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Por segunda vez (algo largo)

imlea

Bovina de la luna
Desde
3 Jul 2011
Mensajes
7.461
Hola, les comparto el relato de una segunda vez para mi, es algo largo, gracias de antemano

"-Blanca..."
"-bonito nombre, muy adecuado a ti..."
Mentí al chico de ojos verdes que se había sentado a mi lado en el "Ruta" (metrobus)... Olía a "Hugo black", una fragancia muy conocida para mí... Llevaba una maleta de deporte algo grande y al parecer pesada, hacia lo imposible por mostrarse agradable, sin embargo en más de una ocasión le descubrí mirándome el escote, sabía qué intenciones tenía y me comportaba totalmente hermética... Yo no dejaba de mirar por la ventanilla, me sentía incómoda, la indumentaria que llevaba esa tarde no era la que suelo llevar habitualmente... ¿Cómo es que...? A si... Me lo pidieron, llevaba una minifalda de mezclilla, una blusa blanca holgada con un escote pronunciado, mi chamarra de piel café y sandalias de piel con acabados en pedrería, mi cabello, largo y rubio, sujeto en una larga "cola de caballo"... Llevaba mi bolsa de mano justo en los muslos, tratando de cubrir al menos un poco las piernas, "me voy a requemar mucho" Pensaba mientras mi acompañante buscaba el modo de sacarme el número de mi WhatsApp... -esta es mi parada, ¿Me das permiso?- le dije con una sonrisa en la cara, más de alegría por bajarme y no verlo nunca más que por educación...-... S-si, claro pero ¡Oye! ¿Y si te acompaño? ¿Tienes prisa?... Mi parada está a dos bases más, yo no tengo problema...- Me están esperando - señale a un hombre de mayor edad que permanecía de espaldas en la entrada del para bus, y me apresuré para salir, antes de que las puertas se cerrarán... -oye espera... Al menos ¿puedo tener tu "whats"?- suplico Aaron, creo que así se llamaba... Saque un lapicero de mi bolsa y le escribí un número en la palma de la mano, en realidad era el número de una compañera de mi ex trabajo que me caía mal y le sonreí, Aaron me regreso la sonrisa, triunfante, como si hubiese ganado la lotería y me hizo un gesto con la mano... "Ya te llamo" me pareció entender, salí a tiempo del troncal antes de que cerrara la puerta y me dispuse a caminar... Pase al lado de la persona que había señalado y lo salude asintiendo con la cabeza, cruce con cuidado la vía del metrobus y me encaminé a mi destino... Por fortuna, no tenía que caminar más de unas cuadras, me sentía extraña, veía a la gente y sentía como si la mayoría supiera lo que estaba a punto de hacer... Mi pequeña estatura se contoneaba apresuradamente por las calles de ese transitado fraccionamiento ... Creía reconocer un rostro familiar en cada persona que se cruzaba en mi camino... Cielos, que nervios... Y morbo... Mire a todos lados y cuando me sentí segura, saque el celular, abrí "Google maps" y rebusque nuevamente la dirección... La encontré... Justo como aparecía en la foto de la app... Una casa duplex, con un bello portón metálico de color ocre, piso de mosaico café con un arbusto en forma de pato, una bella casa de dos pisos de color crema, consulte mi reloj... 13:33, tres minutos de retraso, pensé mientras sacaba la lengua y cerraba un ojo, vacilante, acerque mi dedito índice al timbre de la casa y toque... En menos de un minuto, de la ventana del segundo piso, apareció... Sonriente, con esa mirada que me dijo "¡Gracias por venir!, te voy a comer toda!", solo se asomaba su cabeza, el resto de su cuerpo estaba cubierto con una cortina color salmón, extendió su brazo y me arrojó las llaves de su casa... Para mí suerte, no las atrape y cayeron al suelo... Rayos... No quería agacharme... No con una minifalda y en medio de la calle... Como pude las recogí y me apresuré a abrir esa reja con torpes movimientos…

