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Bovina de la luna
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- 3 Jul 2011
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- #1
Hola, les comparto el relato de una segunda vez para mi, es algo largo, gracias de antemano
"-Blanca..."
"-bonito nombre, muy adecuado a ti..."
Mentí al chico de ojos verdes que se había sentado a mi lado en el "Ruta" (metrobus)... Olía a "Hugo black", una fragancia muy conocida para mí... Llevaba una maleta de deporte algo grande y al parecer pesada, hacia lo imposible por mostrarse agradable, sin embargo en más de una ocasión le descubrí mirándome el escote, sabía qué intenciones tenía y me comportaba totalmente hermética... Yo no dejaba de mirar por la ventanilla, me sentía incómoda, la indumentaria que llevaba esa tarde no era la que suelo llevar habitualmente... ¿Cómo es que...? A si... Me lo pidieron, llevaba una minifalda de mezclilla, una blusa blanca holgada con un escote pronunciado, mi chamarra de piel café y sandalias de piel con acabados en pedrería, mi cabello, largo y rubio, sujeto en una larga "cola de caballo"... Llevaba mi bolsa de mano justo en los muslos, tratando de cubrir al menos un poco las piernas, "me voy a requemar mucho" Pensaba mientras mi acompañante buscaba el modo de sacarme el número de mi WhatsApp... -esta es mi parada, ¿Me das permiso?- le dije con una sonrisa en la cara, más de alegría por bajarme y no verlo nunca más que por educación...-... S-si, claro pero ¡Oye! ¿Y si te acompaño? ¿Tienes prisa?... Mi parada está a dos bases más, yo no tengo problema...- Me están esperando - señale a un hombre de mayor edad que permanecía de espaldas en la entrada del para bus, y me apresuré para salir, antes de que las puertas se cerrarán... -oye espera... Al menos ¿puedo tener tu "whats"?- suplico Aaron, creo que así se llamaba... Saque un lapicero de mi bolsa y le escribí un número en la palma de la mano, en realidad era el número de una compañera de mi ex trabajo que me caía mal y le sonreí, Aaron me regreso la sonrisa, triunfante, como si hubiese ganado la lotería y me hizo un gesto con la mano... "Ya te llamo" me pareció entender, salí a tiempo del troncal antes de que cerrara la puerta y me dispuse a caminar... Pase al lado de la persona que había señalado y lo salude asintiendo con la cabeza, cruce con cuidado la vía del metrobus y me encaminé a mi destino... Por fortuna, no tenía que caminar más de unas cuadras, me sentía extraña, veía a la gente y sentía como si la mayoría supiera lo que estaba a punto de hacer... Mi pequeña estatura se contoneaba apresuradamente por las calles de ese transitado fraccionamiento ... Creía reconocer un rostro familiar en cada persona que se cruzaba en mi camino... Cielos, que nervios... Y morbo... Mire a todos lados y cuando me sentí segura, saque el celular, abrí "Google maps" y rebusque nuevamente la dirección... La encontré... Justo como aparecía en la foto de la app... Una casa duplex, con un bello portón metálico de color ocre, piso de mosaico café con un arbusto en forma de pato, una bella casa de dos pisos de color crema, consulte mi reloj... 13:33, tres minutos de retraso, pensé mientras sacaba la lengua y cerraba un ojo, vacilante, acerque mi dedito índice al timbre de la casa y toque... En menos de un minuto, de la ventana del segundo piso, apareció... Sonriente, con esa mirada que me dijo "¡Gracias por venir!, te voy a comer toda!", solo se asomaba su cabeza, el resto de su cuerpo estaba cubierto con una cortina color salmón, extendió su brazo y me arrojó las llaves de su casa... Para mí suerte, no las atrape y cayeron al suelo... Rayos... No quería agacharme... No con una minifalda y en medio de la calle... Como pude las recogí y me apresuré a abrir esa reja con torpes movimientos…
Mis pasos resonaban en la loseta de camino a la puerta principal, me maraville con su pequeño jardín a un lado del espacio de estacionamiento, llegue a su puerta, una linda puerta de metal con vidrios opacos, cogi la segunda llave del manojo de llaveros que me había arrojado y la puerta abrió suavemente, el interior de su casa parecía darme la bienvenida, olía a pino, el mosaico de su sala, de color blanco, lucia pulcro, pensé que se había esmerado mucho en la limpieza de su hogar, todo era acogedor, la sala, un conjunto de tres piezas de tipo minimalista con descansabrazos de madera, una pantalla de unas 48”, floreros y jarrones en las esquinas de la estancia, cuadros de igual índole mínimalista colgados en las paredes, había un cuadro que reconocí de inmediato: “noche estrellada” de Vicent Van Gogh, también habían retratos familiares, la foto de ella con su pequeño Isaac, y encima de un estante, en un cuadro de madera, había una foto de Isaac, con su padre, el ex marido de Kiria, quien en ese momento irrumpió mis pensamientos con un grito desde la planta de arriba….
