chann
Bovino de alcurnia
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- 30 Ago 2007
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- #1
Segunda parte de el anterior relato, por lo tal, tienen relacion el uno con el otro. Si gozan de la lectura, espero que lo disfruten hasta el final, puesto que si es un poco largo y extenso...
(…)
9:40 am
Fue abrupta la manera de despertar cuando el celular de Andrés en el buró, vibró registrando una llamada entrante; somnoliento, como si precisara que ese golpeteo en la superficie del mueble se tratara de un simple sueño, se incorporó lo suficiente para alcanzar el aparato justo en el momento en que este dejó de vibrar. Andrés ahogo una sonrisa, en la pantalla, aparecía registrado una llamada perdida de su colega Sebastián, dejó el celular en el buró de nuevo y se giró para contemplar a Jazmín, inerte y un tanto inexpresiva por la pesadez del sueño en el que estaba sumergida, el cabello rubio, alborotado, caía sobre su rostro, dejando ver sólo sus labios, entre abiertos; yacía sobre su costado izquierdo, dándole la espalda, las cobijas le cubrían hasta la cintura, su respiración era tranquila, relajada, pasiva… Podría pasarse todo el resto de la mañana solo contemplándola, acariciando su espalda, besando sus hombros, sin embargo, un nuevo golpeteo del celular sobre el mueble llamó su atención, al mismo tiempo que parecía despertar a su amada.
-¿Qué pasó Sebastián?... ¿Ahora en que andas tan temprano?
-Joder… Por un momento creí que estarías indispuesto… Espero no haber interrumpido en algo, tío.
-No… De hecho acabo de despertar, sólo eso, me despertaste [-Nos despertaste- gimoteó Jazmín, desperezándose en su sitio]… Bueno, ya has oído.
-Jejeje… Así debió ser vuestra noche, colegas, meh, no los culpo, yo igual anduve en lo mismo de modo que no hay nada que podáis contarme, saludadme a Jazmín, pillo… No perdéis tu tiempo, cabrón.
-Vale, de tu parte Sebas, bien… ¿En qué puedo ayudarte?
-Eh, macho… ¿Qué un tío no puede saludar a su colega en domingo por la mañana?
-Te conozco, macho…
-Bueno bueno, y lo hacéis bien, jejeje… Esto pues… Es que ando perdido cabronazo… Eh venido con una tía a su casa por la noche y que me eh peleado con ella pues… Eh salido de su casa y no se en donde cojones ando, ni siquiera le eh preguntado por el barrio, joder… Y la verdad es que no ando con mucha plata como para coger un taxi e irme a mi casa…
-Típico en ti… Apuesto a que cualquier persona se enojaría, si se entera de que ha sido usado solo para follar…
-Eh tío como te dije ayer… Las cosas como son… Creo que a mucha gente le molesta la gente honesta
-Sí, debe ser eso… Bueno pues, descríbeme como es el lugar en el que andas en este momento, para ubicarme por lo menos…
-Estoy en una glorieta, se ve una gran avenida, a lo lejos se distingue un puente colgante largo de concreto, donde estoy hay una fuente grande, con unas cosas como pilares, hay estatuas…
-Estas en el cerro de Loreto, en la fuente de Ignacio Zaragoza.
-Joder, que has dado rápido con solo unas cuantas cosas que os eh contado… Y bien, ¿A dónde me dirijo o qué hago?... Ya tengo hambre, que me eh salido sin siquiera almorzar, del coraje me eh puesto a caminar sin sentido y llegué hasta aquí…
-Pues… Si gustas, espérame unos 30 o 40 minutos y voy por ti… Podría aprovechar para traer algo de desayunar para la casa, y claro, si gustas acompañarnos, pues…
-¡Esa voz me agrada, colega! Entonces de aquí no me moveré, solo no demoréis que la tripa amenaza con comerme… Esto, ¿vendrás sólo o con esa hermosura de mujer que está a tu lado? –Andrés se encogió de hombros ante esa pregunta.- Digo, solo pregunto…
-Depende de ella, si quiere acompañarme o si se quiere quedar para bañarse o algo [-iré contigo- interrumpió Jazmín]- Vale, vendrá conmigo.
