XKobayashi
Bovino maduro
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Esta vez le toca el turno a este edificio que según se cuenta albergó hospitales y durante un tiempo estuvo abandonado antes de ser condenado a la demolición y se salvó para ser el actual museo Reina Sofía en Madrid.
Les dejo la historia, los videos que he encontrado y fotos.
Foto: Fachada del museo con los ascensores de cristal
El Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS) es el museo nacional español de arte del siglo XX y actual, con sede en Madrid. Su nombre es abreviado coloquialmente a Museo Reina Sofía.
Tomó como sede el antiguo Hospital General, gran edificio neoclásico del siglo XVIII que está situado en la zona de Atocha, fue encargado por Carlos III y diseñado inicialmente por Jose de Hermosilla y continuado posteriormente por Francesco Sabatini.
La historia del edificio que alberga el Museo se remonta a 1566, reinando Felipe II; se concibió la idea de reunir en un solo edificio los muchos centros y hospitales desperdigados por la ciudad de Madrid.
Treinta años más tarde, bajo el reinado de Felipe III, se instaló un primer albergue en la calle Santa Isabel, a donde los mendigos iban a morir. A él se fueron añadiendo otras instalaciones, el Hospital de Santa Catalina y el Hospital de la Pasión, dándole, al complejo así formado, el nombre de Hospital General.
Foto: Pasillos del Museo
Después de algunas vicisitudes, en la segunda mitad del siglo XVIII, Carlos III encargó un proyecto de hospital al arquitecto Francisco Sabatini sobre un proyecto iniciado por Hermosilla, gestado bajo el reinado de Fernando VI. Sabatini, no obstante, no pudo concluir la edificación, levantando tan sólo parte de lo que estaba previsto en los planos. El hospital general contaba con una capacidad para 18.000 personas. Dejó de funcionar en el año 1965, estuvo 20 años abandonado hasta que la academia de san Fernando y la dirección general de bellas artes pidieron al gobierno su conservación y que lo declarase edificio historico-artistico, por medio de un Real decreto de 1977.
En 1982 se decide destinar el edificio a el Museo de Arte Moderno Reina Sofía. En la remodelación del edificio se encontraron restos de esqueletos, cadenas, grilletes y material de hospital. En 1990 se hizo la segunda remodelación del edificio, esta vez encontraron tres monjas momificadas enterradas en la antigua capilla del hospital. Curiosamente las tres momias siguen enterradas debajo de la puerta principal del museo.
El rotativo Diario 16 publicó la noticia en exclusiva el 21 de abril de 1995. Bajo el titular “Los fantasmas del Reina Sofía”, Álvaro Gariño, redactor del periódico, divulgaba, con todo tipo de detalles, un informe en el que se recogía un extenso número de testimonios sobre presencias de entes y todo tipo de fenómenos extraños en las salas y pasillos de la pinacoteca madrileña, como puertas que se abrían y cerraban solas, alarmas que se activaban solas, voces y gritos en salas vacías así como ascensores que se activaban solos.
Salían de esta forma a la luz pública los diferentes sucesos inexplicables, así como las investigaciones paranormales –con el permiso de la dirección de la institución– que se estaban desarrollando en dicho museo. En este célebre edificio madrileño tuvo lugar toda una serie de extraños incidentes que fueron investigados por el grupo Hepta. Un estudio que se puso en marcha a petición del antiguo director del centro, José Guirao, debido a las diferentes quejas y denuncias de empleados que experimentaron estupefactos distintos sucesos anómalos.
Foto: pasillos del museo
Presuntamente fuerzas del más allá podían estar produciendo estos episodios. No en vano, las antiguas dependencias del hospital San Carlos ya habían acaparado la atención de los medios de comunicación por sucesos enigmáticos. Prueba de ello son algunas viejas crónicas, como la publicada por el periódico Ilustración Española y Americana: “Los enfermos se asoman por las ventanas del hospital cuando atardece para tomar el aire, y descubren sus rostros amarillentos, algunos casi moribundos; rostros empalidecidos por la enfermedad o quién sabe si por el sufrimiento de pernoctar en un edificio donde suelen ocurrir cosas extrañas nunca explicables, apariciones y ruidos fantasmales, según se quejan los propios enfermos”.