-¡YA BAJO BEBA, SÍRVETE UN VASO DE REFRESCO O DE AGUA! LO QUE QUIERAS HAY EN LA NEVERA… - Debía de estar aún arreglándose, pensé, es por ello que me había aventado las llaves cubriéndose con la cortina, le hice caso, me quite la chaqueta y la coloque en uno de los sillones, fui a la cocina y me serví un poco de agua de Jamaica que había en el refrigerador, la verdad estaba deliciosa, me senté en uno de los sillones de la sala mientras la voz de “Iskander” sonaba en el estéreo con “me siento ilógico”... No pude más que arquear las cejas, después de pasar todo el día escuchando esa canción en los parlantes de la tienda donde trabajamos, tenía que escucharla en su casa, ahogué una risa y en ese momento todo se me apagó… Algo cubría mis ojos, cuando lleve mis manos al rostro alguien me tomó de una de mis muñecas y colocó algo duro y metálico alrededor de ella, por inercia alargue el otro brazo para lograr coger el rostro de quien quería someterme, sin embargo recibió el mismo tratamiento, le colocaron la misma argolla metálica, grite de sorpresa y en ese momento me introdujeron algo a la boca, un trozo de tela, tenía un sabor ocre y salado, antes de escupirlo, cubrieron mi boca con cinta, quise mover los brazos, pero algo me lo impidió, sentí un fuerte jalón hacia mi derecha y luego hacia la izquierda… Atiné a pensar en mi situación, me habían esposado al sillón, esas argollas eran un par de esposas, me habían inmovilizado… Empecé a aventar patadas a diestra y siniestra, no se las iba a poner fácil, sin embargo una dulce voz finalmente me calmo…
-Ssshhhtttt… Tranquila beba… Bienvenida… - era ella, Kiria…
-¡Mmmmrrrrrwwww! - resople yo con molestia… ¿como no pude percibir su rico aroma? Entonces pensé… “espera… lo que tengo en la boca… ¿Es su…?... Tanga…” ¡Hasta por el sabor pude intuirlo!
Sus manos se posaron en mis muslos y subieron mi míni hasta la cadera, con suavidad separo mis piernas y me dio un casto beso en la frente…
-Espérame - me dijo y sentí como se alejó… Me tenia expuesta, mostrando aquella tanga de color blanco que me puse para ella, pasaron unos minutos y solo escuchaba a “cold Play” sonando en el estéreo, mi oído se agudizó un poco y pude escuchar un sonido familiar… “Beep- Beep”... Luego, otro, “beep-beep”... ¡La muy cabrona me estaba tomando fotos! Me arremoline en mi asiento con fuerza, tratando con mis movimientos bajar mi falda, molesta… Segundos después la sentí al lado mio y tranquilizandome al oído
-calma beba te vas a lastimar, tu misma vas a borrarlas ¿ok? - yo solo bufé en respuesta. Sentí su respiración en mi cuello, sus labios, lentamente subió hasta mi oído y mordió mi lóbulo izquierdo, gemi, esa sensación era muy agradable.
