jarochilandio
Bovino de la familia
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Jesús García
19 de diciembre de 2017
FOTO: Archivo Cuartoscuro
En la política no hay casualidades, sino causalidades.
Si hay una mujer dedicada a la política que ha sabido mover sus piezas incluso desde la cárcel, ella ha sido Elba Esther Gordillo, ‘La Maestra’.
Al inicio del sexenio 2012-2018 se volvió el ‘chivo expiatorio’ del gobierno de Enrique Peña Nieto para demostrar su lucha contra la corrupción, un caso que ha terminado en cárcel domiciliaria para la exlíder sindical en su penthouse de Polanco, al tiempo que su partido, Nueva Alianza. se sumó al PRI y al Verde para competir por la presidencia, en apoyo a José Antonio Meade.
Nadie supo jugar mejor sus piezas que ella, tomando en cuenta que, a pesar de estar en prisión, mantiene el control del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), presidido por Juan Díaz de la Torre, considerado el brazo derecho de ‘La Maestra’, ya que tienen años de conocerse e incluso en los años 90 fue el secretario particular de Gordillo.
Ese sindicato no reporta el número exacto de afiliados, pero según estimaciones podría superar los 1.5 millones en todo el país, lo que lo convierte en una red imprescindible para cualquier candidato a la presidencia para promover el voto a su favor, debido al impacto que tiene en las familias.
La historia de Gordillo ha sido documentada en varios reportajes y libros, sobre todo de cómo su influencia ayudó a encumbrar a poderosos, incluidos a priistas y panistas. No importaba el color.
Homero Campa escribió “Abril de 1989, cuando Salinas empoderó a Elba Esther”, una crónica publicada en Proceso el 1 de mayo de ese año, donde se narra el momento en que la entonces delegada del Sindicato en la Delegación Gustavo A. Madero sería encumbrada como dirigente, sustituyendo a Carlos Jonguitud Barrios, quien ocupó el cargo de 1974 a 1989; pero ella controlaría muchos años más este grupo que la ayudó a mantenerse en el poder en distintos niveles, el cual comenzó a tener de lleno con apoyo del entonces secretario de Gobernación, Fernando Gutiérrez Barrios.
El día en que fue encumbrada, a las seis de la mañana del 24 de abril, los miembros del sindicato guardaron silencio, pero ella no se amedrentó y “en su conjunto violeta de cuello blanco” espetó: “Sé que es una situación difícil, yo comprendo su silencio”.
Julio Scherer contó en su libro “Los presidentes” un pasaje de “La Maestra”, cuando ella lo invitó a una cena en la que estuvo un “precandidato desconocido”, Ernesto Zedillo, tras la muerte de Luis Donaldo Colosio. El periodista lo cuestionó si sería el candidato y Zedillo sólo respondió que no era una decisión suya, defendiendo a Salinas de Gortari, el presidente de México y “su líder”.
Elba Esther se mostraba nerviosa; eran conocidas sus intenciones “conciliadoras” y su carácter de estratega política para favorecer a quien la favorecía.
“Insistí a mi vez: quiere o no quiere ser presidente. Sostuvo que la decisión no era suya. Volví: quiere o no quiere, sólo pregunto eso”, narró Scherer sobre Zedillo. “No depende de mí, ya le dije. Otra vez: ¿quiere? Otra vez: ya le dije. Elba Esther derramó el vino rojo sobre la mesa adornada con flores”.
Cuando el PRI perdió la presidencia, en el 2000, Gordillo apostó a la sobrevivencia política con Vicente Fox, de quien se volvió una de sus principales operadoras políticas, lo cual no fue perdonado por varios priistas, la mayoría de ellos salinistas. ‘La Maestra’ encontró en la entonces primera dama Martha Sahagún una aliada perfecta.
Sus detractores dentro del sindicato la calificaron de ambiciosa, astuta, camaleónica, contradictoria y hábil, según un editorial de Proceso de 2002.
(Consejo Judicial/AFP/Archivos | HO)
Con Fox, Elba Esther fue quizá más poderosa que con Salinas de Gortari, pero con Felipe Calderón pactó, como ella misma aseguró, “varias reformas”, incluyendo la educativa.
En 2011, el aún presidente panista, acusado de iniciar la “guerra contra el narco” reconoció ese pacto. “Respeto mucho a la maestra, pero hay cosas que precisar: Con el SNTE tenemos una alianza abierta que es la Calidad
Educativa desde la campaña de 2006”, dijo en entrevista en Televisa.
Luis Castro, actual presidente del partido Nueva Alianza -que surgió en el 2000, justo cuando Elba Esther estaba en uno de sus mejores momentos- reconoció que la maestra había influido en esa organización política que logró convertirse en la cuarta fuerza política del país, pero en una entrevista con Radio Fórmula, el dirigente quiso desmarcarse: “A casi cinco años de su detención tiene casi cero influencia en Nueva Alianza… por supuesto, tenemos desde nuestra creación una alianza estratégica con el magisterio nacional”.
A Castro se le olvidó mencionar que ella sigue influyendo de algún modo el sindicato con el que el partido tiene una “alianza estratégica”.
El partido se ha unido con otros para lograr sus objetivos en el Congreso, primero fue con el PAN, para promover a Calderón, y luego con el PRI, para hacer lo conducente con Peña Nieto.
Por ello en México se duda de que haya coincidencia entre el arresto domiciliario de ‘La Maestra’ y la suma de ‘su partido’ a la coalición que promoverá a Meade.
Los votos del magisterio, pero sobre todo su red de influencia en todo el país, son necesarios para que el PRI tenga más oportunidades de mantener el poder en Los Pinos.
Fuente
Pero...
"El candidato presidencial priísta José Antonio Meade expresó esa posición esta semana, al señalar que “la correlación no es coincidencia, la correlación no es causalidad”."
Meade empieza a atesorar frases que lo acompañarán hasta la posteridad. ¿Recuerdan la muy reciente "tenemos que movernos en un esquema en el que la pregunta no sea válida"?
Lo que prácticamente es seguro es que a Emilio Chuayffet se le ha de estar desintegrando el hígado...