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Héctor Osoriolugo
30 de julio de 2018
Diseño del Nuevo Aeropuerto Internacional de México / Foto: Archivo Cuartoscuro
El ingeniero Javier Jiménez Espriú adelanta en entrevista el estado del análisis al que se ha sometido al proyecto del NAICM por parte del siguiente gobierno federal.
Después de AMLO, el ingeniero, en su calidad de próximo titular de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, es/será la persona con mayor autoridad sobre el tema.
La entrevista fue concedida al semanario Proceso y aparece en su edición de la presente semana. El entrevistado revela lo que bien puede verse como claros indicios de una decisión.
De ser cierta esta apreciación, la pregunta entonces es ¿para qué la consulta? O bien, si el pueblo va a decidir, ¿entonces no se está exponiendo una decisión técnica a un voto muy probablemente mal o a medias informado?
LO QUE DICE JIMÉNEZ ESPRIÚ
El futuro secretario del ramo enumera problemas, como el del diseño elegido, siendo que nadie va a venir a México para ver el nuevo aeropuerto, sino a otras cosas; terreno malo, lo que encarece sus servicios; retrasos de obra: “si no hubiese alguna contingencia grave, el aeropuerto estaría listo a finales de 2023; pero tememos que sí va a haber esas contingencias” (el temor es fundado, pues obras como la Estela de Luz y el Paso Exprés de Cuernavaca tuvieron severos retrocesos; además de que en este punto el ingeniero omitió apuntar el sobreencarecimiento), como ejemplo señala: “el nuevo aeropuerto de Berlín no se ha podido arrancar porque tiene retraso en uno de los sistemas. Lleva nueve años de retraso”; en ese sentido dice que si hay que esperar todo ese tiempo por el nuevo aeropuerto, entonces hay que invertir en el actual, que se está abandonando…
En un momento crucial, el reportero pide la opinión propia como ingeniero, a lo que el entrevistado responde primeramente con la postura clásica de que en ingeniería todo se puede hacer; sin embargo, remata fulminante:
“(…) con qué derecho un país que es la decimoquinta economía del mundo, que debe 200 mil millones de dólares al exterior, que tiene 60 millones de pobres, que tiene 80% de sus hospitales saturados y un largo etcétera, con qué derecho hace un aeropuerto que es la obra más espectacular (…)”
En síntesis, el resultado del análisis de las mesas de López Obrador plantea: 1) la complicación técnicofinanciera que el proyecto representa; 2) el grave problema de agua que genera en el valle de México, no únicamente en la zona (omite mencionar otros daños al ambiente, como que llevaría a la extinción de especies vivas que tienen su asiento en el lugar, por un lado, o el arrasamiento de cerros por la extracción de materiales para la obra; 3) el “importante” problema con las comunidades originarias.
¿CÓMO QUEDA LO DE LA CONSULTA?
Una vez concluidos los resultados se procederá a los foros públicos, donde el entrevistado menciona que expertos explicarán a la sociedad lo hallado.
Si tomamos eso a la letra, entonces consulta consulta no habría, sino sesiones informativas.
Pero dado que probablemente haya una falta de precisión en la entrevista, la pregunta es: ¿si ya se tienen razones de peso para no proseguir con el aeropuerto, para qué la consulta?
Hacer pues la consulta la haría verse como un teatro, aparte un gasto innecesario que se supone el nuevo gobierno está empeñado en evitar, pero, ¿si finalmente se hace a partir de que se ha concluido que el NAICM no va, y el pueblo consultado dice que sí? ¿Que el pueblo disponga aunque se sabe de entrada que uno de los términos de la consulta es improcedente y lesiona los intereses más apreciables (agua, tierra, etcétera)?
APUNTE FINAL
Siempre que se plantea el problema -ya es problema- del NAICM, se piensa que cancelarlo es un despropósito por lo ya hecho, y porque significaría desmontar la principal obra infraestructural del sexenio; habría que tomar entonces lo que sigue de lo declarado por Javier Jiménez Espriú, futuro secretario de Comunicaciones y Transportes: “Además, es muy claro que nosotros no somos una continuidad del actual gobierno, seremos otro gobierno que busque el bienestar y no sólo obras onerosas.”
Fuente
Total, que como se sabía desde antes, todo es un circo barato típico de los que le encantan al mareador de ingenuos. De las tres sopas a elegir que planteó originalmente (seguir como hasta ahora, cancelar el proyecto actual -para su obra "alterna"- y concesionar su construcción completamente a la iniciativa privada), pues la primera ya sabemos que es parte del "soy anti-PRI" --, la segunda es echarle un gasto nuevo, que a la larga no costará menos, ya que a lo que costará hay que agregarle el gasto tirado a la basura del actual, y la tercera pues... en ésto precisamente en donde actualmente San Peje se hace ahora "el que la virgen le habla". Y es que ya le dijo Alfonso Romo (el que lo controla) que si lo concesionan, el TUA (al menos unos 20 mil millones de pesos anuales) irá a parar a los bolsillos de los inversionistas, no de su pejegobierno. Le arruinan su discurso de padre de todas las maravillas. Y de paso será mucha lana que ya no se podrán transar los funcionarios "purificados" por el Mesías. Total, que ahora se le atoró el hueso en el gañote y ya no sabe cómo evitar que lo tilden de MENTIROSO, por andar prometiendo y prometiendo, para luego salir con una BATEA DE BABAS, al igual que sus antecesores. Ni modo, parafraseando a cierta película -muy recomendable- del siglo pasado, protagonizada por Charlton Heston, habremos de decir que cuando "El Destino Nos Alcance..."