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- #1
Su nombre siempre me recordó a famoso personaje secundario de los Simpsons, una mujer dominante desde que la conocí, por allá en el 2008, coincidimos vendiendo juguetes en el periodo de fiestas decembrino en la glorieta de insurgentes, siempre ha tenido novios que resultan ser sus empleados personales y completamente dependientes de ella, desde el primer momento hubo química y cierta tensión sexual entre nosotros.
Hace un par de semanas me contactó por WhatsApp y platicamos sobre cómo había ido la vida todos estos años sin tener contacto, me comentó que ya estaba casada y que tenía su propia empresa, como siempre, ella era el principal sostén económico y su esposo era uno más de sus empleados, entre platica y platica me comentó que estaba segura que la engañaba con otra y se sentía como tonta por eso.
-Ya sabes que cuentas conmigo para tu desquite, comenté.
Solo rio y me dio las gracias.
Una semana después quedamos de vernos para tomar un café, al final fuimos por una chela a reconocida cadena de bares, no recuerdo que día de la semana fue, el lugar estaba medio vacío por lo que el servicio fue rápido, tomamos un par de copas y poco a poco el ambiente se fue calentando recordando viejas aventuras, varias veces fue infiel a sus respectivas parejas conmigo y creí que por el hecho de estar casada aquello cambiaría, nota mental: que equivocado estaba.
Salimos del lugar y al estar al estacionarme enfrente de su casa me dijo:
-¿Quieres ir a otro lado?
No lo pensé dos veces y me arranqué, pronto llegamos a la zona de Tlalpan y nos metimos a reconocido lugar de gozo y sano esparcimiento donde he gozado con novias, exnovias, amantes y prostitutas. Recién entramos a la habitación me abalancé sobre ella y comenzamos el cachondeo, besos profundos, lamidas en el cuello, manoseo por todo el cuerpo, se nota que estaba necesitada de verga, pues de manera brusca abrió mi bragueta y busco desesperadamente mi pene el cual ya estaba duro como piedra y listo para la acción, lo jalo con firmeza sintiendo mi erección, mientras tanto yo buscaba liberar sus tetas de su blusa y sostén, tan pronto sus negros pezones quedaron expuestos me pegué a ellos, los mamé, mordí y recorrí con mi lengua, la tumbé sobre la cama y quité su pantalón, abrí sus piernas todavía con su tanga puesta y admiré por un momento todo lo que me iba a comer, me hinqué frente a ella y coloqué mi cabeza entre sus piernas, comencé a lamer sus piernas, sus muslos e incluso su rajita por encima de su tanga, que para ese momento ya estaba empapada, hice a un lado su tanga y con mi lengua empecé a masajear esa linda panocha, recorriendo sus labios, buscando su clítoris y bebiéndome todos sus jugos.
Estuve un buen rato mamando su vagina pues siempre me gusta probar lo que me voy a comer, logré que tuviera su primer orgasmo, lo noté por su grito de satisfacción y sus líquidos que brotaban incesantemente.
Selma es una mujer insaciable en el ámbito sexual muy cachonda y con la capacidad de tener multiorgasmos por lo que no tuvo reparo en continuar con la cogida, rápidamente me incorporé y apunte con mi verga la entrada de su vagina.
-¿traes condón? Preguntó.
Le conteste que sí, pero que quería sentir el contacto directo a lo que solo asintió por lo que metí la verga rápidamente y la embestí un par de veces, una vez cumplido mi cometido saqué el condón y lo coloqué en mi verga para continuar con la embestida, patitas al hombro metía y sacaba mi instrumento disfrutando de su cuerpo y de cómo se retorcía de placer.
-Quiero cabalgar, exclamó.
Me recosté sobre la cama con mi pinga apuntando al techo admirando su cuerpo y como se preparaba lentamente para la montada, se puso de cunclillas y con su mano guio mi herramienta a la entrada de su conchita y la introdujo lentamente, pronto incremento el ritmo hasta cabalgar salvajemente, mientras yo sostenía y manoseaba sus tetas, sus pezones, su cintura.
-Ya te extrañaba y a esa verga gruesa y jugosa que tienes, gritó
Un segundo orgasmo era inminente por lo que aceleré el ritmo de la embestida, gritaba de placer mientras yo le decía cada guarrada que me viniera a la mente, qué puta eres, ¿te hacía falta una buena cogida verdad?, qué rico aprietas amor, prepárate para darme tu ano chiquita… De pronto llegó su segunda venida, esta vez más intensa que la primera, cabalgar siempre fue su posición favorita, se tumbó sobre la cama y disfrutó de su orgasmo.
Tras pasar un par de minutos miró su celular, su esposo ya la estaba buscando por lo que rápidamente se incorporó y me dijo que ya se tenía que ir.
No, ahora a mí me cumples, respondí enérgicamente.
Al parecer eso la excitó, con mirada perversa se acercó a mi verga, retiró el maltrecho condón y comenzó una espectacular mamada, comenzando por los huevos recorrió desde la base hasta la punta con su lengua un par de veces, escupió y de manera brusca se lo introdujo todo a la boca, siempre fue una experta en dar mamadas bien ensalivadas y había perfeccionado la técnica de la garganta profunda con el pasar de los años, no aguanté mucho más ante tal monumental mamada por lo que rápidamente puse mi verga entre sus tetas y pronto tres grandes chorros de leche empaparon su cara y sus pechos.
