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Plata o plomo

Christian01

Bovino Milenario
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25 Jul 2008
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Por Denise Dresser


“Habló demasiado”, es el mensaje colocado encima de un cuerpo sin cabeza. “Para que aprendan a respetar”, dice el letrero pegado a un torso sin brazos. “Te lo merecías”, dice la nota dejada al lado de un hombre torturado. En las plazas y en las calles y en los lotes baldíos y ante las puertas de un cuartel del Ejército.

En Apatzingán y en Zitácuaro y en Morelia y en Tierra Caliente.
Muestras de la caligrafía del crimen, ejemplos de la sintaxis del silenciamiento, señales del surgimiento de un estado paralelo en Michoacán y microcosmos de lo que también ocurre en otros lugares de la república. Esos sitios donde no gobierna el Gobierno, sino “La Familia”; donde no se aplica la ley, sino la regla de “plata o plomo”; donde antes que hablarle a un policía en busca de protección, la ciudadanía prefiere que un cártel la provea.

Ante ello, la futilidad de una guerra mal librada contra un Estado paralelo, descrita de manera magistral en el artículo reciente de William Finnegan en The New Yorker.
Historia tras historia de secuestros, extorsiones, torturas, asesinatos, robos, corrupción, desempleo, y el simple temor de salir a las calle.
Historia tras historia de lo que significa vivir en un municipio asediado, en un estado capturado, bajo el mando de una fuerza paralela a la del Gobierno que se ha convertido —como dice un maestro de Zitácuaro— en “segunda ley”.
A pesar de los 50 mil soldados en las carreteras. A pesar de los 20 mil policías federales en las calles. A pesar de los 23 mil muertos debido a la narcoviolencia en los últimos tres años. Sindicatos criminales como “La Familia” crecen y controlan, deciden y se diversifican. Si alguien necesita cobrar una deuda, recurre a ellos. Si alguien necesita protección, se la pide a ellos.
Gracias a los “soldados” que ha logrado formar, a los jóvenes que ha podido reclutar, a la base social que ha logrado forjar. Los campesinos que antes cultivaban melones y ahora siembran mariguana.

Los ejidatarios que antes exportaban sorgo y ahora transportan cocaína. Los trabajadores que antes emigraban a Estados Unidos en busca de movilidad social y ahora saben que un cártel la asegurará. Los Ni Ni’s que ni estudian ni trabajan y llenan las filas de un ejército que les paga muy bien. “La Familia” no sólo ofrece empleo a quienes lo necesitan. También construye escuelas, organiza fiestas, cobra impuestos, disciplina adolescentes, y regala canchas de basquetbol. Se erige en árbitro de la paz social. Cultiva lealtades y echa raíces. Para sus miles de beneficiarios, la cruzada de Felipe Calderón no es una salvación sino una agresión.
Según Fernando Gómez Mont, la anuencia social ante los cárteles es producto del “Síndrome Estocolmo”: la tendencia de los torturados a sentir empatía con sus torturadores, la propensión de los secuestrados a sentir simpatía por sus secuestradores. Pero quizás la aquiescencia refleja algo más profundo y más difícil de encarar. La transición democrática acaba con la “Pax Mafiosa” que el PRI había pactado con el crimen organizado. La democracia entraña el fin de viejos acuerdos y el principio de nuevas rivalidades entre grupos que el poder central ya no es capaz de controlar. Y por ello surge un vacío que los cárteles pueden llenar ante la impotencia y la incapacidad del Gobierno, ya sea federal, estatal o municipal. El crimen organizado comienza a suplir las deficiencias del Estado. Cuando la población no cree en la policía o en las cortes, los criminales juegan ese papel.
Cuando el Estado no puede ofrecer seguridad o empleo o cobertura médica o rutas para el ascenso social o bienes públicos, los cárteles empiezan a hacerlo. Como les explica una michoacana y madre soltera a Finnegan: “Tengo un número al que hablo.
Si tengo un problema, si alguien me está amenazando, si alguien está tratando de robar mi carro, sólo les llamo y mandan a un policía. La policía trabaja para ellos (los narcos)”. Fernando Gómez Mont argumenta que los criminales están perdidendo “cobertura institucional”, cuando ya han logrado poner a las instituciones a su servicio.

Es precisamente por ello que 59 por ciento de los mexicanos —según una encuesta reciente— no cree que Felipe Calderón vaya ganando la guerra que hace tres años declaró.