-Venga ¡Gracias!, sois muy bueno con tu amigo extranjero en desgracia…
-Si si si si si… Hoy por ti… Bueno, no te muevas de allí, trataremos de llegar lo antes posible.
-Vale, os espero.
Para cuando Andrés había terminado la llamada, Jazmín batallaba ya de pie con el sostén, ya se había quitado la blusa y el pantalón, de modo que andaba en ropa interior preparándose para salir.
-¿No te vas a cambiar?- preguntó ella mientras acomodaba los tirantes del bra sobre sus hombros.
-Así como estas, me dan ganas de hacer otra cosa, amor- le dijo él mientras contemplaba la ropa interior de su novia sin discreción alguna, unas pantaletas blancas con un diseño de encaje en la parte superior, realmente adorables y cachondas; Jazmín, sacó unos vaqueros de su mochila y poco a poco se los fue subiendo, mirándolo sonriente; cuando el pantalón hubo llegado por debajo de las nalgas, ella le dio la espalda y siguió subiendo de la prenda con coqueteo maestro hasta que el trasero quedó perfectamente cubierto por la entallada tela, marcándose a la perfección la forma de su ropa interior en ella.
-Será para la otra… Yo también tengo algo de hambre- terció ella, finalmente, tomo una blusa de su mochila, y se ciñó con ella. Andrés asintió y de un salto, se puso de pie, se acercó a su cómoda, sustrajo una playera y recogió del suelo sus jeans, después de vestirse roció agua a su cabello con un pequeño atomizador y se echó gel, peinándose con los dedos, al cabo de unos minutos, ya circulaban con rumbo a buscar al amigo desorientado… Al parecer… El día sería al final de todo, algo atareado…
Bastaron solo 35 minutos para que Andrés y Jazmín hicieran su arribo al encuentro con el Español en el sitio indicado, este, sentado en el césped se levantó en el momento en que su amigo le pitó con el claxon y les dio alcance para que no demoraran mucho tiempo parados en medio del tráfico, Jazmín se hizo un poco hacia adelante para que Sebastián pudiera entrar en el viejo compacto y este se dejó caer en el asiento trasero con la mirada al techo.
-Joder… Gracias a los dos. Que ya me ruge la tripa como no tenéis idea…
-Bueno, a nosotros también. ¿Compramos algo por aquí o nos vamos a mi casa a desayunar?- pregunto Andrés.
-Dices que no iba a haber nadie en tu casa hasta en la tarde, ¿no? ¿Y si nos vamos a desayunar por allí?- Dijo Jazmín.
-¿Qué os parece si me lleváis a mi casa, pillo un poco más de dinero y nos vamos mejor a comer y a divertirnos?- Opinó Sebastián. Andrés intercambió una mirada rápida a su amada y ambos asintieron.
-Vale, entonces vamos, disfrutemos pues el día.
-¡Venga pues, en marcha!- puntualizó Sebastián y el auto tomo velocidad, se incorporó a la avenida más próxima y se mezcló con el tráfico dominical que ya empezaba a aglomerarse.
En el vehículo, las risas y las bromas estallaron en el trayecto, en el auto estéreo, Bruno Mars amenizaba el viaje con “treasure”, al ritmo, Jazmín elevó sus brazos tocando el techo con las manos, bailando en su lugar, sin pensarlo y sin darse cuenta, sus senos rebotaban por el movimiento dentro de su blusa, parecería que, dentro de esa prenda, el sostén libraba una encarnada batalla por tratar de contenerlos en su lugar, de mantenerlos, sin éxito, firmes y quietos, sin embargo por el tamaño de estos, la tarea parecería imposible de lograr, Andrés solo la vería bailar, divertido, sin percatarse que los movimientos serían todo un espectáculo para los vehículos aledaños, incluso una Jeep , que iba a la derecha del sedán, daba la impresión de haber perdido el rumbo solo por desviar la mirada a la coqueta chica rubia que se movía sensualmente dentro del auto vecino, Sebastián en cambio, si se había percatado de ese detalle, limitándose a burlarse de los ocupantes de dicha camioneta cuando sus ocupantes iniciaron una discusión por la obviedad de su situación…
La canción terminó, Jazmín ya iba calmada en su asiento mientras que cantaba, junto a lifehouse en el estéreo, “make me over” a voz baja, el cabello le ondeaba por el viento que entraba por la ventana entreabierta, ya casi llegaban a su destino: la casa de Sebastián, sin embargo, Andrés pudo ver por el retrovisor a su colega, justo en algunos momentos en que este, repasaba la mirada sobre su novia, una mirada un tanto encendida, la cual le pareció algo incomoda… Pero no era necesario iniciar una escena, se trataba de su amigo y de su novia, sin embargo, no habría que olvidar que su amigo “es hombre” y su chica, para su buena suerte, atractiva, incapaz de pasar desapercibida ante las miradas masculinas y eso, le quedaba muy claro… Jazmín, era capaz de pararle la verga a más de uno, eso, también lo tenía muy en mente y allí, sonrió para sus adentros, miro de nuevo fugazmente al pasajero de atrás desde el retrovisor, solo para ver que este, tenía la mirada extrañamente mirando hacia enfrente y hacia abajo… “Quizá, solo este viendo su celular”, pensó, y sin darle más vueltas al asunto, se desvió dentro de una calle, giro en una esquina y anunció que ya estaban llegando a su destino.
