dos años después del golpe de Estado de Pinochet, el economista viajó a Chile para aplicar sus teorías. Logró encauzar la economía del país sudamericano, atrapado por una hiperinflación del 350%, pero su nombre quedó vinculado al de la dictadura.
Precisamente Pinochet, aquel que "hizo tanto para salvar vidas de británicos", fue un gran aliado para Tatcher. Tanto que pidió el fin de su "secuestro" cuando la Justicia británica iba a juzgarle por los crímenes de la dictadura.
Merkel y otros herederos
"La vigencia de sus ideas es que sólo quedan Cuba y Corea del Norte como economías planificadas", afirma Pampillón tras recordar que François Mitterrand intentó aplicar políticas intervencionistas en 1981 "y se dio un leñazo". "Felipe González, cuando llegó al poder, se inspiró en Thatcher, por muy duro que fuera para un socialista, para sacar adelante la economía", añade.
A pesar de haber sido un referente para los líderes europeos, Thatcher fue una de las grandes figuras del 'euroescepticismo'.
En 1984 logró la 'devolución británica', el reembolso de parte de los fondos que Reino Unido aporta a la Unión Europea por usar menos las ayudas agrícolas; y su sucesor, John Major, rechazó la entrada de Reino Unido en el euro.
En opinión de Pampillón, el primer ministro británico, David Cameron, el partido liberal holandés, Mario Monti y la canciller alemana, Angela Merkel, son herederos del legado de Thatcher y empiezan a cosechar sus beneficios.
Sin embargo, el presidente español, Mariano Rajoy, "debería estar en este grupo", pero las políticas liberales que prometió "han sido tímidas". "No ha habido reforma del Estado, ni de los partidos ni de los sindicatos", afirma. Además, ha subido impuestos en una economía hundida.
http://www.elmundo.es/elmundo/2013/04/08/economia/1365430449.html
Saludos



Su idea básica: un Estado mínimo y libertad para los mercados
'Debemos trabajar y utilizar nuestros talentos para crear riqueza'
Se inspiró en Hayek y Friedman frente a la economía planificada y Keynes
Recortó el gasto público, bajó impuestos y quitó poder a los sindicatos
Merkel y Cameron son herederos de su legado. Rajoy no siguió sus pasos
"Si un hombre no quiere trabajar no debe comer", segunda carta a los tesalonicenses (3.10). Con este versículo resumió Margaret Thatcher parte de su pensamiento económico ante la Iglesia de Escocia en mayo de 1988, una cita clave para entender porque para ella el Antiguo y el Nuevo Testamento revelaban "una visión del universo, una actitud propia ante el trabajo y principios para dar forma a la vida económica y social". [Lea el discurso íntegro].
"Se nos dijo que debemos trabajar y utilizar nuestros talentos para crear riqueza", advirtió entonces la 'Dama de Hierro', quien abogó por el libre mercado al mismo tiempo que defendía la moralidad victoriana del siglo XIX.
Más libertad
El 'Thatcherismo' podría resumirse en una idea básica, el menor Estado posible para dar la mayor libertad posible para los mercados, más eficientes al asignar recursos si no se producen monopolios ni oligopolios.
No obstante, el Estado debe regular, que no intervenir, en sectores sistémicos como la banca. "La desregularización que nos ha llevado a la crisis actual fue no fue culpa de Thatcher, fue de Bush y otros Gobiernos de los noventa", advierte Rafael Pampillón, economista de IE Business School.
La 'Dama de Hierro' fue elegida primera ministra en 1979. "Se encontró un Estado sobredimensionado, con un gasto público desmadrado, la inflación disparada, unos sindicatos muy potentes y muchísimo paro", afirma el economista.
"Provocó un cambio radical. Era hija de tenderos, lo llevaba en el ADN", explica Pampillón. En su opinión, Thatcher, como Reagan, dio con las reformas clave para reactivar la economía: "recortó el gasto público pero bajo impuestos; hizo privatizaciones para parar un tren, dio estabilidad a los precios y puso firmes a los sindicatos".
Margaret Thatcher privatizó, entre otras empresas, British Petroleum, Jaguar, British Airways y British Gas, y abrió mercados como el de telecomunicaciones, gas y agua.
"No pudo ver la mejoría del empleo durante su Gobierno, pero sus políticas fueron la base de ello en los noventa", señala el economista de IE Business School.
