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Piel canela (relato sexoservicio)

GrandPrime

Becerro
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12 Nov 2016
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Un día me desperté con ganas de algo diferente a lo que había acostumbrado antes, un deleite que llegara al punto de atasque de un cuerpo voluptuoso, algo que no estuviera al alcance de manera normal, había visto algunas películas pornográficas me había despertado la inquietud de preguntarme que se sentiría estar con una mujer así de voluptuosa, como era de esperarse tal inquietud me llevó a navegar un rato en Internet en páginas de servicios y en foros dónde encontrar reseñas de damas de ese estilo, no demoré mucho en perfilar unas cuántas, de muchos estilos, tomé el teléfono y me di a la tarea de cotizar servicios, prácticamente elaboré check list, damas que daban servicio bastante completo, todas ellas de cuerpos curvilíneos, bustos y caderas de buen tamaño, al final prospecté a 3 de ellas, voluptuosas y de cuerpo atlético, una combinación que mataría a cualquiera.

Me comuniqué con dos ellas quedando en un rato en un hotel x, lo hice de esa manera para tner un respaldo en caso de que alguna fallara, eso iba a pasar, la restante era el plan emergente en el mal caso de que las otras dos no pudieran, cualquier opción representaba un triunfo en caso de concretarse, un plan siniestro, si en el trabajo hiciera planeaciones así, tal vez sería subdirector.

Llegué al hotel, por la premura con que llegué, me tomé unos minutos para tomar aire, llamé a una de las damas de primer opción, no me contestó; dos, tres llamadas, nada, se apagaba una opción, lástima, la dama era muy atractiva, llame a la siguiente, cuatro tonos después me contesta con su voz candente: -Perdóname amor, es que tardaste mucho y agendé con otros clientes, pero si me esperas en hora y media estoy contigo-, acepté a medias, sabía que esa hora y media en realidad podrían ser hasta tres, por lo que había indagado y visto en fotos puede que valiera la pena esperar, la mantuve latente, volví a marcar a la otra dama, sin contestar, justo iba a comunicarme con la tercera en cuestión cuando vino una duda a mí de qué hacer, en lugar de marcar a la dama que con tato esmero había seleccionado, tome el número de una de las que había sólo perfilado, marqué, me contestó una voz seductora, agradable... me puse de acuerdo con ella, me dijo que llegaría en 15 minutos, ¿15 minutos? Que no invente, no podía ser verdad, me quedé viendo la televisión unos minutos para posteriormente entrar al baño sólo dios y yo sabemos a hacer qué.

Justo estaba a punto de salir cuando cuando tocan a la puerta, ¿Cómo puede ser esto? habían pasado 18 minutos y la dama había llegado, salí a prisa y la recibí, pude observar a una mujer mas o menos chaparrita, morena, muy sonriente, no podía ver más porque iba con un abrigo que la cubría prácticamente por completo. La invité a pasar, ya dentro, platicando para romper el hielo, entonces me miró pícaramente y poniendo una sonrisa maliciosa se quitó el abrigo, tría un vestido de falda corta entallado, madre santa, ese cuerpo era justo lo que buscada, sus senos no eran descomunales, pero muy buen tamaño, unas caderas gruesas, unas piernas torneadas y gruesas y una cintura muy pequeña, la magnificencia. Me acerqué a ella, la abrasé, nos besábamos, con mis manos comencé a recorrer aquel exquisito cuerpo de manera impaciente, aquella cintura al tacto parecía ser todavía más pequeña, una ilusión sensorial.

¿Ponemos música? propuso ella, me dio la espalda y volteando a ver el dvd, agachó el cuerpo a buscar la entrada para el celular, cuando lo hizo no flexionó las piernas, aquello ocasionó que su falda se levantara dejando ver aquel trasero... no podía creer el tamaño y forma de esos glúteos, una forma impresionante, consciente de la situación, puso su trasero contra mi pelvis e hizo movimientos circulares, alce su falda hasta la cintura y estrujé aquellos glúteos mientras continuaban con su movimiento, ¿Te gusta verdad? me preguntó; comentando que no había encontrado como conectar el celular, se incorporó por lo que pude llevar mis manos a sus senos, ella continuaba con sus movimiento de cadera mientras masajeba sus senos, se quitó el vestido, -No podré bailarte- sinceramente después de sentir ese cuerpo no podía dejar que se quedara la cosas así, tome mi celular y puse algo de regueatón directo de la red, inmediatamente se puso de frente, me quitó la playera y me dijo que me recostara, obedecí inmediatamente.