-Vale, no demoro… Solo cojo un poco más de dinero y estoy con vosotros- Dijo Sebastián mientras abría el portón de su casa, Andrés había salido del vehículo para dejarle salir desde su portezuela y no volvió al auto para que su amigo pudiera regresar más fácilmente al interior.
-Estas muy callado mi amor- observó Jazmín mientras se inclinaba sobre el asiento del piloto mirando a su novio, Andrés se giró para verla mejor y sus ojos por poco se salen de sus cuencas, la blusa de su novia caía dejando ver por su escote, el par de pechos blancos que sobre salían incluso por el brasier, por encima de este, era posible incluso apreciar un poco una de sus rosadas aureolas, haciéndolo sentir de inmediato una punzada en la entrepierna; en respuesta, Andrés, tomo el cuello de su playera con el pulgar y el índice de su mano izquierda y lo agitó mientras que con la mirada le señalaba el pecho, Jazmín pudo comprender lo que significaba esa seña y se echó para atrás, subiéndose la blusa, ruborizada.
-No es que me importe a mí, amor… Pero al Sebas se le van a ir los ojos- dijo, ella solo se rió asintiendo con la cabeza.
(cont. abajo)
(…)
9:40 am
Fue abrupta la manera de despertar cuando el celular de Andrés en el buró, vibró registrando una llamada entrante; somnoliento, como si precisara que ese golpeteo en la superficie del mueble se tratara de un simple sueño, se incorporó lo suficiente para alcanzar el aparato justo en el momento en que este dejó de vibrar. Andrés ahogo una sonrisa, en la pantalla, aparecía registrado una llamada perdida de su colega Sebastián, dejó el celular en el buró de nuevo y se giró para contemplar a Jazmín, inerte y un tanto inexpresiva por la pesadez del sueño en el que estaba sumergida, el cabello rubio, alborotado, caía sobre su rostro, dejando ver sólo sus labios, entre abiertos; yacía sobre su costado izquierdo, dándole la espalda, las cobijas le cubrían hasta la cintura, su respiración era tranquila, relajada, pasiva… Podría pasarse todo el resto de la mañana solo contemplándola, acariciando su espalda, besando sus hombros, sin embargo, un nuevo golpeteo del celular sobre el mueble llamó su atención, al mismo tiempo que parecía despertar a su amada.
-¿Qué pasó Sebastián?... ¿Ahora en que andas tan temprano?
-Joder… Por un momento creí que estarías indispuesto… Espero no haber interrumpido en algo, tío.
-No… De hecho acabo de despertar, sólo eso, me despertaste [-Nos despertaste- gimoteó Jazmín, desperezándose en su sitio]… Bueno, ya has oído.
-Jejeje… Así debió ser vuestra noche, colegas, meh, no los culpo, yo igual anduve en lo mismo de modo que no hay nada que podáis contarme, saludadme a Jazmín, pillo… No perdéis tu tiempo, cabrón.
-Vale, de tu parte Sebas, bien… ¿En qué puedo ayudarte?
-Eh, macho… ¿Qué un tío no puede saludar a su colega en domingo por la mañana?
