Aquí hay que considerar dos cuestiones importantes, la situación de las mujeres, y la de los hombres.
Primero veamos que ocurre con las mujeres, el hecho de que estén con un "mujeriego" puede deberse a una construcción social-familiar que se ve replicada desde la infancia y ante la cual no conciben ni conocen alternativas, dicho de otra forma, desde niñas vieron a los hombres de su entorno (papá, abuelos, tios, hermanos) comportarse así, teniendo relaciones sentimentales o carnales con varias mujeres a la vez, por lo que consideran este patrón conductual normal, ya que no conocen otro, por lo tanto no existe punto de comparación para saber si es o no bueno para ellas; otra forma de que el fenómeno se presente en mujeres, es que ellas prefieran estar con alguien aunque lo compartan, que estar solas, ya que su autoestima es tan baja que no se consideran dignas de que alguien las ame, las respete y les sea fiel, se conforman con lo que tienen, y justifican su situación culpandose ellas de no saber cuidar a la pareja o sintiendose "felices" de ser la "preferida", ambos casos lamentables.
Por el lado de los hombres, durante mucho tiempo se consideró el ser "mujeriego" como algo positivo y digno de admirarse y copiarse, pero en realidad, lo que subyace tras esa máscara de éxito con las mujeres, es un complejo de inferioridad que, permeado por el miedo, hace que el individuo vea a sus relaciones como el único indicador de validez en su vida, propiciado tambien por una baja autoestima, que al querer ocultarla, provoca sentimientos falsos de superioridad, machismo y misoginia; un mujeriego necesita frecuentes conquistas para demostrarse a si mismo que es alguien interesante y valioso, pero en el fondo sigue siendo una persona vacía, vulnerable y con miedo, razón por la que ven en las mujeres solo un medio para satisfacer sus deseos, no personas completas y autosuficientes.