jarochilandio
Bovino de la familia
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Opinión: ¡Así no, señor Erdogan!
Bernd Riegert
dw.com
13.03.2017
El Gobierno turco ha provocado al máximo a sus "socios" europeos y ha interferido en la campaña electoral holandesa. Una respuesta clara y dura de la UE sería el único paso correcto, opina Bernd Riegert.
Hay que recordarlo una vez más: Turquía y los Países Bajos son miembros de una misma comunidad de valores llamada Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). Asimismo, Turquía está postulando para ser miembro de otra gran comunidad de valores: la Unión Europea (UE). Tanto la libertad de expresión como el respeto por los demás son de suma importancia para ambas comunidades. Y, con la manera grosera en la que se ha comportado el Gobierno turco este fin de semana, Ankara básicamente se ha autodescalificado para ser miembro de ellas.
Si Turquía no fuese tan geoestratégicamente importante en la alianza militar intergubernamental y tan urgentemente necesaria para la retención de refugiados y migrantes, muchos políticos europeos ya habrían mostrado la tarjeta roja a su instigador y nacionalista presidente Recep Tayyip Erdogan. Pero, a pesar de las atroces acusaciones a Alemania de emplear "métodos nazis" y de las amenazas de sanciones contra los Países Bajos, la UE sigue doblegada ante Turquía.
Las provocaciones de Ankara y la estrategia de trasladar la campaña electoral turca a las democracias liberales de Europa no fueron tema en la recién concluida cumbre de la UE en Bruselas. La UE tampoco ha amenazado con el posible retiro de sus ayudas a Turquía: cientos de millones de euros seguirán estando disponibles para ser desembolsados como "ayuda a la preadhesión", entre otras cosas para el desarrollo del Estado de derecho. Pareciera una sátira.
Una respuesta común, que hasta ahora solo ha sido propuesta por el canciller austríaco Christian Kern, no se ha materializado. La canciller alemana no ha pronunciado un claro 'no' a las maniobras electorales del Gobierno turco en su país. No obstante, su intento por rebajar así tensiones ha salido mal, y ese error seguirá haciéndose notar en el trascurso de las próximas semanas. El Gobierno turco no dejará de presionar hasta el referéndum constitucional del 16 de abril y seguirá tratando de enfrentar entre sí a los miembros de la UE.
Ahora mismo, los ministros turcos pueden presentarse en Francia; en Alemania, solo a veces; en Holanda, entretanto, han sido incluso señalados como "persona no grata". En Suecia, un contrato de alquiler para una sala de eventos ha sido anulado. Sin embargo, en Dinamarca, han invitado incluso al primer ministro turco. No es así como luce un frente unido. Y la UE, ciertamente, podría mostrar un frente unido.
La libertad de expresión tiene límites
El derecho a la libertad de expresión también aplica a extranjeros en la UE, pero no es un derecho absoluto. Las campañas electorales, las expresiones de odio y las reuniones que requieran permisos de aprobación no están cubiertos, como lo ha confirmado el Tribunal Constitucional Federal alemán.
Argumentar con el derecho internacional, como lo intentó ahora la ministra turca Fatma Betül Sayan Kaya, expulsada de Holanda, es absurdo. La Convención de Viena sobre misiones diplomáticas otorga derechos especiales al jefe de la legación, pero no a los miembros gubernamentales extranjeros. Si la seguridad pública se ve comprometida, el acceso a un consulado puede, por supuesto, ser denegado como en Róterdam. Y esto es lo mismo que ha hecho el Gobierno turco cuando selló la embajada holandesa en Ankara.
¿Quién saca provecho de esta indigna disputa entre Estados que en realidad son aliados? Erdogan, por un lado, seguirá afianzando la lealtad de sus seguidores. Ya un hombre en Estambul izó la bandera turca en el consulado holandés cantando "Dios es grande", lo que da alas a los críticos del islam, a los partidarios del ultraderechista holandés Geert Wilders, para alentar a los indecisos y recoger así más votos en las elecciones parlamentarias de este miércoles (15.03.2017). Mientras tanto, lo mismo los populistas de derecha de Wilders que el primer ministro liberal Mark Rutte intentan sacar provecho mostrando músculo en la disputa con Turquía.
Los turcos pagarán la factura al final
En este sentido, a corto plazo, tanto los contendientes electorales turcos como los holandeses van sacando provecho de la situación; pero, al final, son las empresas y la economía turca quienes pagarán la factura. El turismo se ha desvanecido aún más desde el golpe fallido y la radicalización de Erdogan. Ahora, los inversores esquivan Turquía. Los europeos opinan con sus pies: nadie quiere ser insultado, acusado de nazi, para después pasar unas vacaciones "relajadas" en Antalya, bajo estado de excepción. Y, con todo esto, no es difícil imaginar que la posibilidad de viajar sin visado a la UE se aleja cada vez más del alcance de los ciudadanos turcos.
