Washington .- El inmigrante mexicano Rodolfo Macías dijo hoy que continuará su lucha por una reforma migratoria integral en Estados Unidos luego de levantar una huelga de hambre que mantenía frente a la Casa Blanca.

"Yo no fui el que levantó la huelga de hambre, fue mi cuerpo el que la levantó", dijo Macías en una entrevista con Notimex, al indicar que el pasado 9 de febrero perdió el conocimiento y al despertar tenía suero administrado por vía intravenosa.
"Yo de hecho quería continuar, pero como persona razonable comprendí que mi cuerpo tiene un límite, no es como el de Superman", anotó un todavía debilitado Macías, afectado con una tos crónica y con gasas en los brazos.

Macías inició su huelga de hambre el Día de Acción de Gracias a fines de noviembre y contabilizó un total de 57 días sin probar alimentos, solamente tomaba agua. Por algunos días suspendió su protesta por las condiciones climáticas o por problemas de salud, como recién ocurrió.

Afirmó que ahora enfrenta una deuda de 20 mil dólares por la atención de emergencia que recibió en los centros hospitalarios, incluyendo pruebas de salud mental en el Hospital Santa Elizabeth, en Washington.

Además de los calambres, espasmos y otros problemas que debilitaron su salud, el inmigrante mexicano fue víctima de cinco asaltos en los casi tres meses que duró su protesta. Su celular recién fue restablecido luego de pagar una deuda atrasada de 70 dólares, según indicó.

"Se puede perder la batalla pero no la guerra. A veces estamos a punto de lograr los objetivos, pero si nos retiramos perdemos todo lo que conseguimos", manifestó Macías, quien actualmente vive y se alimenta en albergues de la ciudad.

Señaló que próximamente publicará su libro que planea titular "Gracias Dios por la reforma migratoria", que mostrará su esperanza de que este año el Congreso apruebe la legalización de millones de indocumentados.

Afirmó asimismo que planea contactar a líderes hispanos del Consejo Nacional de La Raza (NCLR) y la Liga de Ciudadanos Latinoamericanos Unidos (LULAC) así como a activistas comunitarios para participar en la marcha del 21 de marzo en Washington por una reforma migratoria.

Indicó que tiene una orden de deportación pendiente que emitió un juez en diciembre pasado porque no se presentó a la audiencia.

Macías contó que en 1988 también realizó una huelga de hambre por 37 días en Nueva York para protestar por el "fraude electoral" en las elecciones mexicanas.


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