jarochilandio
Bovino de la familia
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Boris Leonardo Caro
Blog de Noticias
vie, 23 oct 2015
A los jóvenes sí les interesa la política, pero muchos rechazan el modo tradicional de hacerla (Pepe Delloro/T …
A los jóvenes les importa un bledo la política. Eso murmuran en los partidos y martillan algunos articulistas cuando, en cada elección, comprueban el bajo nivel de participación de adolescentes y veinteañeros. Cierto, sus padres y abuelos tampoco concurrían en masas a las urnas, pero la apatía se ha agudizado en los últimos años.
La famélica presencia juvenil en los comicios se extiende como una pandemia desde el Reino Unido hasta Argentina, y de ahí a México y hacia el norte, en Canadá. Ninguna región está a salvo. Sin embargo, buena parte de la muchachada que prefiere quedarse en casa a la hora del sufragio, se apasiona por otras causas el margen del sistema electoral: la lucha por los derechos sexuales, contra el cambio climático, el voluntariado en las comunidades pobres, la cooperación internacional…
¿Por qué los jóvenes no votan?
En palabras, a muchos políticos les interesa atraer el voto joven. En los hechos, los programas de los grandes partidos suelen ignorar las principales demandas de los menores de 30 años.
Cuando un candidato propone un crédito de impuestos para adquirir o renovar la vivienda, o una asignación para familias con hijos menores, o promete mejorar los servicios en las escuelas o hacer más eficaces los hospitales, o se pierde en las cifras de la macroeconomía… ¿a quién le habla? ¿Quiénes son los propietarios de viviendas? ¿Quiénes se preocupan por la administración escolar? Con frecuencia los mensajes de campaña apuntan al grupo poblacional más fiel a las urnas: los adultos y las personas de la tercera edad.
En los últimos años pocos políticos han despertado tanto entusiasmo juvenil como Barack Obama en su campaña de …
Por otra parte, la profesión política ha perdido prestigio entre los jóvenes. La corrupción, esa otra plaga sin fronteras, ha erosionado la credibilidad de los aparatos gubernamentales. Cuando un movimiento promete erradicar los manejos sucios en el Estado y luego cae en prácticas similares –como ha ocurrido con el Partido de los Trabajadores en Brasil—la esperanza de un cambio se desvanece.
Los enfrentamientos entre viejas castas partidistas que han dominado la escena durante décadas –priistas contra panistas, republicanos contra demócratas, liberales contra conservadores, radicales contra peronistas—engendran cinismo entre los votantes de menos edad. La alternancia en el poder de dos grandes partidos refuerza la indiferencia.
Finalmente, la escasez de figuras políticas con una visión inspiradora enfría el entusiasmo juvenil. Muchos electores terminan votando en contra de un presidente o un primer ministro desgastado por los años en el poder, en lugar de hacerlo por una propuesta nueva. El fervor juvenil que provocó Barack Obama en las elecciones de 2008, en las que recibió el apoyo del 66 por ciento de los electores menores de 30 años, clasifica como un fenómeno raro.
Sluts against Harper contribuyó a la derrota del primer ministro conservador Stephen Harper (Captura de pantal …
Un desnudo por un voto
Para despertar el interés de los jóvenes en las elecciones abundan las iniciativas, generadas por los gobiernos o la sociedad civil. Algunas sorprenden por su originalidad.
Una de estas singulares campañas transcurrió este año en las elecciones federales en Canadá. Un grupo de muchachas lanzó una página en la plataforma Tumblr y abrió un perfil en Instagram bajo el sugerente nombre de “Sluts against Harper”, lo que se traduciría como “Putas contra Harper”, en referencia a Stephen Harper, el primer ministro de ese país norteamericano.
Las atrevidas jóvenes prometieron enviar un desnudo –de un hombre, una mujer o un transexual—a quienes les hicieran llegar una prueba de que habían votado. Sin importar por quién, aunque si había sido contra el Partido Conservador, mejor.
En declaraciones a Motherboard, la creadora de la campaña, Jessica Simps (un seudónimo) dijo que querían comprometer a la gente de una manera más atractiva y convertir el término “sluts” en un arma contra el primer ministro. “Si hay algo que a Harper no le interesa son las mujeres y el cuerpo de las mujeres”, aseguró la artista, residente en Montreal.
El perfil en Instagram llegó a tener más de 11.000 seguidores. El 19 de octubre, el Partido Liberal, encabezado por un profesor de 43 años, Justin Trudeau, arrasó en las urnas y puso fin a casi 10 años de reinado conservador. “Lo hicimos”, se regocijaron las muchachas de “Sluts against Harper”.
¿Será que los jóvenes necesitan estímulos sexuales para votar? No. Jessica y sus amigas utilizaron las redes sociales de manera original –en comparación con los aburridos perfiles de los partidos—y tocaron un tema importante para los jóvenes: el cambio de un gobierno misógino, que trató de elevar el conservadurismo a rango de ideología oficial en un país tradicionalmente progresista como Canadá.
Fuente
Blog de Noticias
vie, 23 oct 2015

