VileTouch
Bovino de la familia
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- 16 Mar 2007
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- #1
Estoy con unos amigos en una sobremesa, me siento cansada, cruda y decaída por el reventón de ayer, que estuvo bastante intenso.
De pronto, alguien me ofrece una cuba, me niego porque la gastritis no me deja en paz. A los cinco minutos, me vuelven a ofrecer. Esta vez no es una cuba sino un Red Bull, lo cual me hace considerar la oferta.
Yo pienso, me tomo un Ranisen para la gastritis, un Advil para el dolor de cabeza y un Red Bull para el decaimiento tan espantoso que traigo.
Así que acepto y a la media hora pido otro Red Bull pero ahora con ginebra, total, ya me siento bien, es temprano, nomás me tomo éste y me voy.
Mi cuerpo empieza a reaccionar con la combinación, la acepta de maravilla y pido otro. ¿Qué tanto es tantito? Llevo tres ginebras y tres Red Bull y siento que no puedo parar. Tomo y tomo y no se me sube, me siento eufórica, muy platicadora, con muchas ganas de estar ahí con mis cuates, atacada de risa, con el deseo de que la fiesta no acabe nunca. Ya son las tres de la madrugada; una sobremesa de las cinco de la tarde se convirtió en pachanga completa. Para estas horas, después de 12 o más Red Bulls y media botella de ginebra, estoy girando en un tacón.
Con una taquicardia que no tiene madre y una angustia que no se me quita ni volviendo a nacer.
Decido irme. Cuando llego a mi casa, no puedo dormir, mi corazón late a destiempo. Me siento fatal. Me tomo dos pastillas para dormir y al fin, después de un largo rato, puedo conciliar el sueño.
Después de varias muertes asociadas con el consumo de las llamadas bebidas energéticas, que en realidad son estimulantes, estas delgadas latas levantaron sospechas. En Irlanda, un estudiante de 18 años jugador de básquetbol, muere de un infarto en el 2001, mientras juega un partido, tras haber bebido cuatro latas de Red Bull. El Gobierno Sueco también investiga la muerte de tres jóvenes consumidores que mezclaron estas bebidas con alcohol.
Escucho a Érika, de 24 años, que acepta darme su testimonio. Lo escribo con una serie de ensamientos mezclados. Por un lado, siento gratitud por su sinceridad, por otro lado me alarmo al darme cuenta de lo ignorantes que podemos ser los papás sobre lo que consumen nuestros hijos y, sobre todo, no dejo de cuestionarme cómo es que la Secretaría de Salud, permitió la comercialización de estas bebidas y cómo no exigió que en su envase tuviera la leyenda: "No combinarse con alcohol" como la tiene en Austria, su país de origen.
El consumo de estas bebidas estimulantes es cada vez más popular entre los jóvenes. El tema no sería como para preocuparse si tomaran una lata de vez en cuando. Lo que me sorprende es saber que el consumo puede variar entre las dos y las ¡13 latas! sólo en una reunión, noche de antro o fiesta y que casi siempre van acompañadas de alcohol.
¿Por qué te gusta tomar Red Bull o Boost? Les pregunto a unos 20 jóvenes.
- Yo la tomo porque, la verdad, el chupe se te sube menos y aguantas más.
- Si estoy cansada, nomás me tomo un Red Bull y me prendo.
- Mira, el efecto de varios Red Bulls o de Boost con vodka es como el de una cocaína fresa. Me cura la cruda.
- Porque está de moda y el vodka se ve muy bonito, ya sea amarillo un poco fosforescente o azul, depende...
Estas “bebidas funcionales”, como se conocen en la industria, se han convertido en parte del escenario de bares, centros nocturnos, antros supermercados. El precio varía entre 20 y 80 pesos, dependiendo de lugar.