Mis pasos resonaban en la loseta de camino a la puerta principal, me maraville con su pequeño jardín a un lado del espacio de estacionamiento, llegue a su puerta, una linda puerta de metal con vidrios opacos, cogi la segunda llave del manojo de llaveros que me había arrojado y la puerta abrió suavemente, el interior de su casa parecía darme la bienvenida, olía a pino, el mosaico de su sala, de color blanco, lucia pulcro, pensé que se había esmerado mucho en la limpieza de su hogar, todo era acogedor, la sala, un conjunto de tres piezas de tipo minimalista con descansabrazos de madera, una pantalla de unas 48”, floreros y jarrones en las esquinas de la estancia, cuadros de igual índole mínimalista colgados en las paredes, había un cuadro que reconocí de inmediato: “noche estrellada” de Vicent Van Gogh, también habían retratos familiares, la foto de ella con su pequeño Isaac, y encima de un estante, en un cuadro de madera, había una foto de Isaac, con su padre, el ex marido de Kiria, quien en ese momento irrumpió mis pensamientos con un grito desde la planta de arriba….
-¡YA BAJO BEBA, SÍRVETE UN VASO DE REFRESCO O DE AGUA! LO QUE QUIERAS HAY EN LA NEVERA… - Debía de estar aún arreglándose, pensé, es por ello que me había aventado las llaves cubriéndose con la cortina, le hice caso, me quite la chaqueta y la coloque en uno de los sillones, fui a la cocina y me serví un poco de agua de Jamaica que había en el refrigerador, la verdad estaba deliciosa, me senté en uno de los sillones de la sala mientras la voz de “Iskander” sonaba en el estéreo con “me siento ilógico”... No pude más que arquear las cejas, después de pasar todo el día escuchando esa canción en los parlantes de la tienda donde trabajamos, tenía que escucharla en su casa, ahogué una risa y en ese momento todo se me apagó… Algo cubría mis ojos, cuando lleve mis manos al rostro alguien me tomó de una de mis muñecas y colocó algo duro y metálico alrededor de ella, por inercia alargue el otro brazo para lograr coger el rostro de quien quería someterme, sin embargo recibió el mismo tratamiento, le colocaron la misma argolla metálica, grite de sorpresa y en ese momento me introdujeron algo a la boca, un trozo de tela, tenía un sabor ocre y salado, antes de escupirlo, cubrieron mi boca con cinta, quise mover los brazos, pero algo me lo impidió, sentí un fuerte jalón hacia mi derecha y luego hacia la izquierda… Atiné a pensar en mi situación, me habían esposado al sillón, esas argollas eran un par de esposas, me habían inmovilizado… Empecé a aventar patadas a diestra y siniestra, no se las iba a poner fácil, sin embargo una dulce voz finalmente me calmo…
-Ssshhhtttt… Tranquila beba… Bienvenida… - era ella, Kiria…
-¡Mmmmrrrrrwwww! - resople yo con molestia… ¿como no pude percibir su rico aroma? Entonces pensé… “espera… lo que tengo en la boca… ¿Es su…?... Tanga…” ¡Hasta por el sabor pude intuirlo!
Sus manos se posaron en mis muslos y subieron mi míni hasta la cadera, con suavidad separo mis piernas y me dio un casto beso en la frente…
-Espérame - me dijo y sentí como se alejó… Me tenia expuesta, mostrando aquella tanga de color blanco que me puse para ella, pasaron unos minutos y solo escuchaba a “cold Play” sonando en el estéreo, mi oído se agudizó un poco y pude escuchar un sonido familiar… “Beep- Beep”... Luego, otro, “beep-beep”... ¡La muy cabrona me estaba tomando fotos! Me arremoline en mi asiento con fuerza, tratando con mis movimientos bajar mi falda, molesta… Segundos después la sentí al lado mio y tranquilizandome al oído
-calma beba te vas a lastimar, tu misma vas a borrarlas ¿ok? - yo solo bufé en respuesta. Sentí su respiración en mi cuello, sus labios, lentamente subió hasta mi oído y mordió mi lóbulo izquierdo, gemi, esa sensación era muy agradable
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Continúa abajo
 
