El secretario del Trabajo, Javier Lozano Alarcón, afirmó que sólo se han perdido 254 mil empleos por la crisis, cantidad que representa 1.8 por ciento de los registros en el Seguro Social, mientras que en 1995 fue de casi 10 por ciento. Dijo que a pesar de la caída pronunciada de la economía (de 10.2 por ciento en el primer semestre), la reducción del empleo es de sólo –1.94 por ciento.
En la segunda audiencia del foro Crecimiento económico, proteccionismo y generación de empleo y seguridad social, en la Cámara de Senadores, el funcionario señaló que hay un saldo positivo de 233 mil fuentes de trabajo formales en los dos años y medio de la presente administración, en comparación con el mismo periodo del gobierno de Vicente Fox.
Los senadores Raúl Mejía González, del PRI, y Arturo Herviz, del PRD, reprocharon el optimismo de las cifras del funcionario y afirmaron que se han perdido un millón de empleos desde finales del año pasado, con un promedio de 100 mil plazas por mes, cifra respaldadas por los presidentes de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), Ricardo González Sada, y de la Unión Nacional de Trabajadores (UNT), Francisco Hernández Juárez.
Los legisladores también criticaron la política fiscal del gobierno, los recortes presupuestales y plantearon corregir la evasión fiscal por 500 mil millones de pesos. Arturo Herviz, del PRD, afirmó que el plan anticrisis ha sido un fracaso, ya que pese a las cuentas alegres presentadas por el secretario del Trabajo, la realidad es que este año 2 millones 400 mil personas podrían estar en la calle, si se toma en cuenta el millón que se prevé perderán su empleo; un millón más que no lograrán obtenerlo y 400 mil que no pueden emigrar.
El senador perredista afirmó que el gobierno federal cuenta con recursos para proteger la seguridad social, sólo falta que realice la reforma fiscal integral que requiere el país, que todos los mexicanos paguen por igual sus impuestos y que no existan mexicanos de primera o de segunda.
Propuso congelar los precios de la canasta básica y regresar los de los energéticos a niveles de 2006, y reducir 50 por ciento el salario de los altos funcionarios.
Previamente, durante su participación, el secretario de Economía, Gerardo Ruiz Mateos, solicitó a los legisladores dar prioridad a la agenda de competitividad y hacer de ese tema un asunto de Estado, ante el rezago a escala mundial en el que se encuentran las empresas nacionales, sobre todo las pequeñas y medianas, que representan más de 90 por ciento de la totalidad y aportan más del 70 por ciento del empleo.
Por su parte, el senador del PRI Raúl Mejía González dijo que aun en emergencia se debe trabajar en la definición de una política económica y social que responda a las necesidades y los retos que enfrenta la población. Para ello, apuntó que es necesario admitir que la crisis financiera global descubrió la magnitud de las deficiencias estructurales del aparato productivo y su estrecha dependencia de Estados Unidos.
Antes hablaron el ex secretario de Desarrollo y Fomento Industrial, Herminio Blanco, y Enrique Cabrera, del Centro de Investigación y Docencia Económicas.




http://www.jornada.unam.mx/2009/08/13/index.php?section=economia&article=025n2eco


En más de un sentido: vivimos hoy, como nunca, una quiebra social de proporciones gigantescas; rota está también la confianza en las instituciones; hendido el ánimo colectivo por la inseguridad y la violencia de cada día. Ahora la versión oficial reconoce al fin que el país está también en quiebra económica, según lo dicho por el secretario de Hacienda, Agustín Carstens: México enfrenta el “shock” financiero más grande en 30 años, por lo que la economía tendrá un faltante de 780 mil millones de pesos en 2009 y 2010; equivalente a la cuarta parte del presupuesto de este año.
A ver: la palabreja no está en el Real Diccionario; pero en inglés —que es la lengua que mejor domina Carstens— significa choque, sacudida, conmoción, horror y colapso; así que la cosa está como para salir corriendo.
Pero antes, hay que exigir al gobierno calderonista que nos responda algunas cuestiones extremadamente graves: porqué pospuso la verdad hasta después del 5 de julio con fines electoreros; por qué se negó a escuchar las voces que desde el año pasado han advertido del agravamiento sistemático de la economía; por qué se ha puesto en riesgo la viabilidad de la nación en beneficio de unos cuantos.
Además, mucho nos tememos que el diagnóstico del doctor Carstens sea otra vez engañoso. Porque no se trata únicamente de un “shock financiero”. Desde hace meses estamos inmersos —aunque el gobierno haya pretendido engañarnos— en la más profunda recesión, en la parálisis productiva y en un decaimiento sistemático del empleo y los niveles de vida de cada vez más millones de miserables y pobres; con una clase media depauperada y sin esperanza. Ese ocultamiento de información ha sido no sólo un insulto a la inteligencia, sino acelerador de la propia y ahora incalculable crisis económica a la que enfrentamos tardíamente. Que tenía que haber sido la prioridad de este gobierno, en lugar de una cuestionable y desgastante guerra antinarco en la que ha consumido el quehacer público.
Peor todavía, la receta gubernamental para nuestros grandes males proviene otra vez del vademécum neoliberal: recortes presupuestarios, más impuestos y aumento de tarifas de servicios públicos; otra vez la contracción del mercado, la explosión social del desempleo y la carga de la crisis sobre el lomo de los causantes cautivos.
En el mismo foro del Senado en que hizo sus shockeantes anuncios el secretario de Hacienda estuvo también José Narro Robles. El rector de nuestra UNAM estableció una vez más la urgencia de un nuevo modelo económico que anteponga el interés de la gente. A lo que Carstens respondió que no es un asunto de doctrina.
No, señor secretario; lo que se plantea es modernizar la economía y salvar a la nación haciéndola más justa. Los doctrinarios son ustedes. Podrían haberle preguntado a mister Obama por qué está aumentando los impuestos a los ricos en apoyo a los pobres y a la reactivación económica, a riesgo de que lo empiecen a llamar socialista. Lo hubieran consultado ahora en Guadalajara. Ustedes que tan bien hablan inglés.