Joker
Moderador risitas
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No sé por qué pero esta nota me recordó a un usuario ba-kuno que encaja a la perfección, especialmente por su avatar. Lo increíble es como este tipo de discrusos del odio empiezan a colarse en los grupos de jóvenes, como si esto fuera hacer mella en el verdadero problema: la crisis económica y el fallido estado de derecho mexicano. Lástima por ellos.
Neonazis en Puebla buscan terminar con homosexuales
Con información de Rafael Sánchez Zanella
En diversos estados ya se conoce de jóvenes que se hacen llamar nacionalsocialistas mexicanos que reclaman para sí un país libre de gays.
Los sociólogos opinan que estos jóvenes tienen problemas de identidad y que son fácilmente manipulables por adultos mal intencionados que les prometen un mundo mejor, aunque sólo sean panaceas.
En su ecléctica ideología lo mismo adoran a la virgen de Guadalupe y son fanáticos de las Falanges de Cristo Rey, del Movimiento Nacional Cristo Rey (de gran influencia en Puebla), que son seguidores de la Unión Nacional Sinarquista.
Ellos se hacen llamar nacionalsocialistas mexicanos que reclaman para sí un México libre de homosexuales, como son pocos carecen de poder, pero recurren a palizas esporádicas en zonas donde existen antros de ambiente.
Esta minoría xenofóbica ya está en Puebla, se les ve con la cabeza rapada, vestidos con chamarras de piel y pantalones ajustados de mezclilla, botas tipo militar, portan tatuajes con símbolos comunistas –la hoz y el martillo, la faz del Che Guevara– portan con orgullo la suástica.
Les gusta el rock muy pesado, se concentran en tocadas callejeras, en sus ojos brilla el odio, son violentos y mal hablados, lo mismo hay universitarios que analfabetas, todos jóvenes de esos que llaman desubicados.
En algunas ciudades de Sudamérica atacan homosexuales en verdaderas cacerías humanas. En México se han reportado golpizas a travestis y gays en las noches de parranda de estos personajes.
Se escudan en el anonimato, se mueven por la red donde tienen foros de discusión, chats y comunidades, se reúnen en sus casas pero también en ciertos puntos de encuentro en Los Sapos y librerías antiguas, aún pasan desapercibidos, se los ve como chavos de onda, o con aires de intelectuales hippiosos en búsqueda de la ‘gran conexión’ que les brindan las lecturas de los autores de la corriente ‘revisionista’, quienes aseguran que el Holocausto fue un cuento y que Hitler un gran héroe incomprendido, eso dicen los libros de Paul Raissinier, Joaquín Bochaca, Salvador Borrego y Salvador Abascal.
Cuando se reúnen –por las noches– siguen ritos para recordar la pasión de Cristo y después discuten en torno a las bondades y las obras inconclusas del Tercer Reich, son defensores a ultranza de Hitler, aunque tampoco quieren imponer en México un nacionalsocialismo puro sino ‘a la mexicana’.
Su doctrina la concentra el ideario del Partido Nacional Socialista de México, que aún carece de reconocimiento oficial, y en pocas palabras es contradictoria, ultracatólica y suspira por un estado militar.
Estos nuevos fascistas viven en Nuevo León, Ciudad de México, Querétaro y Guanajuato, se dice que apenas son unos 200 y ya se les ve en las calles de Puebla.
Neonazis en Puebla buscan terminar con homosexuales
Con información de Rafael Sánchez Zanella
En diversos estados ya se conoce de jóvenes que se hacen llamar nacionalsocialistas mexicanos que reclaman para sí un país libre de gays.
Los sociólogos opinan que estos jóvenes tienen problemas de identidad y que son fácilmente manipulables por adultos mal intencionados que les prometen un mundo mejor, aunque sólo sean panaceas.
En su ecléctica ideología lo mismo adoran a la virgen de Guadalupe y son fanáticos de las Falanges de Cristo Rey, del Movimiento Nacional Cristo Rey (de gran influencia en Puebla), que son seguidores de la Unión Nacional Sinarquista.
Ellos se hacen llamar nacionalsocialistas mexicanos que reclaman para sí un México libre de homosexuales, como son pocos carecen de poder, pero recurren a palizas esporádicas en zonas donde existen antros de ambiente.
Esta minoría xenofóbica ya está en Puebla, se les ve con la cabeza rapada, vestidos con chamarras de piel y pantalones ajustados de mezclilla, botas tipo militar, portan tatuajes con símbolos comunistas –la hoz y el martillo, la faz del Che Guevara– portan con orgullo la suástica.
Les gusta el rock muy pesado, se concentran en tocadas callejeras, en sus ojos brilla el odio, son violentos y mal hablados, lo mismo hay universitarios que analfabetas, todos jóvenes de esos que llaman desubicados.
En algunas ciudades de Sudamérica atacan homosexuales en verdaderas cacerías humanas. En México se han reportado golpizas a travestis y gays en las noches de parranda de estos personajes.
Se escudan en el anonimato, se mueven por la red donde tienen foros de discusión, chats y comunidades, se reúnen en sus casas pero también en ciertos puntos de encuentro en Los Sapos y librerías antiguas, aún pasan desapercibidos, se los ve como chavos de onda, o con aires de intelectuales hippiosos en búsqueda de la ‘gran conexión’ que les brindan las lecturas de los autores de la corriente ‘revisionista’, quienes aseguran que el Holocausto fue un cuento y que Hitler un gran héroe incomprendido, eso dicen los libros de Paul Raissinier, Joaquín Bochaca, Salvador Borrego y Salvador Abascal.
Cuando se reúnen –por las noches– siguen ritos para recordar la pasión de Cristo y después discuten en torno a las bondades y las obras inconclusas del Tercer Reich, son defensores a ultranza de Hitler, aunque tampoco quieren imponer en México un nacionalsocialismo puro sino ‘a la mexicana’.
Su doctrina la concentra el ideario del Partido Nacional Socialista de México, que aún carece de reconocimiento oficial, y en pocas palabras es contradictoria, ultracatólica y suspira por un estado militar.
Estos nuevos fascistas viven en Nuevo León, Ciudad de México, Querétaro y Guanajuato, se dice que apenas son unos 200 y ya se les ve en las calles de Puebla.