Introducidas en el 2001, se promocionan con patrocinio de deportes de alto riesgo, fiestas rave y de paga. Varias marcas compiten por el mercado con nombres agresivos como Adrenaline Rush, Dark Dog, Piranha, Lipovitan B3, Sobe Rush, XTC y Blue Shot, cuyas etiquetas presentan anomalías que contravienen la legislación sanitaria.
Sus lemas publicitarios llevan mensajes implícitos que buscan reafirmarlos: Red Bull te da alas para volar, Feel the rush, Energía radical líquida. Es por eso que los estudiantes son el mercado ideal.
Tomando como muestra el reporte de un antro o bar con capacidad para 200 jóvenes en el DF, de jueves a sábado, el consumo de estas bebidas es de mil 700 latas al mes.
Los representantes de Red Bull dicen que la bebida te levanta porque tiene vitaminas, aminoácidos como la taurina, cafeína y azúcar.
Entonces, por qué países como Francia, Canadá, Noruega y Suecia tienen prohibida su venta? Las investigaciones muestran que cada uno de sus ingredientes, en módicas cantidades, no representa ningún riesgo; lo preocupante es la mezcla de todos en altas concentraciones como la efedrina y, además, el efecto se agrava al combinarlas con alcohol.
La cafeína y el alcohol tienen funciones antagónicas, es decir, uno te pone en un estado hipervigilante y eleva el metabolismo y el otro, relaja y entorpece la mente. Por lo que el efecto del alcohol consumido no es tan evidente, lo cual anima a los jóvenes a beber más sin contar que las dos sustancias son adictivas, crean tolerancia y alteran la mente.
De acuerdo a los expertos en Monte Fénix, clínica para el control de las adicciones, este tipo de bebidas, son disparadores que crean obsesión y compulsión para consumir otro tipo de drogas.
Más del 50 por ciento de sus pacientes consumieron estas bebidas.
¿Qué tanto es tantito?...
¿Qué sigue después del insomnio, la taquicardia y la ansiedad?
¿Por qué los padres de familia estamos tan poco informados?
¿Acaso las autoridades esperan que suceda una tragedia para actuar como hicieron en Suecia?
¿Tú que opinas?
De pronto, alguien me ofrece una cuba, me niego porque la gastritis no me deja en paz. A los cinco minutos, me vuelven a ofrecer. Esta vez no es una cuba sino un Red Bull, lo cual me hace considerar la oferta.
Yo pienso, me tomo un Ranisen para la gastritis, un Advil para el dolor de cabeza y un Red Bull para el decaimiento tan espantoso que traigo.
Así que acepto y a la media hora pido otro Red Bull pero ahora con ginebra, total, ya me siento bien, es temprano, nomás me tomo éste y me voy.
Mi cuerpo empieza a reaccionar con la combinación, la acepta de maravilla y pido otro. ¿Qué tanto es tantito? Llevo tres ginebras y tres Red Bull y siento que no puedo parar. Tomo y tomo y no se me sube, me siento eufórica, muy platicadora, con muchas ganas de estar ahí con mis cuates, atacada de risa, con el deseo de que la fiesta no acabe nunca. Ya son las tres de la madrugada; una sobremesa de las cinco de la tarde se convirtió en pachanga completa. Para estas horas, después de 12 o más Red Bulls y media botella de ginebra, estoy girando en un tacón.
Con una taquicardia que no tiene madre y una angustia que no se me quita ni volviendo a nacer.
Decido irme. Cuando llego a mi casa, no puedo dormir, mi corazón late a destiempo. Me siento fatal. Me tomo dos pastillas para dormir y al fin, después de un largo rato, puedo conciliar el sueño.
Después de varias muertes asociadas con el consumo de las llamadas bebidas energéticas, que en realidad son estimulantes, estas delgadas latas levantaron sospechas. En Irlanda, un estudiante de 18 años jugador de básquetbol, muere de un infarto en el 2001, mientras juega un partido, tras haber bebido cuatro latas de Red Bull. El Gobierno Sueco también investiga la muerte de tres jóvenes consumidores que mezclaron estas bebidas con alcohol.