Leyendas y rumores fantasmales cobraron un inusitado protagonismo cuando se iniciaron las obras de restauración y remodelación del edificio con el objetivo de albergar el actual museo. Se desenterraron huesos bajo el patio y se hallaron osarios pertenecientes a restos de niños.
Tras la inauguración del Museo Reina Sofía en 1986, los empleados de seguridad, de limpieza y personal administrativo comenzaron a ser testigos de diferentes experiencias de difícil explicación. Figuras errantes paseaban por las estancias o aparecían estáticas por el patio interior, por las noches, sin que nadie hubiese en su interior. Procesiones de 3 monjas vestidas con el hábito de las hermanas de la Caridad, deambulan por los pasillos seguidas del tintineo de sus gruesos rosarios atados a la cintura y entonando una especie de cántico al unísono que desaparecen al llegar al final del pasillo tras las paredes.
Juan Rada que trabajó allí durante 19 años en el gabinete de prensa, contaba en Milenio 3 la experiencia vivida por un fotógrafo dentro del Museo Reina Sofia:” Un fotógrafo pidió estar solo en la sala para fotografiar el Guernica de Picasso. Con su trípode y cámara tomó varias fotografías desde varios ángulos y encuadres acompañado únicamente por un vigilante que le escoltaba. Cual fue su sorpresa al revelar el carrete y encontrarse con la imagen de una persona que delante del cuadro le miraba fijamente”.
Foto: Jardín interior del museo
Algunas mañanas antes de abrir al público, cuando las mujeres de la limpieza iban a limpiar los cristales de las ventanas que daban al patio, veían a un señor mayor de 80 años de larga barba y melena blanca sentado en uno de los bancos tranquilamente viendo pasar el tiempo.
Todo se empieza a agravar y acaba con las Comisiones de Investigación del Grupo Hepta, cuando a unos vigilantes cierta noche antes del año 92, se les ocurre la idea de hacer una Ouija y aparecen las tres letras “ATA”. A continuación pudieron leer la frase:” mi nombre es ATA y soy un paciente del hospital, soy un loco peligroso y un asesino”. Uno de los vigilantes dijo:”manifiéstate y fue entonces cuando sonaron 2 golpes secos”. Rápidamente los vigilantes se levantaron y abandonaron la sala preguntándose qué pasaba allí. Como era gente armada volvieron y el jefe del grupo dijo: “Ata, Ata, Ataulfo” y de ahí salió el nombre un poco anecdótico de este fantasma.
Parte 1/2
Les dejo la historia, los videos que he encontrado y fotos.
El Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS) es el museo nacional español de arte del siglo XX y actual, con sede en Madrid. Su nombre es abreviado coloquialmente a Museo Reina Sofía.
Tomó como sede el antiguo Hospital General, gran edificio neoclásico del siglo XVIII que está situado en la zona de Atocha, fue encargado por Carlos III y diseñado inicialmente por Jose de Hermosilla y continuado posteriormente por Francesco Sabatini.
La historia del edificio que alberga el Museo se remonta a 1566, reinando Felipe II; se concibió la idea de reunir en un solo edificio los muchos centros y hospitales desperdigados por la ciudad de Madrid.
Treinta años más tarde, bajo el reinado de Felipe III, se instaló un primer albergue en la calle Santa Isabel, a donde los mendigos iban a morir. A él se fueron añadiendo otras instalaciones, el Hospital de Santa Catalina y el Hospital de la Pasión, dándole, al complejo así formado, el nombre de Hospital General.
Después de algunas vicisitudes, en la segunda mitad del siglo XVIII, Carlos III encargó un proyecto de hospital al arquitecto Francisco Sabatini sobre un proyecto iniciado por Hermosilla, gestado bajo el reinado de Fernando VI. Sabatini, no obstante, no pudo concluir la edificación, levantando tan sólo parte de lo que estaba previsto en los planos. El hospital general contaba con una capacidad para 18.000 personas. Dejó de funcionar en el año 1965, estuvo 20 años abandonado hasta que la academia de san Fernando y la dirección general de bellas artes pidieron al gobierno su conservación y que lo declarase edificio historico-artistico, por medio de un Real decreto de 1977.
En 1982 se decide destinar el edificio a el Museo de Arte Moderno Reina Sofía. En la remodelación del edificio se encontraron restos de esqueletos, cadenas, grilletes y material de hospital. En 1990 se hizo la segunda remodelación del edificio, esta vez encontraron tres monjas momificadas enterradas en la antigua capilla del hospital. Curiosamente las tres momias siguen enterradas debajo de la puerta principal del museo.