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"-Blanca..."
"-bonito nombre, muy adecuado a ti..."
Mentí al chico de ojos verdes que se había sentado a mi lado en el "Ruta" (metrobus)... Olía a "Hugo black", una fragancia muy conocida para mí... Llevaba una maleta de deporte algo grande y al parecer pesada, hacia lo imposible por mostrarse agradable, sin embargo en más de una ocasión le descubrí mirándome el escote, sabía qué intenciones tenía y me comportaba totalmente hermética... Yo no dejaba de mirar por la ventanilla, me sentía incómoda, la indumentaria que llevaba esa tarde no era la que suelo llevar habitualmente... ¿Cómo es que...? A si... Me lo pidieron, llevaba una minifalda de mezclilla, una blusa blanca holgada con un escote pronunciado, mi chamarra de piel café y sandalias de piel con acabados en pedrería, mi cabello, largo y rubio, sujeto en una larga "cola de caballo"... Llevaba mi bolsa de mano justo en los muslos, tratando de cubrir al menos un poco las piernas, "me voy a requemar mucho" Pensaba mientras mi acompañante buscaba el modo de sacarme el número de mi WhatsApp... -esta es mi parada, ¿Me das permiso?- le dije con una sonrisa en la cara, más de alegría por bajarme y no verlo nunca más que por educación...-... S-si, claro pero ¡Oye! ¿Y si te acompaño? ¿Tienes prisa?... Mi parada está a dos bases más, yo no tengo problema...- Me están esperando - señale a un hombre de mayor edad que permanecía de espaldas en la entrada del para bus, y me apresuré para salir, antes de que las puertas se cerrarán... -oye espera... Al menos ¿puedo tener tu "whats"?- suplico Aaron, creo que así se llamaba... Saque un lapicero de mi bolsa y le escribí un número en la palma de la mano, en realidad era el número de una compañera de mi ex trabajo que me caía mal y le sonreí, Aaron me regreso la sonrisa, triunfante, como si hubiese ganado la lotería y me hizo un gesto con la mano... "Ya te llamo" me pareció entender, salí a tiempo del troncal antes de que cerrara la puerta y me dispuse a caminar... Pase al lado de la persona que había señalado y lo salude asintiendo con la cabeza, cruce con cuidado la vía del metrobus y me encaminé a mi destino... Por fortuna, no tenía que caminar más de unas cuadras, me sentía extraña, veía a la gente y sentía como si la mayoría supiera lo que estaba a punto de hacer... Mi pequeña estatura se contoneaba apresuradamente por las calles de ese transitado fraccionamiento ... Creía reconocer un rostro familiar en cada persona que se cruzaba en mi camino... Cielos, que nervios... Y morbo... Mire a todos lados y cuando me sentí segura, saque el celular, abrí "Google maps" y rebusque nuevamente la dirección... La encontré... Justo como aparecía en la foto de la app... Una casa duplex, con un bello portón metálico de color ocre, piso de mosaico café con un arbusto en forma de pato, una bella casa de dos pisos de color crema, consulte mi reloj... 13:33, tres minutos de retraso, pensé mientras sacaba la lengua y cerraba un ojo, vacilante, acerque mi dedito índice al timbre de la casa y toque... En menos de un minuto, de la ventana del segundo piso, apareció... Sonriente, con esa mirada que me dijo "¡Gracias por venir!, te voy a comer toda!", solo se asomaba su cabeza, el resto de su cuerpo estaba cubierto con una cortina color salmón, extendió su brazo y me arrojó las llaves de su casa... Para mí suerte, no las atrape y cayeron al suelo... Rayos... No quería agacharme... No con una minifalda y en medio de la calle... Como pude las recogí y me apresuré a abrir esa reja con torpes movimientos…
Mis pasos resonaban en la loseta de camino a la puerta principal, me maraville con su pequeño jardín a un lado del espacio de estacionamiento, llegue a su puerta, una linda puerta de metal con vidrios opacos, cogi la segunda llave del manojo de llaveros que me había arrojado y la puerta abrió suavemente, el interior de su casa parecía darme la bienvenida, olía a pino, el mosaico de su sala, de color blanco, lucia pulcro, pensé que se había esmerado mucho en la limpieza de su hogar, todo era acogedor, la sala, un conjunto de tres piezas de tipo minimalista con descansabrazos de madera, una pantalla de unas 48”, floreros y jarrones en las esquinas de la estancia, cuadros de igual índole mínimalista colgados en las paredes, había un cuadro que reconocí de inmediato: “noche estrellada” de Vicent Van Gogh, también habían retratos familiares, la foto de ella con su pequeño Isaac, y encima de un estante, en un cuadro de madera, había una foto de Isaac, con su padre, el ex marido de Kiria, quien en ese momento irrumpió mis pensamientos con un grito desde la planta de arriba….