El Gobierno de Turquía, que pisotea sistemáticamente la libertad de expresión en su país y que considera incluso a periodistas alemanes como terroristas, ha perdido efectivamente su derecho a la libertad de opinión en la UE. Imaginémonos por un momento que el político ultraderechista holandés Geert Wilders quisiera criticar, en un evento de campaña en Estambul, la política islamista del gobernante partido turco AKP. ¿Cómo reaccionaría entonces el Gobierno turco?
Fuente
Erdogan, en sus ambiciones por ser el DUEÑO de Turquía (bueno, desde el supuesto golpe de estado que él mismo organizó, para deshacerse de cuanto adversario había y hasta de quienes simplemente le caían mal, se autoproclamó DUEÑO de Turquía, pero ahora quiere OFICIALIZARLO en la Constitución de ese país) se da "baños de pureza" y se quiere presentar ante los fanáticos que le creen todas sus altisonancias como un SUPERLÍDER, capaz de "enfrentar" a medio mundo para que vean que él es SUPERMÁN. Y como la EU tuvo la ocurrencia de hacer un trato muy poco sano con él, para intentar evitar el tsunami de refugiados, pues ahora este lunático no quiere dejar pasar la oportunidad de hacer todo tipo de barbaridades, con la amenaza de SOLTAR a todos los refugiados que viven en la frontera Sur de Turquía, en condiciones deprimentes... ¡pagados por la UE! (porque a pesar de las malsonancias de Erdogan, esos campamentos se están financiando con dinero de la UE, que se le envían al dictador para afrontar todos los gastos; y es que Erdogan se atrevió hace poco, en uno de sus arranques de locura tan frecuentes, a declarar que... ¡LOS CAMPOS DE REFUGIADOS LOS ESTABA FINANCIANDO TURQUÍA!; claro... sigue su campaña por presentarse como el que va a salvar al mundo de la maldad de aquellos que desconfían de... su majestad Erdogan). El último párrafo de la nota es... ¡DE-MO-LE-DOR! Erdogan quiere ¡HACER CAMPAÑA POLÍTICA... EN EUROPA! Y de hecho, ha "amenazado" con interponer una denuncia... ante la Corte Internacional de Derechos Humanos, porque... ¡los gobiernos europeos han VIOLADO SUS DERECHOS HUMANOS al NO PERMITIRLE VIOLAR LAS CONSTITUCIONES EUROPEAS PARA PERMITIRLE HACER CAMPAÑA POLÍTICA EN PAÍSES AJENOS! Así de AFECTADO lo ha dejado la AMBICIÓN POR EL PODER. Y si le sueltan tantito la rienda a Heil Trump, pues mucho me temo que... bueno, se los dejo de tarea.
Bernd Riegert
dw.com
13.03.2017
El Gobierno turco ha provocado al máximo a sus "socios" europeos y ha interferido en la campaña electoral holandesa. Una respuesta clara y dura de la UE sería el único paso correcto, opina Bernd Riegert.

Hay que recordarlo una vez más: Turquía y los Países Bajos son miembros de una misma comunidad de valores llamada Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). Asimismo, Turquía está postulando para ser miembro de otra gran comunidad de valores: la Unión Europea (UE). Tanto la libertad de expresión como el respeto por los demás son de suma importancia para ambas comunidades. Y, con la manera grosera en la que se ha comportado el Gobierno turco este fin de semana, Ankara básicamente se ha autodescalificado para ser miembro de ellas.
Si Turquía no fuese tan geoestratégicamente importante en la alianza militar intergubernamental y tan urgentemente necesaria para la retención de refugiados y migrantes, muchos políticos europeos ya habrían mostrado la tarjeta roja a su instigador y nacionalista presidente Recep Tayyip Erdogan. Pero, a pesar de las atroces acusaciones a Alemania de emplear "métodos nazis" y de las amenazas de sanciones contra los Países Bajos, la UE sigue doblegada ante Turquía.
Las provocaciones de Ankara y la estrategia de trasladar la campaña electoral turca a las democracias liberales de Europa no fueron tema en la recién concluida cumbre de la UE en Bruselas. La UE tampoco ha amenazado con el posible retiro de sus ayudas a Turquía: cientos de millones de euros seguirán estando disponibles para ser desembolsados como "ayuda a la preadhesión", entre otras cosas para el desarrollo del Estado de derecho. Pareciera una sátira.
Una respuesta común, que hasta ahora solo ha sido propuesta por el canciller austríaco Christian Kern, no se ha materializado. La canciller alemana no ha pronunciado un claro 'no' a las maniobras electorales del Gobierno turco en su país. No obstante, su intento por rebajar así tensiones ha salido mal, y ese error seguirá haciéndose notar en el trascurso de las próximas semanas. El Gobierno turco no dejará de presionar hasta el referéndum constitucional del 16 de abril y seguirá tratando de enfrentar entre sí a los miembros de la UE.
Ahora mismo, los ministros turcos pueden presentarse en Francia; en Alemania, solo a veces; en Holanda, entretanto, han sido incluso señalados como "persona no grata". En Suecia, un contrato de alquiler para una sala de eventos ha sido anulado. Sin embargo, en Dinamarca, han invitado incluso al primer ministro turco. No es así como luce un frente unido. Y la UE, ciertamente, podría mostrar un frente unido.