-Te conozco, macho…
-Bueno bueno, y lo hacéis bien, jejeje… Esto pues… Es que ando perdido cabronazo… Eh venido con una tía a su casa por la noche y que me eh peleado con ella pues… Eh salido de su casa y no se en donde cojones ando, ni siquiera le eh preguntado por el barrio, joder… Y la verdad es que no ando con mucha plata como para coger un taxi e irme a mi casa…
-Típico en ti… Apuesto a que cualquier persona se enojaría, si se entera de que ha sido usado solo para follar…
-Eh tío como te dije ayer… Las cosas como son… Creo que a mucha gente le molesta la gente honesta
-Sí, debe ser eso… Bueno pues, descríbeme como es el lugar en el que andas en este momento, para ubicarme por lo menos…
-Estoy en una glorieta, se ve una gran avenida, a lo lejos se distingue un puente colgante largo de concreto, donde estoy hay una fuente grande, con unas cosas como pilares, hay estatuas…
-Estas en el cerro de Loreto, en la fuente de Ignacio Zaragoza.
-Joder, que has dado rápido con solo unas cuantas cosas que os eh contado… Y bien, ¿A dónde me dirijo o qué hago?... Ya tengo hambre, que me eh salido sin siquiera almorzar, del coraje me eh puesto a caminar sin sentido y llegué hasta aquí…
-Pues… Si gustas, espérame unos 30 o 40 minutos y voy por ti… Podría aprovechar para traer algo de desayunar para la casa, y claro, si gustas acompañarnos, pues…
-¡Esa voz me agrada, colega! Entonces de aquí no me moveré, solo no demoréis que la tripa amenaza con comerme… Esto, ¿vendrás sólo o con esa hermosura de mujer que está a tu lado? –Andrés se encogió de hombros ante esa pregunta.- Digo, solo pregunto…
-Depende de ella, si quiere acompañarme o si se quiere quedar para bañarse o algo [-iré contigo- interrumpió Jazmín]- Vale, vendrá conmigo.
-Venga ¡Gracias!, sois muy bueno con tu amigo extranjero en desgracia…
-Si si si si si… Hoy por ti… Bueno, no te muevas de allí, trataremos de llegar lo antes posible.
-Vale, os espero.
Para cuando Andrés había terminado la llamada, Jazmín batallaba ya de pie con el sostén, ya se había quitado la blusa y el pantalón, de modo que andaba en ropa interior preparándose para salir.
-¿No te vas a cambiar?- preguntó ella mientras acomodaba los tirantes del bra sobre sus hombros.
-Así como estas, me dan ganas de hacer otra cosa, amor- le dijo él mientras contemplaba la ropa interior de su novia sin discreción alguna, unas pantaletas blancas con un diseño de encaje en la parte superior, realmente adorables y cachondas; Jazmín, sacó unos vaqueros de su mochila y poco a poco se los fue subiendo, mirándolo sonriente; cuando el pantalón hubo llegado por debajo de las nalgas, ella le dio la espalda y siguió subiendo de la prenda con coqueteo maestro hasta que el trasero quedó perfectamente cubierto por la entallada tela, marcándose a la perfección la forma de su ropa interior en ella.
-Será para la otra… Yo también tengo algo de hambre- terció ella, finalmente, tomo una blusa de su mochila, y se ciñó con ella. Andrés asintió y de un salto, se puso de pie, se acercó a su cómoda, sustrajo una playera y recogió del suelo sus jeans, después de vestirse roció agua a su cabello con un pequeño atomizador y se echó gel, peinándose con los dedos, al cabo de unos minutos, ya circulaban con rumbo a buscar al amigo desorientado… Al parecer… El día sería al final de todo, algo atareado…
Bastaron solo 35 minutos para que Andrés y Jazmín hicieran su arribo al encuentro con el Español en el sitio indicado, este, sentado en el césped se levantó en el momento en que su amigo le pitó con el claxon y les dio alcance para que no demoraran mucho tiempo parados en medio del tráfico, Jazmín se hizo un poco hacia adelante para que Sebastián pudiera entrar en el viejo compacto y este se dejó caer en el asiento trasero con la mirada al techo.
-Joder… Gracias a los dos. Que ya me ruge la tripa como no tenéis idea…
-Bueno, a nosotros también. ¿Compramos algo por aquí o nos vamos a mi casa a desayunar?- pregunto Andrés.