El rotativo Diario 16 publicó la noticia en exclusiva el 21 de abril de 1995. Bajo el titular “Los fantasmas del Reina Sofía”, Álvaro Gariño, redactor del periódico, divulgaba, con todo tipo de detalles, un informe en el que se recogía un extenso número de testimonios sobre presencias de entes y todo tipo de fenómenos extraños en las salas y pasillos de la pinacoteca madrileña, como puertas que se abrían y cerraban solas, alarmas que se activaban solas, voces y gritos en salas vacías así como ascensores que se activaban solos.
Salían de esta forma a la luz pública los diferentes sucesos inexplicables, así como las investigaciones paranormales –con el permiso de la dirección de la institución– que se estaban desarrollando en dicho museo. En este célebre edificio madrileño tuvo lugar toda una serie de extraños incidentes que fueron investigados por el grupo Hepta. Un estudio que se puso en marcha a petición del antiguo director del centro, José Guirao, debido a las diferentes quejas y denuncias de empleados que experimentaron estupefactos distintos sucesos anómalos.
Presuntamente fuerzas del más allá podían estar produciendo estos episodios. No en vano, las antiguas dependencias del hospital San Carlos ya habían acaparado la atención de los medios de comunicación por sucesos enigmáticos. Prueba de ello son algunas viejas crónicas, como la publicada por el periódico Ilustración Española y Americana: “Los enfermos se asoman por las ventanas del hospital cuando atardece para tomar el aire, y descubren sus rostros amarillentos, algunos casi moribundos; rostros empalidecidos por la enfermedad o quién sabe si por el sufrimiento de pernoctar en un edificio donde suelen ocurrir cosas extrañas nunca explicables, apariciones y ruidos fantasmales, según se quejan los propios enfermos”.
Leyendas y rumores fantasmales cobraron un inusitado protagonismo cuando se iniciaron las obras de restauración y remodelación del edificio con el objetivo de albergar el actual museo. Se desenterraron huesos bajo el patio y se hallaron osarios pertenecientes a restos de niños.
Tras la inauguración del Museo Reina Sofía en 1986, los empleados de seguridad, de limpieza y personal administrativo comenzaron a ser testigos de diferentes experiencias de difícil explicación. Figuras errantes paseaban por las estancias o aparecían estáticas por el patio interior, por las noches, sin que nadie hubiese en su interior. Procesiones de 3 monjas vestidas con el hábito de las hermanas de la Caridad, deambulan por los pasillos seguidas del tintineo de sus gruesos rosarios atados a la cintura y entonando una especie de cántico al unísono que desaparecen al llegar al final del pasillo tras las paredes.
Juan Rada que trabajó allí durante 19 años en el gabinete de prensa, contaba en Milenio 3 la experiencia vivida por un fotógrafo dentro del Museo Reina Sofia:” Un fotógrafo pidió estar solo en la sala para fotografiar el Guernica de Picasso. Con su trípode y cámara tomó varias fotografías desde varios ángulos y encuadres acompañado únicamente por un vigilante que le escoltaba. Cual fue su sorpresa al revelar el carrete y encontrarse con la imagen de una persona que delante del cuadro le miraba fijamente”.
Algunas mañanas antes de abrir al público, cuando las mujeres de la limpieza iban a limpiar los cristales de las ventanas que daban al patio, veían a un señor mayor de 80 años de larga barba y melena blanca sentado en uno de los bancos tranquilamente viendo pasar el tiempo.
Todo se empieza a agravar y acaba con las Comisiones de Investigación del Grupo Hepta, cuando a unos vigilantes cierta noche antes del año 92, se les ocurre la idea de hacer una Ouija y aparecen las tres letras “ATA”. A continuación pudieron leer la frase:” mi nombre es ATA y soy un paciente del hospital, soy un loco peligroso y un asesino”. Uno de los vigilantes dijo:”manifiéstate y fue entonces cuando sonaron 2 golpes secos”. Rápidamente los vigilantes se levantaron y abandonaron la sala preguntándose qué pasaba allí. Como era gente armada volvieron y el jefe del grupo dijo: “Ata, Ata, Ataulfo” y de ahí salió el nombre un poco anecdótico de este fantasma.
Parte 1/2