Los sindicatos y Las Malvinas
Sin embargo, para llevar a cabo sus políticas, como reducir un 22% el número de funcionarios y cerrar empresas públicas, tuvo que minar a los sindicatos, a los que quitó poder gradualmente desde su llegada al poder.
Tatcher declaró la guerra a los sindicatos del carbón, a los que comparó con la Argentina que había invadido las Malvinas dos años antes al convocar huelgas generales.
"Tenemos que ser conscientes siempre del enemigo interior, que es mucho más difícil de combatir y más peligroso para la libertad", afirmó en un discurso en 1984. Para resistir a las protestas, Thatcher hizo acopio de carbón y movilizó a la policía.
Hayek y Friedman; Reagan y Pinochet
El 'thatcherismo' bebió indiscutiblemente del pensamiento de dos de los tres economistas más influyentes del siglo XX: Friedrich Hayek y Milton Friedman. El tercero, John Maynard Keynes, fue la némesis económica de la 'Dama de Hierro'.
"Hayek dio un gran prestigio a la causa del liberalismo económico, ayudando a crear la sensación de un desplazamiento a la derecha en el clima intelectual, valioso en todos los sentidos para Margaret Thatcher y otros defensores de la causa, como Ronald Reagan", asegura su fundación.
"Ella absorbió profundamente la idea de que no puedes comprometerte con el socialismo, incluso en formas socialdemócratas moderadas, porque gradualmente el socialismo tiene siempre a resultados totalitarios, independientemente de sus intenciones", añade la fundación que ahora homenajea a la líder británica.
Otra gran influencia del vienés, quien sufrió en primera persona la hiperinflación posterior a la Primera Guerra Mundial, fue su advertencia al recibir el premio Nobel en 1974 de que la "inflación es causada por los Gobiernos".
Hayek fue una influencia "filosófica" para Thatcher, en palabras de su fundación. Sin embargo, Friedman fue "su economista favorito" y su respuesta contra el 'keynesianismo', al que culpaba de la crisis de los setenta por mantener el empleo a costa de una política monetaria expansiva.
Friedman argumentó que los sindicatos demandaban mayores salarios al esperar que los precios subirían por la acción del Gobierno, lo que combinado con el encarecimiento del petróleo tumbaba la productividad y aumentaba el desempleo mientras la inflación entraba en una espiral alcista de la que no podía salir.
Según el economista, los precios sólo bajarían de disminuir las expectativas y los salarios, mientras que el desempleo sólo podía reducirse por el lado de la oferta con medidas como mejorar la productividad.
A pesar de su relevancia en la economía, la relación de Friedman con la dictadura chilena oscureció su obra. Dos años después del golpe de Estado de Pinochet, el economista viajó a Chile para aplicar sus teorías. Logró encauzar la economía del país sudamericano, atrapado por una hiperinflación del 350%, pero su nombre quedó vinculado al de la dictadura.
Precisamente Pinochet, aquel que "hizo tanto para salvar vidas de británicos", fue un gran aliado para Tatcher. Tanto que pidió el fin de su "secuestro" cuando la Justicia británica iba a juzgarle por los crímenes de la dictadura.
Merkel y otros herederos
"La vigencia de sus ideas es que sólo quedan Cuba y Corea del Norte como economías planificadas", afirma Pampillón tras recordar que François Mitterrand intentó aplicar políticas intervencionistas en 1981 "y se dio un leñazo". "Felipe González, cuando llegó al poder, se inspiró en Thatcher, por muy duro que fuera para un socialista, para sacar adelante la economía", añade.
A pesar de haber sido un referente para los líderes europeos, Thatcher fue una de las grandes figuras del 'euroescepticismo'.
En 1984 logró la 'devolución británica', el reembolso de parte de los fondos que Reino Unido aporta a la Unión Europea por usar menos las ayudas agrícolas; y su sucesor, John Major, rechazó la entrada de Reino Unido en el euro.
En opinión de Pampillón, el primer ministro británico, David Cameron, el partido liberal holandés, Mario Monti y la canciller alemana, Angela Merkel, son herederos del legado de Thatcher y empiezan a cosechar sus beneficios.
Sin embargo, el presidente español, Mariano Rajoy, "debería estar en este grupo", pero las políticas liberales que prometió "han sido tímidas". "No ha habido reforma del Estado, ni de los partidos ni de los sindicatos", afirma. Además, ha subido impuestos en una economía hundida.
http://www.elmundo.es/elmundo/2013/04/08/economia/1365430449.html
Saludos