Desde la cama observaba un espectáculo sin igual, una mulata increíble, su piel canela acompañada de un hilo dental y un diminuto top amarillos en ese cuerpo indescriptible, moviéndose y contorneándose al ritmo de la música hacía que quedara sin habla, incapaz de reaccionar ante tal espectáculo, ella lo sabía y al parecer disfrutaba provocar eso, cada vez se movía más sensualmente, se despojó del top, como había ducho antes, sus senos no eran descomunales y a diferencia de otras mujeres con que he estado, esta vez permanecieron en su lugar ante la ausencia de aquella prenda, redondos y adornados por unos pezones oscuros, continuó bailando, su sonrisa maliciosa incitaba a brincar y tomarla pero preferí esperar a ver más del show, se puso de espaldas, twerkeó un poco, comenzó a bajar su hilo dental, lentamente, se podía apreciar como la prenda apretaba su gran trasero, antes de despojarse de él lo tomó y colocó justo debajo de sus glúteos y comenzó a cernir ese delicioso trasero, justo como en las películas que había esto viendo.

Se liberó totalmente de ropa, continuó bailando, verla hacerlo sin ropa era todavía más exquisito, volvió a darme la espalda para que viera su sensual movimiento sin trasero, nuevamente twerkeó, el movimiento hacía que sus glúteos se separaran y dejaban ver su vagina y ano, por dios!!! lamentaba profundamente no haber buscado una habitación con tubo de pronto paró, inclinó el cuerpo, tomó sus glúteos con ambas manos y los separó, dejó sus partes íntimas al descubierto : -Pega tu cara papi- , música para mis oídos, estaba tan deseoso que clave la cara y clave la lengua en su vagina, eso le arrancó un gemido, contoneó ese enorme trasero con mi cara ahí, yo trataba de no ahogarme con aquellas cosas al mismo tiempo que saboreaba su sexo, era verdaderamente delicioso, se incorporó y se puso de frente, pude llevarme sus senos a la boca, los tomaba alternando con sus glúteos, lamía y daba pequeños mordiscos en sus pezones con una ansiedad descomunal, me apartó y tiró nuevamente en la cama, clavó su mirada en mí y mientras mordía sus labios me despojó del pantalón, subió y recorrió con su lengua desde mi pecho hasta llegar a mi pelvis.

Una vez ahí dio unos unos cuántos besos y pequeñas lamidas a mi pene, después lo puso en su boca, yo ya estaba excitado, pero la forma que lo movía dentro de tu boca y masajeaba con los labios hizo que mi erección creciera, estaba en la disyuntiva de si dejarme llevar o tratar de prolongar todo lo más posible, haciendo un gran acto de voluntad me concentré par ano terminar en ese instante, ella seguía en lo suyo, lo sacaba de boca, estimulaba con las manos, jugaba con la cabeza, lamía de la base hasta la punta, masajeaba mi escroto para después llevarlo a su boca, que sensaciones experimentaba.

Se despegó y sonriendo pícaramente me puso el condón: -Tienes el huevo rico- me digo, no entendí a lo que se refería, era lo que menos me importaba, se montó y puso mi pene dentro de su vagina, hacía movimientos de vaivén, entraba y salía, ella hacía todo, se movía de una manera suculenta sobre mí con mi pene dentro, esos senos redondos moviéndose frente a mí eran indescriptibles, yo estrujaba todo lo que podía, puse mis manos sobre su cintura para detenerla un poco y comencé a hacer movimientos de penetración, intensos, ella comenzó a hacer expresiones de placer, -así, no pares- decía ella mientras yo la penetraba, se acercó, arqueó la espalda y comenzó a hacer movimiento de twerk sobre mí, que sumado a mis movimientos de penetración, derivaban en una sensación y una penetración profunda.

Ella se separó se tiro en la cama, ni tardo ni perezoso me puse de pié y la llevé a la orilla de cama, así comencé a penetrarla, lo hacía con mucha fuerza, ella gemía, mientras lo hacía apretaba aquellas gruesas piernas, estrujarlas era una sensación deliciosa al mismo tiempo que la penetraba sin importar nada, me perdía en aquella seductora y juguetona mirada, pasaba su lengua por sus labios, jugaba con sus senos, de pronto comenzó a apretar las sábanas con ambas manos como si se aferrara para no caer, inmediatamente sentí algo diferente, apretaba mi pene con su vagina en cada embestida, esa mujer tenia un perrito mordelón, esa sensación era de lo más placentera por lo que tuve que concentrarme mucho para no terminar, tuve que parar para dos cosas: no terminar y reponerme de aquella acción, me miró sonriente mientras dijo: - Que rico papi, acuéstate, me toca a mí-.

Recostado en la cama, aquella mujer se paró dándome la espalda, se puso sobre mí posicionando mi pene en la entrada de su vagina y de pronto lo metió todo de un sólo movimiento, hacía movimientos de arriba abajo, ver como mi miembro desaparecía entre aquellos glúteos producía una satisfacción increíble, justo lo que estaba buscando, ver ese robusto trasero moviéndose sobre mí engullendo mi pene erecto era digno de una película, claro que sin ser yo un actor de esos, pero disfrutaba ese momento, ella arqueó su espalda hacia atrás por lo que mi pene llegaba más profundamente, ella estaba cada vez más caliente, lo podía sentir, podía sentir como pene resbalaba con su lubricación al mismo tiempo que era apretado por sus paredes vaginales y la cabeza chocaba con el fondo de la misma, madre santa, sentía unas ganas inmensas de descargar todo lo que tenía dentro de ella, al mismo tiempo quería continuar sintiendo tal cogida que me estaban dando.
 