-Espero que hayas traído una blusa que ya no uses mucho como te pedí, nena- me dijo suavemente en el oído, yo Atiné a asentir, llevo sus manos a mis senos y los apretó sobre la tela de mi ropa, los masajeo con firmeza, con las palma los juntaba hacia el centro de mi pecho y los acariciaba con movimientos circulares, se sentía delicioso.
-No vayas a moverte. - me ordenó, sentí una presión en mi blusa seguido de un ruido metálico, acto seguido sentí sus manos en el cuello de la misma… Y la rasgó… Se volvió a escuchar dos cortes más pero estas en las mangas y también las arrancó, me quede en sujetador, un sujetador blanco, que a duras penas contenía mis pechos, este tenía el broche en frente, el cual sin más preámbulo, mi amante desabrocho con avidez, mis dos senos rebotaron al sentirse liberados, mis pezones ya estaban erectos y sensitivos en ese momento…
-Oh beba… No sabes cuanto añore volver a ver tus tetas como las tengo ahora… - me dijo con un suspiro, sentí su lengua recorriendo cada uno de ellos, en medio de ellos, sus manos jugueteando con mis pechos desnudos, sentí sus dientes en mis rosados pezones, sus labios succionando esos botoncitos… sentía como mi entrepierna se iba humedeciendo, de nuevo se aparto después de unos minutos… volví a escuchar dos “beeps” más… más fotos… Yo gruñi en desaprobación… poco después, sentí un instrumento metálico en el costado derecho de mi tanga, eran las tijeras, corto ese costado e hizo lo mismo con el otro, sentí como jalo mi ropa íntima despojandome de ella… Tarde unos minutos para volver a sentir movimientos suyos, era obvio que había llevado mi prenda íntima a su nariz y las había repasado
-hueles divino mi amor-... SI…Las olio, sentí su respiración en mi vulva, depilada para ella, volví a sentir su lengua, pero esta vez, en medio de mis labios vaginales, gemi, con la punta de la lengua, encontró la entrada de mi paraíso y se entretuvo allí, hasta subir y darle un tratamiento especial a mi clitoris, mi respiración ya era agitada y mis piernas parecían tener vida propia, era delicioso, de mi vagina salían chorros de mi líquido íntimo que Kiria recogía gustosa con la lengua, increíble pero así, me hizo tener el primer orgasmo de la tarde…
-Gracias, beba. - espetó y la sentí levantarse. - Dame otro.
La escuche caminar, por el ruido de sus pies pude imaginar que iba descalza, momentos después sentí su mano en mi mejilla izquierda y casi al mismo tiempo, sus labios en los míos, su lengua jugueteaba con la mía, nuestras bocas chasqueaban y se fundian , terminó el beso con otro más inocente en mis labios.
-Separa más tus piernas, beba ¿si? - me pidió y yo obedecí, sentí como me quitaba las sandalias y después me pidió que subiera los pies al sillón, con las piernas abiertas y las rodillas flexionadas, dejando mi “cosita” preparada para ella.
-Dame otro orgasmo - me dijo, acto seguido y con un movimiento firme y certero, me penetro con algo… Yo ahogue un grito, sentía aquel objeto falico dentro de mis entrañas, era largo, grueso y duro, me embistió unas cinco veces antes de hacerlo vibrar… me dejaba claro que me había penetrado con un consolador, el movimiento de vibración junto con el vaivén de sus arremetidas provocaban una sensación deliciosa en mi interior, mi vagina chasqueaba con la humedad y la fricción del artefacto. Mis gemidos se acentuaban lo que parecía excitar aún más a mi compañera que, desinhibida cuál era me decía palabras en un tono tierno y meloso…
-Así mi bebita… ¿Te esta gustando mucho amor?, así, así, dámelo güerita, mi niña, te lo voy a meter más rápido princesa, prepárate….
Dicho esto, aumento la velocidad de sus movimientos, arrancando el intento de un grito que murió en mi garganta gracias a mi mordaza, después de unos minutos, otro shock eléctrico recorrió de mi médula espinal a mi pubis en fracción de segundos… Mi espalda se arqueo lo que pudo, y mi cuerpo entero se entregó de nueva cuenta a un orgasmo apabullante…