Fue a lavarse al baño, tomé su tanga y la lleve a mi nariz, extrañaba a esa hembra montada en mi verga.
-Eso de que te prepararas para darme tu ano no era broma, afirmé.
-Ya veremos, replicó.
Hace un par de semanas me contactó por WhatsApp y platicamos sobre cómo había ido la vida todos estos años sin tener contacto, me comentó que ya estaba casada y que tenía su propia empresa, como siempre, ella era el principal sostén económico y su esposo era uno más de sus empleados, entre platica y platica me comentó que estaba segura que la engañaba con otra y se sentía como tonta por eso.
-Ya sabes que cuentas conmigo para tu desquite, comenté.
Solo rio y me dio las gracias.
Una semana después quedamos de vernos para tomar un café, al final fuimos por una chela a reconocida cadena de bares, no recuerdo que día de la semana fue, el lugar estaba medio vacío por lo que el servicio fue rápido, tomamos un par de copas y poco a poco el ambiente se fue calentando recordando viejas aventuras, varias veces fue infiel a sus respectivas parejas conmigo y creí que por el hecho de estar casada aquello cambiaría, nota mental: que equivocado estaba.
Salimos del lugar y al estar al estacionarme enfrente de su casa me dijo:
-¿Quieres ir a otro lado?
No lo pensé dos veces y me arranqué, pronto llegamos a la zona de Tlalpan y nos metimos a reconocido lugar de gozo y sano esparcimiento donde he gozado con novias, exnovias, amantes y prostitutas. Recién entramos a la habitación me abalancé sobre ella y comenzamos el cachondeo, besos profundos, lamidas en el cuello, manoseo por todo el cuerpo, se nota que estaba necesitada de verga, pues de manera brusca abrió mi bragueta y busco desesperadamente mi pene el cual ya estaba duro como piedra y listo para la acción, lo jalo con firmeza sintiendo mi erección, mientras tanto yo buscaba liberar sus tetas de su blusa y sostén, tan pronto sus negros pezones quedaron expuestos me pegué a ellos, los mamé, mordí y recorrí con mi lengua, la tumbé sobre la cama y quité su pantalón, abrí sus piernas todavía con su tanga puesta y admiré por un momento todo lo que me iba a comer, me hinqué frente a ella y coloqué mi cabeza entre sus piernas, comencé a lamer sus piernas, sus muslos e incluso su rajita por encima de su tanga, que para ese momento ya estaba empapada, hice a un lado su tanga y con mi lengua empecé a masajear esa linda panocha, recorriendo sus labios, buscando su clítoris y bebiéndome todos sus jugos.
Estuve un buen rato mamando su vagina pues siempre me gusta probar lo que me voy a comer, logré que tuviera su primer orgasmo, lo noté por su grito de satisfacción y sus líquidos que brotaban incesantemente.
Selma es una mujer insaciable en el ámbito sexual muy cachonda y con la capacidad de tener multiorgasmos por lo que no tuvo reparo en continuar con la cogida, rápidamente me incorporé y apunte con mi verga la entrada de su vagina.
-¿traes condón? Preguntó.
Le conteste que sí, pero que quería sentir el contacto directo a lo que solo asintió por lo que metí la verga rápidamente y la embestí un par de veces, una vez cumplido mi cometido saqué el condón y lo coloqué en mi verga para continuar con la embestida, patitas al hombro metía y sacaba mi instrumento disfrutando de su cuerpo y de cómo se retorcía de placer.
-Quiero cabalgar, exclamó.
Me recosté sobre la cama con mi pinga apuntando al techo admirando su cuerpo y como se preparaba lentamente para la montada, se puso de cunclillas y con su mano guio mi herramienta a la entrada de su conchita y la introdujo lentamente, pronto incremento el ritmo hasta cabalgar salvajemente, mientras yo sostenía y manoseaba sus tetas, sus pezones, su cintura.
-Ya te extrañaba y a esa verga gruesa y jugosa que tienes, gritó
Un segundo orgasmo era inminente por lo que aceleré el ritmo de la embestida, gritaba de placer mientras yo le decía cada guarrada que me viniera a la mente, qué puta eres, ¿te hacía falta una buena cogida verdad?, qué rico aprietas amor, prepárate para darme tu ano chiquita… De pronto llegó su segunda venida, esta vez más intensa que la primera, cabalgar siempre fue su posición favorita, se tumbó sobre la cama y disfrutó de su orgasmo.
Tras pasar un par de minutos miró su celular, su esposo ya la estaba buscando por lo que rápidamente se incorporó y me dijo que ya se tenía que ir.
No, ahora a mí me cumples, respondí enérgicamente.
Al parecer eso la excitó, con mirada perversa se acercó a mi verga, retiró el maltrecho condón y comenzó una espectacular mamada, comenzando por los huevos recorrió desde la base hasta la punta con su lengua un par de veces, escupió y de manera brusca se lo introdujo todo a la boca, siempre fue una experta en dar mamadas bien ensalivadas y había perfeccionado la técnica de la garganta profunda con el pasar de los años, no aguanté mucho más ante tal monumental mamada por lo que rápidamente puse mi verga entre sus tetas y pronto tres grandes chorros de leche empaparon su cara y sus pechos.
Fue a lavarse al baño, tomé su tanga y la lleve a mi nariz, extrañaba a esa hembra montada en mi verga.
-Eso de que te prepararas para darme tu ano no era broma, afirmé.
-Ya veremos, replicó.