(Continuación)

Ella tomó ambos glúteos son su manos y los separó, podía ver todos sus fluidos saliendo y mojando mi pene, resbalando mientras el pene entraba y salía de aquella, para ese momento, enrojecida vagina, como pude estiré una brazo y toqué su clítoris, -Ay si- exclamó ella, comencé a masajearlo firmemente con lo que ella comenzó a gemir y moverse con más fuerza, su clítoris ya estaba muy duro, sin pensarlo, comencé a masajear su ano, ella gemía y se movía con más intensidad, si no me había impedido masajearla por detrás, me atreví y metí un dedo por el su ano, ella gimió con fuerza, comenzó con un contoneo que hacía que no sólo mi pene si no también el mi dedo entrara y saliera, parecía que lo disfrutaba.

Los estábamos empapados en sudor, ella volteó y me dijo que si lo quería, obviamente respondí que sí, ambos nos incorporamos, ella me plantó un profundo beso para después llevarse una cuantas veces mi pene a su boca, se posicionó en la orilla de la cama en posición de perrito con la espalda arqueada, aquel voluptuoso trasero estaba a mi disposición, era vista fenomenal, puso uno de sus dedos dentro de su ano y comenzó a masturbarse, llevé mi pene a su vagina y la penetré un poco hasta que ella dio la señal: tomó sus glúteos y los abrió dejando su ano descubierto en plenitud frente a mí, llevé mi pene a él, con cuidado metí poco a poco la punta hasta que la cabeza entró por completo, eso le arrancó un gemido, no fue necesario intentar introducir el pene porque ella hizo el trabajo, con movimiento de caderas comenzó nuevamente a ser ella quien cogiera al otro, su apretado ano producía una sensación en mi pene, yo sólo apretaba los ojos ante tal acto, comenzó a moverse con mayor frecuencia, no se cuanto tiempo estuvimos así, pero fue delicioso, el ver como mi miembro desaparecía dentro de aquel ano en medio de ese monumento que tenía por trasero, una y otra vez, sentí que estaba cerca de terminar,e sta vez no había concentración que lo evitara, la vista de tener en cuatro a aquella despampanante mulata generaba que no pensara en otra cosa que no fuera en poseerla.

Decidí dar el movimiento final, mientras continuaba con su movimiento subí ambos pies en la cama, me ayudé de la cabecera para sostenerme en aquella posición, ella sabía muy bien lo que venía, por como estábamos era más que obvio que la poseería con toda la fuerza que me quedaba, así lo hice, comencé a embestirla de manera frenética, con fuerza, mi pene completo desaparecía dentro de sus entrañas, ella gemía, pedía que lo hiciera más fuerte, yo obedecía y subía la intensidad, mis piernas, aunque cansadas resistían aquella posición, me mantenía con una penetración intensa, se escuchaban unos fuertes golpeteos producto del impacto de mi vientre y sus gigantescos glúteos, con una mano la tomé del pelo mientras seguía penetrándola sin piedad, de pronto el inevitable momento llegó.

Comencé a eyacular dentro de ella, chorros intempestivos producto de la excitación de hacerle el amor a tal mujer, mi cuerpo completo se puso tieso para llevar tal momento, justo mientras experimentaba las contracciones en todo el cuerpo producto de tan intensa eyaculación, ella hizo algo que jamás esperé, clavó todo mi pene que dentro de su ano y con el lo apretó, manteniéndolo así se separó hasta casi dejar fuera mi pene de ella, luego lo liberó para volverse a clavar, repitió el movimiento algunas veces, literalemnte estaba exprimiendo todo el semen con su ano, fue algo que jamás había experimentado y fue mucho muy placentero, cuando terminó, retiré mi pene y el condón y me tiré exhausto a la cama.

Ella se quedó a mi lado tomando aire sonriendo como si estuviera complacido: -Ojalá me cogieran diario el culo así- comentó ella, quiero pensar que lo dijo sinceramente y no sólo por quedar bien con el cliente, mi pene no se había relajado por completo después de aquella sesión, -Todavía quedan cinco minutos- me dijo mientras tomo mi miembro mientras me besaba, después bajó a hacerme un delicioso oral, sorpresivamente volví a experimentar una erección, hizo unas cuantas Deep Throat antes de que comenzara a eyacular, cuando esto pasó dirigió mi pene a su pecho y con una rusa terminó el trabajo.

Se recostó un poco para reposar mientras charlábamos, se llegó el tiempo, se aseó y se retiró pidiéndome que nos mantuviéramos en contacto, yo totalmente rendido tuve que quedarme en cama un rato más mientras me reponía de tal experiencia, mientras me hacía a la idea de que le había echo el amor a una voluptuosa, sensual y despampanante mujer.
 
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