Kiria metió su instrumento tres veces más antes de sacarlo de mi interior y la sentí desvanecerse de mi alcance, para después escuchar un tintineo seguido de un ruido metálico, la presión ejercida en mi muñeca derecha cedió, después, la izquierda, me había liberado… Me deje caer a mi lado derecho, agotada, pude descubrir mis ojos de aquello que había usado para taparlos, una bufanda negra, despacio me quite la mordaza de la boca y extraje su tanga mojada respirando con más libertad…
-E...estás loca… - le dije entre gimoteos, un poco más recuperada pude verla mejor… solo usaba un brasier negro y no llevaba nada en la parte de abajo, cogí su tanga para verla mejor, una delicada prenda negra de finos acabados en encaje, con las fuerzas que pude se la arroje y ella la atrapó con la palma abierta, apenas y ocultando su sonrisa.
-Si, beba, estoy loca, llevaba días planeando esto, desde que me dijiste de hecho… Pero no es justo que tu ya te hayas corrido y yo no… ¡Es mi turno, nena! - me dijo con un mohín acercándose a mí, me tendió ambas manos y me ayudó a ponerme de pie, me llevó a su habitación con una sonrisa cargada de lujuria, su cuarto era muy bello, un ropero de grandes espejos de cuerpo entero, el piso era de duela, tenía un rico aroma a canela, incienso atine a comprobar, la cama, matrimonial, con cobertores blancos y marcas negras, un gusto exquisito para mí, en la cual, sutilmente me recostó, acabo por quitarme la falta que aun llevaba enredada en la cintura, me despojo del sostén que colgaba en mi pecho y acto seguido, me arranco un beso cargado de deseo, mordía suavemente mi labio inferior mientras sus manos guiaban a las mías a sus pechos, aun cubiertos con ese sostén negro, yo metí mis dedos por debajo de el y con dos dedos me aferre a sus pezones, tiesos de la exitacion, por respuesta, ella empezó a gemir en mi boca, hice por completo hacia arriba su brasier y deje expuesto ese par de pechos blancos coronados por un par de lindos y pequeños pezones morenitos, con delicadeza, se subió encima de mi y yo la recibí con las piernas abiertas, sentí el contacto de su delicado pubis friccionando con el mío, la sentía caliente y muy mojado, ambas dejamos escapar gemidos de satisfacción… Así nos quedamos unos minutos, labios con labios y vagina con vagina, decidí dar otro servicio y me toco a mi recostarla en la cama, la bese una vez más y le dedique la más pícara de mis sonrisas, antes de bajar al sur de su anatomía y hundir mi lengua en su sexo… Estaba muy húmedo y tenía un sabor delicioso, sus gemidos no se dejaron esperar, le di un tratamiento oral a su clítoris lo mejor que pude, sus manos se aferraron a mi cabeza, no tardo mucho en arquear su espalda y derramarse en mi cara, resollando, me acerque a su cara y con mis dedos descubrí su rostro, que había sido cubierto por un mechón de cabello, se le veía sonrojada, su respiración era aún agitada y una sonrisa adornaba su sensual cara, entre abrió los ojos y me dirigió una mirada dulce.