A los jóvenes sí les interesa la política, pero muchos rechazan el modo tradicional de hacerla (Pepe Delloro/T …
A los jóvenes les importa un bledo la política. Eso murmuran en los partidos y martillan algunos articulistas cuando, en cada elección, comprueban el bajo nivel de participación de adolescentes y veinteañeros. Cierto, sus padres y abuelos tampoco concurrían en masas a las urnas, pero la apatía se ha agudizado en los últimos años.
La famélica presencia juvenil en los comicios se extiende como una pandemia desde el Reino Unido hasta Argentina, y de ahí a México y hacia el norte, en Canadá. Ninguna región está a salvo. Sin embargo, buena parte de la muchachada que prefiere quedarse en casa a la hora del sufragio, se apasiona por otras causas el margen del sistema electoral: la lucha por los derechos sexuales, contra el cambio climático, el voluntariado en las comunidades pobres, la cooperación internacional…
¿Por qué los jóvenes no votan?
En palabras, a muchos políticos les interesa atraer el voto joven. En los hechos, los programas de los grandes partidos suelen ignorar las principales demandas de los menores de 30 años.
Cuando un candidato propone un crédito de impuestos para adquirir o renovar la vivienda, o una asignación para familias con hijos menores, o promete mejorar los servicios en las escuelas o hacer más eficaces los hospitales, o se pierde en las cifras de la macroeconomía… ¿a quién le habla? ¿Quiénes son los propietarios de viviendas? ¿Quiénes se preocupan por la administración escolar? Con frecuencia los mensajes de campaña apuntan al grupo poblacional más fiel a las urnas: los adultos y las personas de la tercera edad.

En los últimos años pocos políticos han despertado tanto entusiasmo juvenil como Barack Obama en su campaña de …
Por otra parte, la profesión política ha perdido prestigio entre los jóvenes. La corrupción, esa otra plaga sin fronteras, ha erosionado la credibilidad de los aparatos gubernamentales. Cuando un movimiento promete erradicar los manejos sucios en el Estado y luego cae en prácticas similares –como ha ocurrido con el Partido de los Trabajadores en Brasil—la esperanza de un cambio se desvanece.
Los enfrentamientos entre viejas castas partidistas que han dominado la escena durante décadas –priistas contra panistas, republicanos contra demócratas, liberales contra conservadores, radicales contra peronistas—engendran cinismo entre los votantes de menos edad. La alternancia en el poder de dos grandes partidos refuerza la indiferencia.
Finalmente, la escasez de figuras políticas con una visión inspiradora enfría el entusiasmo juvenil. Muchos electores terminan votando en contra de un presidente o un primer ministro desgastado por los años en el poder, en lugar de hacerlo por una propuesta nueva. El fervor juvenil que provocó Barack Obama en las elecciones de 2008, en las que recibió el apoyo del 66 por ciento de los electores menores de 30 años, clasifica como un fenómeno raro.

Sluts against Harper contribuyó a la derrota del primer ministro conservador Stephen Harper (Captura de pantal …
Un desnudo por un voto
Para despertar el interés de los jóvenes en las elecciones abundan las iniciativas, generadas por los gobiernos o la sociedad civil. Algunas sorprenden por su originalidad.
Una de estas singulares campañas transcurrió este año en las elecciones federales en Canadá. Un grupo de muchachas lanzó una página en la plataforma Tumblr y abrió un perfil en Instagram bajo el sugerente nombre de “Sluts against Harper”, lo que se traduciría como “Putas contra Harper”, en referencia a Stephen Harper, el primer ministro de ese país norteamericano.
Las atrevidas jóvenes prometieron enviar un desnudo –de un hombre, una mujer o un transexual—a quienes les hicieran llegar una prueba de que habían votado. Sin importar por quién, aunque si había sido contra el Partido Conservador, mejor.
En declaraciones a Motherboard, la creadora de la campaña, Jessica Simps (un seudónimo) dijo que querían comprometer a la gente de una manera más atractiva y convertir el término “sluts” en un arma contra el primer ministro. “Si hay algo que a Harper no le interesa son las mujeres y el cuerpo de las mujeres”, aseguró la artista, residente en Montreal.
El perfil en Instagram llegó a tener más de 11.000 seguidores. El 19 de octubre, el Partido Liberal, encabezado por un profesor de 43 años, Justin Trudeau, arrasó en las urnas y puso fin a casi 10 años de reinado conservador. “Lo hicimos”, se regocijaron las muchachas de “Sluts against Harper”.
¿Será que los jóvenes necesitan estímulos sexuales para votar? No. Jessica y sus amigas utilizaron las redes sociales de manera original –en comparación con los aburridos perfiles de los partidos—y tocaron un tema importante para los jóvenes: el cambio de un gobierno misógino, que trató de elevar el conservadurismo a rango de ideología oficial en un país tradicionalmente progresista como Canadá.
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