-¡YA BAJO BEBA, SÍRVETE UN VASO DE REFRESCO O DE AGUA! LO QUE QUIERAS HAY EN LA NEVERA… - Debía de estar aún arreglándose, pensé, es por ello que me había aventado las llaves cubriéndose con la cortina, le hice caso, me quite la chaqueta y la coloque en uno de los sillones, fui a la cocina y me serví un poco de agua de Jamaica que había en el refrigerador, la verdad estaba deliciosa, me senté en uno de los sillones de la sala mientras la voz de “Iskander” sonaba en el estéreo con “me siento ilógico”... No pude más que arquear las cejas, después de pasar todo el día escuchando esa canción en los parlantes de la tienda donde trabajamos, tenía que escucharla en su casa, ahogué una risa y en ese momento todo se me apagó… Algo cubría mis ojos, cuando lleve mis manos al rostro alguien me tomó de una de mis muñecas y colocó algo duro y metálico alrededor de ella, por inercia alargue el otro brazo para lograr coger el rostro de quien quería someterme, sin embargo recibió el mismo tratamiento, le colocaron la misma argolla metálica, grite de sorpresa y en ese momento me introdujeron algo a la boca, un trozo de tela, tenía un sabor ocre y salado, antes de escupirlo, cubrieron mi boca con cinta, quise mover los brazos, pero algo me lo impidió, sentí un fuerte jalón hacia mi derecha y luego hacia la izquierda… Atiné a pensar en mi situación, me habían esposado al sillón, esas argollas eran un par de esposas, me habían inmovilizado… Empecé a aventar patadas a diestra y siniestra, no se las iba a poner fácil, sin embargo una dulce voz finalmente me calmo…
-Ssshhhtttt… Tranquila beba… Bienvenida… - era ella, Kiria…
-¡Mmmmrrrrrwwww! - resople yo con molestia… ¿como no pude percibir su rico aroma? Entonces pensé… “espera… lo que tengo en la boca… ¿Es su…?... Tanga…” ¡Hasta por el sabor pude intuirlo!
Sus manos se posaron en mis muslos y subieron mi míni hasta la cadera, con suavidad separo mis piernas y me dio un casto beso en la frente…
-Espérame - me dijo y sentí como se alejó… Me tenia expuesta, mostrando aquella tanga de color blanco que me puse para ella, pasaron unos minutos y solo escuchaba a “cold Play” sonando en el estéreo, mi oído se agudizó un poco y pude escuchar un sonido familiar… “Beep- Beep”... Luego, otro, “beep-beep”... ¡La muy cabrona me estaba tomando fotos! Me arremoline en mi asiento con fuerza, tratando con mis movimientos bajar mi falda, molesta… Segundos después la sentí al lado mio y tranquilizandome al oído
-calma beba te vas a lastimar, tu misma vas a borrarlas ¿ok? - yo solo bufé en respuesta. Sentí su respiración en mi cuello, sus labios, lentamente subió hasta mi oído y mordió mi lóbulo izquierdo, gemi, esa sensación era muy agradable.
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