La libertad de expresión tiene límites
El derecho a la libertad de expresión también aplica a extranjeros en la UE, pero no es un derecho absoluto. Las campañas electorales, las expresiones de odio y las reuniones que requieran permisos de aprobación no están cubiertos, como lo ha confirmado el Tribunal Constitucional Federal alemán.
Argumentar con el derecho internacional, como lo intentó ahora la ministra turca Fatma Betül Sayan Kaya, expulsada de Holanda, es absurdo. La Convención de Viena sobre misiones diplomáticas otorga derechos especiales al jefe de la legación, pero no a los miembros gubernamentales extranjeros. Si la seguridad pública se ve comprometida, el acceso a un consulado puede, por supuesto, ser denegado como en Róterdam. Y esto es lo mismo que ha hecho el Gobierno turco cuando selló la embajada holandesa en Ankara.
¿Quién saca provecho de esta indigna disputa entre Estados que en realidad son aliados? Erdogan, por un lado, seguirá afianzando la lealtad de sus seguidores. Ya un hombre en Estambul izó la bandera turca en el consulado holandés cantando "Dios es grande", lo que da alas a los críticos del islam, a los partidarios del ultraderechista holandés Geert Wilders, para alentar a los indecisos y recoger así más votos en las elecciones parlamentarias de este miércoles (15.03.2017). Mientras tanto, lo mismo los populistas de derecha de Wilders que el primer ministro liberal Mark Rutte intentan sacar provecho mostrando músculo en la disputa con Turquía.
Los turcos pagarán la factura al final
En este sentido, a corto plazo, tanto los contendientes electorales turcos como los holandeses van sacando provecho de la situación; pero, al final, son las empresas y la economía turca quienes pagarán la factura. El turismo se ha desvanecido aún más desde el golpe fallido y la radicalización de Erdogan. Ahora, los inversores esquivan Turquía. Los europeos opinan con sus pies: nadie quiere ser insultado, acusado de nazi, para después pasar unas vacaciones "relajadas" en Antalya, bajo estado de excepción. Y, con todo esto, no es difícil imaginar que la posibilidad de viajar sin visado a la UE se aleja cada vez más del alcance de los ciudadanos turcos.
El Gobierno de Turquía, que pisotea sistemáticamente la libertad de expresión en su país y que considera incluso a periodistas alemanes como terroristas, ha perdido efectivamente su derecho a la libertad de opinión en la UE. Imaginémonos por un momento que el político ultraderechista holandés Geert Wilders quisiera criticar, en un evento de campaña en Estambul, la política islamista del gobernante partido turco AKP. ¿Cómo reaccionaría entonces el Gobierno turco?
Fuente
Erdogan, en sus ambiciones por ser el DUEÑO de Turquía (bueno, desde el supuesto golpe de estado que él mismo organizó, para deshacerse de cuanto adversario había y hasta de quienes simplemente le caían mal, se autoproclamó DUEÑO de Turquía, pero ahora quiere OFICIALIZARLO en la Constitución de ese país) se da "baños de pureza" y se quiere presentar ante los fanáticos que le creen todas sus altisonancias como un SUPERLÍDER, capaz de "enfrentar" a medio mundo para que vean que él es SUPERMÁN. Y como la EU tuvo la ocurrencia de hacer un trato muy poco sano con él, para intentar evitar el tsunami de refugiados, pues ahora este lunático no quiere dejar pasar la oportunidad de hacer todo tipo de barbaridades, con la amenaza de SOLTAR a todos los refugiados que viven en la frontera Sur de Turquía, en condiciones deprimentes... ¡pagados por la UE! (porque a pesar de las malsonancias de Erdogan, esos campamentos se están financiando con dinero de la UE, que se le envían al dictador para afrontar todos los gastos; y es que Erdogan se atrevió hace poco, en uno de sus arranques de locura tan frecuentes, a declarar que... ¡LOS CAMPOS DE REFUGIADOS LOS ESTABA FINANCIANDO TURQUÍA!; claro... sigue su campaña por presentarse como el que va a salvar al mundo de la maldad de aquellos que desconfían de... su majestad Erdogan). El último párrafo de la nota es... ¡DE-MO-LE-DOR! Erdogan quiere ¡HACER CAMPAÑA POLÍTICA... EN EUROPA! Y de hecho, ha "amenazado" con interponer una denuncia... ante la Corte Internacional de Derechos Humanos, porque... ¡los gobiernos europeos han VIOLADO SUS DERECHOS HUMANOS al NO PERMITIRLE VIOLAR LAS CONSTITUCIONES EUROPEAS PARA PERMITIRLE HACER CAMPAÑA POLÍTICA EN PAÍSES AJENOS! Así de AFECTADO lo ha dejado la AMBICIÓN POR EL PODER. Y si le sueltan tantito la rienda a Heil Trump, pues mucho me temo que... bueno, se los dejo de tarea.