Ganarla requeriría, como lo ha subrayado Edgardo Buscaglia del ITAM, una guerra menos centrada en la aprehensión de los cabecillas y más en la incautación de sus bienes. Requeriría una guerra menos enfocada a matar capos y más a mermar sus finanzas.

Requeriría no sólo el combate militar, sino también una estrategia financiera para confiscar cuentas y combatir frontalmente la corrupción en las cortes y en las presidencias municipales y en las gubernaturas y en cada pasillo del poder. Si no, por cada criminal aprehendido, habrá un criminal liberado. Por cada líder extraditado, habrá otro que lo reemplace. Por cada narcotraficante capturado, habrá otro entre los millones de desempleados en el país que lo sustituirá. Y México continuará siendo un lugar donde si no entregas la plata, alguien te dispara el plomo.

FUENTE
 
Que grueso. La violencia que se ejerce aún entre las bandas criminales debería de desaparecer. Yo cada noche espero que se acabe este sexenio solo con la esperanza de que el siguiente sea menos peor.
 
Que grueso. La violencia que se ejerce aún entre las bandas criminales debería de desaparecer. Yo cada noche espero que se acabe este sexenio solo con la esperanza de que el siguiente sea menos peor.

Quiciera lo mismo pero me temo que nos daran mas PAN de cada dia nuestro para ese entonses.

Pues si, aca en michoacan si se andan tomando como si fuesen un gobierno paralelo los de la Familia, cobrando algunas cosas como impuestos, pero no en todo, solo en aquellas cosas sin importancia que infligen la ley, tales como la venta de pirateria por ejemplo, a los cuales les cobran sierto dinerito para que no les quiten el negocio ni les caiga la policia. En un tiempo en el que no ganaba mucho dinero esta pirateria, los comerciantes se quejaron con La Familia de que los cibercafe les quitavan los clientes, y por eso les prohivieron por un tiempo, bajar toda clase de videos y musica, por suerte en la actualidad ya se puede hacer eso libremente, pero no gracias al gobierno.

En cambio, cuando llegaron los soldados a michoacan, ubieron un monton de crimenes y abuso de poder de parte de los uniformados a tal punto que mucha gente se quejo afuera de los cuarteles por las biolaciones que hicieron a las mujeres que capturaban en la calle y de robos que hacian durante los cateos (hasta reportaron de que se robaron un perico).

Pues, ser secuestrado por el gobierno o por los narcos, no parese ser que nos den una eleccion que nos pueda agradar del todo.

Y otra cosa mas, ya muchos saben que el gobierno de Calderon apolla a los carteles del golfo y al del Chapo, y estos tiene de rival a la Familia y otros narcos del sur y es por eso que Calderon los ataca, pero loq ue no saben es como traen a la gente cada cual.

En San Luis Potosi tengo familiares alla, este estado de la republica esta controlado por el cartel del golfo o de sinaloa (no recuerdo cual era). Este estado es vicitado desde Estados Unidos por inmigrantes mexicanos, gente del campo que sufrio para conseguirse un mejor futuro y que regresa a su tierra natal con mejores bienes para compartirlos con sus familiares de este lado de la frontera pero... ¡O! ¿Que pasa? Llegan unos timpos armados en sus camionetas lujosas a la casa de esta gente onrada y les quita todos sus bienes y los dejan sin nada. Digo esto por que al vesino de mi familiar que llego de regreso desde Estados Unidos, de partirse tanto el lomo en una empresa en Houston Texas, y de ahorrar su dinerito, se compra un buen auto desente con el cual lleva a pasear a su familia para que despues unos tipos se lo quiten solo por que no quieren ver a nadie mas con mejores carros que ellos. ¡Aganme el favor! Ya ni siquiera la Familia Michoacana hace eso.

Yo ya ni puedo ir a San Luis Potosi a visitar a mis familiares por que los narcos que invadieron alla no quieren a gente de michoacan, y si va alguien de mi tierra alla, creen que esta relacionado con la dichoza "Familia" y por ende lo capturan para interrogarlo y darle sus buenos cates y amenazas de muerte para que abandone el estado.

Cada dia estamos mas jodidos.
 
es una verdadera mortificacion vivir en un pais como este y vaya asi como se titula el post PLATA O PLOMO todos desgraciadamente tenemos un precio...y no en dinero
 
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