Continúa
 
-Esa… Es mi chica- me dijo y yo sentí orgullo de mi proeza. En cuanto pudo incorporarse, me tomo de los hombros y me deposito en la cama, hizo de lado mi cadera y se acomodo en medio de mis piernas… Atine a reconocer la posición que estaba adoptando en base a un video que antes me había enseñado…-Creo que te acuerdas ¿verdad? - me pregunto, yo asentí con la cabeza y me mordi los labios… Una palabra cruzo fugazmente por mi mente: tijeras… Acto seguido empezó a moverse entre mis muslos…
El contacto en esa posición de nuestros sexos proporcionaba un goce inescrutable, la sensación era nueva y placentera, mordi mis labios tratando de acallar mis gemidos, sus movimientos eran cada vez más rítmicos y veloces, ella no hacía nada por callar sus gritos, se escuchaba el chasquido de nuestras vulvas, sin darme cuenta, mis caderas se movían por si solas, en busca del contacto con la intimidad de mi pareja…
-¡...Asi… Beba..! ¡Dámelo!... ¡Por favor, dámelo amor! ¡Mi güerita! ¡Dámelo! - grito y así, ambas con sendos espasmos, nos entregamos al orgasmo…
Fueron cerca de dos horas en que nos dedicamos a intercambiar caricias, fluidos, besos, intercalando posiciones al realizar sexo oral… Jugando con nuestros juguetes… Para el último orgasmo ambas quedamos rendidas, nos desvanecimos en la duela de su cuarto, enredadas en una sábana de material afelpado, desperté con un delicioso dolor en la cadera a las 6 menos 10 de la tarde, la luz del sol ya era mínima, un frío escorcia mi desnuda espalda, gire mi cabeza y a mi lado yacía Kiria, quien momentos después también se despertaba arremolinándose con pereza.
-Hola… - le dije.
-Hola beba… Nos quedamos dormidas- respondió con una sonrisa en el rostro, iba a ir por mi ropa, pero recordé que la muy cabrona, había cortado mi blusa y mi ropa interior, cogi el sostén y me lo puse en silencio, tomé la falda y me la ceñi despacio, ante la mirada divertida de Kiria, me gire para verla con el ceño fruncido y masticando cada palabra le dije
-¡estarás contenta!... ¡Ahora deberé irme a casa solo con mi abrigo cubriéndome el torso y con mi cosa al aire! - ella se mordió el dedo índice de la mano derecha y se incorporó del piso.
-No beba, no por nada te dije que trajeras ropa que ya no usabas mucho. - se acercó a su armario y de las puertas dobles sacó una bolsa de papel, de esas que te dan en liverpool en tu compra y me la extendió con una sonrisa tímida en el rostro. - Es mi modo de darte las gracias y pedirte disculpas por todo. - Me quede callada, atine a mover la cabeza de izquierda a derecha… ¡Me había comprado ropa!... Si no fuera porque si la necesitaba no la hubiese aceptado, abrí la bolsa y extraje su contenido: una hermosa blusa de manga larga strech color blanca con letras negras que escribían Oggi en el pecho, unos leggings color negros y unas bragas de encaje blanco con lindas grecas en el elástico de la cintura…
-hermoso gusto tienes. - le dije.-Esas pantis ya están limpias, antes las he lavado, puedes usarlas ya. - respondió y sin decirlo dos veces, me las puse, me baje aquella falda y me puse esos leggings (que antes jamas hubiera pensado en usar siquiera), del mismo modo me puse la blusa y como arreglo final, me hice una cola de caballo en el cabello, cuando gire a verla, ella ya se había vestido igual, llevaba una blusa de tirantes sin sujetador y unos leggings rosas con grecas negras, me veía contenta…
-Eres hermosa - me dijo y me hizo ruborizar- vamos a la cocina, hay que comer algo… - y yo asentí, moría de hambre.

La comida estuvo deliciosa, había preparado unas deliciosas enchiladas, algo de pasta y ensalada de manzana como postre, hablamos del trabajo, de los compañeros, de zapatos… Y de mi novio… Mostraba demasiado interés de hecho.
-¿Porque no acepta el trío?... Otros hombres no lo pensarían dos veces… Es raro…
-el es raro, pero así lo quiero… Me ha dicho que esto es mío, que prefiere ser consciente de lo que hago en vez de enterarse a sus espaldas, a mi igual me sorprende… Pero bueno.. Supongo que por el esta bien así…
-... ¿Y a ti te gustaría,beba?...
-....... No lo sé… - Kiria termino de masticar con calma el bocado que tenia en la boca y tomo mi mano, la llevo a sus labios y me sonrió, no pude descifrar ese gesto, pero me quedaba claro que ella sería capaz de cualquier cosa por volver a estar conmigo, incluso el soportar ser poseída por alguien a quien apenas conoce, le sonreí y preferí cambiar el tema…
 
Eran las 8 de la noche cuando mi niño llego por mi después de perderse media hora en aquella unidad, había llegado esta vez en esa moto a la que se ha hecho fanático, el motor rugió cuando ya estaba sentada en la parte de atrás, kiria nos despedia con una mano desde la entrada de su portón, llevaba la misma blusa y no llevaba abrigo, y seguía sin sostén, por el frío, sus pezones estaban erguidos, y desde nuestro lugar eran fácilmente visibles… Creo que sabia que pretendía, yo solo apreté los labios y me aferre a la espalda de mi amado, el se despidió cortésmente con un “hasta luego” y nos puso poco a poco en marcha…