Escucho a Érika, de 24 años, que acepta darme su testimonio. Lo escribo con una serie de ensamientos mezclados. Por un lado, siento gratitud por su sinceridad, por otro lado me alarmo al darme cuenta de lo ignorantes que podemos ser los papás sobre lo que consumen nuestros hijos y, sobre todo, no dejo de cuestionarme cómo es que la Secretaría de Salud, permitió la comercialización de estas bebidas y cómo no exigió que en su envase tuviera la leyenda: "No combinarse con alcohol" como la tiene en Austria, su país de origen.
El consumo de estas bebidas estimulantes es cada vez más popular entre los jóvenes. El tema no sería como para preocuparse si tomaran una lata de vez en cuando. Lo que me sorprende es saber que el consumo puede variar entre las dos y las ¡13 latas! sólo en una reunión, noche de antro o fiesta y que casi siempre van acompañadas de alcohol.
¿Por qué te gusta tomar Red Bull o Boost? Les pregunto a unos 20 jóvenes.
- Yo la tomo porque, la verdad, el chupe se te sube menos y aguantas más.
- Si estoy cansada, nomás me tomo un Red Bull y me prendo.
- Mira, el efecto de varios Red Bulls o de Boost con vodka es como el de una cocaína fresa. Me cura la cruda.
- Porque está de moda y el vodka se ve muy bonito, ya sea amarillo un poco fosforescente o azul, depende...
Estas “bebidas funcionales”, como se conocen en la industria, se han convertido en parte del escenario de bares, centros nocturnos, antros supermercados. El precio varía entre 20 y 80 pesos, dependiendo de lugar.
Introducidas en el 2001, se promocionan con patrocinio de deportes de alto riesgo, fiestas rave y de paga. Varias marcas compiten por el mercado con nombres agresivos como Adrenaline Rush, Dark Dog, Piranha, Lipovitan B3, Sobe Rush, XTC y Blue Shot, cuyas etiquetas presentan anomalías que contravienen la legislación sanitaria.
Sus lemas publicitarios llevan mensajes implícitos que buscan reafirmarlos: Red Bull te da alas para volar, Feel the rush, Energía radical líquida. Es por eso que los estudiantes son el mercado ideal.
Tomando como muestra el reporte de un antro o bar con capacidad para 200 jóvenes en el DF, de jueves a sábado, el consumo de estas bebidas es de mil 700 latas al mes.
Los representantes de Red Bull dicen que la bebida te levanta porque tiene vitaminas, aminoácidos como la taurina, cafeína y azúcar.
Entonces, por qué países como Francia, Canadá, Noruega y Suecia tienen prohibida su venta? Las investigaciones muestran que cada uno de sus ingredientes, en módicas cantidades, no representa ningún riesgo; lo preocupante es la mezcla de todos en altas concentraciones como la efedrina y, además, el efecto se agrava al combinarlas con alcohol.
La cafeína y el alcohol tienen funciones antagónicas, es decir, uno te pone en un estado hipervigilante y eleva el metabolismo y el otro, relaja y entorpece la mente. Por lo que el efecto del alcohol consumido no es tan evidente, lo cual anima a los jóvenes a beber más sin contar que las dos sustancias son adictivas, crean tolerancia y alteran la mente.
De acuerdo a los expertos en Monte Fénix, clínica para el control de las adicciones, este tipo de bebidas, son disparadores que crean obsesión y compulsión para consumir otro tipo de drogas.
Más del 50 por ciento de sus pacientes consumieron estas bebidas.
¿Qué tanto es tantito?...
¿Qué sigue después del insomnio, la taquicardia y la ansiedad?
¿Por qué los padres de familia estamos tan poco informados?
¿Acaso las autoridades esperan que suceda una tragedia para actuar como hicieron en Suecia?
¿Tú que opinas?