-Dices que no iba a haber nadie en tu casa hasta en la tarde, ¿no? ¿Y si nos vamos a desayunar por allí?- Dijo Jazmín.
-¿Qué os parece si me lleváis a mi casa, pillo un poco más de dinero y nos vamos mejor a comer y a divertirnos?- Opinó Sebastián. Andrés intercambió una mirada rápida a su amada y ambos asintieron.
-Vale, entonces vamos, disfrutemos pues el día.
-¡Venga pues, en marcha!- puntualizó Sebastián y el auto tomo velocidad, se incorporó a la avenida más próxima y se mezcló con el tráfico dominical que ya empezaba a aglomerarse.
En el vehículo, las risas y las bromas estallaron en el trayecto, en el auto estéreo, Bruno Mars amenizaba el viaje con “treasure”, al ritmo, Jazmín elevó sus brazos tocando el techo con las manos, bailando en su lugar, sin pensarlo y sin darse cuenta, sus senos rebotaban por el movimiento dentro de su blusa, parecería que, dentro de esa prenda, el sostén libraba una encarnada batalla por tratar de contenerlos en su lugar, de mantenerlos, sin éxito, firmes y quietos, sin embargo por el tamaño de estos, la tarea parecería imposible de lograr, Andrés solo la vería bailar, divertido, sin percatarse que los movimientos serían todo un espectáculo para los vehículos aledaños, incluso una Jeep , que iba a la derecha del sedán, daba la impresión de haber perdido el rumbo solo por desviar la mirada a la coqueta chica rubia que se movía sensualmente dentro del auto vecino, Sebastián en cambio, si se había percatado de ese detalle, limitándose a burlarse de los ocupantes de dicha camioneta cuando sus ocupantes iniciaron una discusión por la obviedad de su situación…
La canción terminó, Jazmín ya iba calmada en su asiento mientras que cantaba, junto a lifehouse en el estéreo, “make me over” a voz baja, el cabello le ondeaba por el viento que entraba por la ventana entreabierta, ya casi llegaban a su destino: la casa de Sebastián, sin embargo, Andrés pudo ver por el retrovisor a su colega, justo en algunos momentos en que este, repasaba la mirada sobre su novia, una mirada un tanto encendida, la cual le pareció algo incomoda… Pero no era necesario iniciar una escena, se trataba de su amigo y de su novia, sin embargo, no habría que olvidar que su amigo “es hombre” y su chica, para su buena suerte, atractiva, incapaz de pasar desapercibida ante las miradas masculinas y eso, le quedaba muy claro… Jazmín, era capaz de pararle la verga a más de uno, eso, también lo tenía muy en mente y allí, sonrió para sus adentros, miro de nuevo fugazmente al pasajero de atrás desde el retrovisor, solo para ver que este, tenía la mirada extrañamente mirando hacia enfrente y hacia abajo… “Quizá, solo este viendo su celular”, pensó, y sin darle más vueltas al asunto, se desvió dentro de una calle, giro en una esquina y anunció que ya estaban llegando a su destino.
-Vale, no demoro… Solo cojo un poco más de dinero y estoy con vosotros- Dijo Sebastián mientras abría el portón de su casa, Andrés había salido del vehículo para dejarle salir desde su portezuela y no volvió al auto para que su amigo pudiera regresar más fácilmente al interior.
-Estas muy callado mi amor- observó Jazmín mientras se inclinaba sobre el asiento del piloto mirando a su novio, Andrés se giró para verla mejor y sus ojos por poco se salen de sus cuencas, la blusa de su novia caía dejando ver por su escote, el par de pechos blancos que sobre salían incluso por el brasier, por encima de este, era posible incluso apreciar un poco una de sus rosadas aureolas, haciéndolo sentir de inmediato una punzada en la entrepierna; en respuesta, Andrés, tomo el cuello de su playera con el pulgar y el índice de su mano izquierda y lo agitó mientras que con la mirada le señalaba el pecho, Jazmín pudo comprender lo que significaba esa seña y se echó para atrás, subiéndose la blusa, ruborizada.
-No es que me importe a mí, amor… Pero al Sebas se le van a ir los ojos- dijo, ella solo se rió asintiendo con la cabeza.
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