dark5ag
Bovino maduro
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- 4 Abr 2008
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Esa noche me quedé en casa de la familia de mi novia, en la sala que estaba próxima a la recamara de ella y sus hermanas, lo que me inquietó por demás. Ya lo habiamos hecho, además de una sesión de sexo oral riquísima, todo por iniciativa de ella. Tiene un trasero hermoso, rotundo y firme; como nunca había sentido otro.
Así que me decidí. Era más de la una de la madrugada, hacia rato que nos habiamos acostado todos y escuchaba ronquidos en ambos cuartos. Sin pensarlo me levanté y empujé la puerta. Ningún ruido inquietó el ambiente, así que me dirigí a la litera baja, levanté las sabanas y toqué un tobillo tibio que se estremeció por el contacto, asíq eu lo tomé firme para que me reconociera y lo dejé así por un instante. Como no hubo más movimientos continué mi avnace con caricias cobre las piernas, sentí las rodillas y los muslos carnosos. Era riquísimo.
Para cuando llegué a la entrepierna mi cabeza ya estaba bajo las cobijas y yo besaba aquellas piernas. En cuestión de segundos ya estaba besando su pubis y en un instante más ya tenía su vagina abierta en mis labios. Era un sabor delicioso que se acrecentaba con la idea de saber que nadie imaginaba mi presencia esa noche, por lo que continué sin preocuparme demasiado de nada.
Sentí aquellas piernas apretar mi craneo, el pubis empujar mi rostro y esa humedad aumentar a cada movimiento de mi lengua. La poseí como si fuese mi especialidad y lo difruté como si no fuera a ocurrir jamás, hasta que el sabor cambió. Supe que era el momento de salir de ahí, asi qeu el mismo sigilo con el que entré me retiré de debajo aquellas sabanas y procedí a huir de ahí.
Al girar mi rostro noté la estructura de una cama que estaba al ras del piso; una litera triple, pensé. Con el avance para salir, noté un rostro conocido y en un instante comprobé algo que no había imaginado: ¡¡mi novia estaba en la tercer cama!!
Me dirgí hacia ella y con un movimiento sorpresivo ella volvió su rostro y me dijo: ¿Qué haces aquí?
Con la impresión a flor de piel, un temblor en el cuerpo y el miembro mojado, le respondí que la había ido a buscar. Ella se hizo a un lado y abrió el lecho para cobijarme. Me dijo que había deseado que yo me atreviera a ir a ese cuarto tan pronto fuera posible y que le excitaba el saber que lo ibamos a hacer. Tan pronto como yo estaba ahí ella me estaba palpando el pene, sintiendo cuan mojado estaba y me tocó con ansiedad. Solo fué cuestión de colocarnos y la penetré, tras lo cual me vine de modo tan intenso y abundate que casi sentí desvanecerme. Ella, tras un segundo, me reclamó. Le dije que estaba demasiado emocionado y pedí unos minutos para recuperarme, tras lo cual lo hicimos por un par de horas, sin que yo pudiera evitar voltear hacia la otra cama, donde yacia esa cuñada a la que había probado, había provocado un orgasmo y que me había excitado tanto....
Nunca supe cual de mis dos cuñadas era, pues tenían la costumbre de intercambiar de camas y es mejor así.
Ahora cuando fantaseo con ambas, simplemente imagino que una de ellas, la que mas deseé al instante, era la que ocupaba ese sitio....
Así que me decidí. Era más de la una de la madrugada, hacia rato que nos habiamos acostado todos y escuchaba ronquidos en ambos cuartos. Sin pensarlo me levanté y empujé la puerta. Ningún ruido inquietó el ambiente, así que me dirigí a la litera baja, levanté las sabanas y toqué un tobillo tibio que se estremeció por el contacto, asíq eu lo tomé firme para que me reconociera y lo dejé así por un instante. Como no hubo más movimientos continué mi avnace con caricias cobre las piernas, sentí las rodillas y los muslos carnosos. Era riquísimo.
Para cuando llegué a la entrepierna mi cabeza ya estaba bajo las cobijas y yo besaba aquellas piernas. En cuestión de segundos ya estaba besando su pubis y en un instante más ya tenía su vagina abierta en mis labios. Era un sabor delicioso que se acrecentaba con la idea de saber que nadie imaginaba mi presencia esa noche, por lo que continué sin preocuparme demasiado de nada.
Sentí aquellas piernas apretar mi craneo, el pubis empujar mi rostro y esa humedad aumentar a cada movimiento de mi lengua. La poseí como si fuese mi especialidad y lo difruté como si no fuera a ocurrir jamás, hasta que el sabor cambió. Supe que era el momento de salir de ahí, asi qeu el mismo sigilo con el que entré me retiré de debajo aquellas sabanas y procedí a huir de ahí.
Al girar mi rostro noté la estructura de una cama que estaba al ras del piso; una litera triple, pensé. Con el avance para salir, noté un rostro conocido y en un instante comprobé algo que no había imaginado: ¡¡mi novia estaba en la tercer cama!!
Me dirgí hacia ella y con un movimiento sorpresivo ella volvió su rostro y me dijo: ¿Qué haces aquí?
Con la impresión a flor de piel, un temblor en el cuerpo y el miembro mojado, le respondí que la había ido a buscar. Ella se hizo a un lado y abrió el lecho para cobijarme. Me dijo que había deseado que yo me atreviera a ir a ese cuarto tan pronto fuera posible y que le excitaba el saber que lo ibamos a hacer. Tan pronto como yo estaba ahí ella me estaba palpando el pene, sintiendo cuan mojado estaba y me tocó con ansiedad. Solo fué cuestión de colocarnos y la penetré, tras lo cual me vine de modo tan intenso y abundate que casi sentí desvanecerme. Ella, tras un segundo, me reclamó. Le dije que estaba demasiado emocionado y pedí unos minutos para recuperarme, tras lo cual lo hicimos por un par de horas, sin que yo pudiera evitar voltear hacia la otra cama, donde yacia esa cuñada a la que había probado, había provocado un orgasmo y que me había excitado tanto....
Nunca supe cual de mis dos cuñadas era, pues tenían la costumbre de intercambiar de camas y es mejor así.
Ahora cuando fantaseo con ambas, simplemente imagino que una de ellas, la que mas deseé al instante, era la que ocupaba ese sitio....