El frío aire golpeaba la parte de mi rostro que no cubría el casco suavemente, veníamos en silencio, algo que no pasaría si fuéramos en su Volkswagen, debería plantear decírselo, me gusta más ir en su bocho que en la parte trasera de su moto, es más cómodo y abrigador, además que puedo poner algo de música para no ir tan apagados. Un giro espontáneo me sacó de mis pensamientos, habíamos entrado en el estacionamiento de una plaza comercial
-No se tu pero, yo tengo hambre- me dijo.
-Algo, te acompaño con un postre- respondí.
Dentro de una cafetería, rompimos el hielo, reímos y platicamos como si hubiéramos estado todo el día juntos… Sin embargo, mi cabeza no dejaba de hacerse una pregunta… ¿Querría el ese trío del que tanto insiste Kiria?... Recordé la manera en que nos despidió en su entrada, era obvio que lo estaba provocando, y me pareció que el lo notó… Incluso los vecinos de las casas de enfrente pudieron haber visto sus pezones con esa blusa que llevaba, pero… de verdad ¿eso me molestaba? ¿O me daba morbo?, ¿curiosidad tal vez?...
-¿Que ocurre? - me pregunto de repente
-¿Perdón?.
-has estado rara desde que saliste de casa de Kiria…. ¿Qué pasa, amor?...
Que bien me conoce, pensé, tomé mi taza de café y la lleve a los labios, di un sorbo y lo mire fijamente, quería estudiar su reacción, vale, iba a soltarselo tajantemente…
-Kiria insiste en saber porque no quieres tener un trio con ella…
Me sonrió, cogio una mantecada de la mesa y le dio una mordida antes de responderme
-por la misma razón por la que no hicimos el intercambio con Sebastián y su novia…porque No lo necesito, porque solo te quiero a ti… Solo te necesito a ti, no quiero compartirte, al menos no en la misma cama, te he dado libertad de hacerlo dos veces con Kiria porque no quiero privarte de nada, no quiero que te quedes con curiosidad de nada, por que confío en ti… y, bueno. - hizo una pausa, llevo una mano al mentón y cubrió sus labios con un dedo, meditabundo, luego añadió
-al menos, que también quieras eso… Deberé ser yo quien te haga a ti la pregunta… amor… ¿tu quieres ese trío?
Me la había volteado, solo abrí la boca, pero no me salieron las palabras… Es una pregunta que hasta el momento no puedo responder, son, demasiadas cosas nuevas, lo admito, lo he probado y me ha gustado, pero no es algo que complete mi felicidad, pero siempre estará el otro lado, la duda, el “que tal sí”... Esta el “no quiero”, pero también el “si lo deseo”... Creo que debería llevarlo con más calma.


Me despidió en la puerta de mi casa con un ardiente beso, me dejo un poco adolorida de una nalga del apretón que me dio antes de subirse a su moto, cuando dio vuelta a la esquina, me metí, me dirigí al baño, quería tomar una ducha. Al enjabonar mis brazos, di suaves masajes a mis muñecas, aun sentía la presión de aquellas esposas metálicas, y entonces recordé… Olvide ese detalle importante, me puse pálida, sentí como la sangre abandonaba mi rostro y se agolpaba en mi pecho… Una creciente angustia, mezclada con miedo y enojo me inundó… Las fotos… Las que ella me tomó mientras estaba esposada… mierda…. ¿Como pude olvidarlas?... Kiria… Esta me las pagas…


Espero no les haya sido muy tedioso... Gracias por leer.
 
Gracias por tus relatos, como siempre súper excitantes y cachondos, esperamos más de tus experiencias y, si se puede, una foto tuya para admirarte en el máximo esplendor.
 
Introducción que hacen adiccion a esperar otro más de ti.
 
Sabes he pensado que tu novio es una especie de Cuckold, que es aquel hombre que comparte a su pareja con otras personas pero el no participa, ya que a el solo le importa que su pareja sea feliz y nada más. Y tu eres su ardiente hotwife la cual le comunica de sus deseos e inquietudes para llevar a cabo, con su pleno consentimiento. Vaya pero que envidia.
 
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